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De gatos en Facebook a noticias “negativas”

Redacción
13 de mayo, 2017

Iba en el auto escuchando uno de los programas de radio matutinos cuando una llamada a cabina llamó mi atención. Era una señora que quería conversar. El conductor le preguntó sobre la situación del país, las noticias que leía y cómo se sentía al respecto. Ella, simplemente, dijo que “no le gustaba leer noticias negativas y que por eso solamente leía medios de noticias positivas”. A mi casi me da algo después de semejante comentario. ¡Que ingenua!

El asunto me molestó porque sé que lo que hace esa señora es muy común y es una característica de nuestra idiosincrasia: si no nos gusta algo, volteamos la cara y nos alejamos. Si “no nos gustan las malas noticias”, simplemente no las leemos y nos ponemos a ver “Los sitios turísticos más bonitos de Guate” o “Los mejores goles de (insertar nombre de cualquier futbolista)”. ¿Qué clase de guatemalteco es ese?

No me malinterpreten. Estoy a favor de las noticias positivas. Sitios como Guatemala.com que se dedican a dar noticias positivas del país son muy buenos y los leo seguido. Lo que yo critico es el abandono del deber ciudadano de enterarse de lo que realmente sucede en nuestro país. Esa falta de interés por la realidad. ¡Porque no todo es un paraíso! Aquí hay asaltos y secuestros, hay extorsiones, reos que escapan de prisión por la puerta principal, pobreza y desnutrición, miseria y corrupción… ¡Es un hecho! Y se ve no solo en los periódicos sino en las calles, fuera de nuestra burbuja perfecta.

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Tenemos que aprender que en la vida hay de todo: buenas y malas noticias. Las buenas noticias nos alegran la vida, pero las malas también son parte de ella y son a las que tenemos que prestar más atención, porque ahí están los problemas de nuestro país. Leer solamente noticias positivas puede dibujarnos una sonrisa en el rostro, pero nos convertiremos en unos payasos ignorantes.

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”. No se vale, entonces, obviar la realidad y camuflarse en un paraíso infinito de alegría. Tampoco se trata de vivir deprimidos por la realidad nacional. La vida es un equilibrio continuo: afrontar las malas noticias con fuerza y visión, y celebrar las buenas noticias con los pies en la tierra. De eso se trata ser guatemalteco; una persona con criterio, un ciudadano responsable e informado. Lo repito en todas mis columnas y esta no será la excepción: ¡Infórmense! Es lo mínimo que pueden hacer. De lo contrario, dedíquense a ver gatos en Facebook y dejen que el resto les pasen encima.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

De gatos en Facebook a noticias “negativas”

Redacción
13 de mayo, 2017

Iba en el auto escuchando uno de los programas de radio matutinos cuando una llamada a cabina llamó mi atención. Era una señora que quería conversar. El conductor le preguntó sobre la situación del país, las noticias que leía y cómo se sentía al respecto. Ella, simplemente, dijo que “no le gustaba leer noticias negativas y que por eso solamente leía medios de noticias positivas”. A mi casi me da algo después de semejante comentario. ¡Que ingenua!

El asunto me molestó porque sé que lo que hace esa señora es muy común y es una característica de nuestra idiosincrasia: si no nos gusta algo, volteamos la cara y nos alejamos. Si “no nos gustan las malas noticias”, simplemente no las leemos y nos ponemos a ver “Los sitios turísticos más bonitos de Guate” o “Los mejores goles de (insertar nombre de cualquier futbolista)”. ¿Qué clase de guatemalteco es ese?

No me malinterpreten. Estoy a favor de las noticias positivas. Sitios como Guatemala.com que se dedican a dar noticias positivas del país son muy buenos y los leo seguido. Lo que yo critico es el abandono del deber ciudadano de enterarse de lo que realmente sucede en nuestro país. Esa falta de interés por la realidad. ¡Porque no todo es un paraíso! Aquí hay asaltos y secuestros, hay extorsiones, reos que escapan de prisión por la puerta principal, pobreza y desnutrición, miseria y corrupción… ¡Es un hecho! Y se ve no solo en los periódicos sino en las calles, fuera de nuestra burbuja perfecta.

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Tenemos que aprender que en la vida hay de todo: buenas y malas noticias. Las buenas noticias nos alegran la vida, pero las malas también son parte de ella y son a las que tenemos que prestar más atención, porque ahí están los problemas de nuestro país. Leer solamente noticias positivas puede dibujarnos una sonrisa en el rostro, pero nos convertiremos en unos payasos ignorantes.

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”. No se vale, entonces, obviar la realidad y camuflarse en un paraíso infinito de alegría. Tampoco se trata de vivir deprimidos por la realidad nacional. La vida es un equilibrio continuo: afrontar las malas noticias con fuerza y visión, y celebrar las buenas noticias con los pies en la tierra. De eso se trata ser guatemalteco; una persona con criterio, un ciudadano responsable e informado. Lo repito en todas mis columnas y esta no será la excepción: ¡Infórmense! Es lo mínimo que pueden hacer. De lo contrario, dedíquense a ver gatos en Facebook y dejen que el resto les pasen encima.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo