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Pobladores de Tzununá cuidan el medioambiente con proyectos propios

Allan Martinez
13 de julio, 2017

Luego de más de cuatro años de esfuerzo y aprendizaje, pobladores de Tzununá se han sumado a la cadena de conservación del medioambiente y aprovechamiento máximo de los recursos naturales, con proyectos innovadores que, al mismo tiempo, les generan oportunidades de desarrollo.

Este hábito positivo surgió como resultado del Proyecto de Desarrollo Comunitario Microcuenca Tzununá que implementó Fundación Castillo Córdova, brazo social de Cervecería Centro Americana, S.A., en dicha aldea. Específicamente, forma parte de los logros del eje de Gestión Ambiental y de Riesgos de dicho proyecto, el cual se dividió en tres iniciativas relacionadas a la productividad agroforestales, el saneamiento ambiental y la gestión de riesgos.

“Vimos que había oportunidad para desarrollar múltiples actividades agrícolas en Tzununá. Entonces contribuimos con un modelo integral para conservar el entorno y aprovechar la riqueza del lugar”, comenta Eduardo Castillo Di Vito, director del proyecto.

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160 personas fueron capacitadas en manejo agroforestal, producción agrícola y técnicas de conservación de suelos.

Programa agroforestal

Se identificó que el 50 % del área de la microcuenca no era aprovechada, pesa a su vocación forestal. Entonces, con el apoyo de la Asociación Vivamos Mejor, se trabajó en la producción de aproximadamente 200,000 plantas (forestales, frutales, ornamentales y medicinales), con las cuales se reforestaron 140 hectáreas. Es decir que ahora se cuenta con 38 % más de territorio reforestado, con lo que se evita la erosión y los movimientos de tierra durante la época de lluvia y contribuyen a preservar las fuentes de agua.

Para ello se capacitó a 160 personas en temas de manejo agroforestal, producción agrícola y técnicas de conservación de suelos, lo que contribuyó a conservar 42 hectáreas de suelo susceptible a movimientos de laderas. Otro de los conocimientos compartidos fue el uso de terraplenes en terrazas, en vez de hileras, para la siembra de hortalizas, lo cual representó más ingresos para los pobladores, así como una forma de evitar las pérdidas de tierra superficial por erosión.

Aproximadamente 200,000 árboles fueron producidos para reforestar 140 hectáreas de la microcuenca Tzununá.

Saneamiento ambiental

Con el fin de mejorar el ornato de Tzununá, Fundación Castillo Córdova construyó el Centro de Reciclaje de Residuos Sólidos. Después, en conjunto con la Municipalidad de Santa Cruz La Laguna, se organizó un tren de limpieza de las calles principales, para recolectar basura por lo menos una vez al día y trasladarla posteriormente a dicho centro. También se incluyó la siembra de plantas ornamentales para mejorar la imagen de la aldea, jardinizar las viviendas y, en general, mejorar las condiciones de limpieza y orden.

Otra de las acciones de este componente se enfocó en el tratamiento de aguas residuales, lo cual se combinó con trabajo comunitario, cuya retribución fue el acceso a materiales para el manejo de aguas grises. Fue así como más de 350 familias implementaron sistemas como pozos sumideros y pilas para tratamiento de aguas grises. A esto se suma la instalación de una planta de tratamiento de aguas residuales de los lavadores públicos, el Centro Cultural de la Asociación de Vecinos, la Escuela Telesecundaria, los locales comerciales, los vestidores de las canchas de futbol y el polideportivo, que evita la contaminación ambiental.

El uso de terraplenes en terrazas en vez de hileras representa más ingresos para los pobladores y también evita pérdidas por erosión.

Los esfuerzos para reducir los índices de contaminación y enfermedades incluyeron el programa “Viviendas saludables”, con el cual se dotaron letrinas aboneras en beneficio tanto del ambiente como de la higiene y la salud, pues en Tzununá la mayoría de las familias carece de servicios sanitarios o pozos para desechos sólidos. En tanto que las letrinas aboneras funcionan almacenando los mismos y transformándolos en abono, con lo cual se evita que se filtren en los suelos y los contamine.

En total, fueron donadas 270 letrinas aboneras, con el apoyo del Consulado de Polonia, donantes individuales y el Club Rotario Guatemala Vista Hermosa, que se encargó de impartir capacitaciones técnicas para su instalación y correcto uso. Esta última entidad también otorgó 570 estufas ahorradoras de leña para reducir la deforestación y evitar enfermedades respiratorias.

Los vecinos se involucraron en jornadas de limpieza y orden para mejorar el ornato de Tzununá.

Gestión de riesgos

La geografía de Tzununá es inclinada y susceptible a deslaves, movimientos de laderas y distintos fenómenos naturales, por lo que Fundación Castillo Córdova realizó un estudio de vulnerabilidad para definir una estrategia destinada a disminuir los riesgos. Esta incluyó programas de reforestación, sistemas agroforestales y conservación de suelos.

Ello derivó en la conformación de dos Comisiones Locales de Reducción de Desastres (Colred), una en Pajomel y otra en Tzununá, para monitorear riesgos de desastres y mejorar las alertas tempranas. Los pobladores participantes fueron entrenados para afrontar emergencias y atender diferentes necesidades en casos extremos.

Estos grupos cuentan con manuales sobre la forma de actuar cuando ocurran emergencias, lo que les permite seguir compartiendo sus conocimientos con vecinos que deseen incorporarse. También se brindaron 70 talleres teórico-prácticos que abordaron temas de gestión de riesgos y fueron dirigidos a grupos familiares.

Con el programa agroforestal del Proyecto de Desarrollo Comunitario Integral Microcuenca Tzununá, se logró aumentar 38 % del territorio reforestado.

Educando para conservar

Para consolidar las tres iniciativas mencionadas, Fundación Castillo Córdova junto a Amigos del Agua y la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán (AMSCLAE) llevó a cabo el programa Educando para conservar, con el que impartieron talleres sobre cuidado del medioambiente y manejo de desechos sólidos y también organizaron jornadas de limpieza.

Los talleres se realizaron de manera formal en las escuelas e informal, con grupos de familias del lugar. El alcance de los mismos fue de más de 2300 personas de Tzununá, Chuitzanchaj, Pajomel y Laguna Seca que ahora conocen más sobre el cuidado del medioambiente. Esto se reforzó con el funcionamiento del Centro de Reciclaje de Residuos Sólidos y la habilitación de espacios para clasificar la basura como plástico, vidrio, metal o cartón.

“Las nuevas prácticas de aseo y manejo de los residuos transformaron la comunidad. Antes se pensaba que era normal tirar la basura en cualquier lugar. Ahora, la limpieza en Tzununá ha mejorado considerablemente y es un ejemplo a seguir”, agrega Castillo Di Vito.

Pobladores de Tzununá cuidan el medioambiente con proyectos propios

Allan Martinez
13 de julio, 2017

Luego de más de cuatro años de esfuerzo y aprendizaje, pobladores de Tzununá se han sumado a la cadena de conservación del medioambiente y aprovechamiento máximo de los recursos naturales, con proyectos innovadores que, al mismo tiempo, les generan oportunidades de desarrollo.

Este hábito positivo surgió como resultado del Proyecto de Desarrollo Comunitario Microcuenca Tzununá que implementó Fundación Castillo Córdova, brazo social de Cervecería Centro Americana, S.A., en dicha aldea. Específicamente, forma parte de los logros del eje de Gestión Ambiental y de Riesgos de dicho proyecto, el cual se dividió en tres iniciativas relacionadas a la productividad agroforestales, el saneamiento ambiental y la gestión de riesgos.

“Vimos que había oportunidad para desarrollar múltiples actividades agrícolas en Tzununá. Entonces contribuimos con un modelo integral para conservar el entorno y aprovechar la riqueza del lugar”, comenta Eduardo Castillo Di Vito, director del proyecto.

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160 personas fueron capacitadas en manejo agroforestal, producción agrícola y técnicas de conservación de suelos.

Programa agroforestal

Se identificó que el 50 % del área de la microcuenca no era aprovechada, pesa a su vocación forestal. Entonces, con el apoyo de la Asociación Vivamos Mejor, se trabajó en la producción de aproximadamente 200,000 plantas (forestales, frutales, ornamentales y medicinales), con las cuales se reforestaron 140 hectáreas. Es decir que ahora se cuenta con 38 % más de territorio reforestado, con lo que se evita la erosión y los movimientos de tierra durante la época de lluvia y contribuyen a preservar las fuentes de agua.

Para ello se capacitó a 160 personas en temas de manejo agroforestal, producción agrícola y técnicas de conservación de suelos, lo que contribuyó a conservar 42 hectáreas de suelo susceptible a movimientos de laderas. Otro de los conocimientos compartidos fue el uso de terraplenes en terrazas, en vez de hileras, para la siembra de hortalizas, lo cual representó más ingresos para los pobladores, así como una forma de evitar las pérdidas de tierra superficial por erosión.

Aproximadamente 200,000 árboles fueron producidos para reforestar 140 hectáreas de la microcuenca Tzununá.

Saneamiento ambiental

Con el fin de mejorar el ornato de Tzununá, Fundación Castillo Córdova construyó el Centro de Reciclaje de Residuos Sólidos. Después, en conjunto con la Municipalidad de Santa Cruz La Laguna, se organizó un tren de limpieza de las calles principales, para recolectar basura por lo menos una vez al día y trasladarla posteriormente a dicho centro. También se incluyó la siembra de plantas ornamentales para mejorar la imagen de la aldea, jardinizar las viviendas y, en general, mejorar las condiciones de limpieza y orden.

Otra de las acciones de este componente se enfocó en el tratamiento de aguas residuales, lo cual se combinó con trabajo comunitario, cuya retribución fue el acceso a materiales para el manejo de aguas grises. Fue así como más de 350 familias implementaron sistemas como pozos sumideros y pilas para tratamiento de aguas grises. A esto se suma la instalación de una planta de tratamiento de aguas residuales de los lavadores públicos, el Centro Cultural de la Asociación de Vecinos, la Escuela Telesecundaria, los locales comerciales, los vestidores de las canchas de futbol y el polideportivo, que evita la contaminación ambiental.

El uso de terraplenes en terrazas en vez de hileras representa más ingresos para los pobladores y también evita pérdidas por erosión.

Los esfuerzos para reducir los índices de contaminación y enfermedades incluyeron el programa “Viviendas saludables”, con el cual se dotaron letrinas aboneras en beneficio tanto del ambiente como de la higiene y la salud, pues en Tzununá la mayoría de las familias carece de servicios sanitarios o pozos para desechos sólidos. En tanto que las letrinas aboneras funcionan almacenando los mismos y transformándolos en abono, con lo cual se evita que se filtren en los suelos y los contamine.

En total, fueron donadas 270 letrinas aboneras, con el apoyo del Consulado de Polonia, donantes individuales y el Club Rotario Guatemala Vista Hermosa, que se encargó de impartir capacitaciones técnicas para su instalación y correcto uso. Esta última entidad también otorgó 570 estufas ahorradoras de leña para reducir la deforestación y evitar enfermedades respiratorias.

Los vecinos se involucraron en jornadas de limpieza y orden para mejorar el ornato de Tzununá.

Gestión de riesgos

La geografía de Tzununá es inclinada y susceptible a deslaves, movimientos de laderas y distintos fenómenos naturales, por lo que Fundación Castillo Córdova realizó un estudio de vulnerabilidad para definir una estrategia destinada a disminuir los riesgos. Esta incluyó programas de reforestación, sistemas agroforestales y conservación de suelos.

Ello derivó en la conformación de dos Comisiones Locales de Reducción de Desastres (Colred), una en Pajomel y otra en Tzununá, para monitorear riesgos de desastres y mejorar las alertas tempranas. Los pobladores participantes fueron entrenados para afrontar emergencias y atender diferentes necesidades en casos extremos.

Estos grupos cuentan con manuales sobre la forma de actuar cuando ocurran emergencias, lo que les permite seguir compartiendo sus conocimientos con vecinos que deseen incorporarse. También se brindaron 70 talleres teórico-prácticos que abordaron temas de gestión de riesgos y fueron dirigidos a grupos familiares.

Con el programa agroforestal del Proyecto de Desarrollo Comunitario Integral Microcuenca Tzununá, se logró aumentar 38 % del territorio reforestado.

Educando para conservar

Para consolidar las tres iniciativas mencionadas, Fundación Castillo Córdova junto a Amigos del Agua y la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán (AMSCLAE) llevó a cabo el programa Educando para conservar, con el que impartieron talleres sobre cuidado del medioambiente y manejo de desechos sólidos y también organizaron jornadas de limpieza.

Los talleres se realizaron de manera formal en las escuelas e informal, con grupos de familias del lugar. El alcance de los mismos fue de más de 2300 personas de Tzununá, Chuitzanchaj, Pajomel y Laguna Seca que ahora conocen más sobre el cuidado del medioambiente. Esto se reforzó con el funcionamiento del Centro de Reciclaje de Residuos Sólidos y la habilitación de espacios para clasificar la basura como plástico, vidrio, metal o cartón.

“Las nuevas prácticas de aseo y manejo de los residuos transformaron la comunidad. Antes se pensaba que era normal tirar la basura en cualquier lugar. Ahora, la limpieza en Tzununá ha mejorado considerablemente y es un ejemplo a seguir”, agrega Castillo Di Vito.