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Crecer sin un proyecto de vida

Redacción República
18 de noviembre, 2017

Un estudio publicó esta semana que el 70% de los niños guatemaltecos menores de cinco años, vive en pobreza o extrema pobreza. Reconocer este tipo de índices en nuestro país produce rabia y hace doler el corazón. ¿Cuántas de las razones por las que muchos guatemaltecos deben crecer sin un proyecto de vida, tienen que ver con la corrupción de nuestros gobernantes?

A una edad tan corta, nadie es consciente de que le faltan tantas cosas. Con cinco años, tener a papá y mamá es suficiente. Un niño o una niña no imaginan cómo la vida, literalmente, los va a carcomer en el futuro. Los primeros cinco años deberían ser una época para llenarnos completamente, aprender del mundo y llevar felicidad a casa. Pero para estos niños que pertenecen al 70% descrito, la realidad es totalmente distinta.

Su realidad probablemente es miseria, tristeza. Una casa llena de personas pero vacía de recursos y oportunidades. Es cómo si ustedes y yo viéramos llegar a un nuevo bebé a casa y supiéramos que jamas podrá construir su propio proyecto de vida. Y claro, ninguno de nosotros ha pensado así jamás. Porque recibir a un nuevo bebe siempre es soñar sobre cómo será su vida y cómo se cumplirán sus sueños.

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Ahora quiero mencionar el tema de la corrupción. Porque me parece que estar en una posición de poder y ver la facilidad de obtener recursos extra debe ser tentador. Y probablemente ninguno de aquellos que ha robado en la historia de este país, lo ha hecho mientras se dice a sí mismo: “¡Si! Esto es lo que voy a tomar aunque 800,000 niños y niñas se queden sin futuro”. Pero sinceramente, eso es lo que hacen.

Cuando un gobernante roba, no sólo debería enojarnos aquellas propiedades en las que malgasta el dinero. Ni siquiera la manera en que atesora sus millones. Lo que tiene que despertar en nosotros las ganas de reclamar aquella confianza que depositamos en ellos para mantener al país en un estado pleno, deberían ser estos niños. La idea de su crecimiento sin un plan de vida. Un político que roba, se lleva más que el dinero de los ciudadanos. Se lleva la nutrición, la salud, la educación e incluso, la vida de pequeños guatemaltecos que tienen muchas ganas de vivir.

Ojalá que en donde quiera que se encuentren, se sientan tan miserables como se lo merecen. Nadie debería crecer sin un proyecto de vida y menos cuando otros, solo por avaricia, se lo robaron.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Crecer sin un proyecto de vida

Redacción República
18 de noviembre, 2017

Un estudio publicó esta semana que el 70% de los niños guatemaltecos menores de cinco años, vive en pobreza o extrema pobreza. Reconocer este tipo de índices en nuestro país produce rabia y hace doler el corazón. ¿Cuántas de las razones por las que muchos guatemaltecos deben crecer sin un proyecto de vida, tienen que ver con la corrupción de nuestros gobernantes?

A una edad tan corta, nadie es consciente de que le faltan tantas cosas. Con cinco años, tener a papá y mamá es suficiente. Un niño o una niña no imaginan cómo la vida, literalmente, los va a carcomer en el futuro. Los primeros cinco años deberían ser una época para llenarnos completamente, aprender del mundo y llevar felicidad a casa. Pero para estos niños que pertenecen al 70% descrito, la realidad es totalmente distinta.

Su realidad probablemente es miseria, tristeza. Una casa llena de personas pero vacía de recursos y oportunidades. Es cómo si ustedes y yo viéramos llegar a un nuevo bebé a casa y supiéramos que jamas podrá construir su propio proyecto de vida. Y claro, ninguno de nosotros ha pensado así jamás. Porque recibir a un nuevo bebe siempre es soñar sobre cómo será su vida y cómo se cumplirán sus sueños.

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Ahora quiero mencionar el tema de la corrupción. Porque me parece que estar en una posición de poder y ver la facilidad de obtener recursos extra debe ser tentador. Y probablemente ninguno de aquellos que ha robado en la historia de este país, lo ha hecho mientras se dice a sí mismo: “¡Si! Esto es lo que voy a tomar aunque 800,000 niños y niñas se queden sin futuro”. Pero sinceramente, eso es lo que hacen.

Cuando un gobernante roba, no sólo debería enojarnos aquellas propiedades en las que malgasta el dinero. Ni siquiera la manera en que atesora sus millones. Lo que tiene que despertar en nosotros las ganas de reclamar aquella confianza que depositamos en ellos para mantener al país en un estado pleno, deberían ser estos niños. La idea de su crecimiento sin un plan de vida. Un político que roba, se lleva más que el dinero de los ciudadanos. Se lleva la nutrición, la salud, la educación e incluso, la vida de pequeños guatemaltecos que tienen muchas ganas de vivir.

Ojalá que en donde quiera que se encuentren, se sientan tan miserables como se lo merecen. Nadie debería crecer sin un proyecto de vida y menos cuando otros, solo por avaricia, se lo robaron.

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