Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Qué es buen Arte, qué es mal Arte y qué no es Arte?

Redacción República
27 de agosto, 2017

Buen Arte es la disciplina que se aplica con excelencia, que se domina con maestría, con conocimiento; buen arte es la disciplina artística que responde con exactitud disciplinada a la definición objetiva del concepto arte. Mal Arte es aquello que es realizado con incompetencia, de manera mediocre; aquello que tiende a alejarse de la virtud con maestría, de alejarse de la objetividad de lo que define y significa la palabra arte. Y No es Arte lo que contradice la definición objetiva de la misma. Recordemos primero entonces y analicemos dicha definición de manera comparativa contra algunas obras que puedan ejemplificar los conceptos que deseo validar. Rand escribe una de las mejores definiciones de arte: “es la recreación selectiva de la realidad según los juicios de valor metafísicos del artista”; y cuyo significado ya validamos en mi primer artículo.

Entonces buen arte es lo que se acerca a una obra maestra y una obra maestra se logra cuando, un artista, habiendo estudiado a fondo y dominando con maestría la técnica, logra adicionalmente representar de manera simbólica y elocuente su propia filosofía, su visión del mundo en una imagen visual con sentido. La filosofía, moral y sentido de vida que profesa es totalmente irrelevante; aquí tiene el artista total libertad y derecho de elegir la que mejor le parezca; pero la manera en la que lo hace es lo que es relevante y fundamental, léase en la expresión artística, en el lenguaje artístico que se elija. La recreación del artista, el tema es irrelevante para el juicio crítico del alto o bajo nivel que la obra haya alcanzado; cómo lo representó, cómo lo comunicó, qué lenguaje utilizó es lo realmente relevante. Un gran maestro, para poder crear genialidad artística debe obligadamente estudiar y analizar detenidamente la historia del arte, es decir historia de la filosofía, semiótica y composición puesta sobre un lienzo o muro, roca o bronce para no repetir, para aprender e intentar mejorar.  De esta manera, los símbolos que creará, las metáforas que elegirá para representar las ideas, la emoción, el sentido de vida, los podrá utilizar y aplicar de la manera más clara y elocuente posible. Entre menos obvio, menos vulgar, pero deberá tener cuidado de nunca perder la claridad de la comunicación. La representatividad de la imagen visual deberá responder a la naturaleza y el propósito de la función psico-epistemológica en el arte, que es la de concretar en un cuerpo, cosa o acción una imagen visual, respondiendo a los juicios de valor metafísicos elegidos a expresar de una manera metafórica y simbólica. Debe existir un casamiento perfecto entre significado y significante, entre idea y metáfora, debe haber una congruencia lógica de correspondencia e integración entre lo que se quiere comunicar y la manera de hacerlo. No es ningún secreto que en muchas ocasiones los genios de la gran maestría en las artes visuales se han hecho apoyar de símbolos prestados de obras maestras de la literatura, ya que de esta manera reforzamos y enriquecemos la representatividad con una doble metáfora, la del héroe literario con toda su descripción histórica, características particulares y universales y la de las variables de una composición bella.  El común denominador que encontramos en una obra de arte creada con excelencia es siempre, sin temor a equivocarnos, de ideas conceptuales recreadas de manera representativa, no de manera documental histórica, en posturas dramatizadas, muchas veces con acción y movimiento, con un re-arreglo de la realidad, es decir, utilizando la geometría para lograr el diseño de una composición bella. La belleza, cuyo concepto objetivo ya validamos en mi artículo anterior, está compuesta por simetría, proporción, orden, una integración armónica entre cada una de las partes con el todo. La composición de una imagen bella puede ser reforzada por un uso de la perspectiva e iluminación majestuosas, que contribuyan al mejor entendimiento, a la claridad. Esto último es logrado a través de un diseño específico creando jerarquías visuales y mentales, el posicionamiento específico de cada uno de los símbolos para contribuir a expresar mejor las ideas, el sentido de vida de la obra. Este diseño lo estudiaremos más a fondo en futuros artículos que dedicaré a la ciencia de la composición en Procesos Creativos de las Artes Visuales. A continuación menciono algunos ejemplos de obras maestras, que poseen las anteriores características, quitando el aliento por su exquisita belleza e inteligencia comunicativa en el mensaje artístico; elocuencia, elegancia, armonía extremas: “La Gigantomaquia griega” del  ALTAR DE PÉRGAMO, “Las Puertas del Paraíso” de GHIBERTI,  “El Moisés” de BUONAROTTI, “La Escuela de Atenas” de SANZIO,  “Alegoría a la Pintura” de VERMEER, “El Marat Asesinado” o “La Muerte de Sócrates”  de DAVID,   “Las Ninfas” o “El Nacimiento de Venus” de BOUGUEREAU, “Psique reanimada por el beso del Amor” o “Hércules y Licas” de CANOVA,  “Corpus hypercubus” de DALÍ

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE VIVE

Corpus hypercubus, 1954. Óleo sobre lienzo, altura195cm x 124cm de ancho. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York EUA.

Al igual que con los conceptos de belleza, de conocimiento, de inteligencia, en donde existen grados y niveles de los mismos, calificando ciertas cosas o personas como más o menos bellos, más o menos conocedores, más o menos inteligentes; el arte no escapa a ese juicio. Existe arte, buen arte, arte majestuoso, estos tres últimos grados en dirección ascendente y existe por supuesto también la dirección descendente. Y el mal arte, por el contrario del buen arte, es aquel que se aleja de todas o algunas de las variables constituyentes de su definición objetiva. El mal arte, entonces, es el que comunica de manera ineficaz, el que utiliza la técnica a medias, el que representa la realidad a medias, el que compone de manera mediocre. Rand dice sobre lo que se entiende o no se entiende en el arte: “Por el hecho de ser una recreación de la realidad, un objeto de arte debe ser representativo, la libertad de la estilización está limitada por su inteligibilidad, si no es inteligible deja de ser arte.”  Y esta variable es la que el arte moderno se propuso a erradicar. Un artista puede tener y expresar una visión irracional y perversa de la vida, tener un pánico existencial, sentir odio y lástima al mismo tiempo y un gran sentido de culpabilidad; tiene todo el derecho, como la gran mayoría de artistas figurativos-abstractos y abstractos del cubismo, futurismo, neoplasticismo, surrealismo, expresionismo y expresionismo abstracto; pero no puede perder legibilidad en su lenguaje comunicativo.

Sólo Dalí y algotros surrealistas tuvieron el acto genial, que, aunque traicionaron sus principios filosófico-epistemológicos (violando la ley de identidad aristotélica y pregonando la fragrante contradicción de que A era A pero que también podía ser B), aciertan en utilizar medios simbólicos reales y legibles, aceptando que no existe mejor técnica que la del Renacimiento y terminan expresando su razonamiento contradictorio con composiciones bellas, armónicas y lógicas. Dalí y Magritte son de entre los modernos, solitarios y excelentes artistas que logran cumplir todavía eficazmente con la naturaleza de la definición objetiva del arte.

El gran culpable, el que iniciaría con la tremenda influencia filosófica a los principales exponentes del arte  moderno de finales del siglo XIX y principios del XX contribuyendo con   la deconstrucción epistemológica y estética de la realidad, influyendo en creer que nuestros sentidos no son la evidencia de lo percibido, de que la verdad la encontramos adentro de nosotros, mirando hacia lo profundo de los contenidos  de nuestra consciencia, los que tienen el poder de hacer que la realidad se ajuste a nuestros dictados, o sea a nuestras emociones, o sea a nuestros caprichos, sería la filosofía subjetivista de Immanuel Kant (el a veces mal llamado Racionalismo). Él y Hegel serían las principales influencias de pensamiento para explicar de maneras variadas el Idealismo Platónico. Para Kant el mundo fenomenal no es construido por un individuo, sino por una consciencia colectiva. El subjetivista dice que, si él así siente que es algo, entonces eso lo hace un hecho, convierte la emoción, convierte el capricho en una herramienta de cognición.  Esto último fue a lo que Ayn Rand llamó en términos axiomáticos de la metafísica la primacía de la consciencia y que fue lo que provocó el gigantesco relativismo epistemológico que llevaría al arte a los mayores niveles de descomposición semiótica y a una mediocría artística sin precedentes, a una ingenuidad comunicativa y un primitivismo simbólico extremo. Y sus principales exponentes en la Edad de Oro de esta corriente fueron constituidas por miembros de la Escuela de París entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, a quiénes se adhirieron también algunos extranjeros importantes. El libro ARTISTS ON ART nos documenta muy bien algunos de los irracionales pensamientos, que de las bocas de estos sacrílegos sujetos emanaron:

Picasso en 1923: “UNA PINTURA ES UNA SUMA DE DESTRUCCIONES. En los viejos tiempos las pinturas iban formándose a través de la culminación por etapas. Cada día traía algo nuevo. Una pintura solía ser una suma de adiciones. En mi caso una pintura es una suma de destrucciones. Yo hago una pintura, luego la destruyo.” pág 419.

Guernica, 1937. Óleo sobre lienzo, altura 394 cm x 777 cm de ancho. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España.

Mondrian en 1917 se encontraba entre los fundadores de DE STIJL. Inicia el NEOPLASTICISMO en 1932 y escribió alrededor de 1937 en París: “ARTE PLÁSTICO Y PURO ARTE PLÁSTICO. … Para que el arte…no tenga que representar relaciones con el aspecto natural de las cosas, la ley de la desnaturalización de la materia es de importancia fundamental. ….” “(El arte no-figurativo) muestra que “el arte” no es la expresión de la apariencia de la realidad, así como la vemos, ni tampoco de la vida que vivimos, sino que es la expresión de la realidad verdadera y de la vida verdadera… indefinible pero realizable en la plástica. Es por ello por lo que debemos distinguir muy cuidadosamente dos tipos de realidad, la una que tiene un carácter individual, y la otra que tiene una apariencia universal…” pág 428.

Composición en rojo, amarillo, azul y negro, 1921. Gemeentemuseum, La Haya, Holanda.

 Boccioni escribió los Manifiestos Futuristas en 1910: “MANIFIESTO DE LOS PINTORES FUTURISTAS. Aquí están nuestras conclusiones perentorias: Por nuestra adherencia entusiasta al Futurismo nosotros proponemos:

  1. Destruir el culto al pasado, la obsesión con la antigüedad, la pedantería y formalismo de los académicos.
  2. Despreciar todo tipo de forma de imitación.
  3. Exaltar cada forma de originalidad, no importa lo audaz, ni lo violento.
  4. Rebelarse en contra de la tiranía de las palabras “armonía” y “buen gusto,” … pág 435.

Desarrollo de una Botella en el Espacio, 1913. Escultura de bronce. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York, EUA.

Kandinsky y Franz Marc fundaron BLAUE REITER en 1911, EL ARTE DE LA ARMONÍA ESPIRITUAL. Y en Münich en 1910 se le atribuye ser posiblemente el primer artista en realizar una obra completamente abstracta, y antes de regresar a Rusia en 1914 escribió: “… Está claro, por ello, que la elección del objeto (e.e., de uno de los elementos in la armonía de la forma) tiene que ser decidida únicamente por una vibración correspondiente en el espíritu humano… . Entre más abstracta es la forma, más clara y directa es su atractivo. …” pág 450.

En Blanco II, 1923. Óleo sobre lienzo, altura 105 cm x 98 cm de ancho. Museo Nacional de Arte Moderno Georges Pompidou, París, Francia.

Ellos y muchos de sus otros colegas contemporáneos que de manera menor o mayor intentaron deconstruir  la mente humana (aunque irrelevante en el juicio de valor del artista, es decir, en su tema de elección a expresar), contribuyeron a la parcial y en algunos casos, a una total confusión del lenguaje del arte, ya que, al deconstruir el sistema epistemológico racional del hombre, destruyeron también el lenguaje, relativizaron el significado de las palabras y la lógica de una semiótica integral entre significante y significado.  Estos juicios llevaron a que la imagen visual comenzara a perder definición y sentido. Desintegración es la meta del arte moderno, la desintegración de la facultad conceptual del hombre, hacer retroceder la mente de un adulto a la del estado de un niño. Uno de los cuadros más caros de toda la historia, una de las estafas más grandes infringidas por el arte moderno a la razón e inteligencia del hombre es el Grito de Munch, con una simbología ingenua, pésima técnica, ya que un niño con escuela primaria podría haber hecho un mejor trabajo.

El Grito, 1893. Óleo, temple y pastel sobre cartón, 91cm x 74cm de ancho. Galería Nacional de Oslo, Noruega.

 “Yo no sé cuál es peor: practicar el arte moderno como un fraude colosal o hacerlo sinceramente.”

Ayn Rand escribió en “Arte y Cognición“de su MANIFIESTO ROMÁNTICO, pág. 76 .

Para concluir este artículo hablaré ahora un poco sobre lo que indiscutiblemente NO ES ARTE. Yo creo que hubo algunos artistas sinceros en el arte moderno del siglo XX, que intentaron vivir de manera auténtica siendo consecuentes con las filosofías subjetivistas, nihilistas y existencialistas que profesaban; muchos vivieron en sufrimiento, en miedo y ansiedad; varios se suicidaron. En Zürich, en 1916, una banda de intelectuales, escritores, músicos y artistas;  Ball, Richter, Huelsenbeck, Tzara, Janco,  Arp, se reunían periódicamente en el Cabaret Voltaire y crearon  el DADAISMO, de todas, la corriente más cínica y provocadora de actos irreverentes, derivando en un ataque sistemático a las convenciones culturales y estándares burgueses del buen gusto. Tzara dijo: … “dada”… “El primer sonido del niño expresa lo primitivo, el inicio de cero, lo nuevo en nuestro arte.” Dada se puede llamar “un estado de la mente”. Pág. 21 del libro ART SINCE MID-CENTURY de Daniel Wheeler.

Marcel Duchamp se adhirió inmediatamente a esta corriente de ideas totalmente absurdas y se convirtió en el principal exponente e influencia del NO ARTE del momento y del resto de generaciones venideras que decidieron no pensar. Él fue el creador del READY-MADE, que más adelante derivó en LAS INSTALACIONES y los PERFORMANCE. Para definir, lo cual logró de manera extremadamente vaga, lo que para él era arte, declaró que el individuo debía tener una indiferencia visual, declaró que el arte no se aprende desde la mente, sino que sólo y simplemente había que elegirlas por capricho. Duchamp dijo que “… él podría firmar el Edificio Woolworth para convertirlo en un ready-made o usar un Rembrandt como tabla de planchar”.  Su obra más famosa, la que se convertiría en el ícono de todo este movimiento de burdos y vulgares estafadores de la inteligencia humana fue “La Fuente”. Un urinal que colocó al revés y firmó. Ya no importaba si lo había o no fabricado él. El acto de la elección del objeto como el sujeto es lo que según él transformaba un aparato de plomería para expeler la orina humana en una obra de arte. En ese momento había él destruido por completo la definición objetiva del arte. Había aniquilado totalmente la función de la imagen visual en el proceso psico-epistemológica del arte. Era la expresión del subjetivismo al más dramático grado.

                                                                              La Fuente, 1917. París, Francia.

 Cuando el artista está usando alguna de las artes visuales como medio de expresión, como lo es la pintura o la escultura, lo que está haciendo es crear una abstracción visual, una imagen en su mente, la pintura está concretando esa imagen por medios visuales sensoriales y si esa imagen es incomprensible, la comunicación se vuelve nada, como cuando un dizque-artista dice que una mancha roja como un sencillo brochazo “para él” significa una batalla o la muerte o un genocidio.  No es definición de arte lo que un artista hace. No es definición de arte lo que por capricho un artista quiere creer que su obra exprese. No es definición de arte lo que algún curador desee que sea como el urinal invertido de Marcel Duchamp. Como tampoco responde a una definición de arte una pila de periódicos sobre un pallete colocado en el salón de una galería de arte o de un museo. Los nietos intelectuales del francés y más recientes estafadores de la inteligencia humana son el NO ARTISTA Instalador Damien Hirst y el curador Charles Saatchi, el parásito del ignorante, el parásito del superficial, el parásito del que practica la moral de “fin justifica los medios”. Saatchi titula su más reciente libro: “SÉ LO PEOR QUE PUEDAS SER: LA VIDA ES DEMASIADO LARGA PARA TENER PACIENCIA Y VIRTUD”.

Para que una pintura o una escultura sea arte debe responder a su definición objetiva, debe ser representativa, debe simbolizar una visión del hombre, debe ser inteligible, debe ser ideada, creada y ejecutada con maestría y belleza por el artista. En el siguiente artículo regresaremos un poco al pasado, a los griegos, para entender los orígenes del buen arte, del arte majestuoso y analizaremos cómo podemos contribuir a lograr un Segundo Renacimiento de las Artes Visuales.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE VIVE

¿Qué es buen Arte, qué es mal Arte y qué no es Arte?

Redacción República
27 de agosto, 2017

Buen Arte es la disciplina que se aplica con excelencia, que se domina con maestría, con conocimiento; buen arte es la disciplina artística que responde con exactitud disciplinada a la definición objetiva del concepto arte. Mal Arte es aquello que es realizado con incompetencia, de manera mediocre; aquello que tiende a alejarse de la virtud con maestría, de alejarse de la objetividad de lo que define y significa la palabra arte. Y No es Arte lo que contradice la definición objetiva de la misma. Recordemos primero entonces y analicemos dicha definición de manera comparativa contra algunas obras que puedan ejemplificar los conceptos que deseo validar. Rand escribe una de las mejores definiciones de arte: “es la recreación selectiva de la realidad según los juicios de valor metafísicos del artista”; y cuyo significado ya validamos en mi primer artículo.

Entonces buen arte es lo que se acerca a una obra maestra y una obra maestra se logra cuando, un artista, habiendo estudiado a fondo y dominando con maestría la técnica, logra adicionalmente representar de manera simbólica y elocuente su propia filosofía, su visión del mundo en una imagen visual con sentido. La filosofía, moral y sentido de vida que profesa es totalmente irrelevante; aquí tiene el artista total libertad y derecho de elegir la que mejor le parezca; pero la manera en la que lo hace es lo que es relevante y fundamental, léase en la expresión artística, en el lenguaje artístico que se elija. La recreación del artista, el tema es irrelevante para el juicio crítico del alto o bajo nivel que la obra haya alcanzado; cómo lo representó, cómo lo comunicó, qué lenguaje utilizó es lo realmente relevante. Un gran maestro, para poder crear genialidad artística debe obligadamente estudiar y analizar detenidamente la historia del arte, es decir historia de la filosofía, semiótica y composición puesta sobre un lienzo o muro, roca o bronce para no repetir, para aprender e intentar mejorar.  De esta manera, los símbolos que creará, las metáforas que elegirá para representar las ideas, la emoción, el sentido de vida, los podrá utilizar y aplicar de la manera más clara y elocuente posible. Entre menos obvio, menos vulgar, pero deberá tener cuidado de nunca perder la claridad de la comunicación. La representatividad de la imagen visual deberá responder a la naturaleza y el propósito de la función psico-epistemológica en el arte, que es la de concretar en un cuerpo, cosa o acción una imagen visual, respondiendo a los juicios de valor metafísicos elegidos a expresar de una manera metafórica y simbólica. Debe existir un casamiento perfecto entre significado y significante, entre idea y metáfora, debe haber una congruencia lógica de correspondencia e integración entre lo que se quiere comunicar y la manera de hacerlo. No es ningún secreto que en muchas ocasiones los genios de la gran maestría en las artes visuales se han hecho apoyar de símbolos prestados de obras maestras de la literatura, ya que de esta manera reforzamos y enriquecemos la representatividad con una doble metáfora, la del héroe literario con toda su descripción histórica, características particulares y universales y la de las variables de una composición bella.  El común denominador que encontramos en una obra de arte creada con excelencia es siempre, sin temor a equivocarnos, de ideas conceptuales recreadas de manera representativa, no de manera documental histórica, en posturas dramatizadas, muchas veces con acción y movimiento, con un re-arreglo de la realidad, es decir, utilizando la geometría para lograr el diseño de una composición bella. La belleza, cuyo concepto objetivo ya validamos en mi artículo anterior, está compuesta por simetría, proporción, orden, una integración armónica entre cada una de las partes con el todo. La composición de una imagen bella puede ser reforzada por un uso de la perspectiva e iluminación majestuosas, que contribuyan al mejor entendimiento, a la claridad. Esto último es logrado a través de un diseño específico creando jerarquías visuales y mentales, el posicionamiento específico de cada uno de los símbolos para contribuir a expresar mejor las ideas, el sentido de vida de la obra. Este diseño lo estudiaremos más a fondo en futuros artículos que dedicaré a la ciencia de la composición en Procesos Creativos de las Artes Visuales. A continuación menciono algunos ejemplos de obras maestras, que poseen las anteriores características, quitando el aliento por su exquisita belleza e inteligencia comunicativa en el mensaje artístico; elocuencia, elegancia, armonía extremas: “La Gigantomaquia griega” del  ALTAR DE PÉRGAMO, “Las Puertas del Paraíso” de GHIBERTI,  “El Moisés” de BUONAROTTI, “La Escuela de Atenas” de SANZIO,  “Alegoría a la Pintura” de VERMEER, “El Marat Asesinado” o “La Muerte de Sócrates”  de DAVID,   “Las Ninfas” o “El Nacimiento de Venus” de BOUGUEREAU, “Psique reanimada por el beso del Amor” o “Hércules y Licas” de CANOVA,  “Corpus hypercubus” de DALÍ

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE VIVE

Corpus hypercubus, 1954. Óleo sobre lienzo, altura195cm x 124cm de ancho. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York EUA.

Al igual que con los conceptos de belleza, de conocimiento, de inteligencia, en donde existen grados y niveles de los mismos, calificando ciertas cosas o personas como más o menos bellos, más o menos conocedores, más o menos inteligentes; el arte no escapa a ese juicio. Existe arte, buen arte, arte majestuoso, estos tres últimos grados en dirección ascendente y existe por supuesto también la dirección descendente. Y el mal arte, por el contrario del buen arte, es aquel que se aleja de todas o algunas de las variables constituyentes de su definición objetiva. El mal arte, entonces, es el que comunica de manera ineficaz, el que utiliza la técnica a medias, el que representa la realidad a medias, el que compone de manera mediocre. Rand dice sobre lo que se entiende o no se entiende en el arte: “Por el hecho de ser una recreación de la realidad, un objeto de arte debe ser representativo, la libertad de la estilización está limitada por su inteligibilidad, si no es inteligible deja de ser arte.”  Y esta variable es la que el arte moderno se propuso a erradicar. Un artista puede tener y expresar una visión irracional y perversa de la vida, tener un pánico existencial, sentir odio y lástima al mismo tiempo y un gran sentido de culpabilidad; tiene todo el derecho, como la gran mayoría de artistas figurativos-abstractos y abstractos del cubismo, futurismo, neoplasticismo, surrealismo, expresionismo y expresionismo abstracto; pero no puede perder legibilidad en su lenguaje comunicativo.

Sólo Dalí y algotros surrealistas tuvieron el acto genial, que, aunque traicionaron sus principios filosófico-epistemológicos (violando la ley de identidad aristotélica y pregonando la fragrante contradicción de que A era A pero que también podía ser B), aciertan en utilizar medios simbólicos reales y legibles, aceptando que no existe mejor técnica que la del Renacimiento y terminan expresando su razonamiento contradictorio con composiciones bellas, armónicas y lógicas. Dalí y Magritte son de entre los modernos, solitarios y excelentes artistas que logran cumplir todavía eficazmente con la naturaleza de la definición objetiva del arte.

El gran culpable, el que iniciaría con la tremenda influencia filosófica a los principales exponentes del arte  moderno de finales del siglo XIX y principios del XX contribuyendo con   la deconstrucción epistemológica y estética de la realidad, influyendo en creer que nuestros sentidos no son la evidencia de lo percibido, de que la verdad la encontramos adentro de nosotros, mirando hacia lo profundo de los contenidos  de nuestra consciencia, los que tienen el poder de hacer que la realidad se ajuste a nuestros dictados, o sea a nuestras emociones, o sea a nuestros caprichos, sería la filosofía subjetivista de Immanuel Kant (el a veces mal llamado Racionalismo). Él y Hegel serían las principales influencias de pensamiento para explicar de maneras variadas el Idealismo Platónico. Para Kant el mundo fenomenal no es construido por un individuo, sino por una consciencia colectiva. El subjetivista dice que, si él así siente que es algo, entonces eso lo hace un hecho, convierte la emoción, convierte el capricho en una herramienta de cognición.  Esto último fue a lo que Ayn Rand llamó en términos axiomáticos de la metafísica la primacía de la consciencia y que fue lo que provocó el gigantesco relativismo epistemológico que llevaría al arte a los mayores niveles de descomposición semiótica y a una mediocría artística sin precedentes, a una ingenuidad comunicativa y un primitivismo simbólico extremo. Y sus principales exponentes en la Edad de Oro de esta corriente fueron constituidas por miembros de la Escuela de París entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, a quiénes se adhirieron también algunos extranjeros importantes. El libro ARTISTS ON ART nos documenta muy bien algunos de los irracionales pensamientos, que de las bocas de estos sacrílegos sujetos emanaron:

Picasso en 1923: “UNA PINTURA ES UNA SUMA DE DESTRUCCIONES. En los viejos tiempos las pinturas iban formándose a través de la culminación por etapas. Cada día traía algo nuevo. Una pintura solía ser una suma de adiciones. En mi caso una pintura es una suma de destrucciones. Yo hago una pintura, luego la destruyo.” pág 419.

Guernica, 1937. Óleo sobre lienzo, altura 394 cm x 777 cm de ancho. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España.

Mondrian en 1917 se encontraba entre los fundadores de DE STIJL. Inicia el NEOPLASTICISMO en 1932 y escribió alrededor de 1937 en París: “ARTE PLÁSTICO Y PURO ARTE PLÁSTICO. … Para que el arte…no tenga que representar relaciones con el aspecto natural de las cosas, la ley de la desnaturalización de la materia es de importancia fundamental. ….” “(El arte no-figurativo) muestra que “el arte” no es la expresión de la apariencia de la realidad, así como la vemos, ni tampoco de la vida que vivimos, sino que es la expresión de la realidad verdadera y de la vida verdadera… indefinible pero realizable en la plástica. Es por ello por lo que debemos distinguir muy cuidadosamente dos tipos de realidad, la una que tiene un carácter individual, y la otra que tiene una apariencia universal…” pág 428.

Composición en rojo, amarillo, azul y negro, 1921. Gemeentemuseum, La Haya, Holanda.

 Boccioni escribió los Manifiestos Futuristas en 1910: “MANIFIESTO DE LOS PINTORES FUTURISTAS. Aquí están nuestras conclusiones perentorias: Por nuestra adherencia entusiasta al Futurismo nosotros proponemos:

  1. Destruir el culto al pasado, la obsesión con la antigüedad, la pedantería y formalismo de los académicos.
  2. Despreciar todo tipo de forma de imitación.
  3. Exaltar cada forma de originalidad, no importa lo audaz, ni lo violento.
  4. Rebelarse en contra de la tiranía de las palabras “armonía” y “buen gusto,” … pág 435.

Desarrollo de una Botella en el Espacio, 1913. Escultura de bronce. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York, EUA.

Kandinsky y Franz Marc fundaron BLAUE REITER en 1911, EL ARTE DE LA ARMONÍA ESPIRITUAL. Y en Münich en 1910 se le atribuye ser posiblemente el primer artista en realizar una obra completamente abstracta, y antes de regresar a Rusia en 1914 escribió: “… Está claro, por ello, que la elección del objeto (e.e., de uno de los elementos in la armonía de la forma) tiene que ser decidida únicamente por una vibración correspondiente en el espíritu humano… . Entre más abstracta es la forma, más clara y directa es su atractivo. …” pág 450.

En Blanco II, 1923. Óleo sobre lienzo, altura 105 cm x 98 cm de ancho. Museo Nacional de Arte Moderno Georges Pompidou, París, Francia.

Ellos y muchos de sus otros colegas contemporáneos que de manera menor o mayor intentaron deconstruir  la mente humana (aunque irrelevante en el juicio de valor del artista, es decir, en su tema de elección a expresar), contribuyeron a la parcial y en algunos casos, a una total confusión del lenguaje del arte, ya que, al deconstruir el sistema epistemológico racional del hombre, destruyeron también el lenguaje, relativizaron el significado de las palabras y la lógica de una semiótica integral entre significante y significado.  Estos juicios llevaron a que la imagen visual comenzara a perder definición y sentido. Desintegración es la meta del arte moderno, la desintegración de la facultad conceptual del hombre, hacer retroceder la mente de un adulto a la del estado de un niño. Uno de los cuadros más caros de toda la historia, una de las estafas más grandes infringidas por el arte moderno a la razón e inteligencia del hombre es el Grito de Munch, con una simbología ingenua, pésima técnica, ya que un niño con escuela primaria podría haber hecho un mejor trabajo.

El Grito, 1893. Óleo, temple y pastel sobre cartón, 91cm x 74cm de ancho. Galería Nacional de Oslo, Noruega.

 “Yo no sé cuál es peor: practicar el arte moderno como un fraude colosal o hacerlo sinceramente.”

Ayn Rand escribió en “Arte y Cognición“de su MANIFIESTO ROMÁNTICO, pág. 76 .

Para concluir este artículo hablaré ahora un poco sobre lo que indiscutiblemente NO ES ARTE. Yo creo que hubo algunos artistas sinceros en el arte moderno del siglo XX, que intentaron vivir de manera auténtica siendo consecuentes con las filosofías subjetivistas, nihilistas y existencialistas que profesaban; muchos vivieron en sufrimiento, en miedo y ansiedad; varios se suicidaron. En Zürich, en 1916, una banda de intelectuales, escritores, músicos y artistas;  Ball, Richter, Huelsenbeck, Tzara, Janco,  Arp, se reunían periódicamente en el Cabaret Voltaire y crearon  el DADAISMO, de todas, la corriente más cínica y provocadora de actos irreverentes, derivando en un ataque sistemático a las convenciones culturales y estándares burgueses del buen gusto. Tzara dijo: … “dada”… “El primer sonido del niño expresa lo primitivo, el inicio de cero, lo nuevo en nuestro arte.” Dada se puede llamar “un estado de la mente”. Pág. 21 del libro ART SINCE MID-CENTURY de Daniel Wheeler.

Marcel Duchamp se adhirió inmediatamente a esta corriente de ideas totalmente absurdas y se convirtió en el principal exponente e influencia del NO ARTE del momento y del resto de generaciones venideras que decidieron no pensar. Él fue el creador del READY-MADE, que más adelante derivó en LAS INSTALACIONES y los PERFORMANCE. Para definir, lo cual logró de manera extremadamente vaga, lo que para él era arte, declaró que el individuo debía tener una indiferencia visual, declaró que el arte no se aprende desde la mente, sino que sólo y simplemente había que elegirlas por capricho. Duchamp dijo que “… él podría firmar el Edificio Woolworth para convertirlo en un ready-made o usar un Rembrandt como tabla de planchar”.  Su obra más famosa, la que se convertiría en el ícono de todo este movimiento de burdos y vulgares estafadores de la inteligencia humana fue “La Fuente”. Un urinal que colocó al revés y firmó. Ya no importaba si lo había o no fabricado él. El acto de la elección del objeto como el sujeto es lo que según él transformaba un aparato de plomería para expeler la orina humana en una obra de arte. En ese momento había él destruido por completo la definición objetiva del arte. Había aniquilado totalmente la función de la imagen visual en el proceso psico-epistemológica del arte. Era la expresión del subjetivismo al más dramático grado.

                                                                              La Fuente, 1917. París, Francia.

 Cuando el artista está usando alguna de las artes visuales como medio de expresión, como lo es la pintura o la escultura, lo que está haciendo es crear una abstracción visual, una imagen en su mente, la pintura está concretando esa imagen por medios visuales sensoriales y si esa imagen es incomprensible, la comunicación se vuelve nada, como cuando un dizque-artista dice que una mancha roja como un sencillo brochazo “para él” significa una batalla o la muerte o un genocidio.  No es definición de arte lo que un artista hace. No es definición de arte lo que por capricho un artista quiere creer que su obra exprese. No es definición de arte lo que algún curador desee que sea como el urinal invertido de Marcel Duchamp. Como tampoco responde a una definición de arte una pila de periódicos sobre un pallete colocado en el salón de una galería de arte o de un museo. Los nietos intelectuales del francés y más recientes estafadores de la inteligencia humana son el NO ARTISTA Instalador Damien Hirst y el curador Charles Saatchi, el parásito del ignorante, el parásito del superficial, el parásito del que practica la moral de “fin justifica los medios”. Saatchi titula su más reciente libro: “SÉ LO PEOR QUE PUEDAS SER: LA VIDA ES DEMASIADO LARGA PARA TENER PACIENCIA Y VIRTUD”.

Para que una pintura o una escultura sea arte debe responder a su definición objetiva, debe ser representativa, debe simbolizar una visión del hombre, debe ser inteligible, debe ser ideada, creada y ejecutada con maestría y belleza por el artista. En el siguiente artículo regresaremos un poco al pasado, a los griegos, para entender los orígenes del buen arte, del arte majestuoso y analizaremos cómo podemos contribuir a lograr un Segundo Renacimiento de las Artes Visuales.