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Los dos temas clave de la reforma electoral

Edgar René Ortiz
29 de septiembre, 2017

Hoy se habla de la necesidad de reformar la ley electoral y de partidos políticos. No cabe duda que el momento actual no es el mejor para la clase política tradicional y por ello las demandas ciudadanas se están centrando en reformar el sistema de partidos políticos. ¿Cuáles debieran ser los grandes temas de la reforma? Yo sugiero que son dos.

Primero: Barreras de entrada para formar partidos políticos

Se piensa que formar un partido político es tarea fácil, pero ni cerca. Para constituir un partido político hace falta: a) tener un número de afiliados equivalente al 0.30% del padrón electoral de la última elección. Vimos cómo en la última elección esta cifra obligaba a los partidos a tener 22,668 afiliados; b) tener organización municipal en al menos 50 municipios. Para ello es necesario tener 40 afiliados en cada municipio y celebrar asamblea municipal para designar al comité ejecutivo municipal. Dicho comité debe tener al menos 9 miembros; c) tener organización departamental en al menos 12 departamentos. Para ello es necesario tener organización municipal en 4 municipios en cada uno de los 12 departamentos y luego celebrar asambleas departamentales y elegir al comité ejecutivo departamental. Nuevamente, cada comité necesita tener 9 miembros; d) Con ello aun falta celebrar la asamblea nacional y designar al comité ejecutivo nacional del partido político.

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¿Le parece fácil? Definitivamente, no. Recordemos que para postular candidatos al congreso de la república o a la presidencia es necesario constituirse como partido político. Los comités cívicos electorales son figuras que tienen costos de entrada mucho más bajo pero tienen dos límites. Uno, que sólo permiten postular candidatos a las corporaciones municipales; dos, que una vez termine la elección el comité cívico desaparece.

Es necesario entonces reducir esas barreras de entrada de forma que sea menos costoso para los guatemaltecos hacer uso de su derecho de libre asociación y conformar partidos políticos. Debe exigirse organización partidaria en cada territorio donde un partido quiera postular candidatos pero no para existir como partido.

Segundo: Cambiar el mecanismo para elegir diputados

Actualmente elegimos a los diputados por el sistema de representación proporcional de minorías aplicando el sistema d’Hondt. ¿Cómo funciona? Los partidos proponen su lista de candidatos a diputados con cierto orden. Al final del conteo de votos se asignan proporcionalmente los escaños en función del número de votos utilizando una fórmula que arroja una cifra repartidora que va en función del número total de votos, los escaños a repartir y el número de partidos políticos que participan.

Los votantes en general desconocen cómo funciona el sistema. Lo que saben es que cada vez que eligen diputados al congreso de la república en su distrito o en la lista nacional, deben marcar una “X” en cualquiera de los partidos políticos que compiten en cada distrito. Pero al votar no saben con precisión a qué diputado dan su voto porque votan al partido y el resultado final dependerá de la repartición que resulte del método antes descrito.

¿Qué opciones hay? Suenan dos opciones: el voto uninominal y el voto por listas abiertas y desbloqueadas. Para que exista voto uninominal, haría falta que en cada distrito se elija únicamente a un diputado. De este modo, cada partido postularía un solo diputado en cada distrito (o subdistrito) y el votante debería votar directamente por uno de los diputados que se postulen.

Las listas abiertas y desbloqueadas funcionan de otra manera. Cada partido propondría un número de candidatos al congreso, digamos tres. El votante en este caso tendrá tres “X” y podrá asignar las tres a los tres candidatos de un partido o repartirlos de la forma que mejor le parezca. Esta es la propuesta que se planteó desde el CEES en 2015. Yo me decanto por esta opción por sobre el voto uninominal.

Sea que prefiera una opción u otra, lo cierto es que debe optarse por crear subdistritos con una magnitud de 2 a 4 para lograr un mecanismo eficiente de elección. De lo contrario, el votante podría tener ante sí una lista con 15 candidatos a diputado y sería sumamente complicado. En futuras columnas trataré de abordar el tema con más detalle.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Los dos temas clave de la reforma electoral

Edgar René Ortiz
29 de septiembre, 2017

Hoy se habla de la necesidad de reformar la ley electoral y de partidos políticos. No cabe duda que el momento actual no es el mejor para la clase política tradicional y por ello las demandas ciudadanas se están centrando en reformar el sistema de partidos políticos. ¿Cuáles debieran ser los grandes temas de la reforma? Yo sugiero que son dos.

Primero: Barreras de entrada para formar partidos políticos

Se piensa que formar un partido político es tarea fácil, pero ni cerca. Para constituir un partido político hace falta: a) tener un número de afiliados equivalente al 0.30% del padrón electoral de la última elección. Vimos cómo en la última elección esta cifra obligaba a los partidos a tener 22,668 afiliados; b) tener organización municipal en al menos 50 municipios. Para ello es necesario tener 40 afiliados en cada municipio y celebrar asamblea municipal para designar al comité ejecutivo municipal. Dicho comité debe tener al menos 9 miembros; c) tener organización departamental en al menos 12 departamentos. Para ello es necesario tener organización municipal en 4 municipios en cada uno de los 12 departamentos y luego celebrar asambleas departamentales y elegir al comité ejecutivo departamental. Nuevamente, cada comité necesita tener 9 miembros; d) Con ello aun falta celebrar la asamblea nacional y designar al comité ejecutivo nacional del partido político.

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¿Le parece fácil? Definitivamente, no. Recordemos que para postular candidatos al congreso de la república o a la presidencia es necesario constituirse como partido político. Los comités cívicos electorales son figuras que tienen costos de entrada mucho más bajo pero tienen dos límites. Uno, que sólo permiten postular candidatos a las corporaciones municipales; dos, que una vez termine la elección el comité cívico desaparece.

Es necesario entonces reducir esas barreras de entrada de forma que sea menos costoso para los guatemaltecos hacer uso de su derecho de libre asociación y conformar partidos políticos. Debe exigirse organización partidaria en cada territorio donde un partido quiera postular candidatos pero no para existir como partido.

Segundo: Cambiar el mecanismo para elegir diputados

Actualmente elegimos a los diputados por el sistema de representación proporcional de minorías aplicando el sistema d’Hondt. ¿Cómo funciona? Los partidos proponen su lista de candidatos a diputados con cierto orden. Al final del conteo de votos se asignan proporcionalmente los escaños en función del número de votos utilizando una fórmula que arroja una cifra repartidora que va en función del número total de votos, los escaños a repartir y el número de partidos políticos que participan.

Los votantes en general desconocen cómo funciona el sistema. Lo que saben es que cada vez que eligen diputados al congreso de la república en su distrito o en la lista nacional, deben marcar una “X” en cualquiera de los partidos políticos que compiten en cada distrito. Pero al votar no saben con precisión a qué diputado dan su voto porque votan al partido y el resultado final dependerá de la repartición que resulte del método antes descrito.

¿Qué opciones hay? Suenan dos opciones: el voto uninominal y el voto por listas abiertas y desbloqueadas. Para que exista voto uninominal, haría falta que en cada distrito se elija únicamente a un diputado. De este modo, cada partido postularía un solo diputado en cada distrito (o subdistrito) y el votante debería votar directamente por uno de los diputados que se postulen.

Las listas abiertas y desbloqueadas funcionan de otra manera. Cada partido propondría un número de candidatos al congreso, digamos tres. El votante en este caso tendrá tres “X” y podrá asignar las tres a los tres candidatos de un partido o repartirlos de la forma que mejor le parezca. Esta es la propuesta que se planteó desde el CEES en 2015. Yo me decanto por esta opción por sobre el voto uninominal.

Sea que prefiera una opción u otra, lo cierto es que debe optarse por crear subdistritos con una magnitud de 2 a 4 para lograr un mecanismo eficiente de elección. De lo contrario, el votante podría tener ante sí una lista con 15 candidatos a diputado y sería sumamente complicado. En futuras columnas trataré de abordar el tema con más detalle.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo