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Las tragedias no discriminan

Redacción
27 de mayo, 2017

Es posible que usted sepa que el martes de esta semana en Manchester ocurrió una tragedia. Debido a un ataque terrorista murieron 22 personas y varias más sufrieron heridas. Todo ocurrió luego de un concierto de la cantante Ariana Grande. Una de las víctimas ahora identificadas tenía ocho años, otra era una madre abnegada, otra era un policía que amaba su trabajo. Todos fueron al concierto con la idea de pasar un buen rato, acompañar a alguno de sus hijos en la ilusión de ver en vivo a u cantante favorita. Y luego ocurrió que formaron parte del terrible titular alrededor del mundo.

Muchas personas, de diferentes países, profesiones y religiones; decidieron dar un pésame, no solo a los familiares, también al mundo. De alguna manera se perciben así las tragedias como esta, dejan de ser de un solo país, son de todos. (En especial ahora en tema de la Era digital) Y muchas otras decidieron hacer chistes sobre lo ocurrido. Dentro de mi Facebook hay bastante de ambos tipos de personas. Pero ni siquiera fue eso lo que más me shockeó. Si no el comentario de una persona dentro del post de un amigo. El cometario tenía como fin decir que esta tragedia era demasiado lejana como para que realmente nos afectara. Que los ingleses nunca han hecho nada delante de nuestras tragedias y que seguramente nunca lo harán.

El comentario me shokeó porque, además que el argumento no tenía mucho sentido, me pareció que de alguna manera llamaba innecesaria a la sensibilidad de la otra persona. “No son de Guatemala, que te pele”. “No es un gran problema.” Si uno no se sensibiliza ante el comportamiento tan sanguinario de la sociedad en la que vivimos, cómo se supone que tengamos el empuje necesario para ayudar a sensibilizar a los demás. Cómo vamos a actuar si ni siquiera sabemos qué es lo que hay que arreglar.

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Las tragedias no se andan con discriminaciones de ningún tipo. Y ninguna vale más que otra. Es sencillo darnos cuenta que en el pasado ha sido justamente este el problema para conciliar, para hacer las paces y que el periodo de conflicto termine con una buena solución. Pensamos que una tragedia en Guatemala no es tan relevante como una en Japón. O que creamos que expresar un sentimiento este mal, eso no tiene sentido.

Las tragedias son inevitables, pero la indiferencia ante ellas es lo que realmente los deja crecer y desvirtuare. Estemos atentos para hacer siempre la diferencia sin importar las personas y las circunstancias.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Las tragedias no discriminan

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27 de mayo, 2017

Es posible que usted sepa que el martes de esta semana en Manchester ocurrió una tragedia. Debido a un ataque terrorista murieron 22 personas y varias más sufrieron heridas. Todo ocurrió luego de un concierto de la cantante Ariana Grande. Una de las víctimas ahora identificadas tenía ocho años, otra era una madre abnegada, otra era un policía que amaba su trabajo. Todos fueron al concierto con la idea de pasar un buen rato, acompañar a alguno de sus hijos en la ilusión de ver en vivo a u cantante favorita. Y luego ocurrió que formaron parte del terrible titular alrededor del mundo.

Muchas personas, de diferentes países, profesiones y religiones; decidieron dar un pésame, no solo a los familiares, también al mundo. De alguna manera se perciben así las tragedias como esta, dejan de ser de un solo país, son de todos. (En especial ahora en tema de la Era digital) Y muchas otras decidieron hacer chistes sobre lo ocurrido. Dentro de mi Facebook hay bastante de ambos tipos de personas. Pero ni siquiera fue eso lo que más me shockeó. Si no el comentario de una persona dentro del post de un amigo. El cometario tenía como fin decir que esta tragedia era demasiado lejana como para que realmente nos afectara. Que los ingleses nunca han hecho nada delante de nuestras tragedias y que seguramente nunca lo harán.

El comentario me shokeó porque, además que el argumento no tenía mucho sentido, me pareció que de alguna manera llamaba innecesaria a la sensibilidad de la otra persona. “No son de Guatemala, que te pele”. “No es un gran problema.” Si uno no se sensibiliza ante el comportamiento tan sanguinario de la sociedad en la que vivimos, cómo se supone que tengamos el empuje necesario para ayudar a sensibilizar a los demás. Cómo vamos a actuar si ni siquiera sabemos qué es lo que hay que arreglar.

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Las tragedias no se andan con discriminaciones de ningún tipo. Y ninguna vale más que otra. Es sencillo darnos cuenta que en el pasado ha sido justamente este el problema para conciliar, para hacer las paces y que el periodo de conflicto termine con una buena solución. Pensamos que una tragedia en Guatemala no es tan relevante como una en Japón. O que creamos que expresar un sentimiento este mal, eso no tiene sentido.

Las tragedias son inevitables, pero la indiferencia ante ellas es lo que realmente los deja crecer y desvirtuare. Estemos atentos para hacer siempre la diferencia sin importar las personas y las circunstancias.

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