El clientelismo es un privilegio que otorga una persona a otra usando para ello recursos públicos. Los favores obtenidos si bien benefician a particulares crean una cadena de desigualdad legal cuyos efectos causan efectos dañinos en la vida social. El clientelismo ha sido la causa fundamental de la pérdida de valores en la vida social caracterizada por la sobrevivencia de actores sociales que procuran su bienestar pero predican la justicia y legalidad.
Las personas que persiguen un cargo público en Guatemala, cegados por su manera de ver la realidad, se tornan en los más violentos opresores de sus subalternos y manifiestan un verdadero caos social en su administración. Sin embargo, como bien lo manifiestan distintos autores saben culpar a sus enemigos de las deficiencias que les son propias.
Justicia es un término ambiguo. Y en el decir de Schopenhauer, pensador del siglo XIX hay que procurar que el enemigo generalice mucho más sus argumentos y así todos aquellos que procuran el control social hacen que sus juicios sean muy puntuales a fin de destruir cualquier fomento de rebeldía o de insubordinación.
La semana pasada escribí de la hidalguía del director de Registro y Estadística de la Universidad de San Carlos de Guatemala para asumir la responsabilidad sobre hechos en los cuales por subordinación se obliga de los intereses que el actual rector Magnífico mantiene con el continuismo de la Asociación de Estudiantes Universitarios y los beneficios que ello representa.
Es lamentable el comunicado de prensa, de la Universidad de San Carlos de Guatemala, aparecido en los medios de comunicación, redactado y escrito por su Consejero, como suele llamarse uno de sus asesores, cuya nefasta intervención fortalece la función clientelar en esa casa de estudios.
Las declaraciones hechas en diferentes instancias fueron ignoradas. Los cortadores de los árboles del Boulevard Juan Pablo II fueron soltados en menos de 24 horas sin ninguna figura de proceso. El Señor Presidente y su gobierno siguen en acciones sin resultado en la captura del reo fugado y el establecimiento de la estabilidad en Guatemala.
El subjetivismo epistemológico de cada actor público no ve las necesidades de una sociedad integrada. Solo observa sus intereses y las de su grupo alrededor de los cuales se siente cómodo y seguro. Una sociedad con actores políticos, con nombre y apellido que clientelarmente defienden privilegios seguirán condenando al gobierno de la República a la ineficiencia y subdesarrollo.
La ruptura de un orden social de su gobierno es una calamidad de dimensiones incontrolables.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
El clientelismo es un privilegio que otorga una persona a otra usando para ello recursos públicos. Los favores obtenidos si bien benefician a particulares crean una cadena de desigualdad legal cuyos efectos causan efectos dañinos en la vida social. El clientelismo ha sido la causa fundamental de la pérdida de valores en la vida social caracterizada por la sobrevivencia de actores sociales que procuran su bienestar pero predican la justicia y legalidad.
Las personas que persiguen un cargo público en Guatemala, cegados por su manera de ver la realidad, se tornan en los más violentos opresores de sus subalternos y manifiestan un verdadero caos social en su administración. Sin embargo, como bien lo manifiestan distintos autores saben culpar a sus enemigos de las deficiencias que les son propias.
Justicia es un término ambiguo. Y en el decir de Schopenhauer, pensador del siglo XIX hay que procurar que el enemigo generalice mucho más sus argumentos y así todos aquellos que procuran el control social hacen que sus juicios sean muy puntuales a fin de destruir cualquier fomento de rebeldía o de insubordinación.
La semana pasada escribí de la hidalguía del director de Registro y Estadística de la Universidad de San Carlos de Guatemala para asumir la responsabilidad sobre hechos en los cuales por subordinación se obliga de los intereses que el actual rector Magnífico mantiene con el continuismo de la Asociación de Estudiantes Universitarios y los beneficios que ello representa.
Es lamentable el comunicado de prensa, de la Universidad de San Carlos de Guatemala, aparecido en los medios de comunicación, redactado y escrito por su Consejero, como suele llamarse uno de sus asesores, cuya nefasta intervención fortalece la función clientelar en esa casa de estudios.
Las declaraciones hechas en diferentes instancias fueron ignoradas. Los cortadores de los árboles del Boulevard Juan Pablo II fueron soltados en menos de 24 horas sin ninguna figura de proceso. El Señor Presidente y su gobierno siguen en acciones sin resultado en la captura del reo fugado y el establecimiento de la estabilidad en Guatemala.
El subjetivismo epistemológico de cada actor público no ve las necesidades de una sociedad integrada. Solo observa sus intereses y las de su grupo alrededor de los cuales se siente cómodo y seguro. Una sociedad con actores políticos, con nombre y apellido que clientelarmente defienden privilegios seguirán condenando al gobierno de la República a la ineficiencia y subdesarrollo.
La ruptura de un orden social de su gobierno es una calamidad de dimensiones incontrolables.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo