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Venezuela, no es casualidad

María Dolores Arias
01 de agosto, 2017

¿Cómo sería tu vida si las cosas valieran casi cinco veces más para finales de año? Por ejemplo, un litro de leche que hoy cuesta alrededor de Q11, para finales de año su precio fuera de Q55 aproximadamente. ¿Y qué pasaría si en lugar de cinco, el incremento fuera por 16 veces? Es decir, inicia costando Q55 y para finales de año, cuesta Q880.

¿Cómo sería tu vida si además de estos aumentos en los precios, lo peor sería que no hay producto debido al cierre de las empresas o la poca producción en las empresas nacionalizadas por el gobierno? ¿Si tuvieras que registrarte en una oficina gubernamental para poder comprar, cuando haya, la cantidad asignada debido al racionamiento? ¿Si cada vez que pagaras en la caja, tuvieras que poner tu huella digital en un aparato para registrar tu compra y, verificar que no excediste el monto autorizado?

¿Y si la mayoría de las empresas han cerrado por la falta de materia prima? ¿o porque han sido saqueadas, con el consentimiento del gobierno, con precios por debajo de sus costos? ¿o porque han sido expropiadas? Así que el empleo formal ha disminuido ¿cómo sería tu vida?

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Aunque parece una historia de ficción apocalíptica, esta es sólo parte de las situaciones que enfrentan los venezolanos, día a día, como consecuencia del sistema socialista del siglo XXI que inició Hugo Chávez y ahora continúa Nicolás Maduro.

Según los reportes del Fondo Monetario Internacional, FMI, la economía venezolana será la de peor desempeño para 2017. En 2016 tuvo una caída del 10% en el Producto Interno Bruto, PIB.
Las proyecciones para este año, nada alentadoras, son de una inflación de 1,660%, la más alta en el mundo y una tasa de desempleo del 21.4%

Las principales agencias de calificación han rebajado, consistentemente, la calidad crediticia del gobierno venezolano hasta llegar a considerar los bonos como de alto riesgo de incumplimiento y sin perspectiva de mejora. Por lo que, conseguir préstamos para continuar con el modelo socialista se vuelve cada vez más caro para el gobierno. Si a esto le sumamos la baja, a nivel mundial, del petróleo; la principal fuente de divisas para el gobierno, le complica cada vez más obtener recursos para repartirlos clientelarmente.

Si alguien aún piensa que las ideas no tienen consecuencias, no está poniendo atención o ha decidido evadir la realidad. Es imposible, la evidencia lo demuestra, crear riqueza en un país donde el gobierno tiene el poder de violar el derecho a la propiedad y la libertad de actuar.

Los emprendedores necesitan de un ambiente de libertad para poder innovar, crear nuevos productos y servicios. Libertad para equivocarse, aprender y volver a emprender. Necesitan del respeto a su propiedad y contratos para poder reinvertir, asociarse y crecer.

Tanto los empresarios como los emprendedores necesitan de un ambiente de certeza jurídica, de un gobierno enfocado en proteger sus derechos individuales. La creación de riqueza es vital para el desarrollo de un país y es la creación no la redistribución la que mejora la calidad de vida de todos.

La situación actual de Venezuela no es casualidad sino la causalidad de ideas erróneas sobre la creación de riqueza. Es la consecuencia de creer que el gobierno es el responsable del bienestar de sus ciudadanos, de pensar que es correcto que el gobierno le quite a unos para darle a otros, de pensar que todos los demás, como “el imperialismo yanqui” o “los burgueses”, son los culpables de la debacle económica, de permitir la centralización del poder.

No es casualidad sino causalidad que ahora en Venezuela tenga el peor desempeño económico a nivel regional, considerando que no está en guerra declarada contra otro país. Aunque sí en guerra contra sus propios ciudadanos.

Insisto, la situación actual de Venezuela no es casualidad sino la causalidad de ideas equivocadas. La destrucción consistente de la economía es sólo uno de esos efectos.

@Md30
Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Venezuela, no es casualidad

María Dolores Arias
01 de agosto, 2017

¿Cómo sería tu vida si las cosas valieran casi cinco veces más para finales de año? Por ejemplo, un litro de leche que hoy cuesta alrededor de Q11, para finales de año su precio fuera de Q55 aproximadamente. ¿Y qué pasaría si en lugar de cinco, el incremento fuera por 16 veces? Es decir, inicia costando Q55 y para finales de año, cuesta Q880.

¿Cómo sería tu vida si además de estos aumentos en los precios, lo peor sería que no hay producto debido al cierre de las empresas o la poca producción en las empresas nacionalizadas por el gobierno? ¿Si tuvieras que registrarte en una oficina gubernamental para poder comprar, cuando haya, la cantidad asignada debido al racionamiento? ¿Si cada vez que pagaras en la caja, tuvieras que poner tu huella digital en un aparato para registrar tu compra y, verificar que no excediste el monto autorizado?

¿Y si la mayoría de las empresas han cerrado por la falta de materia prima? ¿o porque han sido saqueadas, con el consentimiento del gobierno, con precios por debajo de sus costos? ¿o porque han sido expropiadas? Así que el empleo formal ha disminuido ¿cómo sería tu vida?

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Aunque parece una historia de ficción apocalíptica, esta es sólo parte de las situaciones que enfrentan los venezolanos, día a día, como consecuencia del sistema socialista del siglo XXI que inició Hugo Chávez y ahora continúa Nicolás Maduro.

Según los reportes del Fondo Monetario Internacional, FMI, la economía venezolana será la de peor desempeño para 2017. En 2016 tuvo una caída del 10% en el Producto Interno Bruto, PIB.
Las proyecciones para este año, nada alentadoras, son de una inflación de 1,660%, la más alta en el mundo y una tasa de desempleo del 21.4%

Las principales agencias de calificación han rebajado, consistentemente, la calidad crediticia del gobierno venezolano hasta llegar a considerar los bonos como de alto riesgo de incumplimiento y sin perspectiva de mejora. Por lo que, conseguir préstamos para continuar con el modelo socialista se vuelve cada vez más caro para el gobierno. Si a esto le sumamos la baja, a nivel mundial, del petróleo; la principal fuente de divisas para el gobierno, le complica cada vez más obtener recursos para repartirlos clientelarmente.

Si alguien aún piensa que las ideas no tienen consecuencias, no está poniendo atención o ha decidido evadir la realidad. Es imposible, la evidencia lo demuestra, crear riqueza en un país donde el gobierno tiene el poder de violar el derecho a la propiedad y la libertad de actuar.

Los emprendedores necesitan de un ambiente de libertad para poder innovar, crear nuevos productos y servicios. Libertad para equivocarse, aprender y volver a emprender. Necesitan del respeto a su propiedad y contratos para poder reinvertir, asociarse y crecer.

Tanto los empresarios como los emprendedores necesitan de un ambiente de certeza jurídica, de un gobierno enfocado en proteger sus derechos individuales. La creación de riqueza es vital para el desarrollo de un país y es la creación no la redistribución la que mejora la calidad de vida de todos.

La situación actual de Venezuela no es casualidad sino la causalidad de ideas erróneas sobre la creación de riqueza. Es la consecuencia de creer que el gobierno es el responsable del bienestar de sus ciudadanos, de pensar que es correcto que el gobierno le quite a unos para darle a otros, de pensar que todos los demás, como “el imperialismo yanqui” o “los burgueses”, son los culpables de la debacle económica, de permitir la centralización del poder.

No es casualidad sino causalidad que ahora en Venezuela tenga el peor desempeño económico a nivel regional, considerando que no está en guerra declarada contra otro país. Aunque sí en guerra contra sus propios ciudadanos.

Insisto, la situación actual de Venezuela no es casualidad sino la causalidad de ideas equivocadas. La destrucción consistente de la economía es sólo uno de esos efectos.

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo