La noción de máquinas que se alzan contra sus creadores es un tema común en la cultura y en la cobertura de noticias amarillista. Eso ayuda a explicar los titulares en los últimos días describiendo cómo los investigadores de Facebook AI en un “ataque pánico” fueron “forzados” a “matar” a sus “espeluznantes” bots que habían comenzado a hablar en su propio idioma.
Eso no es exactamente lo que pasó. Un experimento de Facebook produjo simples bots que parloteaban en frases ilegibles, pero no eran alarmantes, sorprendentes o muy inteligentes. Nadie en el laboratorio de AI de la red social entró en pánico, y tú tampoco debes hacerlo. Pero la cobertura errónea de los medios de comunicación puede no presagiar bien para nuestro futuro. A medida que el aprendizaje mecánico y la inteligencia artificial se vuelven más penetrantes e influyentes, es crucial comprender el potencial y la realidad de estas tecnologías. Esto es particularmente cierto cuando los algoritmos llegan a desempeñar un papel central en la guerra, la justicia penal y los mercados laborales.
Lee la nota de Tom Simonite en este enlace.
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