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Construyamos República

Warren Orbaugh
20 de septiembre, 2017

Los acontecimientos del día de independencia hicieron manifiesto la falta de conocimiento cívico de una gran parte de la población guatemalteca. La ciudad, la república, la civitas, tiene normas de conducta recta que la definen. El civismo corresponde al comportamiento respetuoso del ciudadano. La república tiene como característica que la soberanía reside en leyes universales, abstractas y generales, aplicables a todo el mundo y que protegen los derechos de la minoría contra el abuso de la mayoría.

Tiene entonces la república un procedimiento para sus funciones definidas en la Constitución de la República. Así, cuando el legislativo crea una ley, esta debe pasar al ejecutivo, quien tiene poder de veto, para su análisis. Si la veta, no pasa. Si la aprueba, todavía puede ser analizada por la Corte de Constitucionalidad para que establezca si viola o no la Constitución, es decir, si viola o no los derechos de los guatemaltecos. Si los viola, no pasa.

Los ciudadanos pueden demostrar su descontento con una propuesta de ley, mediante manifestaciones pacíficas y acciones legales. Ese es el procedimiento cívico, civilizado, republicano.

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La destrucción de bienes materiales públicos y privados refleja la inmadurez de aquellos que se dejan llevar por sus berrinches. Las manifestaciones violentas y la amenaza del uso de la fuerza de algunos ciudadanos en contra de funcionarios públicos, lejos de ser civilizado, es más bien el comportamiento de hordas salvajes. Las consignas que se oyeron frente al congreso ese fatídico 15 de septiembre: “Aquí no sale nadie. Sólo salen con renuncia en mano”, violan los derechos de la minoría a la que tenían asediada. De esta manera el ciudadano indignado se convirtió en criminal. Los crímenes: secuestro –Artículo 201 del Código Penal; coacción –Artículo 214 al 215 del Código Penal; atentado contra altos funcionarios –Artículo 384 del Código Penal; y sedición –Artículo 387 del Código Penal.

Los que se dejaron usar para violar los derechos de los ciudadanos en el congreso, apoyando las acciones de esbirros de izquierda que tienen el propósito de dar un golpe de estado, actuaron en contra de su mejor interés al no mantener el civismo – apoyaron a quienes quieren para Guatemala el socialismo del siglo XXI. Estos pretenden seguir usándolos para poner a su gente en el poder sin pasar por el sufragio popular donde siempre han fracasado:

“En esta coyuntura, el Partido Guatemalteco del Trabajo insiste: los hechos que llevaron a la crisis en el 2015-2017, son expresión de mecanismos (como la corrupción) y dispositivos de poder (como las leyes ilegítimas) del capitalismo y su Estado, para garantizar la máxima ganancia y enriquecimiento de unos pocos. La alternativa es la construcción de un modelo socialista de Estado y sociedad, a través del impulso de cinco luchas fundamentales: 1) contra la explotación económica de las clases trabajadoras; 2) contra la explotación capitalista de la naturaleza; 3) contra la opresión patriarcal; 4) contra la opresión racista hacia los Pueblos Originarios; 5) contra el imperialismo y todas sus formas de injerencia.

En esta coyuntura específica llamamos a la movilización para:
1. La renuncia y enjuiciamiento del presidente y vicepresidente de la República.
2. La disolución del actual Congreso de la República.
3. La auto constitución de los poderes originarios, sociales y populares en una Asamblea Plurinacional Constituyente, que designe un gobierno de transición.
4. La derogación de toda la legislación lesiva que lesiona los intereses de la clase trabajadora, comunidades, pueblos originarios y mestizos.
5. Sentar las bases de una nueva república plurinacional, popular, socialista e independiente, que garantice la superación de la explotación capitalista del ser humano y la naturaleza, del racismo y el patriarcado.

Llamamos a todos las expresiones de resistencia y desobediencia civil:
¡Incrementar su lucha y fortalecer la organización y articulación desde y entre movimientos sociales, organizaciones y comunidades, para el logro de los objetivos democráticos y transformadores que requiere nuestro país!
Partido Guatemalteco del Trabajo
Por Guatemala, la Revolución y el Socialismo” [http://partidocomunistadeguatemala.blogspot.com/]

Por otro lado la Corte de Constitucionalidad volvió a dar un amparo ilegal, en esta ocasión, contra un proyecto de reforma de ley, que no es un acto legal aún pues no está publicado en el Diario de Centroamérica, pretendiendo así, suplantar las funciones del Presidente de la República a quien le correspondía vetar o no el proyecto de reforma de ley. Una vez sea publicada como ley, entonces le corresponde a la CC actuar.

Cuando un grupo, sin importar si son minoría o mayoría, presiona por la renuncia de los funcionarios electos, viola los derechos de aquellos electores que, siguiendo las reglas del juego del sufragio popular los eligieron. Y no importa si los que piden la renuncia son mayoría. La república protege a la minoría de la violación de sus derechos por la mayoría, sin importar que el elector en desacuerdo con estas medidas de hecho sea sólo uno –pues éste jugó según las reglas del juego y el civismo exige el respeto a las reglas del juego. Estas presiones destruyen el Estado de Derecho. Para destituir a uno o varios funcionarios existen los medios legales a los que se debe recurrir si ese es el deseo de alguno. Pero la presión de la turba es sedición.

Todas estas acciones violaron los procesos jurídicos de la república mostrando que muchos ciudadanos, en lugar de actuar con sensatez y serenidad, guiados por el conocimiento cívico y la razón, se dejaron llevar por su ignorancia cívica y sus pasiones. No permitieron que funcionaran las instituciones republicanas de pesos y contrapesos.

Nadie está por encima de la ley, y mucho menos una turba linchadora.

Pero, los errores que cometemos nos sirven para corregir y evitar desaciertos como el de esta semana recién pasada y posiblemente los de hoy. He aquí algunas sugerencias. Para empezar convendría incluir en todo pensum escolar de estudios la lectura y discusión de la Constitución de la República de Guatemala y la enseñanza de las virtudes cívicas de respeto a los derechos individuales de los demás y al justo proceso. También se debería incluir estudios de economía –cooperación social, ya que todo ciudadano tendría que saber cómo se produce la riqueza.

Convendría también cambiar el sistema de votación por planillas al de votación uninominal, que permitiría votar por la persona que el votante considere su digno representante. Y la votación por diputados debiera ser cada dos años. De esta manera el diputado estaría más cerca del escrutinio de sus votantes, quienes pueden premiarlo con la reelección o castigarlo sustituyéndolo por otro.

También sería provechoso la creación del senado: dos senadores por cada departamento, mayores de 50 años, elegidos por sus pares por periodo de seis años, con renovación de un tercio cada dos años. Estos, que por la experiencia de vida son más prudentes y sensatos, tendrían la obligación de velar porque las leyes propuestas por los diputados no perjudiquen a sus respectivos municipios. De esta manera se protegería a los municipios con menor población de los abusos de municipios con una mayoría. La rotación de senadores permitiría que los más experimentados instruyan a los nuevos sobre sus funciones, teniendo así un cuerpo político cívicamente más educado. Su periodo de función más largo permitiría darle seguimiento a decretos que requieran más tiempo. Además sería saludable la intervención de un cuerpo tranquilo y respetable de ciudadanos, cuya opinión fría y sensata, sirva para contener la equivocada carrera en los asuntos públicos en que, estimulado el pueblo por alguna pasión desordenada o extraviado por las artes y exageraciones de hombres interesados, reclama medidas que él mismo será el primero en lamentar y condenar más tarde.

El financiamiento a candidatos debería ser totalmente libre, privado y deducible del impuesto sobre la renta. De esta manera no se obliga a nadie a financiar a un candidato que no sea de su simpatía, y se podría fiscalizar de donde proviene el financiamiento.

Sería bueno también des-legislar para eliminar los incentivos perversos. Liberar el comercio internacional y la arbitrariedad eliminando las aduanas. Reducir los trámites para formar empresas y construir inmuebles. Establecer especificaciones genéricas en lugar de puntuales para dar entrada a oferentes que puedan brindar el servicio requerido sin favorecer a una determinada empresa. Luego otorgar el contrato por medio de sorteo entre las empresas que hayan calificado. Esto eliminaría las negociaciones por debajo de la mesa, ya que si se dieran, las empresas no favorecidas por el sorteo acusarían al funcionario público de tal intención.

Bueno, estoy seguro que tendrás más y muy buenas sugerencias.

Construyamos república.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Construyamos República

Warren Orbaugh
20 de septiembre, 2017

Los acontecimientos del día de independencia hicieron manifiesto la falta de conocimiento cívico de una gran parte de la población guatemalteca. La ciudad, la república, la civitas, tiene normas de conducta recta que la definen. El civismo corresponde al comportamiento respetuoso del ciudadano. La república tiene como característica que la soberanía reside en leyes universales, abstractas y generales, aplicables a todo el mundo y que protegen los derechos de la minoría contra el abuso de la mayoría.

Tiene entonces la república un procedimiento para sus funciones definidas en la Constitución de la República. Así, cuando el legislativo crea una ley, esta debe pasar al ejecutivo, quien tiene poder de veto, para su análisis. Si la veta, no pasa. Si la aprueba, todavía puede ser analizada por la Corte de Constitucionalidad para que establezca si viola o no la Constitución, es decir, si viola o no los derechos de los guatemaltecos. Si los viola, no pasa.

Los ciudadanos pueden demostrar su descontento con una propuesta de ley, mediante manifestaciones pacíficas y acciones legales. Ese es el procedimiento cívico, civilizado, republicano.

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La destrucción de bienes materiales públicos y privados refleja la inmadurez de aquellos que se dejan llevar por sus berrinches. Las manifestaciones violentas y la amenaza del uso de la fuerza de algunos ciudadanos en contra de funcionarios públicos, lejos de ser civilizado, es más bien el comportamiento de hordas salvajes. Las consignas que se oyeron frente al congreso ese fatídico 15 de septiembre: “Aquí no sale nadie. Sólo salen con renuncia en mano”, violan los derechos de la minoría a la que tenían asediada. De esta manera el ciudadano indignado se convirtió en criminal. Los crímenes: secuestro –Artículo 201 del Código Penal; coacción –Artículo 214 al 215 del Código Penal; atentado contra altos funcionarios –Artículo 384 del Código Penal; y sedición –Artículo 387 del Código Penal.

Los que se dejaron usar para violar los derechos de los ciudadanos en el congreso, apoyando las acciones de esbirros de izquierda que tienen el propósito de dar un golpe de estado, actuaron en contra de su mejor interés al no mantener el civismo – apoyaron a quienes quieren para Guatemala el socialismo del siglo XXI. Estos pretenden seguir usándolos para poner a su gente en el poder sin pasar por el sufragio popular donde siempre han fracasado:

“En esta coyuntura, el Partido Guatemalteco del Trabajo insiste: los hechos que llevaron a la crisis en el 2015-2017, son expresión de mecanismos (como la corrupción) y dispositivos de poder (como las leyes ilegítimas) del capitalismo y su Estado, para garantizar la máxima ganancia y enriquecimiento de unos pocos. La alternativa es la construcción de un modelo socialista de Estado y sociedad, a través del impulso de cinco luchas fundamentales: 1) contra la explotación económica de las clases trabajadoras; 2) contra la explotación capitalista de la naturaleza; 3) contra la opresión patriarcal; 4) contra la opresión racista hacia los Pueblos Originarios; 5) contra el imperialismo y todas sus formas de injerencia.

En esta coyuntura específica llamamos a la movilización para:
1. La renuncia y enjuiciamiento del presidente y vicepresidente de la República.
2. La disolución del actual Congreso de la República.
3. La auto constitución de los poderes originarios, sociales y populares en una Asamblea Plurinacional Constituyente, que designe un gobierno de transición.
4. La derogación de toda la legislación lesiva que lesiona los intereses de la clase trabajadora, comunidades, pueblos originarios y mestizos.
5. Sentar las bases de una nueva república plurinacional, popular, socialista e independiente, que garantice la superación de la explotación capitalista del ser humano y la naturaleza, del racismo y el patriarcado.

Llamamos a todos las expresiones de resistencia y desobediencia civil:
¡Incrementar su lucha y fortalecer la organización y articulación desde y entre movimientos sociales, organizaciones y comunidades, para el logro de los objetivos democráticos y transformadores que requiere nuestro país!
Partido Guatemalteco del Trabajo
Por Guatemala, la Revolución y el Socialismo” [http://partidocomunistadeguatemala.blogspot.com/]

Por otro lado la Corte de Constitucionalidad volvió a dar un amparo ilegal, en esta ocasión, contra un proyecto de reforma de ley, que no es un acto legal aún pues no está publicado en el Diario de Centroamérica, pretendiendo así, suplantar las funciones del Presidente de la República a quien le correspondía vetar o no el proyecto de reforma de ley. Una vez sea publicada como ley, entonces le corresponde a la CC actuar.

Cuando un grupo, sin importar si son minoría o mayoría, presiona por la renuncia de los funcionarios electos, viola los derechos de aquellos electores que, siguiendo las reglas del juego del sufragio popular los eligieron. Y no importa si los que piden la renuncia son mayoría. La república protege a la minoría de la violación de sus derechos por la mayoría, sin importar que el elector en desacuerdo con estas medidas de hecho sea sólo uno –pues éste jugó según las reglas del juego y el civismo exige el respeto a las reglas del juego. Estas presiones destruyen el Estado de Derecho. Para destituir a uno o varios funcionarios existen los medios legales a los que se debe recurrir si ese es el deseo de alguno. Pero la presión de la turba es sedición.

Todas estas acciones violaron los procesos jurídicos de la república mostrando que muchos ciudadanos, en lugar de actuar con sensatez y serenidad, guiados por el conocimiento cívico y la razón, se dejaron llevar por su ignorancia cívica y sus pasiones. No permitieron que funcionaran las instituciones republicanas de pesos y contrapesos.

Nadie está por encima de la ley, y mucho menos una turba linchadora.

Pero, los errores que cometemos nos sirven para corregir y evitar desaciertos como el de esta semana recién pasada y posiblemente los de hoy. He aquí algunas sugerencias. Para empezar convendría incluir en todo pensum escolar de estudios la lectura y discusión de la Constitución de la República de Guatemala y la enseñanza de las virtudes cívicas de respeto a los derechos individuales de los demás y al justo proceso. También se debería incluir estudios de economía –cooperación social, ya que todo ciudadano tendría que saber cómo se produce la riqueza.

Convendría también cambiar el sistema de votación por planillas al de votación uninominal, que permitiría votar por la persona que el votante considere su digno representante. Y la votación por diputados debiera ser cada dos años. De esta manera el diputado estaría más cerca del escrutinio de sus votantes, quienes pueden premiarlo con la reelección o castigarlo sustituyéndolo por otro.

También sería provechoso la creación del senado: dos senadores por cada departamento, mayores de 50 años, elegidos por sus pares por periodo de seis años, con renovación de un tercio cada dos años. Estos, que por la experiencia de vida son más prudentes y sensatos, tendrían la obligación de velar porque las leyes propuestas por los diputados no perjudiquen a sus respectivos municipios. De esta manera se protegería a los municipios con menor población de los abusos de municipios con una mayoría. La rotación de senadores permitiría que los más experimentados instruyan a los nuevos sobre sus funciones, teniendo así un cuerpo político cívicamente más educado. Su periodo de función más largo permitiría darle seguimiento a decretos que requieran más tiempo. Además sería saludable la intervención de un cuerpo tranquilo y respetable de ciudadanos, cuya opinión fría y sensata, sirva para contener la equivocada carrera en los asuntos públicos en que, estimulado el pueblo por alguna pasión desordenada o extraviado por las artes y exageraciones de hombres interesados, reclama medidas que él mismo será el primero en lamentar y condenar más tarde.

El financiamiento a candidatos debería ser totalmente libre, privado y deducible del impuesto sobre la renta. De esta manera no se obliga a nadie a financiar a un candidato que no sea de su simpatía, y se podría fiscalizar de donde proviene el financiamiento.

Sería bueno también des-legislar para eliminar los incentivos perversos. Liberar el comercio internacional y la arbitrariedad eliminando las aduanas. Reducir los trámites para formar empresas y construir inmuebles. Establecer especificaciones genéricas en lugar de puntuales para dar entrada a oferentes que puedan brindar el servicio requerido sin favorecer a una determinada empresa. Luego otorgar el contrato por medio de sorteo entre las empresas que hayan calificado. Esto eliminaría las negociaciones por debajo de la mesa, ya que si se dieran, las empresas no favorecidas por el sorteo acusarían al funcionario público de tal intención.

Bueno, estoy seguro que tendrás más y muy buenas sugerencias.

Construyamos república.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo