Tal parece que habla de eficiencia logística en el país persiste como la piedra en el zapato que no permite modernizar al país y hacerlo más competitivo.
Los costos de transporte y logística en Guatemala representan entre un 25% y 40%, mientras que en países latinoamericanos este porcentaje oscila entre 4.6% y 10%.
Mientras el país no mejore su desempeño logístico las oportunidades de comercio serán cada vez más limitadas, pues los costos logísticos son cada vez más elevados.
En Centroamérica, los costos de logística representan entre 18% y 35% del valor del producto final, mientras que en otras naciones latinoamericanas apenas llega al 18%. En el caso de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el costo promedio es de un 8%.
Es importante mencionar que una logística ineficiente conlleva a un alza de los costos del comercio y por ende reduce la integración global afectando a los países en desarrollo que buscan competir en el mercado global.
El índice de Desempeño Logístico (LPI por sus siglas en inglés), realizado por el Banco Mundial, mide la eficiencia de las cadenas de suministro de cada país y como esta se desenvuelve en el comercio con otros socios comerciales.
Guatemala ocupó la posición 111 de 160 economías en 2016 retrocediendo 34 posiciones en relación a la medición realizada en 2014. Esto muestra un rezago enorme para el país en cuanto a los costos logísticos se refiere.
Lo anterior aunado a la falta de inversión y renovación en los puertos reduce la competitividad frente a otros puertos de la región. Mientras esto no se convierta en una preocupación de país, Guatemala retrocederá aún más en términos de logística reduciendo así la competitividad de sus exportaciones.
Hoy las cifras ya son alarmantes pero más preocupante aún es la falta de un plan para mejorar los costos logísticos a través de mayor inversión en puertos que permita avanzar en pasos firmes para la competitividad del país. Mientras la inversión en infraestructura no se convierta en una prioridad nacional, los empleos y la inversión productiva están lejos de tocar puerta en Guatemala.
Tal parece que habla de eficiencia logística en el país persiste como la piedra en el zapato que no permite modernizar al país y hacerlo más competitivo.
Los costos de transporte y logística en Guatemala representan entre un 25% y 40%, mientras que en países latinoamericanos este porcentaje oscila entre 4.6% y 10%.
Mientras el país no mejore su desempeño logístico las oportunidades de comercio serán cada vez más limitadas, pues los costos logísticos son cada vez más elevados.
En Centroamérica, los costos de logística representan entre 18% y 35% del valor del producto final, mientras que en otras naciones latinoamericanas apenas llega al 18%. En el caso de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el costo promedio es de un 8%.
Es importante mencionar que una logística ineficiente conlleva a un alza de los costos del comercio y por ende reduce la integración global afectando a los países en desarrollo que buscan competir en el mercado global.
El índice de Desempeño Logístico (LPI por sus siglas en inglés), realizado por el Banco Mundial, mide la eficiencia de las cadenas de suministro de cada país y como esta se desenvuelve en el comercio con otros socios comerciales.
Guatemala ocupó la posición 111 de 160 economías en 2016 retrocediendo 34 posiciones en relación a la medición realizada en 2014. Esto muestra un rezago enorme para el país en cuanto a los costos logísticos se refiere.
Lo anterior aunado a la falta de inversión y renovación en los puertos reduce la competitividad frente a otros puertos de la región. Mientras esto no se convierta en una preocupación de país, Guatemala retrocederá aún más en términos de logística reduciendo así la competitividad de sus exportaciones.
Hoy las cifras ya son alarmantes pero más preocupante aún es la falta de un plan para mejorar los costos logísticos a través de mayor inversión en puertos que permita avanzar en pasos firmes para la competitividad del país. Mientras la inversión en infraestructura no se convierta en una prioridad nacional, los empleos y la inversión productiva están lejos de tocar puerta en Guatemala.