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¿Protegemos los monumentos del país?

Gabriel Arana Fuentes
16 de julio, 2017

El historiador y curador de arte Guillermo Monsanto nos da unas respuestas acerca de lo que como guatemaltecos debemos de tomar en cuenta acerca del arte que vemos en las calles.

Acá sus respuestas.

 

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La fuente Carlos III vive un momento de transición y revitalización. A tu parecer ¿qué otros monumentos de la ciudad deberían tener el mismo tratamiento? Además de monumentos también hay edificios. ¿Qué estructuras considerás deberían de ser protegidas? 

Te diría que por grado de polución, todos los monumentos públicos necesitan una intervención urgente.  El peligro es que las buenas intenciones llevan a provocar desastres, como el sucedido con la base art decó del Monumento a Lorenzo Montúfar que fue intervenida por un albañil y no por un experto.

Todas las esculturas en mármol pueden ser reintegradas con piezas traídas de las mismas fábricas europeas donde se realizaron, solo es buscarlas y encontrarlas. Los moldes originales han sido guardados por las casas contratistas para suplir los desperfectos y prestan el servicio a otros países en los que los Durini tuvieron influencia (que acá no lo sepan es otra cosa).

El Monumento al Centenario de la Independencia está en condiciones deplorables a un costado de la Iglesia de Ciudad Vieja, Sacatepéquez.  El Centro Cívico, especialmente los murales exteriores de la Municipalidad, IGSS y Crédito Hipotecario están viviendo sus últimos días por pura desidia.

El Palacio Nacional, Correos y los edificios al rededor del aeropuerto son otro buen ejemplo. Pero algo que sí es un problema en este momento es el descontrol que existe en la Antigua Guatemala ya que las visitas están entrando a la ciudad de manera desordenada y desconsiderada.  La Antigua debería ser tratada como un parque colonial en peligro.  Quezaltenango es la misma historia. Cada vez que hay que desaparecer un edificio histórico se incendia misteriosamente.

Restauración de la lámpara del Salón de las banderas, en el Palacio Nacional de la Cultura.

Luego de los temblores y el daño sufrido al Palacio Nacional de la Cultura la naturaleza nos habla: nada es para siempre. ¿cómo debemos ver el arte mobiliario?

Durante la Segunda Guerra Mundial muchos edificios europeos sufrieron daños inconmensurables. Los europeos reconstruyeron lo que se vino al suelo y restauraron hasta las últimas consecuencias todas las expresiones artísticas de estos edificios.

En Florencia, por ejemplo, pegaron pedazo a pedazo, un fresco que se desplomó del techo. Los políticos de Guatemala han penalizado a todos los chapines que tengan Patrimonio en sus manos, pero el que ellos custodian desaparece o se destruye todo el tiempo.

Hay que asignarle recursos a Antropología e Historia y con ellos recuperar lo que se está dañando.  Allí hay buenos técnicos y especialistas que tiene las manos atadas por falta de una buena administración de presupuestos.  Nuestros políticos son gente inculta e insensible a este tipo de temas.

Si no son temblores, son protestas como las de diciembre pasado. ¿Cuál es el destino actual del arte público en Guatemala?

Nada halagüeño.  Cada vez hay más gente estupidizada por el sistema educativo del país y contra la ignorancia no se puede hacer absolutamente nada. Los dirigentes de este tipo de manifestaciones, que no son espontáneas, arengan a la gente para que destruya y deje huella. Y desde la perspectiva del odio es imposible conseguir conciencia de patrimonio comunal.

¿Qué más falta decir?

Que estoy cansado, aburrido y a punto de tirar la toalla… No importa lo que se diga, la gente no responde.  Estamos a la deriva y hasta que el barco no se hunda no podremos salir a flote. Éste y otros temas son de todos y no de unos pocos. Les falta seriedad y las autoridades juegan el papel de los mendigos mientras se embolsan millones de dólares.

Vea la entrevista en vivo en el siguiente enlace:


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Gabriel Arana Fuentes
16 de julio, 2017

El historiador y curador de arte Guillermo Monsanto nos da unas respuestas acerca de lo que como guatemaltecos debemos de tomar en cuenta acerca del arte que vemos en las calles.

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La fuente Carlos III vive un momento de transición y revitalización. A tu parecer ¿qué otros monumentos de la ciudad deberían tener el mismo tratamiento? Además de monumentos también hay edificios. ¿Qué estructuras considerás deberían de ser protegidas? 

Te diría que por grado de polución, todos los monumentos públicos necesitan una intervención urgente.  El peligro es que las buenas intenciones llevan a provocar desastres, como el sucedido con la base art decó del Monumento a Lorenzo Montúfar que fue intervenida por un albañil y no por un experto.

Todas las esculturas en mármol pueden ser reintegradas con piezas traídas de las mismas fábricas europeas donde se realizaron, solo es buscarlas y encontrarlas. Los moldes originales han sido guardados por las casas contratistas para suplir los desperfectos y prestan el servicio a otros países en los que los Durini tuvieron influencia (que acá no lo sepan es otra cosa).

El Monumento al Centenario de la Independencia está en condiciones deplorables a un costado de la Iglesia de Ciudad Vieja, Sacatepéquez.  El Centro Cívico, especialmente los murales exteriores de la Municipalidad, IGSS y Crédito Hipotecario están viviendo sus últimos días por pura desidia.

El Palacio Nacional, Correos y los edificios al rededor del aeropuerto son otro buen ejemplo. Pero algo que sí es un problema en este momento es el descontrol que existe en la Antigua Guatemala ya que las visitas están entrando a la ciudad de manera desordenada y desconsiderada.  La Antigua debería ser tratada como un parque colonial en peligro.  Quezaltenango es la misma historia. Cada vez que hay que desaparecer un edificio histórico se incendia misteriosamente.

Restauración de la lámpara del Salón de las banderas, en el Palacio Nacional de la Cultura.

Luego de los temblores y el daño sufrido al Palacio Nacional de la Cultura la naturaleza nos habla: nada es para siempre. ¿cómo debemos ver el arte mobiliario?

Durante la Segunda Guerra Mundial muchos edificios europeos sufrieron daños inconmensurables. Los europeos reconstruyeron lo que se vino al suelo y restauraron hasta las últimas consecuencias todas las expresiones artísticas de estos edificios.

En Florencia, por ejemplo, pegaron pedazo a pedazo, un fresco que se desplomó del techo. Los políticos de Guatemala han penalizado a todos los chapines que tengan Patrimonio en sus manos, pero el que ellos custodian desaparece o se destruye todo el tiempo.

Hay que asignarle recursos a Antropología e Historia y con ellos recuperar lo que se está dañando.  Allí hay buenos técnicos y especialistas que tiene las manos atadas por falta de una buena administración de presupuestos.  Nuestros políticos son gente inculta e insensible a este tipo de temas.

Si no son temblores, son protestas como las de diciembre pasado. ¿Cuál es el destino actual del arte público en Guatemala?

Nada halagüeño.  Cada vez hay más gente estupidizada por el sistema educativo del país y contra la ignorancia no se puede hacer absolutamente nada. Los dirigentes de este tipo de manifestaciones, que no son espontáneas, arengan a la gente para que destruya y deje huella. Y desde la perspectiva del odio es imposible conseguir conciencia de patrimonio comunal.

¿Qué más falta decir?

Que estoy cansado, aburrido y a punto de tirar la toalla… No importa lo que se diga, la gente no responde.  Estamos a la deriva y hasta que el barco no se hunda no podremos salir a flote. Éste y otros temas son de todos y no de unos pocos. Les falta seriedad y las autoridades juegan el papel de los mendigos mientras se embolsan millones de dólares.

Vea la entrevista en vivo en el siguiente enlace: