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Percepción: arquitectura del pensamiento

Jorge Alvarado
14 de julio, 2017

La percepción es selectiva porque elegimos algo del espectro de lo que vemos o escuchamos, tocamos o degustamos. Se produce cuando ponemos en marcha nuestros sentidos,  y aunque con alguna limitación, generamos una idea básica sobre lo que estamos percibiendo, de momento solamente será una primera impresión, pues otra de las características de la percepción es que es temporal.

Cuando hablamos de percepción nos referimos a la realidad, aunque en verdad no sea así, esto nos lleva a otro punto que es la arquitectura del pensamiento, que se compone fundamentalmente de emoción, es decir que los pensamientos buenos están influenciados por emociones positivas, y los malos por negativas, al fin de cuentas todo se resume en emocionalidad, por eso es que los seres humanos nos movemos totalmente a través de sentimientos y emociones.

Un punto de partida para sumergirse en la arquitectura del pensamiento es la comprensión del funcionamiento del cerebro humano y la categorización de la memoria  de largo plazo. Enumeraré sus componentes a continuación.

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La memoria diferida es la información que ha sido presentada apenas hace unos pocos minutos. La memoria reciente es la de hace unos días. La remota es la información desplegada hace unos años. Además, nos encontramos con la memoria prospectiva, que involucra lo que estamos planeando hacer en el futuro. Es importante categorizar la memoria para la construcción y arquitectura del pensamiento.

El foco de atención de la percepción es como la captura de una fotografía de la cuestión en la que centramos nuestra atención, esto se denomina como percepción visual, es aquello que privilegiamos sobre otras cosas. La percepción siempre será incompleta, porque se maneja con base en imágenes y por ende retemos lo que consideramos más importante y descartamos el resto. Esto nos lleva a seguir con la analogía de cámara, porque funcionamos como fotoreceptores de algo que estudiamos con atención, esto no es más que una respuesta a los estímulos que nos ha enviado otra persona.

Como especialistas en Imagen Pública, el misterio del cerebro nos permite explorarnos para buscar la llave de la percepción, como base para la arquitectura del pensamiento a favor de una persona que se perfila como una imagen prominente y que quiere obtener réditos positivos de su público, es decir, las buenas percepciones. Se trata de construir a través de los estímulos un diseño para la arquitectura del pensamiento sistémico, esto no es más que la sumatoria de un proceso cognitivo que nos permite generar diseños estratégicos de comunicación, según las características de la persona que se expondrá públicamente.

Así las cosas, la construcción de un líder o de una imagen pública debe estar planteada desde la percepción por medio de la arquitectura del pensamiento a favor. Hablo de la construcción de buenas percepciones que van desde el campo visual, hasta el lenguaje. Podemos aplicar una fórmula con la siguiente nomenclatura IM= P+E+C+L IM=Imagen Pública P=Percepción E=Estímulo C=Contenido L=Lenguaje, la suma de esta ecuación debería dar como resultado un “Líder” o “Imagen Pública”. Debería completarse con el propósito de generar un impacto en el posicionamiento de la memoria a largo plazo en sus diferentes categorías, es decir “Top of Mind”.

En suma, no se trata de una fórmula mágica, más bien del conocimiento del funcionamiento del cerebro humano, para enviar información y generar una comunicación avanzada que construya el prospecto de un “líder” o de una “Imagen Pública”, perfectamente concebida y consagrada, con base en el análisis científico, sumado a la comunicación verbal y la no verbal, que se incorporan a la fórmula en el reglón del lenguaje.

En definitiva debemos apoyarnos en el campo científico para hacer comunicación, para trabajar la percepción desde un enfoque que no deja de ser estrictamente metodológico, pero que también incorpora una estrategia de comunicación elaborada para una persona mediáticamente expuesta o que es relevante por el rol que juega en los diferentes campos, tanto públicos como privados.

En conclusión, la percepción puede ser la arquitectura del pensamiento preconcebido intencionalmente para generar cierto tipo de percepciones deseadas, o simplemente puede ser la capacidad para desarrollar la imagen de alguien a través de un diseño que está elaborado para impactar o afectar a su público objetivo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Percepción: arquitectura del pensamiento

Jorge Alvarado
14 de julio, 2017

La percepción es selectiva porque elegimos algo del espectro de lo que vemos o escuchamos, tocamos o degustamos. Se produce cuando ponemos en marcha nuestros sentidos,  y aunque con alguna limitación, generamos una idea básica sobre lo que estamos percibiendo, de momento solamente será una primera impresión, pues otra de las características de la percepción es que es temporal.

Cuando hablamos de percepción nos referimos a la realidad, aunque en verdad no sea así, esto nos lleva a otro punto que es la arquitectura del pensamiento, que se compone fundamentalmente de emoción, es decir que los pensamientos buenos están influenciados por emociones positivas, y los malos por negativas, al fin de cuentas todo se resume en emocionalidad, por eso es que los seres humanos nos movemos totalmente a través de sentimientos y emociones.

Un punto de partida para sumergirse en la arquitectura del pensamiento es la comprensión del funcionamiento del cerebro humano y la categorización de la memoria  de largo plazo. Enumeraré sus componentes a continuación.

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La memoria diferida es la información que ha sido presentada apenas hace unos pocos minutos. La memoria reciente es la de hace unos días. La remota es la información desplegada hace unos años. Además, nos encontramos con la memoria prospectiva, que involucra lo que estamos planeando hacer en el futuro. Es importante categorizar la memoria para la construcción y arquitectura del pensamiento.

El foco de atención de la percepción es como la captura de una fotografía de la cuestión en la que centramos nuestra atención, esto se denomina como percepción visual, es aquello que privilegiamos sobre otras cosas. La percepción siempre será incompleta, porque se maneja con base en imágenes y por ende retemos lo que consideramos más importante y descartamos el resto. Esto nos lleva a seguir con la analogía de cámara, porque funcionamos como fotoreceptores de algo que estudiamos con atención, esto no es más que una respuesta a los estímulos que nos ha enviado otra persona.

Como especialistas en Imagen Pública, el misterio del cerebro nos permite explorarnos para buscar la llave de la percepción, como base para la arquitectura del pensamiento a favor de una persona que se perfila como una imagen prominente y que quiere obtener réditos positivos de su público, es decir, las buenas percepciones. Se trata de construir a través de los estímulos un diseño para la arquitectura del pensamiento sistémico, esto no es más que la sumatoria de un proceso cognitivo que nos permite generar diseños estratégicos de comunicación, según las características de la persona que se expondrá públicamente.

Así las cosas, la construcción de un líder o de una imagen pública debe estar planteada desde la percepción por medio de la arquitectura del pensamiento a favor. Hablo de la construcción de buenas percepciones que van desde el campo visual, hasta el lenguaje. Podemos aplicar una fórmula con la siguiente nomenclatura IM= P+E+C+L IM=Imagen Pública P=Percepción E=Estímulo C=Contenido L=Lenguaje, la suma de esta ecuación debería dar como resultado un “Líder” o “Imagen Pública”. Debería completarse con el propósito de generar un impacto en el posicionamiento de la memoria a largo plazo en sus diferentes categorías, es decir “Top of Mind”.

En suma, no se trata de una fórmula mágica, más bien del conocimiento del funcionamiento del cerebro humano, para enviar información y generar una comunicación avanzada que construya el prospecto de un “líder” o de una “Imagen Pública”, perfectamente concebida y consagrada, con base en el análisis científico, sumado a la comunicación verbal y la no verbal, que se incorporan a la fórmula en el reglón del lenguaje.

En definitiva debemos apoyarnos en el campo científico para hacer comunicación, para trabajar la percepción desde un enfoque que no deja de ser estrictamente metodológico, pero que también incorpora una estrategia de comunicación elaborada para una persona mediáticamente expuesta o que es relevante por el rol que juega en los diferentes campos, tanto públicos como privados.

En conclusión, la percepción puede ser la arquitectura del pensamiento preconcebido intencionalmente para generar cierto tipo de percepciones deseadas, o simplemente puede ser la capacidad para desarrollar la imagen de alguien a través de un diseño que está elaborado para impactar o afectar a su público objetivo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo