La Contraloría General de Cuentas (CGC), encontró que el Estado, por medio del régimen de Clases Pasivas, pagó en 2016 jubilaciones por un monto de Q1.6 millones a 192 personas que ya estaban muertas.
“Al cruzar la información con el Registro Nacional de las Personas se pudo establecer que estas ya estaban fallecidas cuando se realizaron los acreditamienos a las distintas cuentas bancarias”, reporta la entidad encargada de fiscalizar el uso de los recursos públicos.
Este, sin embargo, no es el único caso de este tipo hallado en las auditorías. También se reporta que a través del Fideicomiso Fondo de Protección Social el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), acreditó a 592 personas ya muertas, recursos económicos por un monto de Q194 mil 700.
Fraude en entidades públicas
“Es evidente que hay redes muy hábiles para orquestar este tipo de fraudes porque el hecho que estuvieran muertos no fue impedimento para que cobraran los cheques”, afirmó Manfredo Marroquín, director de Acción Ciudadana (AC).
Para el experto en temas de transparencia, las estructuras organizadas para defraudar al Estado “se aprovechan de que no hay censos, estadísticas y de que todos los registros públicos no estén conectados. Como no hay controles cruzados es muy fácil defraudar al Estado con ese tipo de cosas”, enfatizó Marroquín.
Esa forma de saquear las arcas públicas es muy grande y algo similar ocurre con las plazas fantasmas, argumentó el director de AC.
“Si se suma ese fraude hormiga, es tan grande o más grande que cualquiera de los grandes fraudes que hay de miles de millones de quetzales”, concluyó Marroquín.
La Contraloría General de Cuentas (CGC), encontró que el Estado, por medio del régimen de Clases Pasivas, pagó en 2016 jubilaciones por un monto de Q1.6 millones a 192 personas que ya estaban muertas.
“Al cruzar la información con el Registro Nacional de las Personas se pudo establecer que estas ya estaban fallecidas cuando se realizaron los acreditamienos a las distintas cuentas bancarias”, reporta la entidad encargada de fiscalizar el uso de los recursos públicos.
Este, sin embargo, no es el único caso de este tipo hallado en las auditorías. También se reporta que a través del Fideicomiso Fondo de Protección Social el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), acreditó a 592 personas ya muertas, recursos económicos por un monto de Q194 mil 700.
Fraude en entidades públicas
“Es evidente que hay redes muy hábiles para orquestar este tipo de fraudes porque el hecho que estuvieran muertos no fue impedimento para que cobraran los cheques”, afirmó Manfredo Marroquín, director de Acción Ciudadana (AC).
Para el experto en temas de transparencia, las estructuras organizadas para defraudar al Estado “se aprovechan de que no hay censos, estadísticas y de que todos los registros públicos no estén conectados. Como no hay controles cruzados es muy fácil defraudar al Estado con ese tipo de cosas”, enfatizó Marroquín.
Esa forma de saquear las arcas públicas es muy grande y algo similar ocurre con las plazas fantasmas, argumentó el director de AC.
“Si se suma ese fraude hormiga, es tan grande o más grande que cualquiera de los grandes fraudes que hay de miles de millones de quetzales”, concluyó Marroquín.