La crisis política y debilidad de las instituciones son las razones por las que Standar & Poor´s redujo la calificación para Guatemala de BB a BB-.
Según expertos, esta nota negativa afecta la posibilidad de crédito público y privado. Además pone de manifiesto las consecuencias del poco o nulo avance tras los acontecimientos ocurridos en 2015.
Agregan que la calificación eleva el riesgo de hacer negocios en Guatemala. Esta es tomada en cuenta por cualquier empresa o institución que vea al país como un lugar de oportunidades.
Diferentes visiones
Apenas hace seis meses otra calificadora, Fitch Ratings, también evaluó al país y mantuvo la calificación BB con perspectiva estable.
La valoración se sustentó en la estabilidad macroeconómica y la disciplina de las políticase monetaria y fiscal.
Además, valoró el compromiso de las autoridades con el cumplimiento de las obligaciones de deuda pública.
Resaltó los razonables niveles de endeudamiento y los bajos niveles de déficits fiscal y en cuenta corriente.
La agencia calificadora indicó que estos factores compensan, en alguna medida, el hecho de que Guatemala tenga una baja carga tributaria, que limita la flexibilidad de la política fiscal.
También, en ese momento, consideró que lo anterior compensaba, los indicadores de gobernanza y de desarrollo humano, respecto de otros países con similar calificación crediticia.
Lo que esperan las calificadoras
Fitch Ratings expresó que la calificación podría ser revisada al alza si se observa un incremento sustancial en la recaudación tributaria. También si se ve un cambio estructural que permita una mayor flexibilidad de la política fiscal.
Además beneficiaría un incremento en las expectativas de crecimiento económico e inversión, o una mejora en los indicadores de gobernanza y de desarrollo humano.
Pero contrario a ello, indicó que la calificación podría ser revisada a la baja. Esto si se observa una continua erosión a la base tributaria que restrinja la flexibilidad de la política fiscal.
Asimismo, un estancamiento político que ponga en riesgo el financiamiento del gobierno o genere interrupciones en el financiamiento externo.
También si ocurre un descontento social y retos a la gobernabilidad del país que puedan generar incertidumbre política y riesgo a la estabilidad macroeconómica.
Aspectos que también considera la calificadora Standar & Poor´s en su informe divulgado este miércoles.
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Según expertos, esta nota negativa afecta la posibilidad de crédito público y privado. Además pone de manifiesto las consecuencias del poco o nulo avance tras los acontecimientos ocurridos en 2015.
Agregan que la calificación eleva el riesgo de hacer negocios en Guatemala. Esta es tomada en cuenta por cualquier empresa o institución que vea al país como un lugar de oportunidades.
Diferentes visiones
Apenas hace seis meses otra calificadora, Fitch Ratings, también evaluó al país y mantuvo la calificación BB con perspectiva estable.
La valoración se sustentó en la estabilidad macroeconómica y la disciplina de las políticase monetaria y fiscal.
Además, valoró el compromiso de las autoridades con el cumplimiento de las obligaciones de deuda pública.
Resaltó los razonables niveles de endeudamiento y los bajos niveles de déficits fiscal y en cuenta corriente.
La agencia calificadora indicó que estos factores compensan, en alguna medida, el hecho de que Guatemala tenga una baja carga tributaria, que limita la flexibilidad de la política fiscal.
También, en ese momento, consideró que lo anterior compensaba, los indicadores de gobernanza y de desarrollo humano, respecto de otros países con similar calificación crediticia.
Lo que esperan las calificadoras
Fitch Ratings expresó que la calificación podría ser revisada al alza si se observa un incremento sustancial en la recaudación tributaria. También si se ve un cambio estructural que permita una mayor flexibilidad de la política fiscal.
Además beneficiaría un incremento en las expectativas de crecimiento económico e inversión, o una mejora en los indicadores de gobernanza y de desarrollo humano.
Pero contrario a ello, indicó que la calificación podría ser revisada a la baja. Esto si se observa una continua erosión a la base tributaria que restrinja la flexibilidad de la política fiscal.
Asimismo, un estancamiento político que ponga en riesgo el financiamiento del gobierno o genere interrupciones en el financiamiento externo.
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