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El que persevera

Betty Marroquin
25 de octubre, 2017

Hace unos días el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes y el jefe de la bancada Demócrata del mismo comité enviaron una carta al Secretario de Estado Rex Tillerson solicitándole que deje sin ir a Disney a quien quiera que sea acusado de estar cometiendo o facilitando actos de corrupción EN los Estados Unidos. La ley a la que los congresistas hacen referencia para supuestamente “castigar” a los corruptos de Guatemala se refiere a congelar propiedades y cuentas bancarias e impedir que los señalados realicen transacción alguna con ente alguno en los Estados Unidos. Específicamente afecta burócratas, asociados con burócratas, que hayan cometido cualquier tipo de acto ilegal tipificado como corrupción.

Luego alaban el trabajo de Velasquez y Aldana como si fueran los salvadores de Guatemala y critican al Presidente Constitucional de la República por haber osado declarar non grato a Velasquez y para rematarla, ignorantemente, se atreven a aplaudirle a la infame Corte de Constitucionalidad por violar la Constitución y hacer de la Ley el equivalente a carta higiénica.

Así mismo, los ilustres Representantes Ed Royce, Republicano del distrito 39 de California y Eliot Engels, Demócrata del distrito 16 de Nueva York, limpian el piso con sus homólogos del Congreso de Guatemala por tratar de pasar la enmienda al financiamiento electoral y de partidos políticos que fracasó en septiembre recién pasado.

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Finalmente, y como de costumbre, piden que el acceso a programas de asistencia para Guatemala sea condicionado a las acciones del gobierno en contra de la corrupción.

Para poner esto en contexto, cambios al lenguaje de las legislaciones que atañen presupuesto se hacen en el Comité de Asignaciones de ambas cámaras (Senado y Cámara de Representantes), debe ser un lenguaje consensuado, que luego va aprobado por ambas cámaras para ser ley. Si bien en dicho Comités en ambas cámaras hay aún uno que otro demócrata aliados Aldana y Velasquez, también hay ya muchos Republicanos, que tienen las presidencias de ambas cámaras, muy consientes del otro lado de la moneda de lo que sucede en Guatemala.

Lo que es de admitir es que el que persevera, alcanza. Desde hace mínimo 20 años la izquierda organizada ha venido vendiendo en Washington-DC una imagen de Guatemala adaptada a su visión, a sus ideales y sobre todo, a sus objetivos para alcanzar el poder. Han pintado a CACIF/Fundesa como cuasi “señores feudales” estilo Edad Media, y los han hecho quedar como lo más retrogrado y obtuso que tiene Guatemala. Es así que para los cuatro gatos en el Congreso estadounidense que le ponen atención a nuestro país, nuestro sector productivo (en el que agrupan a todos los empresarios como si fueran todos iguales a Cacif/Fundesa) es el principal promotor e interesado en que los indígenas permanezcan sumidos en la ignorancia y la pobreza. Imagen producto de años de cabildeo. Cabe mencionar que Velasquez y Aldana han hábilmente cabildeado Washington-DC, en varios viajes realizados juntos y por separado, desde que están en sus cargos. Y para mientras Guatemala, por ejemplo, ha pagado a la firma Peck Madigan Jones LLP/Otto Reich LLC, gracias al ex Embajador Julio Ligorría, desde el 24 de julio del 2014, US$113,500 en un contrato y US$246,500. Acuerdo firmado por el entonces Embajador, Julio Ligorría. ¿De qué sirvió? Cabe la pregunta, especialmente viendo como ven a nuestro país en esa Meca de la política. Sólo a un oportunista se le ocurre contratar un cabildero extrema derecha para que haga cabildeo ante un gobierno de izquierda.

Es evidente que el miedo al Savonarola wannabe implica sobre todo, colas machucadas. Lo dan a entender así quienes temen decirle que se saltó las trancas a quien se las saltó, o quienes aceptan a ciegas que el ente que debiera velar por el más absoluto e irrestricto respeto a la Constitución Política de Guatemala, pilar sobre el cual se cimienta nuestra democracia republicana, utilice esa ley como periódicos viejos que uno quema el 7 de diciembre. Pero bueno, al final, del cabildeo fructífero contra nuestro Estado de Derecho, contra nuestra libertad, contra nuestro desarrollo y progreso, es tan culpable quien hace (y da muestra fiel de perseverancia) como quien se deja.

Me pregunto como estaría Guatemala si esas mentes, que hay que admitir tienen un grado respetable de inteligencia, en lugar de perseverar para destruir se enfocaran en construir, producir, crear, motivar, incentivar y trabajar por el crecimiento y el desarrollo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El que persevera

Betty Marroquin
25 de octubre, 2017

Hace unos días el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes y el jefe de la bancada Demócrata del mismo comité enviaron una carta al Secretario de Estado Rex Tillerson solicitándole que deje sin ir a Disney a quien quiera que sea acusado de estar cometiendo o facilitando actos de corrupción EN los Estados Unidos. La ley a la que los congresistas hacen referencia para supuestamente “castigar” a los corruptos de Guatemala se refiere a congelar propiedades y cuentas bancarias e impedir que los señalados realicen transacción alguna con ente alguno en los Estados Unidos. Específicamente afecta burócratas, asociados con burócratas, que hayan cometido cualquier tipo de acto ilegal tipificado como corrupción.

Luego alaban el trabajo de Velasquez y Aldana como si fueran los salvadores de Guatemala y critican al Presidente Constitucional de la República por haber osado declarar non grato a Velasquez y para rematarla, ignorantemente, se atreven a aplaudirle a la infame Corte de Constitucionalidad por violar la Constitución y hacer de la Ley el equivalente a carta higiénica.

Así mismo, los ilustres Representantes Ed Royce, Republicano del distrito 39 de California y Eliot Engels, Demócrata del distrito 16 de Nueva York, limpian el piso con sus homólogos del Congreso de Guatemala por tratar de pasar la enmienda al financiamiento electoral y de partidos políticos que fracasó en septiembre recién pasado.

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Finalmente, y como de costumbre, piden que el acceso a programas de asistencia para Guatemala sea condicionado a las acciones del gobierno en contra de la corrupción.

Para poner esto en contexto, cambios al lenguaje de las legislaciones que atañen presupuesto se hacen en el Comité de Asignaciones de ambas cámaras (Senado y Cámara de Representantes), debe ser un lenguaje consensuado, que luego va aprobado por ambas cámaras para ser ley. Si bien en dicho Comités en ambas cámaras hay aún uno que otro demócrata aliados Aldana y Velasquez, también hay ya muchos Republicanos, que tienen las presidencias de ambas cámaras, muy consientes del otro lado de la moneda de lo que sucede en Guatemala.

Lo que es de admitir es que el que persevera, alcanza. Desde hace mínimo 20 años la izquierda organizada ha venido vendiendo en Washington-DC una imagen de Guatemala adaptada a su visión, a sus ideales y sobre todo, a sus objetivos para alcanzar el poder. Han pintado a CACIF/Fundesa como cuasi “señores feudales” estilo Edad Media, y los han hecho quedar como lo más retrogrado y obtuso que tiene Guatemala. Es así que para los cuatro gatos en el Congreso estadounidense que le ponen atención a nuestro país, nuestro sector productivo (en el que agrupan a todos los empresarios como si fueran todos iguales a Cacif/Fundesa) es el principal promotor e interesado en que los indígenas permanezcan sumidos en la ignorancia y la pobreza. Imagen producto de años de cabildeo. Cabe mencionar que Velasquez y Aldana han hábilmente cabildeado Washington-DC, en varios viajes realizados juntos y por separado, desde que están en sus cargos. Y para mientras Guatemala, por ejemplo, ha pagado a la firma Peck Madigan Jones LLP/Otto Reich LLC, gracias al ex Embajador Julio Ligorría, desde el 24 de julio del 2014, US$113,500 en un contrato y US$246,500. Acuerdo firmado por el entonces Embajador, Julio Ligorría. ¿De qué sirvió? Cabe la pregunta, especialmente viendo como ven a nuestro país en esa Meca de la política. Sólo a un oportunista se le ocurre contratar un cabildero extrema derecha para que haga cabildeo ante un gobierno de izquierda.

Es evidente que el miedo al Savonarola wannabe implica sobre todo, colas machucadas. Lo dan a entender así quienes temen decirle que se saltó las trancas a quien se las saltó, o quienes aceptan a ciegas que el ente que debiera velar por el más absoluto e irrestricto respeto a la Constitución Política de Guatemala, pilar sobre el cual se cimienta nuestra democracia republicana, utilice esa ley como periódicos viejos que uno quema el 7 de diciembre. Pero bueno, al final, del cabildeo fructífero contra nuestro Estado de Derecho, contra nuestra libertad, contra nuestro desarrollo y progreso, es tan culpable quien hace (y da muestra fiel de perseverancia) como quien se deja.

Me pregunto como estaría Guatemala si esas mentes, que hay que admitir tienen un grado respetable de inteligencia, en lugar de perseverar para destruir se enfocaran en construir, producir, crear, motivar, incentivar y trabajar por el crecimiento y el desarrollo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo