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Son organizaciones terroristas, no de derechos humanos-ambientalistas.

Redacción
06 de junio, 2017

Luego de que la Corte de Constitucionalidad haya amparado en sentencia firme los proyectos hidroeléctricos Oxec I y Oxec II, el autollamado Consejo Maya Q´eqchi´ de Santa María Cahabón y la ONG Colectivo Madre Selva, emitieron el 31 de mayo pasado, un peligroso boletín de prensa, rechazando y desconociendo la sentencia aludida, instando a todos los pueblos y comunidades “indígenas y mestizas” a pronunciarse contra el fallo e insinuando que éste generará de su parte “indeseables situaciones de violencia”.

Cuando se compara este “boletín de prensa” con los comunicados insurgentes de la guerrilla marxista de los 70s y 80s, podemos ver claramente que tienen el mismo tiente, que el autor o autores intelectuales parecieran ser los mismos: lucha de clases sociales y confrontación étnica (racismo).

Y no es para más, las actuales organizaciones de derechos humanos y ambientalistas están conformadas y dirigidas por los mismos ex combatientes, ideólogos, familiares, allegados o descendientes de aquellos terroristas que patrocinados desde Cuba y la extinta URSS sembraron la muerte y destrucción en Guatemala.

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Estas fuerzas subversivas a las que el Ejército y los políticos les perdonaron la vida, les tendieron la mano y lo reintegraron a la sociedad, lejos de agradecer a Dios por la oportunidad de salvar el pellejo, su odio y resentimiento ha perdurado y se ha acrecentado, ensañándose hoy contra las fuerzas armadas, el empresariado, el progreso y la libertad del resto de la población que en su mayoría siempre les dio la espalda durante el “conflicto armado” y luego en las urnas. Típica política izquierdista: le das la mano y te agarran el pie.

Aprovechándose de la ignorancia, buena voluntad o intereses (no sé exactamente qué) de sus patrocinadores internacionales, ya no Cuba ni la URSS, sino países europeos y americanos, y sus redes de organizaciones no gubernamentales, hoy día cuentan con casi ilimitados fondos para llevar a cabo su plan de destruir las instituciones del Estado, cooptándolas, minando la economía y golpeando fuerte al sector productivo, adoctrinando mentes, luego victimizarse y refundar ideológicamente a Guatemala. Todo esto, claro está, contando con medios masivos de comunicación (o más bien, de propaganda) a sus servicios.

Estas organizaciones campean impunemente por todo el país, organizándose en grupos armados, invadiendo propiedad privada con rifles de asalto, quemando maquinaria en minas, hidroeléctricas y fincas, robando energía eléctrica, extorsionando empresas, etc., etc., etc. Parecieran maniobrar con el aval de los propios organismos del Estado. Claro, el único perjudicado es el propietario, el emprendedor, el finquero, el comerciante, los nuevos malos de la película. Hoy día, en Guatemala se premia el crimen y se castiga la creatividad, el trabajo y la empresarialidad.

Definitivamente todo este sistema de derechos humanos, de derechos ambientales, de sindicatos, debe ser destruido de raíz y refundado. Estas organizaciones viven de la pobreza e ignorancia del pueblo, al que incluso tienen que pagar para acarrear a sus manifestaciones y bochinches. Con todo el dinero que han recibido por décadas, jamás han sacado de la miseria a sus “protegidos”, ni lo harán. Es parte del juego: mantenerlos pobres e ignorantes. Así también es parte del juego buscar millonarios resarcimientos con la farsa del genocidio.

Desafortunadamente no tenemos líderes con suficientes pantalones para combatir esta afrenta terrorista. Un presidente inoperante, un congreso corrupto y unas cortes cooptadas por la izquierda radical. Panorama desolador.

Hace falta un grupo de ciudadanos decentes y con pantalones que rescaten a Guatemala y se atrevan a darle vuelta a esto, a patearles el trasero a estos ongeros y meterlos a la cárcel por todos sus horrendos crímenes. Todavía tengo las esperanzas que el guatemalteco, que en general es “chispudo”, trabajador y emprendedor, en las próximas elecciones elija gente capaz y valiente que luchen por revertir todo este daño. Con los terroristas no se negocia.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Son organizaciones terroristas, no de derechos humanos-ambientalistas.

Redacción
06 de junio, 2017

Luego de que la Corte de Constitucionalidad haya amparado en sentencia firme los proyectos hidroeléctricos Oxec I y Oxec II, el autollamado Consejo Maya Q´eqchi´ de Santa María Cahabón y la ONG Colectivo Madre Selva, emitieron el 31 de mayo pasado, un peligroso boletín de prensa, rechazando y desconociendo la sentencia aludida, instando a todos los pueblos y comunidades “indígenas y mestizas” a pronunciarse contra el fallo e insinuando que éste generará de su parte “indeseables situaciones de violencia”.

Cuando se compara este “boletín de prensa” con los comunicados insurgentes de la guerrilla marxista de los 70s y 80s, podemos ver claramente que tienen el mismo tiente, que el autor o autores intelectuales parecieran ser los mismos: lucha de clases sociales y confrontación étnica (racismo).

Y no es para más, las actuales organizaciones de derechos humanos y ambientalistas están conformadas y dirigidas por los mismos ex combatientes, ideólogos, familiares, allegados o descendientes de aquellos terroristas que patrocinados desde Cuba y la extinta URSS sembraron la muerte y destrucción en Guatemala.

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Estas fuerzas subversivas a las que el Ejército y los políticos les perdonaron la vida, les tendieron la mano y lo reintegraron a la sociedad, lejos de agradecer a Dios por la oportunidad de salvar el pellejo, su odio y resentimiento ha perdurado y se ha acrecentado, ensañándose hoy contra las fuerzas armadas, el empresariado, el progreso y la libertad del resto de la población que en su mayoría siempre les dio la espalda durante el “conflicto armado” y luego en las urnas. Típica política izquierdista: le das la mano y te agarran el pie.

Aprovechándose de la ignorancia, buena voluntad o intereses (no sé exactamente qué) de sus patrocinadores internacionales, ya no Cuba ni la URSS, sino países europeos y americanos, y sus redes de organizaciones no gubernamentales, hoy día cuentan con casi ilimitados fondos para llevar a cabo su plan de destruir las instituciones del Estado, cooptándolas, minando la economía y golpeando fuerte al sector productivo, adoctrinando mentes, luego victimizarse y refundar ideológicamente a Guatemala. Todo esto, claro está, contando con medios masivos de comunicación (o más bien, de propaganda) a sus servicios.

Estas organizaciones campean impunemente por todo el país, organizándose en grupos armados, invadiendo propiedad privada con rifles de asalto, quemando maquinaria en minas, hidroeléctricas y fincas, robando energía eléctrica, extorsionando empresas, etc., etc., etc. Parecieran maniobrar con el aval de los propios organismos del Estado. Claro, el único perjudicado es el propietario, el emprendedor, el finquero, el comerciante, los nuevos malos de la película. Hoy día, en Guatemala se premia el crimen y se castiga la creatividad, el trabajo y la empresarialidad.

Definitivamente todo este sistema de derechos humanos, de derechos ambientales, de sindicatos, debe ser destruido de raíz y refundado. Estas organizaciones viven de la pobreza e ignorancia del pueblo, al que incluso tienen que pagar para acarrear a sus manifestaciones y bochinches. Con todo el dinero que han recibido por décadas, jamás han sacado de la miseria a sus “protegidos”, ni lo harán. Es parte del juego: mantenerlos pobres e ignorantes. Así también es parte del juego buscar millonarios resarcimientos con la farsa del genocidio.

Desafortunadamente no tenemos líderes con suficientes pantalones para combatir esta afrenta terrorista. Un presidente inoperante, un congreso corrupto y unas cortes cooptadas por la izquierda radical. Panorama desolador.

Hace falta un grupo de ciudadanos decentes y con pantalones que rescaten a Guatemala y se atrevan a darle vuelta a esto, a patearles el trasero a estos ongeros y meterlos a la cárcel por todos sus horrendos crímenes. Todavía tengo las esperanzas que el guatemalteco, que en general es “chispudo”, trabajador y emprendedor, en las próximas elecciones elija gente capaz y valiente que luchen por revertir todo este daño. Con los terroristas no se negocia.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo