En Guatemala, gran parte de lo que sucede trasciende a nivel noticioso, pero lamentablemente la gran cantidad de la información que consumimos, se constituye en “malas noticias”, y que incluso nos lleva a pensar que todo está perdido. 

Hablando de todo lo que acontece en el país,  precisamente hace algunos días me preguntaron mi opinión en el tema de la migración, puesto que en un colegio les habían pedido información sobre ello, y esto fue lo que llamo mi atención, y es que mi análisis de esta situación tiene mucho que ver con el contexto en el que se desarrolla el país.

A mí parecer, la migración es un fenómeno social que tiene que ver con las carencias en un país y digo esto porque todo va relacionado a las deficiencias que tenemos en salud, educación, seguridad, falta de empleos dignos, entre otros que seguro también tienen influencia.

Basados en lo anterior, entonces nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿por qué en Guatemala no tenemos oportunidades? Estoy seguro que habrá un sin número de respuestas, pero en el contexto de la pregunta de los jóvenes del colegio, creería que el culpable de la inmigración es nada más y nada menos que la corrupción.

Por ejemplo un estudio del ICEFI, establece que la corrupción en Guatemala se puede estimar en cuatro mil millones de quetzales, y que ya es una cifra alarmante, debido a que esa gran cantidad de dinero serviría para  invertir en una nación diferente, por lo menos para equilibrar el nivel de vida de los que menos tienen y que por supuesto las oportunidades fueran iguales para todos.

Por eso es que se insiste tanto en la lucha contra la corrupción, y del por qué debe ser férrea ya que las mafias se encuentran incrustadas en todos lados, y que son las responsables de que estemos en malas condiciones.

Mi análisis al respecto de la migración es entonces vinculado a ese aspecto enraizado en las instituciones del Estado y que tanto daño nos ha hecho.

Y es por esta decadente situación en que cientos de connacionales se ven en la necesidad de  poner en riesgo su vida apostando por un futuro mejor para sus familias. No puedo dejar, de pensar por supuesto en la valentía de los guatemaltecos que tuvieron que salir del país, a un lugar extraño para triunfar, hay miles de historias que a diario se forjan y otras se fortalecen.

Es en ese sentido, en que debemos manifestar nuestro total rechazo a los actos de corrupción y desde nuestros espacios decir ya no más, por nuestro país, y por la apertura a más oportunidades que lleven a las familias a triunfar y que estén seguros que mañana no les faltara un plato de comida en su mesa.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo