Hace aproximadamente dos años empecé a compartir mis opiniones en este espacio de expresión que me otorgó República GT, desde donde he emitido en diferentes oportunidades la posición que considerado atinada y representativa de decenas de guatemaltecos.

Las coyunturas que ocurrieron desde el 2015 como el mismo hecho de la renuncia del expresidente y la exvicepresidenta, y el inicio de sus procesos penales y lo que encierra ver desde una óptica critica esos acontecimientos que sin lugar a dudas marcan la historia del país, fueron de mis primeros escritos.
Analizar los diferentes temas que se desarrollan en un país con una dinámica incansable y que cada semana se presenta como una nueva coyuntura, digna de análisis y desarrollo para construcción de un pensamiento crítico con diferentes matices creo que se hace necesaria.

Al mismo tiempo, creo que es importante hacer público mi agradecimiento a este medio por permitirme expresar mi opinión y claro a todas aquellas personas que hacen que mi espacio se nutra semana a semana, además de reconocer el aporte de quienes contribuyen a que esto sea posible.

Por supuesto que me llena emociona poder decir que he llegado a las cien columnas, porque sé que representan un número representativo, y que de alguna manera hace que pueda llegar con mi opinión a ustedes que me leen, que podrían estar o no de acuerdo.

No obstante, esas condiciones, precisamente los temas con los que empecé a escribir, parecen no encontrar fin, porque el país en la actualidad está sumergido en una serie de retos y debilidades que como ciudadanos no podemos dejar pasar por alto, y es por eso que este espacio se vuelve tan valioso, porque también es un conducto para hacer sentir esa indignación y presión hacia nuestras autoridades.

Guatemala presenta nuevas coyunturas y para mí es un compromiso opinar desde los espacios que se tienen para construir un mejor país para todos, y eso es lo que me toca a mí desde este espacio a fin de fomentar el hábito de la crítica constructiva.
Gracias a usted por leerme y contribuir con sus observaciones porque eso ayuda a que la ciudadanía se fortalezca, precisamente en una era de manifestaciones y sentir que posiblemente muchos nunca pensamos que veríamos como ahora.
Sé que el camino es largo, y sé que desde hace dos años Guatemala enfrenta una serie de cambios importantes, pero no dejemos pasar el momento de opinar y hacer valer nuestra condición, porque nosotros y seremos los responsables de esa nación que queremos.

Involucrémonos, participemos desde donde estemos, y recordemos que Guatemala no puede seguir así, y que hoy más que nunca necesitamos unidad y ojo crítico al actuar de nuestro gobierno, que parece aún no entender que queremos como población.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo