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Redacción
23 de diciembre, 2017

Hace unos cuantos años atrás, en un día como hoy, ni siquiera podía dormir de la ansiedad y felicidad acumulada por saber que faltaban pocas horas para noche buena. Sin duda, mi día favorito del año. Pero con el tiempo, la vida, sus decepciones y cargas, le he ido perdiendo de a pocos esa emoción.

Aunque es cierto que con el tiempo entiendo un poco más el verdadero significado de estas fechas, no deja de incomodarme la seriedad con la que de cierta forma voy tomando todos los temas, incluyendo este. Que la vida no nos quite la verdadera emoción de estas fechas. Ahora mismo trato de recordar las razones de mi emoción antes y siempre, por mucho, la principal era ver a mi familia unida por el mismo fin.

Y creo que para la mayor parte de las personas es así, ver al fin a alguien que vino de lejos o alguien que no se deja ver antes de las fiestas. No importa a quiénes les llamemos familia ni los lazos que nos unen. Pensar en esas personas que nos parecen indispensables en estas fechas es un abrazo al corazón. Y no solamente pensarlas, sino que también al momento de encontrarse hacer un esfuerzo porque todo el tiempo compartido sea ameno y memorable.

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Ese es mi consejo para estos días, disfrutar como un niño los días que vienen, sentir ilusión en cada uno de los momentos que hay que pasar antes de las 12 del día 24. Procurar a los demás bajo los valores que el celebrado de las fechas vino a recordarnos. Hacer verdaderamente de estas fechas, días llenos de felicidad y armonía, pero sobre todo paz.

Hay tanto disturbio, tanto problema afuera de nuestras casas que estas tienen que ser un verdadero hogar y no un campo de batalla más en la época en la que vivimos. Que estas fiestas sean la excusa perfecta para llamar, ver, abrazar o perdonar. Y conste que sea también la excusa para limar asperezas y además mantenerlo el resto del año.

Sí, hay problemas. Sí, la vida es injusta y sí, tenemos razones para estar tristes. Pero también tenemos razones para estar contentos y mantenernos así. Qué sea ese rey tan humilde que un día nació en un pesebre el que nos enseñe a mantener esa emoción y esa alegría inexplicable de Navidad.

Mis mejores deseos para todos en esta próxima Navidad, que todo salga bien y que siempre este presente la verdadera razón de todas estas fiestas llenas de amor y felicidad.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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23 de diciembre, 2017

Hace unos cuantos años atrás, en un día como hoy, ni siquiera podía dormir de la ansiedad y felicidad acumulada por saber que faltaban pocas horas para noche buena. Sin duda, mi día favorito del año. Pero con el tiempo, la vida, sus decepciones y cargas, le he ido perdiendo de a pocos esa emoción.

Aunque es cierto que con el tiempo entiendo un poco más el verdadero significado de estas fechas, no deja de incomodarme la seriedad con la que de cierta forma voy tomando todos los temas, incluyendo este. Que la vida no nos quite la verdadera emoción de estas fechas. Ahora mismo trato de recordar las razones de mi emoción antes y siempre, por mucho, la principal era ver a mi familia unida por el mismo fin.

Y creo que para la mayor parte de las personas es así, ver al fin a alguien que vino de lejos o alguien que no se deja ver antes de las fiestas. No importa a quiénes les llamemos familia ni los lazos que nos unen. Pensar en esas personas que nos parecen indispensables en estas fechas es un abrazo al corazón. Y no solamente pensarlas, sino que también al momento de encontrarse hacer un esfuerzo porque todo el tiempo compartido sea ameno y memorable.

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Ese es mi consejo para estos días, disfrutar como un niño los días que vienen, sentir ilusión en cada uno de los momentos que hay que pasar antes de las 12 del día 24. Procurar a los demás bajo los valores que el celebrado de las fechas vino a recordarnos. Hacer verdaderamente de estas fechas, días llenos de felicidad y armonía, pero sobre todo paz.

Hay tanto disturbio, tanto problema afuera de nuestras casas que estas tienen que ser un verdadero hogar y no un campo de batalla más en la época en la que vivimos. Que estas fiestas sean la excusa perfecta para llamar, ver, abrazar o perdonar. Y conste que sea también la excusa para limar asperezas y además mantenerlo el resto del año.

Sí, hay problemas. Sí, la vida es injusta y sí, tenemos razones para estar tristes. Pero también tenemos razones para estar contentos y mantenernos así. Qué sea ese rey tan humilde que un día nació en un pesebre el que nos enseñe a mantener esa emoción y esa alegría inexplicable de Navidad.

Mis mejores deseos para todos en esta próxima Navidad, que todo salga bien y que siempre este presente la verdadera razón de todas estas fiestas llenas de amor y felicidad.

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