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¿Por qué?

Redacción
13 de mayo, 2017

Si por mí fuera caminaría siempre a todos lados. Me gusta ver de cerca las cosas, sonreírle a le gente de la calle e imaginarme un par de historia acerca de los peatones con los que me cruzo. Bueno, de hecho, hago todo eso cuando me olvido que en cualquier momento alguien se acerca a pedirme mi mochila, mi celular y todo lo que cargue encima. Y hay algo que me aterra igual o más y es que algún hombre note mi presencia. Pero no cualquier hombre, se nota casi siempre al acercarse quién va por la calle en afán de “conquista” y quién solo está queriendo llegar a su destino. Uso la palabra conquista adrede pues hasta ahora no he escuchado de ninguna región que haya sido “conquistada” voluntariamente.

En lo personal siempre los enfrento de manera distinta. A veces soy valiente y pongo la cara en alto y hago cara de repulsión al escuchar sus palabras, cuando me siento aún más fuerte hasta respondo, en cambio hay otros días en los que desde que logro detectar al hombre antes de escucharlo decir algo bobo, agacho la mirada, quiero desaparecer y el único movimiento que consigo hacer es el de caminar más rápido para huir.

Después que la semana pasada, mientras iba caminando al trabajo, un hombre me dijera un: “Adiós mi amor” pensé en un montón de cosas. (Y ese es el más light de los que he escuchado, para mí o para alguna de mis amigas) La primera es que si todos saben que a las mujeres este tipo de cometarios nos parecen repulsivos y abominables, ¿POR QUÉ SIGUEN HACIENDOLOS? Luego, ¿QUÉ GANAN AL HACERLOS? Digo, qué tipo de impulso animal hay que seguir para decirle cosas así y peores a una total desconocida. No sé, no entiendo. Por más que he tratado de ponerme en su lugar no logro comprender esta cosa “involuntaria” que les da al ver pasar a una mujer.

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Hace poco en una clase aprendí que tanto hombres como mujeres somos seres deseantes. Entonces por qué no veo hombres atemorizados por salir a la calle en shorts o por inscribirse en un gimnasio mixto. Por qué las mujeres sí somos capaces de retener estos “instintos”. Por qué es que hay personas que disculpan estas actitudes bajo el “pobrecito, es que es hombre.” “Las mujeres tienen la culpa por vestirse así” “Ay, nada aguantan” ¿QUÉ? De pobrecito nada, excusando actitudes que dañan la dignidad de otras personas no se llega a nada. No mujeres, no tenemos la culpa de nada. Disculparse por “osar” a caminar sola en la calle, por usar vestido o falda es tan absurdo como disculparse con el clima. De hecho, “aguantamos” y mucho. Desde la pre adolescencia hasta donde se pueda.

Yo sé que no todos los hombres son iguales, tengo claro que es solo un grupo el que lo hace, pero vaya que los deja mal parados a todos. La pregunta aquí es por qué seguir el ataque callejero si es algo tan bajo y terrible que al final nos afecta a todos.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

¿Por qué?

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13 de mayo, 2017

Si por mí fuera caminaría siempre a todos lados. Me gusta ver de cerca las cosas, sonreírle a le gente de la calle e imaginarme un par de historia acerca de los peatones con los que me cruzo. Bueno, de hecho, hago todo eso cuando me olvido que en cualquier momento alguien se acerca a pedirme mi mochila, mi celular y todo lo que cargue encima. Y hay algo que me aterra igual o más y es que algún hombre note mi presencia. Pero no cualquier hombre, se nota casi siempre al acercarse quién va por la calle en afán de “conquista” y quién solo está queriendo llegar a su destino. Uso la palabra conquista adrede pues hasta ahora no he escuchado de ninguna región que haya sido “conquistada” voluntariamente.

En lo personal siempre los enfrento de manera distinta. A veces soy valiente y pongo la cara en alto y hago cara de repulsión al escuchar sus palabras, cuando me siento aún más fuerte hasta respondo, en cambio hay otros días en los que desde que logro detectar al hombre antes de escucharlo decir algo bobo, agacho la mirada, quiero desaparecer y el único movimiento que consigo hacer es el de caminar más rápido para huir.

Después que la semana pasada, mientras iba caminando al trabajo, un hombre me dijera un: “Adiós mi amor” pensé en un montón de cosas. (Y ese es el más light de los que he escuchado, para mí o para alguna de mis amigas) La primera es que si todos saben que a las mujeres este tipo de cometarios nos parecen repulsivos y abominables, ¿POR QUÉ SIGUEN HACIENDOLOS? Luego, ¿QUÉ GANAN AL HACERLOS? Digo, qué tipo de impulso animal hay que seguir para decirle cosas así y peores a una total desconocida. No sé, no entiendo. Por más que he tratado de ponerme en su lugar no logro comprender esta cosa “involuntaria” que les da al ver pasar a una mujer.

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Hace poco en una clase aprendí que tanto hombres como mujeres somos seres deseantes. Entonces por qué no veo hombres atemorizados por salir a la calle en shorts o por inscribirse en un gimnasio mixto. Por qué las mujeres sí somos capaces de retener estos “instintos”. Por qué es que hay personas que disculpan estas actitudes bajo el “pobrecito, es que es hombre.” “Las mujeres tienen la culpa por vestirse así” “Ay, nada aguantan” ¿QUÉ? De pobrecito nada, excusando actitudes que dañan la dignidad de otras personas no se llega a nada. No mujeres, no tenemos la culpa de nada. Disculparse por “osar” a caminar sola en la calle, por usar vestido o falda es tan absurdo como disculparse con el clima. De hecho, “aguantamos” y mucho. Desde la pre adolescencia hasta donde se pueda.

Yo sé que no todos los hombres son iguales, tengo claro que es solo un grupo el que lo hace, pero vaya que los deja mal parados a todos. La pregunta aquí es por qué seguir el ataque callejero si es algo tan bajo y terrible que al final nos afecta a todos.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo