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Fragmento: La red oculta, de Jamie Bartlett.

Gabriel Arana Fuentes
11 de junio, 2017

Desenmascarar a los troles*

Una vida destruida

«¡Hola /b/!», decía el pequeño letrero que Sarah tenía en su cuerpo semidesnudo. «7 de agosto de 2013, 9:35 p. m.». Este era un aviso para los cientos o quizá miles de usuarios anónimos del tristemente célebre foro /b/, en el sitio de intercambio de imágenes 4chan, de que estaba lista para posar ante la cámara web. Los agradecidos espectadores empezaron a publicar varias peticiones sexuales explícitas, las cuales Sarah satisfizo fotografiándose y subiendo las fotos a la red.2

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En 4chan hay foros dedicados a una gran variedad de temas como manga, «hágalo usted mismo», cocina, política y literatura, pero la mayor parte de veinte millones de personas que visitan ese sitio cada mes se dirige a /b/, también conocido como el foro aleatorio. Las fotografías de Sarah solo fueron parte de uno de muchos extraños, ofensivos y sexualmente explícitos hilos de conversación mantenidos en /b/. Aquí la moderación es baja, tal vez nula, y casi todos publican de manera anónima; sin embargo, hay un conjunto de reglas: «Las 47 reglas de Internet», creadas por los mismos /b/users, también conocidos como /b/tards, que, entre otras, rezan:

Regla 1: No hables de /b/.

Regla 2: NO hables de /b/.

Regla 8: Realmente no hay reglas para publicar.

Regla 20: Nada se tomará en serio.

Regla 31: Tetas o G(et) T(he) F(uck) O(ut),* la decisión es tuya.

Regla 36: Siempre hay cosas más cabronas que la que acabas de ver.

Regla 38: Ningún límite real aplica aquí, ni siquiera el cielo.

Regla 42: Nada es sagrado.

El mundo anónimo y sin censura de /b/ genera una gran cantidad de contenido ingenioso, divertido y ofensivo, ya que los usuarios compiten por notoriedad y popularidad. ¿Alguna vez le diste clic a un vínculo de YouTube e inesperadamente abrió el exitazo de Rick Astley de 1987 Never Gonna Give You Up?;† ese fue /b/; o tal vez hayas recibido fotos graciosas de gatos con letreros llenos de faltas de ortografía, ese también fue /b/; el grupo de hacktivistas Anonymous es /b/ también.

Sin embargo, el anonimato también tiene desventajas. Las mujeres principiantes son frecuentemente ignoradas o insultadas, a menos que publiquen fotos o posen para la cámara web, la cual es siempre una manera fácil y efectiva de capturar la atención de los /b/tards. 4chan tiene un foro dedicado a webcam llamado /soc/, donde se espera que los usuarios traten bien a las camgirls. Diario, decenas de camgirls posan para la cámara ahí. Aunque tonta, accidental y ocasionalmente puede uno llegar a /b/.

Aproximadamente veinte minutos después de que la primera fotografía fuera publicada, un usuario pidió que Sarah se tomara una foto desnuda con su nombre escrito en algún lado de su cuerpo. Poco después, otro usuario pidió que se tomara otra foto y posara con algún medicamento que estuviera tomando. Ella cumplió puntualmente las dos peticiones. Esto fue un error.

Anónimo dijo: Mierda, espero que nadie la doxee (Tomamos el verbo to doxx como extranjerismo adaptado. En inglés, significa exponer la verdadera identidad de una persona con datos obtenidos de su actividad en internet). Se entregó sola. Parece una buena chica.

Anónimo contestó: We, cálmate, dio su nombre, el nombre completo de su médico y hasta el área de dormitorios donde vive; quiere que la encuentren.

Anónimo contestó: Es nueva. Cualquier chica que escribe su nombre en su cuerpo es claramente una novata en camwhoring (Camwhoring significa hacer poses sexuales explícitas frente a la cámara web) y no sabe en lo que se mete.

Sarah, sin darse cuenta, publicó suficiente información personal para que los usuarios la doxeen, es decir, rastreen su identidad. Otros /b/tards fueron alertados y rápidamente se unieron al hilo; en 4chan, doxear a una chica en la webcam es visto como una extraña incitación; y pronto hubo usuarios que localizaron a Sarah en las listas públicas de su universidad y revelaron su nombre completo, dirección y número de teléfono. Al siguiente día la rastrearon en sus cuentas de Facebook y Twitter. Sarah seguía mirando frente a su computadora, incapaz de detener aquello.

Anónimo dijo: Paren. En serio. Pinches gordos perdedores.

Anónimo contestó: Qué bueno verte; sigues en el hilo, Sarah. Por cierto, bienvenida.

Anónimo contestó: Hey, Sarah, ¿puedo agregarte en Facebook? Es broma, borra esa madre antes de que tus desnudos les lleguen a tus amigos.

Anónimo dijo: Literalmente, hizo privado su jodido Twitter, cuando estaba viendo sus fotos. Pinche zorra.

Anónimo contestó: Confirmado, lo borró. Estoy anotando a las personas en las listas de sus amigos y su relación con ella. Empezaremos a enviarles los desnudos pronto.

Anónimo contestó: lol. Borró su Facebook. Pero dudo que pueda borrar a sus familiares.

Anónimo contestó: Solo guarden su nombre. En algún momento, cuando esto pase, las reactivará y verá sus fotitos robadas de nuevo. No tendrá paz otra vez después de este robo. Y pasará un rato vergonzoso, como la chingada, con su familia.

Anónimo dijo: Pinches nerds, ¿consiguieron su Facebook? Son unos chingones. Una chava los complace en esta mierda de sitio y ustedes la acosan. No ma, pinche /b/.

Anónimo contestó: Lárgate de aquí, pedazo de mierda, basura moralFAG. (Este término define a los recién llegados a /b/.)

Anónimo contestó: ¿Cuánto tiempo pasas aquí? ¿Realmente te sorprende esto?

Anónimo dijo: Las que publican desnudos no merecen ninguna desgracia.

Anónimo contestó: Ja, ja, ja, ja, ja, ja, debes de ser nuevo por aquí. Es por los lulz. (Lulz es el plural que deriva de lol (Laugh Out Loud, «reír a carcajadas»)).

Anónimo dijo: No quiero parecer un caballero, pero siendo uno, me pregunto por qué /b/ hace esto. Nos enseña tetas y, mierda, «nosotros» le hacemos esto. El internet como máquina de odio a todo lo que da.

Anónimo contestó: /b/ camwhoring 2004-2013. R.I.P. Gracias.

Anónimo contestó: Lo que más me impresiona es cómo ustedes nunca se callan: «Si las siguen doxeando, ya no habrá camwhores 🙁 ». Dense cuenta que lo han dicho por casi una década.

Anónimo dijo: Como sea, aquí está una lista de todos sus amigos en Facebook. Pueden enviarles mensajes a los amigos y a los amigos de sus amigos, para que cualquiera que contacte a Sarah por medio del amigo de un amigo lo sepa.

Anónimo contestó: ¿Ya alguien envió mensajes a sus amigos y a su familia, o puedo empezar?

Anónimo contestó: Vas, vas, vas.

Un usuario creó una cuenta falsa, armó un collage con las fotografías de Sarah y las envió a su familia y sus amigos con un corto mensaje: «Hey, ¿conoces a Sarah? La pobrecita niña ha hecho cosas muy malas. Aquí están las fotos que publicó en internet, para que todo el mundo las vea». En cuestión de minutos, a casi todos los que estaban en las redes sociales de Sarah les enviaron las fotografías.

Anónimo dijo: (xxxxx) es su número de teléfono. Confirmado.

Anónimo contestó: Le acabo de hablar, está llorando. Parecía una ballena triste sollozando.

Anónimo contestó: ¿Alguien más la está llamando a cada rato?

Esto es lo que en /b/ llaman «vida arruinada»; es decir, ciberacoso intencionado que, como el nombre sugiere, es el resultado del sufrimiento sostenido por largo tiempo.

No es la primera vez que /b/ ha doxeado chicas que posan para la cámara. Un eufórico participante celebró la victoria y creó otro hilo para compartir historias y capturas de pantalla de decenas de otros «clásicos» de vidas arruinadas; publicó fotografías de una chica, cuya cuenta de Facebook fue hackeada, su contraseña cambiada y las fotos explícitas que publicó /b/ las compartió en su muro.

Anónimo dijo: Me siento mal por ella. Era sexi, y, carajo, estaba bonita. Qué mal que haya sido tan idiota como para filtrar su nombre y todo lo demás. Bueno, esas pendejadas pasan.

Anónimo contestó: Si hubiera sido lista, se hubiera largado; pero no, entonces se merece las consecuencias.

Anónimo contestó: No me importa lo que pase. La perra posaba para la cámara y tenía novio.

La operación duró una hora. Pronto, el hilo se había disuelto y Sarah había sido olvidada. Doxear chicas en la webcam solo es una de las numerosas maneras en las que las personas abusan, intimidan, provocan, molestan o trolean a otros en línea. Celebridades, periodistas, políticos, deportistas, académicos y casi cualquiera que esté bajo la mirada pública o tenga muchos seguidores en línea regularmente reciben insultos, comentarios provocadores y amenazas de personas desconocidas. En 2011 Sean Duffy fue enviado a prisión después de haber hecho comentarios ofensivos, incluyendo una publicación donde se burlaba de una adolescente de quince años que se había suicidado. Cuando la periodista Caroline Criado-Perez triunfó junto con otros, en 2013, en una campaña para que se pusiera a Jane Austen en los billetes de £10, fue bombardeada con mensajes abusivos de usuarios anónimos de Twitter; todo esto culminó con amenazas de bomba y de muerte. La policía las consideró lo suficientemente serias para recomendarle a la periodista que se mudara a un refugio seguro. Después de su aparición en el programa de televisión de la bbc, Question Time, la clasicista de la Universidad de Cambridge Mary Beard recibió «amenazas en línea» de tipo sexual.5 En junio de 2014, la autora J. K. Rowling fue brutalmente atacada en línea por donar un millón de libras a la campaña que se oponía a la independencia de Escocia: Better Together.

Algunas formas de troleo ocurren en casi cada sitio de internet: YouTube, Facebook, Twitter; cada una evolucionó para adaptarse a su entorno, como los pinzones de Darwin. Los troles de MySpace tienen un registro y un tono perfectamente adaptados para molestar a los músicos adolescentes con aspiraciones. En los sitios de pornografía hay troles que saben con precisión cómo ofender a los exhibicionistas. La sección de «comentarios» de renombrados sitios de noticias normalmente está repleta de insultos.

En los últimos cinco años hubo un auge dramático de este comportamiento. En 2007, 498 personas en Inglaterra y Gales fueron sentenciadas por usar algún dispositivo electrónico para enviar mensajes extremadamente ofensivos, indecentes, obscenos o de carácter amenazante. Para 2012 ese número se había incrementado a 1 423. Casi uno de cada tres jóvenes británicos de dieciocho a veinticuatro años conoce a alguien que fue víctima de abuso anónimo en línea. De una muestra de casi 2 000 británicos, 2% afirmó que había insultado, de algún modo, a alguien en línea; extrapolado, esto nos da como resultado casi un millón de troles solo en Reino Unido. «Trolear» hoy en día se ha vuelto sinónimo de cualquier comportamiento en línea que es desagradable o amenazador, aunque hay mucho más en el troleo que solo abuso. Zack acaba de cumplir treinta años y habla con un ligero acento del estuario del Támesis; ha troleado por más de una década. «Trolear no es acosar gente, es desbloquear. Liberar situaciones, crear nuevos escenarios, superar límites, probar nuevas ideas, calcular la mejor manera para provocar una reacción. Amenazar de violación a alguien en Twitter no es trolear, solo es amenazar de violación».

Zack pasó años refinando sus tácticas de troleo. Su técnica favorita es, según él, unirse a un foro, cometer faltas de ortografía o gramática básicas intencionalmente, esperar a que alguien insulte lo que escribió y atraparlo en un argumento de política. Me mostró un ejemplo reciente que guardó en su laptop. Publicó lo que parecía un inocuo y mal escrito comentario en un popular sitio de derecha; reclamó que los derechistas no serían de derecha si leyeran más. Un usuario enfurecido respondió y compartió una foto de Zack desnudo, que él mismo subió tiempo atrás a un oscuro foro donde usó un seudónimo idéntico. El anzuelo había sido mordido. Zack contraatacó de inmediato:

No deberías denigrarte. Si al mirar esas fotos quieres tocarte el pene, hazlo…, o tal vez quieras también unas de mi trasero. O si quieres podemos hablar sobre por qué las ideologías retrógradas, en general, son mala idea, y por qué las personas que las adoptan comprenden el mundo con más dificultad que quienes aceptan el progreso y el desarrollo social.

Entonces Zack publicó una serie de videos intercalados de su pene en varios estados de excitación, con insultos para los derechistas y citas de Shakespeare y v. «Prepárate para sorprenderte», dijo Zack, con picardía, antes de enseñarme las publicaciones.

Para él fue una clara victoria. Su crítico fue silenciado por el diluvio que inundó la sección de comentarios durante varias horas.

—Su incapacidad de dar una respuesta coherente fue tal que su único recurso fue buscar cosas en mi historial que, pensó, podían avergonzarme; pero no soy fácil de avergonzar. —Pero ¿cuál era el objetivo? —le pregunté—. ¿Tratabas de exhibir a grupos de extrema derecha?

—Sí, y al publicar desnudos obtuve la atención de todo el sitio. El troleo consiste en crear un escenario, con el fin de atraer cada vez más gente, para hacerla reflexionar sobre el tema expuesto.

—¿Crees que lograste tu objetivo?

Tras una breve pausa dijo:

—No sé, pero fue divertido. Realmente no importa si hubiera sido de otra manera.

Para Zack, el troleo es, en parte, una ciencia, un arte, una broma, un acto político y muchas otras cosas.

—Trolear es una cultura, es una manera de pensar que ha existido desde que nació internet. Si quiero saber dónde se originó este problema, aparentemente moderno, tengo que remontarme hasta los inicios.

Finger

La Arpanet, precursora de internet, hasta 1980 estaba reservada a una pequeña élite. Sin embargo, estos «arpanautas» se dieron cuenta de que disfrutaban platicar tanto como intercambiar datos. En los cuatro años posteriores a su creación, la función Talk (diseñada originalmente como un accesorio, para acompañar la transferencia de una investigación; como una nota) era responsable de tres cuartos del tráfico de todo Arpanet. Talk, que posteriormente se transformó en correo electrónico o e-mail, fue revolucionario, ya que, al sentarte frente a tu escritorio de trabajo, en tu departamento, podías platicar con varias personas a la vez en tiempo real, sin tener que verlos o hablarles. Las oportunidades puestas al alcance por esta nueva tecnología hicieron que, ocasionalmente, este grupo de académicos de clase mundial se comportara de maneras extrañas.

Un grupo de investigación, formado en 1976, fue el responsable de decidir qué se incluiría en el encabezado del correo electrónico. Se nombraron a sí mismos Header People y crearon un foro sin moderación para discutir el asunto. El grupo se volvió famoso (o infame) por las ásperas y agresivas conversaciones que sostenían. Las peleas estallaban por cualquier cosa. Ken Harrenstien, académico que creó el grupo, los describiría más adelante como «un montón de golpeadores feroces aporreando el cadáver de un caballo hasta hacerlo papilla».

 

*Fragmento del libro La red oculta  de Jamie Bartlett.  (Paidós), © 2017, cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México para República.gt.

Fragmento: La red oculta, de Jamie Bartlett.

Gabriel Arana Fuentes
11 de junio, 2017

Desenmascarar a los troles*

Una vida destruida

«¡Hola /b/!», decía el pequeño letrero que Sarah tenía en su cuerpo semidesnudo. «7 de agosto de 2013, 9:35 p. m.». Este era un aviso para los cientos o quizá miles de usuarios anónimos del tristemente célebre foro /b/, en el sitio de intercambio de imágenes 4chan, de que estaba lista para posar ante la cámara web. Los agradecidos espectadores empezaron a publicar varias peticiones sexuales explícitas, las cuales Sarah satisfizo fotografiándose y subiendo las fotos a la red.2

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En 4chan hay foros dedicados a una gran variedad de temas como manga, «hágalo usted mismo», cocina, política y literatura, pero la mayor parte de veinte millones de personas que visitan ese sitio cada mes se dirige a /b/, también conocido como el foro aleatorio. Las fotografías de Sarah solo fueron parte de uno de muchos extraños, ofensivos y sexualmente explícitos hilos de conversación mantenidos en /b/. Aquí la moderación es baja, tal vez nula, y casi todos publican de manera anónima; sin embargo, hay un conjunto de reglas: «Las 47 reglas de Internet», creadas por los mismos /b/users, también conocidos como /b/tards, que, entre otras, rezan:

Regla 1: No hables de /b/.

Regla 2: NO hables de /b/.

Regla 8: Realmente no hay reglas para publicar.

Regla 20: Nada se tomará en serio.

Regla 31: Tetas o G(et) T(he) F(uck) O(ut),* la decisión es tuya.

Regla 36: Siempre hay cosas más cabronas que la que acabas de ver.

Regla 38: Ningún límite real aplica aquí, ni siquiera el cielo.

Regla 42: Nada es sagrado.

El mundo anónimo y sin censura de /b/ genera una gran cantidad de contenido ingenioso, divertido y ofensivo, ya que los usuarios compiten por notoriedad y popularidad. ¿Alguna vez le diste clic a un vínculo de YouTube e inesperadamente abrió el exitazo de Rick Astley de 1987 Never Gonna Give You Up?;† ese fue /b/; o tal vez hayas recibido fotos graciosas de gatos con letreros llenos de faltas de ortografía, ese también fue /b/; el grupo de hacktivistas Anonymous es /b/ también.

Sin embargo, el anonimato también tiene desventajas. Las mujeres principiantes son frecuentemente ignoradas o insultadas, a menos que publiquen fotos o posen para la cámara web, la cual es siempre una manera fácil y efectiva de capturar la atención de los /b/tards. 4chan tiene un foro dedicado a webcam llamado /soc/, donde se espera que los usuarios traten bien a las camgirls. Diario, decenas de camgirls posan para la cámara ahí. Aunque tonta, accidental y ocasionalmente puede uno llegar a /b/.

Aproximadamente veinte minutos después de que la primera fotografía fuera publicada, un usuario pidió que Sarah se tomara una foto desnuda con su nombre escrito en algún lado de su cuerpo. Poco después, otro usuario pidió que se tomara otra foto y posara con algún medicamento que estuviera tomando. Ella cumplió puntualmente las dos peticiones. Esto fue un error.

Anónimo dijo: Mierda, espero que nadie la doxee (Tomamos el verbo to doxx como extranjerismo adaptado. En inglés, significa exponer la verdadera identidad de una persona con datos obtenidos de su actividad en internet). Se entregó sola. Parece una buena chica.

Anónimo contestó: We, cálmate, dio su nombre, el nombre completo de su médico y hasta el área de dormitorios donde vive; quiere que la encuentren.

Anónimo contestó: Es nueva. Cualquier chica que escribe su nombre en su cuerpo es claramente una novata en camwhoring (Camwhoring significa hacer poses sexuales explícitas frente a la cámara web) y no sabe en lo que se mete.

Sarah, sin darse cuenta, publicó suficiente información personal para que los usuarios la doxeen, es decir, rastreen su identidad. Otros /b/tards fueron alertados y rápidamente se unieron al hilo; en 4chan, doxear a una chica en la webcam es visto como una extraña incitación; y pronto hubo usuarios que localizaron a Sarah en las listas públicas de su universidad y revelaron su nombre completo, dirección y número de teléfono. Al siguiente día la rastrearon en sus cuentas de Facebook y Twitter. Sarah seguía mirando frente a su computadora, incapaz de detener aquello.

Anónimo dijo: Paren. En serio. Pinches gordos perdedores.

Anónimo contestó: Qué bueno verte; sigues en el hilo, Sarah. Por cierto, bienvenida.

Anónimo contestó: Hey, Sarah, ¿puedo agregarte en Facebook? Es broma, borra esa madre antes de que tus desnudos les lleguen a tus amigos.

Anónimo dijo: Literalmente, hizo privado su jodido Twitter, cuando estaba viendo sus fotos. Pinche zorra.

Anónimo contestó: Confirmado, lo borró. Estoy anotando a las personas en las listas de sus amigos y su relación con ella. Empezaremos a enviarles los desnudos pronto.

Anónimo contestó: lol. Borró su Facebook. Pero dudo que pueda borrar a sus familiares.

Anónimo contestó: Solo guarden su nombre. En algún momento, cuando esto pase, las reactivará y verá sus fotitos robadas de nuevo. No tendrá paz otra vez después de este robo. Y pasará un rato vergonzoso, como la chingada, con su familia.

Anónimo dijo: Pinches nerds, ¿consiguieron su Facebook? Son unos chingones. Una chava los complace en esta mierda de sitio y ustedes la acosan. No ma, pinche /b/.

Anónimo contestó: Lárgate de aquí, pedazo de mierda, basura moralFAG. (Este término define a los recién llegados a /b/.)

Anónimo contestó: ¿Cuánto tiempo pasas aquí? ¿Realmente te sorprende esto?

Anónimo dijo: Las que publican desnudos no merecen ninguna desgracia.

Anónimo contestó: Ja, ja, ja, ja, ja, ja, debes de ser nuevo por aquí. Es por los lulz. (Lulz es el plural que deriva de lol (Laugh Out Loud, «reír a carcajadas»)).

Anónimo dijo: No quiero parecer un caballero, pero siendo uno, me pregunto por qué /b/ hace esto. Nos enseña tetas y, mierda, «nosotros» le hacemos esto. El internet como máquina de odio a todo lo que da.

Anónimo contestó: /b/ camwhoring 2004-2013. R.I.P. Gracias.

Anónimo contestó: Lo que más me impresiona es cómo ustedes nunca se callan: «Si las siguen doxeando, ya no habrá camwhores 🙁 ». Dense cuenta que lo han dicho por casi una década.

Anónimo dijo: Como sea, aquí está una lista de todos sus amigos en Facebook. Pueden enviarles mensajes a los amigos y a los amigos de sus amigos, para que cualquiera que contacte a Sarah por medio del amigo de un amigo lo sepa.

Anónimo contestó: ¿Ya alguien envió mensajes a sus amigos y a su familia, o puedo empezar?

Anónimo contestó: Vas, vas, vas.

Un usuario creó una cuenta falsa, armó un collage con las fotografías de Sarah y las envió a su familia y sus amigos con un corto mensaje: «Hey, ¿conoces a Sarah? La pobrecita niña ha hecho cosas muy malas. Aquí están las fotos que publicó en internet, para que todo el mundo las vea». En cuestión de minutos, a casi todos los que estaban en las redes sociales de Sarah les enviaron las fotografías.

Anónimo dijo: (xxxxx) es su número de teléfono. Confirmado.

Anónimo contestó: Le acabo de hablar, está llorando. Parecía una ballena triste sollozando.

Anónimo contestó: ¿Alguien más la está llamando a cada rato?

Esto es lo que en /b/ llaman «vida arruinada»; es decir, ciberacoso intencionado que, como el nombre sugiere, es el resultado del sufrimiento sostenido por largo tiempo.

No es la primera vez que /b/ ha doxeado chicas que posan para la cámara. Un eufórico participante celebró la victoria y creó otro hilo para compartir historias y capturas de pantalla de decenas de otros «clásicos» de vidas arruinadas; publicó fotografías de una chica, cuya cuenta de Facebook fue hackeada, su contraseña cambiada y las fotos explícitas que publicó /b/ las compartió en su muro.

Anónimo dijo: Me siento mal por ella. Era sexi, y, carajo, estaba bonita. Qué mal que haya sido tan idiota como para filtrar su nombre y todo lo demás. Bueno, esas pendejadas pasan.

Anónimo contestó: Si hubiera sido lista, se hubiera largado; pero no, entonces se merece las consecuencias.

Anónimo contestó: No me importa lo que pase. La perra posaba para la cámara y tenía novio.

La operación duró una hora. Pronto, el hilo se había disuelto y Sarah había sido olvidada. Doxear chicas en la webcam solo es una de las numerosas maneras en las que las personas abusan, intimidan, provocan, molestan o trolean a otros en línea. Celebridades, periodistas, políticos, deportistas, académicos y casi cualquiera que esté bajo la mirada pública o tenga muchos seguidores en línea regularmente reciben insultos, comentarios provocadores y amenazas de personas desconocidas. En 2011 Sean Duffy fue enviado a prisión después de haber hecho comentarios ofensivos, incluyendo una publicación donde se burlaba de una adolescente de quince años que se había suicidado. Cuando la periodista Caroline Criado-Perez triunfó junto con otros, en 2013, en una campaña para que se pusiera a Jane Austen en los billetes de £10, fue bombardeada con mensajes abusivos de usuarios anónimos de Twitter; todo esto culminó con amenazas de bomba y de muerte. La policía las consideró lo suficientemente serias para recomendarle a la periodista que se mudara a un refugio seguro. Después de su aparición en el programa de televisión de la bbc, Question Time, la clasicista de la Universidad de Cambridge Mary Beard recibió «amenazas en línea» de tipo sexual.5 En junio de 2014, la autora J. K. Rowling fue brutalmente atacada en línea por donar un millón de libras a la campaña que se oponía a la independencia de Escocia: Better Together.

Algunas formas de troleo ocurren en casi cada sitio de internet: YouTube, Facebook, Twitter; cada una evolucionó para adaptarse a su entorno, como los pinzones de Darwin. Los troles de MySpace tienen un registro y un tono perfectamente adaptados para molestar a los músicos adolescentes con aspiraciones. En los sitios de pornografía hay troles que saben con precisión cómo ofender a los exhibicionistas. La sección de «comentarios» de renombrados sitios de noticias normalmente está repleta de insultos.

En los últimos cinco años hubo un auge dramático de este comportamiento. En 2007, 498 personas en Inglaterra y Gales fueron sentenciadas por usar algún dispositivo electrónico para enviar mensajes extremadamente ofensivos, indecentes, obscenos o de carácter amenazante. Para 2012 ese número se había incrementado a 1 423. Casi uno de cada tres jóvenes británicos de dieciocho a veinticuatro años conoce a alguien que fue víctima de abuso anónimo en línea. De una muestra de casi 2 000 británicos, 2% afirmó que había insultado, de algún modo, a alguien en línea; extrapolado, esto nos da como resultado casi un millón de troles solo en Reino Unido. «Trolear» hoy en día se ha vuelto sinónimo de cualquier comportamiento en línea que es desagradable o amenazador, aunque hay mucho más en el troleo que solo abuso. Zack acaba de cumplir treinta años y habla con un ligero acento del estuario del Támesis; ha troleado por más de una década. «Trolear no es acosar gente, es desbloquear. Liberar situaciones, crear nuevos escenarios, superar límites, probar nuevas ideas, calcular la mejor manera para provocar una reacción. Amenazar de violación a alguien en Twitter no es trolear, solo es amenazar de violación».

Zack pasó años refinando sus tácticas de troleo. Su técnica favorita es, según él, unirse a un foro, cometer faltas de ortografía o gramática básicas intencionalmente, esperar a que alguien insulte lo que escribió y atraparlo en un argumento de política. Me mostró un ejemplo reciente que guardó en su laptop. Publicó lo que parecía un inocuo y mal escrito comentario en un popular sitio de derecha; reclamó que los derechistas no serían de derecha si leyeran más. Un usuario enfurecido respondió y compartió una foto de Zack desnudo, que él mismo subió tiempo atrás a un oscuro foro donde usó un seudónimo idéntico. El anzuelo había sido mordido. Zack contraatacó de inmediato:

No deberías denigrarte. Si al mirar esas fotos quieres tocarte el pene, hazlo…, o tal vez quieras también unas de mi trasero. O si quieres podemos hablar sobre por qué las ideologías retrógradas, en general, son mala idea, y por qué las personas que las adoptan comprenden el mundo con más dificultad que quienes aceptan el progreso y el desarrollo social.

Entonces Zack publicó una serie de videos intercalados de su pene en varios estados de excitación, con insultos para los derechistas y citas de Shakespeare y v. «Prepárate para sorprenderte», dijo Zack, con picardía, antes de enseñarme las publicaciones.

Para él fue una clara victoria. Su crítico fue silenciado por el diluvio que inundó la sección de comentarios durante varias horas.

—Su incapacidad de dar una respuesta coherente fue tal que su único recurso fue buscar cosas en mi historial que, pensó, podían avergonzarme; pero no soy fácil de avergonzar. —Pero ¿cuál era el objetivo? —le pregunté—. ¿Tratabas de exhibir a grupos de extrema derecha?

—Sí, y al publicar desnudos obtuve la atención de todo el sitio. El troleo consiste en crear un escenario, con el fin de atraer cada vez más gente, para hacerla reflexionar sobre el tema expuesto.

—¿Crees que lograste tu objetivo?

Tras una breve pausa dijo:

—No sé, pero fue divertido. Realmente no importa si hubiera sido de otra manera.

Para Zack, el troleo es, en parte, una ciencia, un arte, una broma, un acto político y muchas otras cosas.

—Trolear es una cultura, es una manera de pensar que ha existido desde que nació internet. Si quiero saber dónde se originó este problema, aparentemente moderno, tengo que remontarme hasta los inicios.

Finger

La Arpanet, precursora de internet, hasta 1980 estaba reservada a una pequeña élite. Sin embargo, estos «arpanautas» se dieron cuenta de que disfrutaban platicar tanto como intercambiar datos. En los cuatro años posteriores a su creación, la función Talk (diseñada originalmente como un accesorio, para acompañar la transferencia de una investigación; como una nota) era responsable de tres cuartos del tráfico de todo Arpanet. Talk, que posteriormente se transformó en correo electrónico o e-mail, fue revolucionario, ya que, al sentarte frente a tu escritorio de trabajo, en tu departamento, podías platicar con varias personas a la vez en tiempo real, sin tener que verlos o hablarles. Las oportunidades puestas al alcance por esta nueva tecnología hicieron que, ocasionalmente, este grupo de académicos de clase mundial se comportara de maneras extrañas.

Un grupo de investigación, formado en 1976, fue el responsable de decidir qué se incluiría en el encabezado del correo electrónico. Se nombraron a sí mismos Header People y crearon un foro sin moderación para discutir el asunto. El grupo se volvió famoso (o infame) por las ásperas y agresivas conversaciones que sostenían. Las peleas estallaban por cualquier cosa. Ken Harrenstien, académico que creó el grupo, los describiría más adelante como «un montón de golpeadores feroces aporreando el cadáver de un caballo hasta hacerlo papilla».

 

*Fragmento del libro La red oculta  de Jamie Bartlett.  (Paidós), © 2017, cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México para República.gt.