“La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas” Erich Fromm
·El cambio es lo único que no cambia.” Heráclito de Éfeso. En estos momentos de disrupción nacional, los impredecibles son la norma del día. La gestión serena y pacifica no es característica; cada día introduce una nueva alternativa, aspecto y/o finalidad. Y la habilidad de pensar en variedades de escenarios es lo que pueda guiar a resoluciones aceptables, si no las ideales. El cambio es un inamovible constante, en las palabras sabias de Benjamín Franklin,”…en este mundo, nada es cierto, solo la muerte y los impuestos.” 1789 , y se añade en el siglo veintiuno, el cambio.
Edward de Bono, en Seis sombreros para pensar, habla de las alternativas, que implica “una actitud creativa: el reconocimiento de que existen diversos planteos.” Forma parte intrínseca del pensamiento lateral, “….se desplaza hacia los lados, para probar diferentes percepciones, diferentes puntos de entrada. Se puede usar diferentes provocaciones….para salir de la línea habitual de pensamiento.” El pensamiento creativo, Edward De Bono
Las destrezas del siglo veintiuno enfaticen la habilidad creativa para resolver problemas; los líderes actuales fueron educados antes de la propuesta metodológica de estas destrezas, y dentro del sistema tradicional no se desarrollaban con intención el trabajo cooperativo, el uso del error, las habilidades de liderazgo, pensamiento critico, la amplia comunicación, la consideración por el medio ambiente, la responsabilidad social y personal y la consciente participación como ciudadano global. Sin duda alguna, los alumnos que han desarrollado estas destrezas, gozaran de ventajas en su vida personal y profesional.
Los líderes de ahora asistieron a las aulas tradicionales, se sentaron en escritorios ubicados en fila; respondieron para actividades y entradas y salidas a sonidos de campanas o timbres y “aprendieron” por memoria, el contenido curricular recitado puntualmente. Para retos previstos, un sistema educativo tradicional.
Ahora, con la velocidad de la comunicación, por medio de redes sociales o la simple búsqueda en Google, la información esta instantáneamente al alcance. ¿Cómo se puede manejar la misma? ¿Cómo se resuelve un problema imprevisto y de forma inmediata? Sobre todo, si no se tiene desarrollada la creatividad, la visión lateral, las redes de respuesta, el liderazgo necesario.
Los retos actuales se resolverán de alguna manera; la historia revelará si esta fuera positiva o no. Lo que es competencia del sistema educativo es desarrollar a líderes que puedan diseñar una ruta de resolución de cualquier problema por estar en un constante perfeccionamiento de las destrezas de percepción, discernimiento, cooperación, y demás cualidades que serán de primer orden para el futuro.
El cambio como lo califica Heráclito, es constante, y actualmente, veloz. El vigente sistema educativo no fomenta respuestas inmediatas ni creativas; enfatiza respuestas deliberadas, que sin duda tienen validez, y son comprobadas, pero sin la velocidad de resolución que se requiera, ni las contemplaciones exigidas por las destrezas del siglo veintiuno. El asumir el reto de la creatividad no es una asignatura per se, sino que una visión que genera enfoques nuevos para la resolución de problemas actuales.
El mismo autor De Bono explica para los problemas que aparentemente fueran imposibles de resolver, se debe permitir el fluido de la posibilidad, desarrollar una solución evidentemente imposible de resolver, absurda en un momento, en un extremo de una línea horizontal, y al otro extremo otra solución inaceptable, y razonar el retroceso de cada extremo para así llegar a una resolución viable, por medio de darse permiso a la creatividad a explorar posibilidades que pudieran parecerse imposibles. Esta aparente imposibilidad provoca la creatividad y la innovación resulta.
Líderes creativos, flexibles, con amplia visión, trabajando en equipos coherentes a una visión común, son los necesarios para los desafíos que aun no se pueden imaginar. El cambio se vive; las amenazas son constantes, el cambio es permanente. Situaciones como las actuales deben ser enfrentados por líderes que han alcanzado la flexibilidad que exige el cambio. Creatividad, innovación, cambio. El futuro es desconocido. La educación debe responder con el desarrollo de las competencias que responderán a esa incertidumbre.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
“La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas” Erich Fromm
·El cambio es lo único que no cambia.” Heráclito de Éfeso. En estos momentos de disrupción nacional, los impredecibles son la norma del día. La gestión serena y pacifica no es característica; cada día introduce una nueva alternativa, aspecto y/o finalidad. Y la habilidad de pensar en variedades de escenarios es lo que pueda guiar a resoluciones aceptables, si no las ideales. El cambio es un inamovible constante, en las palabras sabias de Benjamín Franklin,”…en este mundo, nada es cierto, solo la muerte y los impuestos.” 1789 , y se añade en el siglo veintiuno, el cambio.
Edward de Bono, en Seis sombreros para pensar, habla de las alternativas, que implica “una actitud creativa: el reconocimiento de que existen diversos planteos.” Forma parte intrínseca del pensamiento lateral, “….se desplaza hacia los lados, para probar diferentes percepciones, diferentes puntos de entrada. Se puede usar diferentes provocaciones….para salir de la línea habitual de pensamiento.” El pensamiento creativo, Edward De Bono
Las destrezas del siglo veintiuno enfaticen la habilidad creativa para resolver problemas; los líderes actuales fueron educados antes de la propuesta metodológica de estas destrezas, y dentro del sistema tradicional no se desarrollaban con intención el trabajo cooperativo, el uso del error, las habilidades de liderazgo, pensamiento critico, la amplia comunicación, la consideración por el medio ambiente, la responsabilidad social y personal y la consciente participación como ciudadano global. Sin duda alguna, los alumnos que han desarrollado estas destrezas, gozaran de ventajas en su vida personal y profesional.
Los líderes de ahora asistieron a las aulas tradicionales, se sentaron en escritorios ubicados en fila; respondieron para actividades y entradas y salidas a sonidos de campanas o timbres y “aprendieron” por memoria, el contenido curricular recitado puntualmente. Para retos previstos, un sistema educativo tradicional.
Ahora, con la velocidad de la comunicación, por medio de redes sociales o la simple búsqueda en Google, la información esta instantáneamente al alcance. ¿Cómo se puede manejar la misma? ¿Cómo se resuelve un problema imprevisto y de forma inmediata? Sobre todo, si no se tiene desarrollada la creatividad, la visión lateral, las redes de respuesta, el liderazgo necesario.
Los retos actuales se resolverán de alguna manera; la historia revelará si esta fuera positiva o no. Lo que es competencia del sistema educativo es desarrollar a líderes que puedan diseñar una ruta de resolución de cualquier problema por estar en un constante perfeccionamiento de las destrezas de percepción, discernimiento, cooperación, y demás cualidades que serán de primer orden para el futuro.
El cambio como lo califica Heráclito, es constante, y actualmente, veloz. El vigente sistema educativo no fomenta respuestas inmediatas ni creativas; enfatiza respuestas deliberadas, que sin duda tienen validez, y son comprobadas, pero sin la velocidad de resolución que se requiera, ni las contemplaciones exigidas por las destrezas del siglo veintiuno. El asumir el reto de la creatividad no es una asignatura per se, sino que una visión que genera enfoques nuevos para la resolución de problemas actuales.
El mismo autor De Bono explica para los problemas que aparentemente fueran imposibles de resolver, se debe permitir el fluido de la posibilidad, desarrollar una solución evidentemente imposible de resolver, absurda en un momento, en un extremo de una línea horizontal, y al otro extremo otra solución inaceptable, y razonar el retroceso de cada extremo para así llegar a una resolución viable, por medio de darse permiso a la creatividad a explorar posibilidades que pudieran parecerse imposibles. Esta aparente imposibilidad provoca la creatividad y la innovación resulta.
Líderes creativos, flexibles, con amplia visión, trabajando en equipos coherentes a una visión común, son los necesarios para los desafíos que aun no se pueden imaginar. El cambio se vive; las amenazas son constantes, el cambio es permanente. Situaciones como las actuales deben ser enfrentados por líderes que han alcanzado la flexibilidad que exige el cambio. Creatividad, innovación, cambio. El futuro es desconocido. La educación debe responder con el desarrollo de las competencias que responderán a esa incertidumbre.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo