Mientras los representantes de los países miembros de la OEA discuten banalidades y no tienen las suficientes agallas de denunciar toda la violación de derechos humanos que el gobierno ilegal y dictatorial de maduro y sus secuaces cometen contra sus habitantes, los venezolanos desarmados y sin más que su propio amor por la libertad siguen protestando y siendo carne de cañón. Al momento de escribir estas líneas van más de 60 muertos, más de 1,000 heridos y más de 2,000 detenidos.
La brutalidad del régimen es inaudita. Según cuentan algunos venezolanos, la Guardia Nacional y los “colectivos venezolanos” contrataron extranjeros entre cubanos y gente de otros países que ni hablan español para reprimir las protestas. Cada día, miles de bombas lacrimógenas, escopetazos y balas alcanzan a algunos de los manifestantes. Sumado a esta situación, la ilegal actitud de Madruo en querer reformar la constitución para obtener una puramente comunista ha eardecido más al pueblo venezolano amante de la libertad, de su libertad. Y en vez de reducirse las protestas estas cada día aumentan con adhesión de más y más venezolanos, algunos inclusos exguardias nacionales y gente del gobierno de tirano de Maduro.
Cada vez que escribo sobre este tema pienso en todos mis amigos venezolanos, unos dentro y otros fuera de Venezuela, sufriendo y esperando un final feliz, de libertad y de respeto a sus derechos individuales. Creo que lo que hace falta es que jóvenes del ejército se vuelvan contra las ilegalidades y abusos de poder de sus comandantes. Esto le daría la estocada final a este régimen dictatorial que asesina a su propia gente.
Me ha parecido increíble que todavía exista gente defendiendo tales atrocidades e ilegalidades. Y es que, para los comunistas e izquierdistas radicales, el fin justifica los medios y si hay que violar, torturar y matar a quien sea por alcanzar sus fines entonces lo harán. Lo malo es la degradación moral de esta gente que cualquier medio es bueno para sus ambiciones de poder.
Quienes de una forma u otra ayudan al régimen merecen todo el repudio de quienes están luchando y apoyamos la caída del ilegal régimen dictatorial de Maduro. Recientemente, Andrés Oppenheimer, en un artículo de opinión en el Nuevo Herald, criticó duramente a Goldman Sachs por haberle prestado 2.800 millones de dólares al “régimen represivo del presidente Nicolás Maduro”. Según Oppenheimer, ha sido un salvavidas a un régimen que está a punto de caer y con esto seguiré reprimiendo a su pueblo. Termina su crítica así “Lo que podemos hacer es avergonzar públicamente a los bancos que rescatan a regímenes represivos como el de Venezuela. Y hay que hacerlo hasta que los bancos se den cuenta de que no vale la pena el dolor de cabeza”
Quienes estamos contra todos estos abusos del régimen criminal de Maduro no debemos callar. Debemos hablar, denunciar, escribir, comentar, pero no callar. Esta es la forma de decir a los demás que lo que está haciendo Maduro y sus cómplices está mal. Que no es la forma civilizada de sacar adelante a una nación. Que todos estamos cansados de la violencia y la falta de libertad hacia su gente. Que deje de estar financiado grupos terroristas en otros países para adoctrinar gente que no piensa por sí misma y que a cambio de unas migajas te apoya. Que se vaya ya, de una vez por todas.
Venezuela quiere libertad y respeto a sus derechos individuales fundamentales para recuperar la dignidad y el camino a la prosperidad. Ya no más abusos, ya no más violaciones. ¡Libertad para Venezuela!
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Mientras los representantes de los países miembros de la OEA discuten banalidades y no tienen las suficientes agallas de denunciar toda la violación de derechos humanos que el gobierno ilegal y dictatorial de maduro y sus secuaces cometen contra sus habitantes, los venezolanos desarmados y sin más que su propio amor por la libertad siguen protestando y siendo carne de cañón. Al momento de escribir estas líneas van más de 60 muertos, más de 1,000 heridos y más de 2,000 detenidos.
La brutalidad del régimen es inaudita. Según cuentan algunos venezolanos, la Guardia Nacional y los “colectivos venezolanos” contrataron extranjeros entre cubanos y gente de otros países que ni hablan español para reprimir las protestas. Cada día, miles de bombas lacrimógenas, escopetazos y balas alcanzan a algunos de los manifestantes. Sumado a esta situación, la ilegal actitud de Madruo en querer reformar la constitución para obtener una puramente comunista ha eardecido más al pueblo venezolano amante de la libertad, de su libertad. Y en vez de reducirse las protestas estas cada día aumentan con adhesión de más y más venezolanos, algunos inclusos exguardias nacionales y gente del gobierno de tirano de Maduro.
Cada vez que escribo sobre este tema pienso en todos mis amigos venezolanos, unos dentro y otros fuera de Venezuela, sufriendo y esperando un final feliz, de libertad y de respeto a sus derechos individuales. Creo que lo que hace falta es que jóvenes del ejército se vuelvan contra las ilegalidades y abusos de poder de sus comandantes. Esto le daría la estocada final a este régimen dictatorial que asesina a su propia gente.
Me ha parecido increíble que todavía exista gente defendiendo tales atrocidades e ilegalidades. Y es que, para los comunistas e izquierdistas radicales, el fin justifica los medios y si hay que violar, torturar y matar a quien sea por alcanzar sus fines entonces lo harán. Lo malo es la degradación moral de esta gente que cualquier medio es bueno para sus ambiciones de poder.
Quienes de una forma u otra ayudan al régimen merecen todo el repudio de quienes están luchando y apoyamos la caída del ilegal régimen dictatorial de Maduro. Recientemente, Andrés Oppenheimer, en un artículo de opinión en el Nuevo Herald, criticó duramente a Goldman Sachs por haberle prestado 2.800 millones de dólares al “régimen represivo del presidente Nicolás Maduro”. Según Oppenheimer, ha sido un salvavidas a un régimen que está a punto de caer y con esto seguiré reprimiendo a su pueblo. Termina su crítica así “Lo que podemos hacer es avergonzar públicamente a los bancos que rescatan a regímenes represivos como el de Venezuela. Y hay que hacerlo hasta que los bancos se den cuenta de que no vale la pena el dolor de cabeza”
Quienes estamos contra todos estos abusos del régimen criminal de Maduro no debemos callar. Debemos hablar, denunciar, escribir, comentar, pero no callar. Esta es la forma de decir a los demás que lo que está haciendo Maduro y sus cómplices está mal. Que no es la forma civilizada de sacar adelante a una nación. Que todos estamos cansados de la violencia y la falta de libertad hacia su gente. Que deje de estar financiado grupos terroristas en otros países para adoctrinar gente que no piensa por sí misma y que a cambio de unas migajas te apoya. Que se vaya ya, de una vez por todas.
Venezuela quiere libertad y respeto a sus derechos individuales fundamentales para recuperar la dignidad y el camino a la prosperidad. Ya no más abusos, ya no más violaciones. ¡Libertad para Venezuela!
República es ajena a la opinión expresada en este artículo