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Urgen reformas profundas a la Ley Electoral

Antonio Melgar
26 de septiembre, 2017

Guatemala se encuentra en una etapa de necesidad de cambios en pro de la sociedad y de la ciudadanía, que claro, ya no soporta tanto desgaste y eso se manifiesta en pobreza y falta de oportunidades.

Creo que, sin equivocarme todos los guatemaltecos vemos con preocupación lo que sucede en el país, y sustento esto, al recordar la marcha multitudinaria que se dio el 20 de septiembre pasado, en donde se pedían cambios estructurales a un Estado que por el lado que se vea es fallido.

Es necesario reconocer que si Guatemala no hace cambios profundos al sistema, será muy difícil que se pueda llegar a desarrollar competencias para establecer un país desarrollado con condiciones claras que mejoren las condiciones de vida de cada uno de nosotros, por eso es lamentable que estas actuaciones se den por aquellos que nos administran.

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Es evidente que la reforma estructural que se debe dar debe iniciar desde la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que debería, a mi parecer, cambiar la forma de elección de diputados en el Congreso, porque aquí lo que sucede es que al final la gente no sabe por quién está votando, y ahí es en donde entra un buen grupo de personas que por años lo único que ha sabido hacer es reelegirse sin que estén preparados para ese puesto.

A mi parecer el votar por listado, pierde la necesidad de conocer a nuestros diputados ya que posiblemente las casillas privilegiadas sean para aquellos que dan un financiamiento importante al partido, es decir que compran las casillas o bien son familiares cercanos de los caciques dueños de los partidos políticos.

Es necesario ese cambio de listados para empezar a votar directo, es decir nominal a un persona y así eliminar las listas y que permitirá que los diputados sean conocidos por sus electores dándole una responsabilidad de dar directa a sus acciones, obligándoles a ser responsables de sus actuaciones.

Claro esto dejaría sin participación a caciques y a muchos que en la clandestinidad han pasado por desapercibido sus movimientos no tan legales, de los honorables padres de la patria, es lamentable escuchar a la gente de los departamentos desconocer quienes son los que los representan en el Congreso, y eso debe cambiar, aunque la posibilidad se vislumbra lejana, porque esos mismos actores que se postergan son quienes deben reformar la ley que los eliminaría del poder.

Debemos conocer a nuestros diputados y los que se postulen deben tener claro que su posición no es de privilegio en la que se puedan aprovechar para hacerse millonarios y hacerse de poder para beneficio propio o de algunos pocos, sino más bien su trabajo debe ser enfocado a los intereses de la población.

Llego el momento de las reformas profundas para el Estado de Guatemala, y solo pueden suceder si como ciudadanía las exigimos sin pactos corruptos, puntuales y acordes al país que queremos. La ciudadanía hablo el 20 de septiembre y exige cambios profundos, depuración y renuncias, legisladores cumplan con su trabajo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Urgen reformas profundas a la Ley Electoral

Antonio Melgar
26 de septiembre, 2017

Guatemala se encuentra en una etapa de necesidad de cambios en pro de la sociedad y de la ciudadanía, que claro, ya no soporta tanto desgaste y eso se manifiesta en pobreza y falta de oportunidades.

Creo que, sin equivocarme todos los guatemaltecos vemos con preocupación lo que sucede en el país, y sustento esto, al recordar la marcha multitudinaria que se dio el 20 de septiembre pasado, en donde se pedían cambios estructurales a un Estado que por el lado que se vea es fallido.

Es necesario reconocer que si Guatemala no hace cambios profundos al sistema, será muy difícil que se pueda llegar a desarrollar competencias para establecer un país desarrollado con condiciones claras que mejoren las condiciones de vida de cada uno de nosotros, por eso es lamentable que estas actuaciones se den por aquellos que nos administran.

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Es evidente que la reforma estructural que se debe dar debe iniciar desde la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que debería, a mi parecer, cambiar la forma de elección de diputados en el Congreso, porque aquí lo que sucede es que al final la gente no sabe por quién está votando, y ahí es en donde entra un buen grupo de personas que por años lo único que ha sabido hacer es reelegirse sin que estén preparados para ese puesto.

A mi parecer el votar por listado, pierde la necesidad de conocer a nuestros diputados ya que posiblemente las casillas privilegiadas sean para aquellos que dan un financiamiento importante al partido, es decir que compran las casillas o bien son familiares cercanos de los caciques dueños de los partidos políticos.

Es necesario ese cambio de listados para empezar a votar directo, es decir nominal a un persona y así eliminar las listas y que permitirá que los diputados sean conocidos por sus electores dándole una responsabilidad de dar directa a sus acciones, obligándoles a ser responsables de sus actuaciones.

Claro esto dejaría sin participación a caciques y a muchos que en la clandestinidad han pasado por desapercibido sus movimientos no tan legales, de los honorables padres de la patria, es lamentable escuchar a la gente de los departamentos desconocer quienes son los que los representan en el Congreso, y eso debe cambiar, aunque la posibilidad se vislumbra lejana, porque esos mismos actores que se postergan son quienes deben reformar la ley que los eliminaría del poder.

Debemos conocer a nuestros diputados y los que se postulen deben tener claro que su posición no es de privilegio en la que se puedan aprovechar para hacerse millonarios y hacerse de poder para beneficio propio o de algunos pocos, sino más bien su trabajo debe ser enfocado a los intereses de la población.

Llego el momento de las reformas profundas para el Estado de Guatemala, y solo pueden suceder si como ciudadanía las exigimos sin pactos corruptos, puntuales y acordes al país que queremos. La ciudadanía hablo el 20 de septiembre y exige cambios profundos, depuración y renuncias, legisladores cumplan con su trabajo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo