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Justicia… ¿de acuerdo a quién?

Carolina Castellanos
03 de noviembre, 2017

Siempre me gusta acudir a la Real Academia Española para tener la definición correcta de las palabras. La RAE define justicia como “principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”. Otras definiciones: “Derecho, razón, equidad”; “conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene”.
Thomas Sowell dijo “pregunte a diez personas qué es justicia y obtendrá once diferentes definiciones”. ¡Veamos si el Señor Sowell tiene razón!
Esta semana hubo desalojo de invasores en unas fincas en Tactic, Alta Verapaz. Los legítimos propietarios obtuvieron, finalmente y después de muchas batallas, la orden de un juez para desalojar a los invasores. De acuerdo al fundamental derecho a la propiedad privada que, por cierto, está garantizado en la Constitución, se hizo justicia.

Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a invadir el terreno de otro. No se hizo esperar el pronunciamiento de los tradicionales promotores de estos actos. Dijeron que el conflicto agrario cada vez está peor. O sea, para ellos, esto fue un acto injusto pues esos invasores “tenían derecho” a estar allí porque, pobrecitos, no tienen tierra propia.
Caso similar con la Finca Bremen. No solo fue invadida sino que prácticamente secuestrada, pues impedían el acceso a sus legítimos propietarios y los dirigentes tenían a los trabajadores bajo su yugo. Finalmente, después de mucho tiempo, los legítimos propietarios lograron recuperarla. Dijo Eurípides (480-406 a.c.): “Dios odia la violencia. Él ha ordenado que todo hombre posea justamente su propiedad, no agarrarla o incautarla”.

Esta semana también hemos visto el caso de Minera San Rafael. CALAS, que logró tenerla cerrada por casi tres meses, piensa que es justo pues “la minería es criminal”. La mina sigue cerrada porque un grupo de revoltosos en Casillas impiden el paso a todo aquel que tenga algo que ver con la mina. Incluso dispararon en contra de una avioneta, quien tuvo que aterrizar arriesgando la vida de sus tripulantes. Para estos vividores, es justicia. Para el resto de nosotros, es un acto de barbarie, va en contra de todo principio moral, como lo define la RAE, y niega el derecho al trabajo honesto y generación de negocios y mejor nivel de vida para las comunidades aledañas. Para éstas, lo que sucede es injusto (lo sé porque conversé con algunos habitantes de San Rafael las Flores), pues se les está impidiendo salir adelante en su vida.

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Los casos de alto impacto social-mediático, por tratarse de evasión fiscal por parte de grandes empresarios, es otro tema a discutir. Por supuesto que es justo que se siga el debido proceso, que se les demuestre que han evadido impuestos y que, no solo los paguen sino que asuman las consecuencias administrativas y penales que correspondan. Lo que no es justo es la humillación mediática, provocada a propósito por el MP/CICIG, violando el artículo 13, segundo párrafo, de la Constitución, que dice que ningún detenido puede ser presentado ante los medios sin haber sido previamente escuchado por un juez. Si hay violación a la ley, no puede ser justo.
Esto nos conduce a analizar si las leyes son justas o no. Podríamos escribir tratados completos al respecto. No soy abogada, por lo que no entraré a hacer análisis jurídicos. No sé cómo funciona el sistema judicial, que permite que mareros de 25 años tengan más de veinte ingresos a la cárcel. Puede ser “justo” para el marero el que lo dejen salir a los pocos días de haber sido capturado. Pero no puede ser justo para el resto de nosotros pues se pone en riesgo nuestra vida.

Actualmente hay más de 20,000 presos (eso de “privados de libertad” es lo “políticamente correcto” ahora pero, a las cosas, por su nombre). De éstos, hay algo así como 11,000 en prisión preventiva. Seguramente no es justo para ellos, pues muchos pudieron haber sido beneficiados con medidas sustitutivas (que es lo normal). Uno de los casos más sonados es el del Coronel Chiroy, quien lleva más años en prisión preventiva que los que tendría que cumplir si se le hubiera encontrado culpable del delito por el que lo acusan. Esto es injusto, aunque “odien” a los militares.

Lo que considero realmente injusto es que la gran mayoría de las empresas en Guatemala tengan bajas sus ventas. Que el crédito bancario se haya ido reduciendo a lo largo del año porque las empresas no están en capacidad de endeudarse para invertir. Es injusto que Guate esté recibiendo pésimas calificaciones a nivel mundial, hasta ubicándonos a la par de Venezuela en algunos índices, ocasionando que menos empresarios quieran venir a invertir y generar empleo. Es injusto porque esto es provocado por las acciones (gobierno de jueces) e inacciones de nuestros gobernantes y por los abusos de los vividores de la conflictividad, que se aprovechan de la inacción en su contra y del “apoyo internacional”.

También es injusto que cada vez haya más trámites que realizar para cualquier cosa, en especial la construcción, que es una industria motor de la economía. Todo esto por ese deseo insaciable de los gobernantes de querer controlarlo todo. Es injusto que nos quieran subir impuestos porque no le alcanza el dinero al gobierno, a costa de tener menos capital para poder sostener a las empresas, ni siquiera para hacerlas crecer. Y aún más injusto es que paguemos ese montón de dinero en impuestos a cambio de no recibir nada, ni siquiera carreteras decentes por las cuales transitar, mucho menos salud y educación de calidad.

Esa acción contraria a la justicia es atentatoria a al “principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”, a ese “conjunto de virtudes por el que es bueno quien las tiene”.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Justicia… ¿de acuerdo a quién?

Carolina Castellanos
03 de noviembre, 2017

Siempre me gusta acudir a la Real Academia Española para tener la definición correcta de las palabras. La RAE define justicia como “principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”. Otras definiciones: “Derecho, razón, equidad”; “conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene”.
Thomas Sowell dijo “pregunte a diez personas qué es justicia y obtendrá once diferentes definiciones”. ¡Veamos si el Señor Sowell tiene razón!
Esta semana hubo desalojo de invasores en unas fincas en Tactic, Alta Verapaz. Los legítimos propietarios obtuvieron, finalmente y después de muchas batallas, la orden de un juez para desalojar a los invasores. De acuerdo al fundamental derecho a la propiedad privada que, por cierto, está garantizado en la Constitución, se hizo justicia.

Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a invadir el terreno de otro. No se hizo esperar el pronunciamiento de los tradicionales promotores de estos actos. Dijeron que el conflicto agrario cada vez está peor. O sea, para ellos, esto fue un acto injusto pues esos invasores “tenían derecho” a estar allí porque, pobrecitos, no tienen tierra propia.
Caso similar con la Finca Bremen. No solo fue invadida sino que prácticamente secuestrada, pues impedían el acceso a sus legítimos propietarios y los dirigentes tenían a los trabajadores bajo su yugo. Finalmente, después de mucho tiempo, los legítimos propietarios lograron recuperarla. Dijo Eurípides (480-406 a.c.): “Dios odia la violencia. Él ha ordenado que todo hombre posea justamente su propiedad, no agarrarla o incautarla”.

Esta semana también hemos visto el caso de Minera San Rafael. CALAS, que logró tenerla cerrada por casi tres meses, piensa que es justo pues “la minería es criminal”. La mina sigue cerrada porque un grupo de revoltosos en Casillas impiden el paso a todo aquel que tenga algo que ver con la mina. Incluso dispararon en contra de una avioneta, quien tuvo que aterrizar arriesgando la vida de sus tripulantes. Para estos vividores, es justicia. Para el resto de nosotros, es un acto de barbarie, va en contra de todo principio moral, como lo define la RAE, y niega el derecho al trabajo honesto y generación de negocios y mejor nivel de vida para las comunidades aledañas. Para éstas, lo que sucede es injusto (lo sé porque conversé con algunos habitantes de San Rafael las Flores), pues se les está impidiendo salir adelante en su vida.

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Los casos de alto impacto social-mediático, por tratarse de evasión fiscal por parte de grandes empresarios, es otro tema a discutir. Por supuesto que es justo que se siga el debido proceso, que se les demuestre que han evadido impuestos y que, no solo los paguen sino que asuman las consecuencias administrativas y penales que correspondan. Lo que no es justo es la humillación mediática, provocada a propósito por el MP/CICIG, violando el artículo 13, segundo párrafo, de la Constitución, que dice que ningún detenido puede ser presentado ante los medios sin haber sido previamente escuchado por un juez. Si hay violación a la ley, no puede ser justo.
Esto nos conduce a analizar si las leyes son justas o no. Podríamos escribir tratados completos al respecto. No soy abogada, por lo que no entraré a hacer análisis jurídicos. No sé cómo funciona el sistema judicial, que permite que mareros de 25 años tengan más de veinte ingresos a la cárcel. Puede ser “justo” para el marero el que lo dejen salir a los pocos días de haber sido capturado. Pero no puede ser justo para el resto de nosotros pues se pone en riesgo nuestra vida.

Actualmente hay más de 20,000 presos (eso de “privados de libertad” es lo “políticamente correcto” ahora pero, a las cosas, por su nombre). De éstos, hay algo así como 11,000 en prisión preventiva. Seguramente no es justo para ellos, pues muchos pudieron haber sido beneficiados con medidas sustitutivas (que es lo normal). Uno de los casos más sonados es el del Coronel Chiroy, quien lleva más años en prisión preventiva que los que tendría que cumplir si se le hubiera encontrado culpable del delito por el que lo acusan. Esto es injusto, aunque “odien” a los militares.

Lo que considero realmente injusto es que la gran mayoría de las empresas en Guatemala tengan bajas sus ventas. Que el crédito bancario se haya ido reduciendo a lo largo del año porque las empresas no están en capacidad de endeudarse para invertir. Es injusto que Guate esté recibiendo pésimas calificaciones a nivel mundial, hasta ubicándonos a la par de Venezuela en algunos índices, ocasionando que menos empresarios quieran venir a invertir y generar empleo. Es injusto porque esto es provocado por las acciones (gobierno de jueces) e inacciones de nuestros gobernantes y por los abusos de los vividores de la conflictividad, que se aprovechan de la inacción en su contra y del “apoyo internacional”.

También es injusto que cada vez haya más trámites que realizar para cualquier cosa, en especial la construcción, que es una industria motor de la economía. Todo esto por ese deseo insaciable de los gobernantes de querer controlarlo todo. Es injusto que nos quieran subir impuestos porque no le alcanza el dinero al gobierno, a costa de tener menos capital para poder sostener a las empresas, ni siquiera para hacerlas crecer. Y aún más injusto es que paguemos ese montón de dinero en impuestos a cambio de no recibir nada, ni siquiera carreteras decentes por las cuales transitar, mucho menos salud y educación de calidad.

Esa acción contraria a la justicia es atentatoria a al “principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”, a ese “conjunto de virtudes por el que es bueno quien las tiene”.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo