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Guatemala y otros seis países de AL concentran el 34% de homicidios del mundo

Rodrigo Perez
25 de junio, 2017

Siete países en América Latina (AL) concentran cerca del 34% de los homicidios que ocurren en el mundo: Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Venezuela. Estas naciones tienen tasas de homicidios por encima de 20 por 100 mil habitantes.

En contraste en naciones como Chile, Argentina y Uruguay las tasas están por debajo de 5 por 100 mil habitantes, muy cercanas a las de países europeos. Así lo señala un informe elaborado en el marco de la campaña Instinto de Vida, que es apoyado por el Instituto Igarapé con sede en Brasil. La campaña propone que los Estados latinoamericanos asuman un compromiso para reducir los índices de homicidios en un 50% en 10 años.

De acuerdo con la investigación, si bien la mayor proporción de los homicidios recaen en los hombres, la violencia contra las mujeres también es motivo de preocupación. En tal sentido asegura que de acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género en América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, en 25 países de la región, cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas por el solo hecho de ser mujer.

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“Las más altas tasas de feminicidios las tienen Honduras, El Salvador y República Dominicana. En términos de números absolutos Argentina y Guatemala se ubican en segundo y tercer lugar y Honduras permanece en la primera posición – es importante anotar que Colombia no fue incluida en esta lista”, se afirma.

“Un hecho que llama la atención es que los avances económicos en la región no se tradujeron en niveles más bajos de homicidios. Sin embargo, en la relación de la desigualdad y pobreza extrema – en el nivel micro – podría encontrarse una de las explicaciones. En cuanto al desempleo, la evidencia indica que la desocupación juvenil y la falta de calidad del trabajo, tienen relación con las altas tasas de homicidio en algunos países”, enfatiza el informe.

Preocupación

Las proyecciones realizadas por el Observatorio de Homicidios del Instituto Igarapé, muestran que mientras que los homicidios llegarían a convertirse en eventos raros en algunas partes del mundo, podrían continuar aumentando en América Latina.

“La proyección del periodo 2015 a 2030 revela que, si no se hace nada al respecto, la tasa regional escalaría de 21 por cien mil habitantes a 35, siete veces más que el promedio mundial”, subraya el documento.

La impunidad en las muertas violentas; es decir la certeza por parte del homicida de que no será castigado aumenta este tipo de delitos, deja entrever el informe.

Al respecto indica que mientras que en Asia y Europa se resuelven el 80 y 85 por ciento de los homicidios, en las Américas esta proporción baja en promedio al 50 por ciento. En México, por ejemplo, se cita que la falta de castigo es de alrededor del 80%.

Las consecuencias de la violencia son graves y duraderas. “De acuerdo a las estimaciones más recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la violencia y el crimen le cuestan a América Latina el 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que se produce en la región. El elevado gasto que hacen tanto los gobiernos como las personas en América Latina y el Caribe por la inseguridad equivale a lo que gasta cada año la región en infraestructura”, se afirma.

No a políticas de “mano dura

La campaña Instinto de Vida rechaza las políticas de “mano dura” implementadas para contrarrestar la violencia e inseguridad. También aboga por “la regulación efectiva de las armas de fuego” la cual es “una tarea pendiente”.

Ello porque “uno de los factores principales que contribuyen a la prevalencia, intensidad y duración de la violencia armada es la disponibilidad, proliferación y el tráfico de armas. Si bien, se han dado progresos a nivel normativo con iniciativas internacionales y regionales que comprometen a los Estados, América Latina tiene aún como tarea pendiente la regulación efectiva de las armas de fuego”.

Guatemala y otros seis países de AL concentran el 34% de homicidios del mundo

Rodrigo Perez
25 de junio, 2017

Siete países en América Latina (AL) concentran cerca del 34% de los homicidios que ocurren en el mundo: Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Venezuela. Estas naciones tienen tasas de homicidios por encima de 20 por 100 mil habitantes.

En contraste en naciones como Chile, Argentina y Uruguay las tasas están por debajo de 5 por 100 mil habitantes, muy cercanas a las de países europeos. Así lo señala un informe elaborado en el marco de la campaña Instinto de Vida, que es apoyado por el Instituto Igarapé con sede en Brasil. La campaña propone que los Estados latinoamericanos asuman un compromiso para reducir los índices de homicidios en un 50% en 10 años.

De acuerdo con la investigación, si bien la mayor proporción de los homicidios recaen en los hombres, la violencia contra las mujeres también es motivo de preocupación. En tal sentido asegura que de acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género en América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, en 25 países de la región, cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas por el solo hecho de ser mujer.

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“Las más altas tasas de feminicidios las tienen Honduras, El Salvador y República Dominicana. En términos de números absolutos Argentina y Guatemala se ubican en segundo y tercer lugar y Honduras permanece en la primera posición – es importante anotar que Colombia no fue incluida en esta lista”, se afirma.

“Un hecho que llama la atención es que los avances económicos en la región no se tradujeron en niveles más bajos de homicidios. Sin embargo, en la relación de la desigualdad y pobreza extrema – en el nivel micro – podría encontrarse una de las explicaciones. En cuanto al desempleo, la evidencia indica que la desocupación juvenil y la falta de calidad del trabajo, tienen relación con las altas tasas de homicidio en algunos países”, enfatiza el informe.

Preocupación

Las proyecciones realizadas por el Observatorio de Homicidios del Instituto Igarapé, muestran que mientras que los homicidios llegarían a convertirse en eventos raros en algunas partes del mundo, podrían continuar aumentando en América Latina.

“La proyección del periodo 2015 a 2030 revela que, si no se hace nada al respecto, la tasa regional escalaría de 21 por cien mil habitantes a 35, siete veces más que el promedio mundial”, subraya el documento.

La impunidad en las muertas violentas; es decir la certeza por parte del homicida de que no será castigado aumenta este tipo de delitos, deja entrever el informe.

Al respecto indica que mientras que en Asia y Europa se resuelven el 80 y 85 por ciento de los homicidios, en las Américas esta proporción baja en promedio al 50 por ciento. En México, por ejemplo, se cita que la falta de castigo es de alrededor del 80%.

Las consecuencias de la violencia son graves y duraderas. “De acuerdo a las estimaciones más recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la violencia y el crimen le cuestan a América Latina el 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que se produce en la región. El elevado gasto que hacen tanto los gobiernos como las personas en América Latina y el Caribe por la inseguridad equivale a lo que gasta cada año la región en infraestructura”, se afirma.

No a políticas de “mano dura

La campaña Instinto de Vida rechaza las políticas de “mano dura” implementadas para contrarrestar la violencia e inseguridad. También aboga por “la regulación efectiva de las armas de fuego” la cual es “una tarea pendiente”.

Ello porque “uno de los factores principales que contribuyen a la prevalencia, intensidad y duración de la violencia armada es la disponibilidad, proliferación y el tráfico de armas. Si bien, se han dado progresos a nivel normativo con iniciativas internacionales y regionales que comprometen a los Estados, América Latina tiene aún como tarea pendiente la regulación efectiva de las armas de fuego”.