Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Redacción
19 de agosto, 2017

En Guatemala, tristemente, tenemos desde hace algún tiempo un manto negro que atraviesa la ciudad y se mantiene al acecho. Tenemos atravesado el luto de todas las manera posibles, viudas y viudos, huérfanos, madres y padres de familia devastados porque uno de sus hijos nunca regresará a casa. Ha sido la violencia la que nos ha tendido este manto negro. 

Y el manto negro parece volverse una parte de nuestro cuerpo cada vez que asesinan a alguien, cada que las estadísticas de violencia suman una víctima más. Al pensar en la masacre que ocurrió esta semana en el Hospital Roosevelt, siento desde el fondo del alma una impotencia enorme. ¿Qué estamos viviendo? Personal del sitio fue asesinado cobardemente para lograr liberar a un líder pandillero, considerado además de alta peligrosidad. Una bebé murió a cambio que este sujeto consiguiera escapar de la responsabilidad de sus actos. Ciudadanos que dan su tiempo y vida para salvar las de otros, perdieron la vida por cumplir con sus deberes. 

Me parece abominable que no se pueda garantizar que un delincuente deje de realizar sus atrocidades cuando ya está detenido. El sistema penitenciario debería tener los servicios de salud para los reos adentro de las prisiones. Este sujeto iba a practicarse un examen de sangre como parte de la preparación para un intervención quirúrgica. Si se contara con sitios especializados dentro de las prisiones, serían los doctores quienes se moverían no los reos. No se pondría en riesgo la vida de personas que en busca de una solución encuentran un problema mayor.  

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Hay tantas cosas que lamentar en esta tragedia, tanto que no debió ocurrir. El reo logra su cometido y escapa, sembrando así el terror en toda la población. La inexistente seguridad en Guatemala se siente casa día más utópica porque ya no hay lugar seguro en el país. 

Necesitamos buenas alternativas para garantizar la seguridad al país entero. Necesitamos quitarnos este luto que siempre nos acompaña.  

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Redacción
19 de agosto, 2017

En Guatemala, tristemente, tenemos desde hace algún tiempo un manto negro que atraviesa la ciudad y se mantiene al acecho. Tenemos atravesado el luto de todas las manera posibles, viudas y viudos, huérfanos, madres y padres de familia devastados porque uno de sus hijos nunca regresará a casa. Ha sido la violencia la que nos ha tendido este manto negro. 

Y el manto negro parece volverse una parte de nuestro cuerpo cada vez que asesinan a alguien, cada que las estadísticas de violencia suman una víctima más. Al pensar en la masacre que ocurrió esta semana en el Hospital Roosevelt, siento desde el fondo del alma una impotencia enorme. ¿Qué estamos viviendo? Personal del sitio fue asesinado cobardemente para lograr liberar a un líder pandillero, considerado además de alta peligrosidad. Una bebé murió a cambio que este sujeto consiguiera escapar de la responsabilidad de sus actos. Ciudadanos que dan su tiempo y vida para salvar las de otros, perdieron la vida por cumplir con sus deberes. 

Me parece abominable que no se pueda garantizar que un delincuente deje de realizar sus atrocidades cuando ya está detenido. El sistema penitenciario debería tener los servicios de salud para los reos adentro de las prisiones. Este sujeto iba a practicarse un examen de sangre como parte de la preparación para un intervención quirúrgica. Si se contara con sitios especializados dentro de las prisiones, serían los doctores quienes se moverían no los reos. No se pondría en riesgo la vida de personas que en busca de una solución encuentran un problema mayor.  

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Hay tantas cosas que lamentar en esta tragedia, tanto que no debió ocurrir. El reo logra su cometido y escapa, sembrando así el terror en toda la población. La inexistente seguridad en Guatemala se siente casa día más utópica porque ya no hay lugar seguro en el país. 

Necesitamos buenas alternativas para garantizar la seguridad al país entero. Necesitamos quitarnos este luto que siempre nos acompaña.  

República es ajena a la opinión expresada en este artículo