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Más sobre el caso Sperisen y los Derechos Humanos

Betty Marroquin
27 de septiembre, 2017

Este caso sienta precedentes a nivel del derecho internacional. Es el caso de una persona con doble ciudadanía, cuyos derechos humanos fueron violados por uno de los Estados cuya ciudadanía ostenta. Específicamente me refiero al caso del ciudadano guatemalteco y suizo Erwin Sperisen. Por amenazas contra él y su familia se fue a Suiza, que se suponía era un país civilizado.

Era Jefe de la Policía Nacional de Guatemala (PNC) durante un motín en una de las áreas de una de las prisiones de máxima seguridad a la que las autoridades no tenían ni acceso.

Los reos asumieron el control total y contaban con de armas de alto calibre. Obviamente las armas llegaron a los reos gracias a la corrupción. Lógicamente ante el motín, tuvo que intervenir la PNC.

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Como fuera determinado en los juicios en Viena y Madrid contra otros dos elementos de las fuerzas del orden acusados de violar los derechos humanos de reos asesinos, las acciones de las autoridades correspondieron a la necesidad de controlar y aplacar el motín en dicha prisión.

La Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) acusó a Sperisen de complicidad en la muerte de seis reos llegando a presentar testimonios falsos, inclusive de que Sperisen había dado tiro de gracia en el cráneo a un preso. La exhumación de ese cadáver reveló que no existe tiro en el cráneo, otro ejemplo de las falsedades en que incurrió Cicig para inculpar a Sperisen.

Suiza se encuentra ante el embarazo de dos condenas a cadena perpetua completamente injustificadas, y para tratar de salvarse “su nombre” iniciará un nuevo proceso contra Sperisen el 28 de noviembre.

Será interesante ver si esta vez será un juicio ético, permitirán a la defensa presentar testigos y pruebas, y seguirán un proceso apegado a principios legales civilizados. De ser así, como en Viena y Madrid, el caso debiera darse por concluido pronto y Erwin Sperisen tendría que salir libre.

Obvio, los suizos también tienen que lidiar con la posibilidad más que comprensible de que Sperisen exija una indemnización por todo lo que él y su familia han sufrido en estos largos 5 años, injustamente.

Debieran exigirla a Suiza y a la ONU ya que la CICIG es un brazo de esa organización y principal causante de esta injusticia. En cuanto a derechos humanos violados, concluido el proceso, Guatemala debe demandar a Suiza ante la Corte Internacional de Justicia.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Más sobre el caso Sperisen y los Derechos Humanos

Betty Marroquin
27 de septiembre, 2017

Este caso sienta precedentes a nivel del derecho internacional. Es el caso de una persona con doble ciudadanía, cuyos derechos humanos fueron violados por uno de los Estados cuya ciudadanía ostenta. Específicamente me refiero al caso del ciudadano guatemalteco y suizo Erwin Sperisen. Por amenazas contra él y su familia se fue a Suiza, que se suponía era un país civilizado.

Era Jefe de la Policía Nacional de Guatemala (PNC) durante un motín en una de las áreas de una de las prisiones de máxima seguridad a la que las autoridades no tenían ni acceso.

Los reos asumieron el control total y contaban con de armas de alto calibre. Obviamente las armas llegaron a los reos gracias a la corrupción. Lógicamente ante el motín, tuvo que intervenir la PNC.

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Como fuera determinado en los juicios en Viena y Madrid contra otros dos elementos de las fuerzas del orden acusados de violar los derechos humanos de reos asesinos, las acciones de las autoridades correspondieron a la necesidad de controlar y aplacar el motín en dicha prisión.

La Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) acusó a Sperisen de complicidad en la muerte de seis reos llegando a presentar testimonios falsos, inclusive de que Sperisen había dado tiro de gracia en el cráneo a un preso. La exhumación de ese cadáver reveló que no existe tiro en el cráneo, otro ejemplo de las falsedades en que incurrió Cicig para inculpar a Sperisen.

Suiza se encuentra ante el embarazo de dos condenas a cadena perpetua completamente injustificadas, y para tratar de salvarse “su nombre” iniciará un nuevo proceso contra Sperisen el 28 de noviembre.

Será interesante ver si esta vez será un juicio ético, permitirán a la defensa presentar testigos y pruebas, y seguirán un proceso apegado a principios legales civilizados. De ser así, como en Viena y Madrid, el caso debiera darse por concluido pronto y Erwin Sperisen tendría que salir libre.

Obvio, los suizos también tienen que lidiar con la posibilidad más que comprensible de que Sperisen exija una indemnización por todo lo que él y su familia han sufrido en estos largos 5 años, injustamente.

Debieran exigirla a Suiza y a la ONU ya que la CICIG es un brazo de esa organización y principal causante de esta injusticia. En cuanto a derechos humanos violados, concluido el proceso, Guatemala debe demandar a Suiza ante la Corte Internacional de Justicia.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo