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Día Internacional de la Niña

Redacción República
16 de octubre, 2017

Me agrada conocer datos estadísticos porque sirven para concientizar a todas aquellas personas que aún son indiferentes a los problemas de desigualdad. El 11 de octubre la ONU hizo oficial el hecho de que cada 10 minutos una niña muere. La pregunta es: ¿cuál es el patrón repetitivo en todas las muertes? La respuestas es simple y triste: la violencia.

Una vez escuché que las mujeres no podrían ni deberían quejarse de sus muertes violentas, cuando los hombres también las experimentan. El detalle que casi nunca se hace visible, es que la mayoría de casos de violencia que afectan a la población masculina no está directamente relacionado con su condición de género; mientras que en las mujeres éste si es un caso recurrente. Algunos ejemplos son los que puntualmente la ONU retrata en sus materiales de concientización: niñas que huyen de hogares en donde se les abusa sexualmente a lugares nuevos y desconocidos para ellas, mujeres que por falta de educación y trabajo se atreven a confiar en personas que las esclavizan de distintas maneras y muchos casos más que terminan en muerte.

¿No se les hace un agujero en el corazón cuando imaginan que una pequeña mujer llena de sueños y ansias de vivir muere cada diez minutos? A mi sí. Y el agujero se hace aún mas grande cuando imagino que esa niña pudo haber sido una de mis amigas, de mis familiares; incluso pude haber sido yo.

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Empoderar en medio de las crisis es el tema que se propuso al celebrar este día internacional de la niña. Empoderarlas porque son agentes subestimados en nuestras sociedades. Ellas actúan como estudiantes, trabajadoras, cuidadoras, cocineras y un sin fin de responsabilidades más, pero no reciben ningún reconocimiento a cambio de su trabajo. El papel que las niñas y adolescentes tienen es opacado y pocas veces entra en discusión, pero ¿cuántos de nosotros no hemos notado que son muchas de ellas las que ejercen a diario trabajos de explotación y esclavitud que ni siquiera se han incluido dentro de la casilla del rabajo infantil?

Las niñas representan desde ya un poder en la sociedad. El problema es que no las hemos dotado de herramientas suficientes como para que comiencen a cambiar sus realidades. Aún así, la historia y las pequeñas victorias han demostrado que una niña educada es capaz de cambiar su realidad, la de su familia y la de su sociedad.

Ustedes pueden hacer algo hoy, pueden comenzar a empoderar a las niñas. Pueden partir por hacerles saber que el mundo es más que crecer y ser una ama de casa, díganles a cada una de las niñas que conozcan que ellas también pueden ser fuertes y valientes; que deben aprender a defenderse, a reconocer sus derechos, a demandar que se les cumplan y que pueden luchar para ya no tener que vivir con miedo. Y si al final del día no creen que a través de éstas pequeñas acciones van a lograr hacer cambios, recuerden lo que una vez dijo Malala: “Cuando el mundo entero está en silencio, hasta una sola voz se vuelve poderosa”.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Día Internacional de la Niña

Redacción República
16 de octubre, 2017

Me agrada conocer datos estadísticos porque sirven para concientizar a todas aquellas personas que aún son indiferentes a los problemas de desigualdad. El 11 de octubre la ONU hizo oficial el hecho de que cada 10 minutos una niña muere. La pregunta es: ¿cuál es el patrón repetitivo en todas las muertes? La respuestas es simple y triste: la violencia.

Una vez escuché que las mujeres no podrían ni deberían quejarse de sus muertes violentas, cuando los hombres también las experimentan. El detalle que casi nunca se hace visible, es que la mayoría de casos de violencia que afectan a la población masculina no está directamente relacionado con su condición de género; mientras que en las mujeres éste si es un caso recurrente. Algunos ejemplos son los que puntualmente la ONU retrata en sus materiales de concientización: niñas que huyen de hogares en donde se les abusa sexualmente a lugares nuevos y desconocidos para ellas, mujeres que por falta de educación y trabajo se atreven a confiar en personas que las esclavizan de distintas maneras y muchos casos más que terminan en muerte.

¿No se les hace un agujero en el corazón cuando imaginan que una pequeña mujer llena de sueños y ansias de vivir muere cada diez minutos? A mi sí. Y el agujero se hace aún mas grande cuando imagino que esa niña pudo haber sido una de mis amigas, de mis familiares; incluso pude haber sido yo.

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Empoderar en medio de las crisis es el tema que se propuso al celebrar este día internacional de la niña. Empoderarlas porque son agentes subestimados en nuestras sociedades. Ellas actúan como estudiantes, trabajadoras, cuidadoras, cocineras y un sin fin de responsabilidades más, pero no reciben ningún reconocimiento a cambio de su trabajo. El papel que las niñas y adolescentes tienen es opacado y pocas veces entra en discusión, pero ¿cuántos de nosotros no hemos notado que son muchas de ellas las que ejercen a diario trabajos de explotación y esclavitud que ni siquiera se han incluido dentro de la casilla del rabajo infantil?

Las niñas representan desde ya un poder en la sociedad. El problema es que no las hemos dotado de herramientas suficientes como para que comiencen a cambiar sus realidades. Aún así, la historia y las pequeñas victorias han demostrado que una niña educada es capaz de cambiar su realidad, la de su familia y la de su sociedad.

Ustedes pueden hacer algo hoy, pueden comenzar a empoderar a las niñas. Pueden partir por hacerles saber que el mundo es más que crecer y ser una ama de casa, díganles a cada una de las niñas que conozcan que ellas también pueden ser fuertes y valientes; que deben aprender a defenderse, a reconocer sus derechos, a demandar que se les cumplan y que pueden luchar para ya no tener que vivir con miedo. Y si al final del día no creen que a través de éstas pequeñas acciones van a lograr hacer cambios, recuerden lo que una vez dijo Malala: “Cuando el mundo entero está en silencio, hasta una sola voz se vuelve poderosa”.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo