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La odisea de 1,269 agentes de PNC por desalojo en Petén

Rodrigo Perez
06 de junio, 2017

Lo que se suponía sería un desalojo más, se convirtió en toda una odisea para 1 mil 269 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), que debido a las condiciones climáticas se quedaron atrapados en la selva petenera,

Todo empezó el 1 de junio cuando se movilizaron a cumplir una orden de desalojo de 150 familias (unas 500 personas) que invadieron una zona de usos múltiples de la Reserva de la Biósfera Maya, en San Andrés, Petén.

Los inconvenientes empezaron desde el primer día y se prolongaron por cuatro más que no estaban previstos. Los caminos de terracería anegados por las lluvias impidieron que las 63 autopatrullas, los 8 camiones y un autobús, los llevaran a destino final. En los camiones, entre otras cosas, se trasladaban los alimentos y colchonetas para dormir.

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Empujaron los carros, los halaron con lazos hasta el cansancio, pero no lograron que se movieran del fango donde habían caído. Tras caminar seis horas por caminos de difícil acceso llegaron a lugar del desalojo.

Pero ahí los esperaba otra sorpresa. El juez había retrasado 24 horas el operativo. Y los alimentos se quedaron en los vehículos atascados.

“Ellos pensaron que automotores iban a ser desatascados, pero ya no lograron pasar. Se coordinó para llevarles vía aérea comida, pero por el mal tiempo no pudo despegar la aeronave”, afirma Pablo Castillo, vocero de la PNC.

Los agentes improvisaron un campamento mientras lograban salir del lugar.

Al final, con retraso, llegaron los alimentos, aunque Castillo dice “no tener el dato de cuánto tiempo pasó”. Al día siguiente, 2 de junio, se realizó el operativo y los invasores optaron por abandonar las 15 mil 74 hectáreas protegidas.

El regreso también fue complicado. Debieron caminar más de siete horas hasta llegar al punto donde los vehículos podían llegar a recogerlos. El retorno a sus lugares de trabajo empezó hasta el 5 de mayo.

“Ayer en la noche salieron los últimos grupos, se les dio asistencia médica y lo que presentaban era dolor de cuerpo por el cansancio”, contó el portavoz de la PNC.

Pero mientras tanto, a los agentes les tocó dormir en champas improvisadas con hojas y capas para protegerse de la lluvia. “Como Dios les ayudó, durmieron”, dijo Castillo.

Los agentes están destacados en los departamentos de Zacapa, Chiquimula, Santa Rosa, Izabal y otras regiones del país. Para compensar el esfuerzo hecho en el cumplimiento de su deber se les otorgó “96 horas de descanso adicionales a los tres días que les corresponde”, concluyó Castillo.

La odisea de 1,269 agentes de PNC por desalojo en Petén

Rodrigo Perez
06 de junio, 2017

Lo que se suponía sería un desalojo más, se convirtió en toda una odisea para 1 mil 269 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), que debido a las condiciones climáticas se quedaron atrapados en la selva petenera,

Todo empezó el 1 de junio cuando se movilizaron a cumplir una orden de desalojo de 150 familias (unas 500 personas) que invadieron una zona de usos múltiples de la Reserva de la Biósfera Maya, en San Andrés, Petén.

Los inconvenientes empezaron desde el primer día y se prolongaron por cuatro más que no estaban previstos. Los caminos de terracería anegados por las lluvias impidieron que las 63 autopatrullas, los 8 camiones y un autobús, los llevaran a destino final. En los camiones, entre otras cosas, se trasladaban los alimentos y colchonetas para dormir.

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Empujaron los carros, los halaron con lazos hasta el cansancio, pero no lograron que se movieran del fango donde habían caído. Tras caminar seis horas por caminos de difícil acceso llegaron a lugar del desalojo.

Pero ahí los esperaba otra sorpresa. El juez había retrasado 24 horas el operativo. Y los alimentos se quedaron en los vehículos atascados.

“Ellos pensaron que automotores iban a ser desatascados, pero ya no lograron pasar. Se coordinó para llevarles vía aérea comida, pero por el mal tiempo no pudo despegar la aeronave”, afirma Pablo Castillo, vocero de la PNC.

Los agentes improvisaron un campamento mientras lograban salir del lugar.

Al final, con retraso, llegaron los alimentos, aunque Castillo dice “no tener el dato de cuánto tiempo pasó”. Al día siguiente, 2 de junio, se realizó el operativo y los invasores optaron por abandonar las 15 mil 74 hectáreas protegidas.

El regreso también fue complicado. Debieron caminar más de siete horas hasta llegar al punto donde los vehículos podían llegar a recogerlos. El retorno a sus lugares de trabajo empezó hasta el 5 de mayo.

“Ayer en la noche salieron los últimos grupos, se les dio asistencia médica y lo que presentaban era dolor de cuerpo por el cansancio”, contó el portavoz de la PNC.

Pero mientras tanto, a los agentes les tocó dormir en champas improvisadas con hojas y capas para protegerse de la lluvia. “Como Dios les ayudó, durmieron”, dijo Castillo.

Los agentes están destacados en los departamentos de Zacapa, Chiquimula, Santa Rosa, Izabal y otras regiones del país. Para compensar el esfuerzo hecho en el cumplimiento de su deber se les otorgó “96 horas de descanso adicionales a los tres días que les corresponde”, concluyó Castillo.