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¿Y si tratamos de componer este relajo?

Carolina Castellanos
02 de junio, 2017

La pregunta obvia es ¿cuál relajo? Bueno, pues el llamado “nuestra Guate”.  La siguiente pregunta sería ¿cuál sistema?  Y la tercera, ¿cuál gobierno? O sea, sí hay relajo.

Empecemos por lo sucedido esta semana en contra de Enrique Lacs, ex viceministro de Economía, arrestado con una orden falsa.  Hubo muchísimos mensajes en twitter.  Muchos iban en relación a cuántos casos más habrá que han quedado impunes o pasado desapercibidos porque fue a personas sin alto perfil. Otros iban en torno a cómo hacer para saber si una orden de arresto es verídica.  Son preguntas sin respuesta.  Un verdadero relajo. 

Por supuesto, no faltaron aquellos que clamaban por la necesidad de aprobar las reformas a la Constitución para solventar el problema.  Es más que obvio que fueron comentarios ideológicos, y no intelectuales, pues las reformas propuestas, por mucho que quieran, no van orientadas a resolver estos problemas procedimentales, de corrupción o de “favores” por allí.

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La pregunta sobre cuál sistema, deja abierta la puerta a mil respuestas.  Creo que el problema es que no hay un sistema establecido.  Vivimos en una mezcla de acciones que buscan reducir pobreza pero no lo logran.  De generar desarrollo pero con planes que alejan la inversión y con presupuestos que van orientados casi en su totalidad a ejecución y no a realmente resolver nada.  Basta con dar un vistazo a salud, educación, justicia, infraestructura vial, seguridad, etc. Los ministerios solo ejecutan, si al caso lo hacen, pues hay un pánico generalizado a firmar contratos por temor a terminar en la cárcel.  Pero no vemos planes de cambiar cualquiera que sea el sistema que utilizan.  El fracaso de lo que hacen, y han venido haciendo por muchos años, es más que obvio.  Quien dirige cada cartera es irrelevante, si no hay cambios profundos, empezando por reorientar el gasto y convertirlo en inversión.

Hay que incluir en el relajo al actual gobierno. No hay más que responder “el que tenemos”.  Nos guste o no, fue electo democráticamente.  Es nuestro deber como ciudadanos cuidarlo y proteger nuestra incipiente democracia para llegar al siguiente período electoral y decidir nuevamente a quién queremos como Presidente. 

Definitivamente, el “sistema” de partidos políticos es un desastre.  Los diputados están queriendo modificarlo, pero resulta que está proponiendo que los tributarios paguemos ¡hasta por la publicidad que hagan los partidos políticos! ¡Inaudito!  O sea, seguirá el relajo.  No hay partidos políticos, de acuerdo a su definición más intelectual.  Solo son grupos que se forman cada cuatro años, con el mismo nombre o con diferente, para proponer a alguien.

Volviendo al encabezado de este artículo, ¿cómo resolvemos este relajo?  Iniciaría por participar activamente vía redes sociales, en programas de opinión y en donde sea, para hacer valer nuestra voz.  Algo muy proactivo es tener propuestas concretas sobre los temas que nos interesan y hacerlas llegar a cuantos podamos, por las vías mencionadas anteriormente, o participando activamente en Cámaras, gremiales o cualquier grupo organizado.

Si se desea incidir, pues lo que toca es organizarse, trabajar propuestas, difundirlas lo más que se pueda, ganar más adeptos y seguir así hasta que se logre ir cambiando estos “sistemas” desastrosos.  Un ejemplo reciente es Guatemala Inmortal.  Son un grupo de personas que se han unido para luchar contra las reformas a la Constitución.  Sin dinero ni apoyo de nadie más, han crecido y difundido sus ideas.

Mi forma de ver todo esto es que nuestra misión como ciudadanos que pagamos impuestos y trabajamos honradamente, es dejar el metro cuadrado que nos tocó, mejor de como lo encontramos.  Requiere trabajo, esfuerzo, perseverancia.  Sobre todo, ideas claras, responsabilidad y mucho amor por Guatemala.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

 

¿Y si tratamos de componer este relajo?

Carolina Castellanos
02 de junio, 2017

La pregunta obvia es ¿cuál relajo? Bueno, pues el llamado “nuestra Guate”.  La siguiente pregunta sería ¿cuál sistema?  Y la tercera, ¿cuál gobierno? O sea, sí hay relajo.

Empecemos por lo sucedido esta semana en contra de Enrique Lacs, ex viceministro de Economía, arrestado con una orden falsa.  Hubo muchísimos mensajes en twitter.  Muchos iban en relación a cuántos casos más habrá que han quedado impunes o pasado desapercibidos porque fue a personas sin alto perfil. Otros iban en torno a cómo hacer para saber si una orden de arresto es verídica.  Son preguntas sin respuesta.  Un verdadero relajo. 

Por supuesto, no faltaron aquellos que clamaban por la necesidad de aprobar las reformas a la Constitución para solventar el problema.  Es más que obvio que fueron comentarios ideológicos, y no intelectuales, pues las reformas propuestas, por mucho que quieran, no van orientadas a resolver estos problemas procedimentales, de corrupción o de “favores” por allí.

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La pregunta sobre cuál sistema, deja abierta la puerta a mil respuestas.  Creo que el problema es que no hay un sistema establecido.  Vivimos en una mezcla de acciones que buscan reducir pobreza pero no lo logran.  De generar desarrollo pero con planes que alejan la inversión y con presupuestos que van orientados casi en su totalidad a ejecución y no a realmente resolver nada.  Basta con dar un vistazo a salud, educación, justicia, infraestructura vial, seguridad, etc. Los ministerios solo ejecutan, si al caso lo hacen, pues hay un pánico generalizado a firmar contratos por temor a terminar en la cárcel.  Pero no vemos planes de cambiar cualquiera que sea el sistema que utilizan.  El fracaso de lo que hacen, y han venido haciendo por muchos años, es más que obvio.  Quien dirige cada cartera es irrelevante, si no hay cambios profundos, empezando por reorientar el gasto y convertirlo en inversión.

Hay que incluir en el relajo al actual gobierno. No hay más que responder “el que tenemos”.  Nos guste o no, fue electo democráticamente.  Es nuestro deber como ciudadanos cuidarlo y proteger nuestra incipiente democracia para llegar al siguiente período electoral y decidir nuevamente a quién queremos como Presidente. 

Definitivamente, el “sistema” de partidos políticos es un desastre.  Los diputados están queriendo modificarlo, pero resulta que está proponiendo que los tributarios paguemos ¡hasta por la publicidad que hagan los partidos políticos! ¡Inaudito!  O sea, seguirá el relajo.  No hay partidos políticos, de acuerdo a su definición más intelectual.  Solo son grupos que se forman cada cuatro años, con el mismo nombre o con diferente, para proponer a alguien.

Volviendo al encabezado de este artículo, ¿cómo resolvemos este relajo?  Iniciaría por participar activamente vía redes sociales, en programas de opinión y en donde sea, para hacer valer nuestra voz.  Algo muy proactivo es tener propuestas concretas sobre los temas que nos interesan y hacerlas llegar a cuantos podamos, por las vías mencionadas anteriormente, o participando activamente en Cámaras, gremiales o cualquier grupo organizado.

Si se desea incidir, pues lo que toca es organizarse, trabajar propuestas, difundirlas lo más que se pueda, ganar más adeptos y seguir así hasta que se logre ir cambiando estos “sistemas” desastrosos.  Un ejemplo reciente es Guatemala Inmortal.  Son un grupo de personas que se han unido para luchar contra las reformas a la Constitución.  Sin dinero ni apoyo de nadie más, han crecido y difundido sus ideas.

Mi forma de ver todo esto es que nuestra misión como ciudadanos que pagamos impuestos y trabajamos honradamente, es dejar el metro cuadrado que nos tocó, mejor de como lo encontramos.  Requiere trabajo, esfuerzo, perseverancia.  Sobre todo, ideas claras, responsabilidad y mucho amor por Guatemala.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo