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Invertir en infraestructura hoy es la luz del mañana

Claudia Galán
02 de agosto, 2017

Se estima que la inversión en infraestructura debería alcanzar un 6.2% del PIB, según la base de datos Infralatam. Mientras que en Guatemala en 2015 el monto alcanzó apenas un 0.52% del PIB.
Con menos del 1% del PIB, la inversión pública en infraestructura en Guatemala es una de las más bajas de América Latina. Esto limita sin duda alguna el futuro crecimiento y la calidad de vida de los guatemaltecos.

Las necesidades de infraestructura superan la inversión realizada. Lo realmente preocupante es que mientras otros países de la región han logrado reducir su déficit de infraestructura, para Guatemala la lógica es inversa.

Gráfico 1
Inversión pública en infraestructura en América Latina
(% PIB, 2013)

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Fuente: FMI

Apostar por un mayor gasto en infraestructura representa una propuesta para garantizar mayor crecimiento, reducir la pobreza y la desigualdad.
Hoy la débil infraestructura limita la actividad comercial frenando así mayor inversión para el país. Asimismo, representa uno de los impedimentos para dinamizar el comercio regional derivado de la falta de competitividad de las redes de transporte de la mercadería en fronteras, puertos y aeropuertos. Los costos logísticos en Guatemala alcanzan hoy un 29% del valor final de los productos, mientras que en países de la OCDE representan un 8%.

Por otro lado, la falta de inversión pública en infraestructura mantiene los costos de los artículos básicos en niveles altos, lo que reduce la competitividad. En este sentido, la débil infraestructura ha contribuido a la alta inflación en el rubro de alimentos que en Guatemala, según estimaciones del INE, alcanza el 10%.
Lo anterior repercute principalmente en las poblaciones más pobres del país. Por último, la desigualdad también se ve afectada por una calidad deficiente de la infraestructura dado que incrementa la desigualdad del ingreso entre las zonas urbanas y rurales.

Por tanto, mientras no despertemos y no invirtamos en infraestructura productiva para el país las condiciones de crecimiento estático, pobreza y desigualdad de ingresos no cambiarán.
El llamado es a invertir hoy para asegurar un mejor mañana para los guatemaltecos. Más lejos de lo que hoy estamos es imposible, solo es posible actuar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Invertir en infraestructura hoy es la luz del mañana

Claudia Galán
02 de agosto, 2017

Se estima que la inversión en infraestructura debería alcanzar un 6.2% del PIB, según la base de datos Infralatam. Mientras que en Guatemala en 2015 el monto alcanzó apenas un 0.52% del PIB.
Con menos del 1% del PIB, la inversión pública en infraestructura en Guatemala es una de las más bajas de América Latina. Esto limita sin duda alguna el futuro crecimiento y la calidad de vida de los guatemaltecos.

Las necesidades de infraestructura superan la inversión realizada. Lo realmente preocupante es que mientras otros países de la región han logrado reducir su déficit de infraestructura, para Guatemala la lógica es inversa.

Gráfico 1
Inversión pública en infraestructura en América Latina
(% PIB, 2013)

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Apostar por un mayor gasto en infraestructura representa una propuesta para garantizar mayor crecimiento, reducir la pobreza y la desigualdad.
Hoy la débil infraestructura limita la actividad comercial frenando así mayor inversión para el país. Asimismo, representa uno de los impedimentos para dinamizar el comercio regional derivado de la falta de competitividad de las redes de transporte de la mercadería en fronteras, puertos y aeropuertos. Los costos logísticos en Guatemala alcanzan hoy un 29% del valor final de los productos, mientras que en países de la OCDE representan un 8%.

Por otro lado, la falta de inversión pública en infraestructura mantiene los costos de los artículos básicos en niveles altos, lo que reduce la competitividad. En este sentido, la débil infraestructura ha contribuido a la alta inflación en el rubro de alimentos que en Guatemala, según estimaciones del INE, alcanza el 10%.
Lo anterior repercute principalmente en las poblaciones más pobres del país. Por último, la desigualdad también se ve afectada por una calidad deficiente de la infraestructura dado que incrementa la desigualdad del ingreso entre las zonas urbanas y rurales.

Por tanto, mientras no despertemos y no invirtamos en infraestructura productiva para el país las condiciones de crecimiento estático, pobreza y desigualdad de ingresos no cambiarán.
El llamado es a invertir hoy para asegurar un mejor mañana para los guatemaltecos. Más lejos de lo que hoy estamos es imposible, solo es posible actuar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo