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Aumentar el salario mínimo es perjudicial: la verdad que nadie quiere oír

Redacción República
31 de mayo, 2017

Por Vanesa Vallejo

Es economista de la Universidad del Valle. Liberal, escritora de opinión, influenciadora en redes sociales. Miembro del Movimiento Libertario Colombiano

@vanesavallejo3

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Por estos días en Colombia muchos andan indignados por cuenta de un estudio que muestra que nuestro país es el cuarto en América Latina con menor salario mínimo. Los 215 dólares de salario mínimo que tenemos solo superan a Brasil con 212 USD, México con 120 USD y Nicaragua con 115 USD. El clamor popular entonces es: hay que aumentar el salario mínimo por ley.

En su mayoría, quienes piden aumentos del salario mínimo tienen buenas intenciones y creen que de esa forma se ayuda a los más necesitados. Otros, solo se aprovechan de las demandas del pueblo para conseguir votos, aún cuando saben que este tipo de medidas perjudican justamente, y en mayor medida, a los más pobres.

Quienes tienen buenas intenciones creen que el salario mínimo es una forma de aumentar los ingresos de los más necesitados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un incremento del salario mínimo no obliga a los empleadores a pagar más, siempre pueden despedir. Por lo que esta medida no es más que una prohibición legal de trabajar por debajo de cierto nivel salarial.

Hay diferentes mecanismos de transmisión mediante los que un aumento del salario mínimo empeora la situación de un país. Lo primero que hay que decir es que con esta medida se les prohíbe a los más necesitados ingresar al mercado laboral. Aquellas personas que aportan a una empresa un valor menor al salario mínimo impuesto por ley, quedarán desempleadas. Si alguien aporta 200 dólares a una empresa y el salario mínimo es de 250, el empleador seguramente preferirá despedirle.

¿Quienes son los que menos aportan al proceso productivo? Los más necesitados, la gente sin educación, sin experiencia, los jóvenes, mujeres cabeza de familia, etc. A estas personas, con la imposición de salarios mínimos por ley, no solo se les prohíbe trabajar, sino que se les impide conseguir la experiencia que viene de la vinculación a un empleo formal, se les condena a vender algún producto en una esquina o a trabajar por horas en empleos eventuales. Se los relega a la informalidad.

Otro de los efectos negativos de aumentar el salario mínimo es el incremento en los precios de los bienes y servicios. Puede suceder que los empresarios al ver elevados sus costos salariales decidan aumentar los precios de sus productos. Entonces un aumento nominal del salario mínimo ocasionaría una disminución del salario real de algunos trabajadores. Diferentes estudios demuestran que los productos que se encarecen en estos casos son los más consumidos justamente por los pobres.

Efecto contrario

De nada le sirve a los más necesitados que les suban el salario mínimo si después de eso, con su sueldo, podrán obtener menos bienes y servicios que antes de que se realizara el aumento.

De otro lado, incrementos en el salario mínimo causan destrucción de empleo y frenan la creación de nuevos puestos. Aquellas empresas que no pueden trasladar el incremento del coste salarial a los precios de los productos, deberán buscar la forma de reducir sus costos, pueden despedir empleados o disminuir el número de horas contratadas. Si el precio de contratación de mano de obra aumenta, su demanda disminuye. Ahora bien, aún cuando suceda el mejor de los casos, aquel en el que los empresarios no se ven obligados a despedir empleados y pueden soportar el aumento de los costos salariales, incrementos del salario mínimo terminarán frenando la creación de nuevo empleo. Los estudios parecen coincidir en que un aumento de alrededor del 10 % del salario mínimo disminuye la creación de empleo en un 25 %.

La intuición, la lógica y los estudios nos dejan pruebas claras de que las consecuencias de aumentar el salario mínimo son negativas. Sin embargo, las excusas de quienes se empeñan en defender sus incrementos, no paran. Después de todo salir a prometer salarios mínimos más altos da muchos votos. A los buenos ciudadanos que incautos caen en los lindos discursos de los políticos hay que preguntarles: ¿Si el aumento del salario mínimo es tan bueno y saca a la gente de la pobreza entonces por qué no ponemos una ley para que los salarios mínimos sean de 1000 dólares? Si estas leyes funcionaran ya habríamos descubierto la cura para la pobreza.

Eliminar el salario mínimo

El salario mínimo es tan malo que el éxito de los países que no tienen estas leyes es simplemente apabullante. Pero en lugares como Colombia ni siquiera se puede proponer su eliminación. Si usted se atreve a hacerlo será tildado de neoliberal desalmado. Afortunadamente yo no quiero nunca tener un puesto en la política entonces puedo decir lo que quiera y lo que mi moralidad me indique. Y lo cierto, aunque a muchos les asuste, es que la clave para crear más empleo y tener una economía próspera es el liberalismo económico, que pasa por medidas como eliminar el salario mínimo. Eliminarlo, ¡no aumentarlo cada que se pueda!

En este punto ya habrá algunos lectores diciendo que si eliminamos el salario mínimo los malvados empresarios terminarán pagando migajas a los empleados y todos seríamos más pobres. No es así. Si miramos lo que sucede en la Unión Europea, donde hay varios países que ya han eliminado el salario mínimo, lo que vemos es que son justamente esos países los que tienen mayores salarios promedios. Eliminar el salario mínimo beneficia a todos. El liberalismo económico enriquece a todos, principalmente, a los más pobres.

Es hora de que los colombianos empecemos a tomar las medidas que llevaron a cabo países como Suiza y Dinamarca para llegar a ser lo que son hoy, y que dejemos de lado las mismas ideas que durante años hemos aplicado y que no han traído resultados. Lo que funciona es el “capitalismo salvaje”, así a muchos les suene feo y a los políticos no les guste decirlo porque no les da votos.

Aumentar el salario mínimo es perjudicial: la verdad que nadie quiere oír

Redacción República
31 de mayo, 2017

Por Vanesa Vallejo

Es economista de la Universidad del Valle. Liberal, escritora de opinión, influenciadora en redes sociales. Miembro del Movimiento Libertario Colombiano

@vanesavallejo3

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Por estos días en Colombia muchos andan indignados por cuenta de un estudio que muestra que nuestro país es el cuarto en América Latina con menor salario mínimo. Los 215 dólares de salario mínimo que tenemos solo superan a Brasil con 212 USD, México con 120 USD y Nicaragua con 115 USD. El clamor popular entonces es: hay que aumentar el salario mínimo por ley.

En su mayoría, quienes piden aumentos del salario mínimo tienen buenas intenciones y creen que de esa forma se ayuda a los más necesitados. Otros, solo se aprovechan de las demandas del pueblo para conseguir votos, aún cuando saben que este tipo de medidas perjudican justamente, y en mayor medida, a los más pobres.

Quienes tienen buenas intenciones creen que el salario mínimo es una forma de aumentar los ingresos de los más necesitados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un incremento del salario mínimo no obliga a los empleadores a pagar más, siempre pueden despedir. Por lo que esta medida no es más que una prohibición legal de trabajar por debajo de cierto nivel salarial.

Hay diferentes mecanismos de transmisión mediante los que un aumento del salario mínimo empeora la situación de un país. Lo primero que hay que decir es que con esta medida se les prohíbe a los más necesitados ingresar al mercado laboral. Aquellas personas que aportan a una empresa un valor menor al salario mínimo impuesto por ley, quedarán desempleadas. Si alguien aporta 200 dólares a una empresa y el salario mínimo es de 250, el empleador seguramente preferirá despedirle.

¿Quienes son los que menos aportan al proceso productivo? Los más necesitados, la gente sin educación, sin experiencia, los jóvenes, mujeres cabeza de familia, etc. A estas personas, con la imposición de salarios mínimos por ley, no solo se les prohíbe trabajar, sino que se les impide conseguir la experiencia que viene de la vinculación a un empleo formal, se les condena a vender algún producto en una esquina o a trabajar por horas en empleos eventuales. Se los relega a la informalidad.

Otro de los efectos negativos de aumentar el salario mínimo es el incremento en los precios de los bienes y servicios. Puede suceder que los empresarios al ver elevados sus costos salariales decidan aumentar los precios de sus productos. Entonces un aumento nominal del salario mínimo ocasionaría una disminución del salario real de algunos trabajadores. Diferentes estudios demuestran que los productos que se encarecen en estos casos son los más consumidos justamente por los pobres.

Efecto contrario

De nada le sirve a los más necesitados que les suban el salario mínimo si después de eso, con su sueldo, podrán obtener menos bienes y servicios que antes de que se realizara el aumento.

De otro lado, incrementos en el salario mínimo causan destrucción de empleo y frenan la creación de nuevos puestos. Aquellas empresas que no pueden trasladar el incremento del coste salarial a los precios de los productos, deberán buscar la forma de reducir sus costos, pueden despedir empleados o disminuir el número de horas contratadas. Si el precio de contratación de mano de obra aumenta, su demanda disminuye. Ahora bien, aún cuando suceda el mejor de los casos, aquel en el que los empresarios no se ven obligados a despedir empleados y pueden soportar el aumento de los costos salariales, incrementos del salario mínimo terminarán frenando la creación de nuevo empleo. Los estudios parecen coincidir en que un aumento de alrededor del 10 % del salario mínimo disminuye la creación de empleo en un 25 %.

La intuición, la lógica y los estudios nos dejan pruebas claras de que las consecuencias de aumentar el salario mínimo son negativas. Sin embargo, las excusas de quienes se empeñan en defender sus incrementos, no paran. Después de todo salir a prometer salarios mínimos más altos da muchos votos. A los buenos ciudadanos que incautos caen en los lindos discursos de los políticos hay que preguntarles: ¿Si el aumento del salario mínimo es tan bueno y saca a la gente de la pobreza entonces por qué no ponemos una ley para que los salarios mínimos sean de 1000 dólares? Si estas leyes funcionaran ya habríamos descubierto la cura para la pobreza.

Eliminar el salario mínimo

El salario mínimo es tan malo que el éxito de los países que no tienen estas leyes es simplemente apabullante. Pero en lugares como Colombia ni siquiera se puede proponer su eliminación. Si usted se atreve a hacerlo será tildado de neoliberal desalmado. Afortunadamente yo no quiero nunca tener un puesto en la política entonces puedo decir lo que quiera y lo que mi moralidad me indique. Y lo cierto, aunque a muchos les asuste, es que la clave para crear más empleo y tener una economía próspera es el liberalismo económico, que pasa por medidas como eliminar el salario mínimo. Eliminarlo, ¡no aumentarlo cada que se pueda!

En este punto ya habrá algunos lectores diciendo que si eliminamos el salario mínimo los malvados empresarios terminarán pagando migajas a los empleados y todos seríamos más pobres. No es así. Si miramos lo que sucede en la Unión Europea, donde hay varios países que ya han eliminado el salario mínimo, lo que vemos es que son justamente esos países los que tienen mayores salarios promedios. Eliminar el salario mínimo beneficia a todos. El liberalismo económico enriquece a todos, principalmente, a los más pobres.

Es hora de que los colombianos empecemos a tomar las medidas que llevaron a cabo países como Suiza y Dinamarca para llegar a ser lo que son hoy, y que dejemos de lado las mismas ideas que durante años hemos aplicado y que no han traído resultados. Lo que funciona es el “capitalismo salvaje”, así a muchos les suene feo y a los políticos no les guste decirlo porque no les da votos.