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Salvador Paiz
05 de octubre, 2017

Existe una lectura obligada para todos aquellos a los que nos gusta la teoría de colas o estudiar líneas de producción, “La meta” de Eliyahu M. Goldratt. El libro cuenta la historia de Alex Rogo, administrador de una planta de producción con grandes problemas. Tanto así que Alex recibe un ultimátum para que resuelva la situación. A pesar de inversiones en maquinaria de punta, la planta no lograba generar mejores resultados. Alex no entendía dónde estaba el problema.

Un día Alex acompañaba a su hijo a una caminata de boy scouts, pero se mantenía distraído pensando en cómo resolver su problema de producción. Notó que la fila en que iban caminando los niños se hacía cada vez más larga y espaciada entre ellos. Alex se da cuenta que no le sirve la línea dispersa, sino lo más compacta posible. Para que eso suceda, debe poner el cuello de botella en el primer lugar de la fila. Ese cuello de botella es Herbie, el niño gordito y chapudo del grupo que caminaba más lento. Hace un experimento al nombrarlo líder de la caminata y se da cuenta que la cadena de niños se mantiene mucho más compacta y que pueden enfocar sus energías en ese cuello de botella, para acelerar la velocidad en la que van caminando todos. Alex traslada todo lo que descubrió en esa excursión a la planta y enfoca su atención en los cuellos de botella. Los encuentra, los soluciona y la planta comienza a generar utilidades como nunca. Los cuellos de botella existen no solo en las empresas, sino también a nivel nacional.

Como país tenemos muchísimos cuellos de botella que nos impiden progresar. Durante el desarrollo de la iniciativa Mejoremos Guate, se identificaron y analizaron las limitantes a nuestro crecimiento, entre ellas están las ineficiencias por la burocracia, el alto costo derivado de la inseguridad, la ausencia de certeza jurídica, la pobre y carente infraestructura y la falta de mano de obra calificada.

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Las limitantes se ven reflejadas en varios indicadores, tales como el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. Lamentablemente el más reciente informe muestra un retroceso de seis puntos para Guatemala, lo que nos posiciona en el puesto 84 de los 137 países evaluados. Así como Alex se preguntó cómo mejorar el sistema productivo de su empresa, hoy los guatemaltecos debemos cuestionarnos cómo resolver nuestros problemas y salir adelante como país.

Por su parte Fundesa, a través de Mejoremos Guate, sometió a discusión algunas ideas iniciales para atender cada uno de los cuellos de botella que nos limitan como país, ello incluye mecanismos que generen un aumento en la inversión en infraestructura y mejorar la institucionalidad. En ese sentido debe continuar la lucha contra la corrupción de manera unificada y realizar las reformas estructurales necesarias en nuestras leyes, tales como la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley de Servicio Civil, la Ley de Contrataciones y la Ley del Organismo Judicial.

En todo este proceso, es importante mantener en mente que los sistemas son resistentes al cambio. Por ejemplo, cuando Alex le dijo al grupo de niños que Herbie iba a ser su líder, la mayoría se molestó porque Herbie era el niño más lento de todos. Lo mismo sucede con cambios a nivel nacional, donde ciertos actores privados dependen de mantener el statu quo u ONG cuya supervivencia depende de perpetuar los indicadores sociales que supuestamente están llamados a atender, etcétera. La resistencia al cambio es evidente en cualquier sistema, pero en nuestro país existen tres elementos que agudizan esa inmovilidad: (i) la cleptocracia enraizada, (ii) el crimen organizado transnacional y (iii) la disfuncionalidad del aparato estatal.

Tenemos mucho por hacer. El plan no sería completo sino trabajamos en conjunto para atender de forma explícita esas grandes resistencias al cambio. Si queremos acabar con los cuellos de botella, debemos lograr mejoras sustanciales en temas como seguridad y justicia, pero más importante que eso, debemos unirnos como país alrededor de la solución a nuestros cuellos de botella. Así como Alex, pongamos a Herbie primero, y estoy convencido que veremos los cambios que tanto necesitamos como nación.

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Salvador Paiz
05 de octubre, 2017

Existe una lectura obligada para todos aquellos a los que nos gusta la teoría de colas o estudiar líneas de producción, “La meta” de Eliyahu M. Goldratt. El libro cuenta la historia de Alex Rogo, administrador de una planta de producción con grandes problemas. Tanto así que Alex recibe un ultimátum para que resuelva la situación. A pesar de inversiones en maquinaria de punta, la planta no lograba generar mejores resultados. Alex no entendía dónde estaba el problema.

Un día Alex acompañaba a su hijo a una caminata de boy scouts, pero se mantenía distraído pensando en cómo resolver su problema de producción. Notó que la fila en que iban caminando los niños se hacía cada vez más larga y espaciada entre ellos. Alex se da cuenta que no le sirve la línea dispersa, sino lo más compacta posible. Para que eso suceda, debe poner el cuello de botella en el primer lugar de la fila. Ese cuello de botella es Herbie, el niño gordito y chapudo del grupo que caminaba más lento. Hace un experimento al nombrarlo líder de la caminata y se da cuenta que la cadena de niños se mantiene mucho más compacta y que pueden enfocar sus energías en ese cuello de botella, para acelerar la velocidad en la que van caminando todos. Alex traslada todo lo que descubrió en esa excursión a la planta y enfoca su atención en los cuellos de botella. Los encuentra, los soluciona y la planta comienza a generar utilidades como nunca. Los cuellos de botella existen no solo en las empresas, sino también a nivel nacional.

Como país tenemos muchísimos cuellos de botella que nos impiden progresar. Durante el desarrollo de la iniciativa Mejoremos Guate, se identificaron y analizaron las limitantes a nuestro crecimiento, entre ellas están las ineficiencias por la burocracia, el alto costo derivado de la inseguridad, la ausencia de certeza jurídica, la pobre y carente infraestructura y la falta de mano de obra calificada.

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Las limitantes se ven reflejadas en varios indicadores, tales como el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. Lamentablemente el más reciente informe muestra un retroceso de seis puntos para Guatemala, lo que nos posiciona en el puesto 84 de los 137 países evaluados. Así como Alex se preguntó cómo mejorar el sistema productivo de su empresa, hoy los guatemaltecos debemos cuestionarnos cómo resolver nuestros problemas y salir adelante como país.

Por su parte Fundesa, a través de Mejoremos Guate, sometió a discusión algunas ideas iniciales para atender cada uno de los cuellos de botella que nos limitan como país, ello incluye mecanismos que generen un aumento en la inversión en infraestructura y mejorar la institucionalidad. En ese sentido debe continuar la lucha contra la corrupción de manera unificada y realizar las reformas estructurales necesarias en nuestras leyes, tales como la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley de Servicio Civil, la Ley de Contrataciones y la Ley del Organismo Judicial.

En todo este proceso, es importante mantener en mente que los sistemas son resistentes al cambio. Por ejemplo, cuando Alex le dijo al grupo de niños que Herbie iba a ser su líder, la mayoría se molestó porque Herbie era el niño más lento de todos. Lo mismo sucede con cambios a nivel nacional, donde ciertos actores privados dependen de mantener el statu quo u ONG cuya supervivencia depende de perpetuar los indicadores sociales que supuestamente están llamados a atender, etcétera. La resistencia al cambio es evidente en cualquier sistema, pero en nuestro país existen tres elementos que agudizan esa inmovilidad: (i) la cleptocracia enraizada, (ii) el crimen organizado transnacional y (iii) la disfuncionalidad del aparato estatal.

Tenemos mucho por hacer. El plan no sería completo sino trabajamos en conjunto para atender de forma explícita esas grandes resistencias al cambio. Si queremos acabar con los cuellos de botella, debemos lograr mejoras sustanciales en temas como seguridad y justicia, pero más importante que eso, debemos unirnos como país alrededor de la solución a nuestros cuellos de botella. Así como Alex, pongamos a Herbie primero, y estoy convencido que veremos los cambios que tanto necesitamos como nación.

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo