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DAREDEVIL, ¿La mejor serie de NETFLIX?

Warren Orbaugh
09 de enero, 2018

Bueno, sé que “la mejor serie de Netflix” es un calificativo que tiene mucho que ver con la apreciación personal de cada quien. Para algunos sí lo será y para otros no. Pero lo que sí es indudable es que es extraordinaria. No sólo debido a la excelente coreografía de las peleas y a la superior calidad de la actuación, sino que al simbolismo y conflicto de valores que muestra.

Para empezar, este superhéroe de Marvel es todo lo contrario de los demás. En lugar de ser un superhéroe con poderes extraordinarios, Matt Murdock, interpretado magistralmente por Charlie Cox, es un temerario discapacitado. Es ciego. Indudablemente hace referencia al concepto de que la justicia debe ser imparcial, por lo que ésta se simboliza como una mujer ciega con una balanza para sopesar la culpabilidad y una espada para  ejecutar la justa sentencia.  De forma similar, Matt es un abogado ciego que por las noches, en calidad de vigilante, vestido como el diablo de Hell’s Kitchen, golpea a criminales buscando que se haga justicia.

Otro aspecto que enfatiza la serie es el hecho de que Matthew es católico. Como superhéroe católico lo relaciona directamente con el apóstol y evangelista Mateo, quien comenta sobre a la justicia en “El Juicio de las Naciones” [San Mateo, 25: 31-45] y sobre la ceguera y la corrupción [San Mateo, 23: 16].

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El tema principal de la serie es pues, la justicia. Se enfoca en un problema serio de la justicia: la responsabilidad legal, es decir, si al agente debe o no considerársele responsable de sus acciones. Normalmente uno pensaría que si una persona se embarca en una o varias acciones violentas contra otros, debería ser castigado. Pero en la serie esta narrativa, a primera vista simple, se complica con una de las preguntas esenciales de la serie: ¿son las personas responsables por las situaciones de su vida? O dicho de otra manera, ¿es una persona responsable de sus acciones si no ha tenido la libertad de escoger la persona en que se ha convertido?

Wilson Fisk ha sido condicionado a un mundo de violencia por los abusos de su padre, aguantándose  hasta que revienta. ¿Se lo puede culpar si es víctima de abuso infantil? Elektra, interpretada por Elodie Yung, es presentada como una máquina emocional de asesinar que no puede evitar matar debido a su naturaleza como “Black Sky” (Cielo Negro). ¿Se la puede culpar si su destino literalmente la predispone a ser mala? ¿Puede ella ejercer su voluntad en contra de su destino? Frank Castle, interpretado por Jon Bernthal, ha experimentado los horrores de la guerra y encima de eso, al regresar como héroe, ve como masacran a su familia (su esposa y sus dos hijos) frente a sus ojos. ¿Se lo puede culpar por buscar venganza? Karen Page, interpretada por Deborah Ann Woll, se ve en la situación de que Wesley, la mano derecha de Kingpin, la amenaza y promete matar primero a sus amigos si no cede a su extorsión. ¿Podemos culparla por asesinar a este gánster?

Filosóficamente, la idea de que todas nuestras acciones están determinadas por causas antecedentes se llama determinismo. Los deterministas no creen en la autodeterminación o libre albedrío. Según ellos toda acción es consecuencia de acciones anteriores. Toda elección que una persona hace está determinada por eventos previos de su vida. Así que el problema de la  justicia criminal es, ¿cómo se puede responsabilizar a alguien por sus actos si estos están determinados por fuerzas o circunstancias ajenas a su control? Para Karen resulta esencial establecer que alguien como Frank no es del todo malo y por tanto, no es un monstruo, que no se define por sus actos, que en el fondo es una buena persona que no pudo actuar diferente, porque eso confirmaría que ella tampoco es un monstruo.

Matt Murdock representa la idea contraria de justicia criminal, propia del libertarianismo, que  sostiene que uno elige su conducta y que ésta no está determinada por otra cosa sino por la propia voluntad. Uno no es bueno o malo por naturaleza, sino que es según decide actuar. Matt representa una opción donde la gente puede elevarse por encima de sus determinadas circunstancias o medio ambiente.  Como el evangelista, busca la redención de Frank y Elektra, a quienes busca rescatar de su convicción de no poder actuar diferente a como, según ellos, están determinados. Matt insiste en que no están condenadas a ser malos y  pueden elegir ser otras personas.

Otro aspecto que toca la serie es que la distinción entre el que es malo y el que no lo es no es claro. La línea divisoria es borrosa en personajes como Fisk, Stick, Elektra y Frank. Ninguno de ellos se propone hacer el mal. Sus actos responden a la decisión de hacer un bien mayor. Para Fisk es hacer una mejor ciudad. Para Stick y Elektra es derrotar a “The Hand” (La Mano) y salvar al mundo, para Frank es hacer justicia.

Esto nos lleva a que Wilson Fisk es quizás el mejor villano del universo cinematográfico de Marvel, llevado a la vida por la excelente interpretación de Vincent D’Onofrio. Es tan bueno y el más creíble porque retrata a hombres que existen en la realidad y son como él, que no se consideran a sí mismos malos y que muchos en la sociedad tampoco los consideran malos, sino todo lo contrario. Y este hecho expone que hay una maldad legitimada por cierta estructura moral. Es la versión estilizada de un burócrata real con poder que en nombre del bien de la mayoría daña a muchos individuos.

Un ejemplo es Robert Moses quien no era ni arquitecto ni ingeniero y que por más de cuarenta años destruyó y reconstruyó grandes sectores de la ciudad de Nueva York para realizar su gran visión, sin importar cuanta gente perdiera sus hogares y vecindarios en el proceso. Construyó el Lincoln Center, Shea Stadium, el Zoologico del Parque Central, más de seiscientas áreas de juego, carreteras, trece puentes, y Madison Square Garden para el que destruyó la antigua y hermosa Pennsylvania Railroad Station. Y el punto es que cada edificio, puente o carretera que hizo, lo hizo sobre propiedad que era el hogar de otras personas. Robert Caro, su biógrafo y quien lo califica de negociante del poder, estima que expulsó de sus casas a 170,000 personas, expropiándoselas por medio de la ley “Eminent Domain” sólo para hacer sus carreteras. Y eso no toma en cuenta los demás desarrollos para los que no hay registros de cuantas personas perdieron sus propiedades. Moses se reusó a contar los individuos desplazados por sus proyectos. Así que el número es considerablemente mayor. Su verdadero talento fue la manipulación del sistema político. Usando su poder político en el gobierno forzó a pobres y grupos minoritarios a abandonar sus hogares para demolerlos y construir con sus amigos, sus proyectos. Y naturalmente, Moses fue considerado durante buena parte de su vida, como un héroe de los activistas políticos progresistas y planificadores urbanos de Estados Unidos. Moses defendió sus acciones diciendo que si el fin no justifica los medios, entonces, ¿qué lo hace? La misma justificación hace Fisk.

Aquí, en Guatemala, vemos la misma mentalidad operando detrás de las grandes visiones de algunos. El caso del centro de la ciudad es emblemático. Para satisfacer el anhelo de unos pocos que desean que sirva de museo para futuras generaciones, lo declararon “Centro Histórico”,  arrebatándoles el derecho de propiedad a sus legítimos propietarios.

Matt representa la postura de que los medios para modificar una sociedad empiezan y terminan con el respeto a los derechos individuales. Respeto a la propiedad de las personas, a sus hogares, a su elección voluntaria de vecindarios y a vivir su vida como les dicte su mejor juicio. Por eso defiende a la señora Cardenas.  La diferencia entre Fisk y Matt no está en el fin, ambos quieren una mejor ciudad. La diferencia está en los medios que están dispuestos a usar. Fisk actúa como un poderoso planificador central sin importarle la vida de los miles de individuos que liquida en servicio de construir su visión de la ciudad que sueña. Matt o Daredevil considera que el futuro mejor para Hell’s Kitchen viene de sus amigos y vecinos, cada uno jugando un papel en la transformación de su comunidad basado en sus propias decisiones y valores individuales y en su interrelaciones unos con otros. Es una visión pluralista que valora a cada persona y les concede la libertad de definir su propio futuro.

El momento culminante es cuando Wilson Fisk se da cuenta de que el monstruo de esta historia es él.

Por eso que he compartido me parece una gran serie y se las recomiendo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

DAREDEVIL, ¿La mejor serie de NETFLIX?

Warren Orbaugh
09 de enero, 2018

Bueno, sé que “la mejor serie de Netflix” es un calificativo que tiene mucho que ver con la apreciación personal de cada quien. Para algunos sí lo será y para otros no. Pero lo que sí es indudable es que es extraordinaria. No sólo debido a la excelente coreografía de las peleas y a la superior calidad de la actuación, sino que al simbolismo y conflicto de valores que muestra.

Para empezar, este superhéroe de Marvel es todo lo contrario de los demás. En lugar de ser un superhéroe con poderes extraordinarios, Matt Murdock, interpretado magistralmente por Charlie Cox, es un temerario discapacitado. Es ciego. Indudablemente hace referencia al concepto de que la justicia debe ser imparcial, por lo que ésta se simboliza como una mujer ciega con una balanza para sopesar la culpabilidad y una espada para  ejecutar la justa sentencia.  De forma similar, Matt es un abogado ciego que por las noches, en calidad de vigilante, vestido como el diablo de Hell’s Kitchen, golpea a criminales buscando que se haga justicia.

Otro aspecto que enfatiza la serie es el hecho de que Matthew es católico. Como superhéroe católico lo relaciona directamente con el apóstol y evangelista Mateo, quien comenta sobre a la justicia en “El Juicio de las Naciones” [San Mateo, 25: 31-45] y sobre la ceguera y la corrupción [San Mateo, 23: 16].

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El tema principal de la serie es pues, la justicia. Se enfoca en un problema serio de la justicia: la responsabilidad legal, es decir, si al agente debe o no considerársele responsable de sus acciones. Normalmente uno pensaría que si una persona se embarca en una o varias acciones violentas contra otros, debería ser castigado. Pero en la serie esta narrativa, a primera vista simple, se complica con una de las preguntas esenciales de la serie: ¿son las personas responsables por las situaciones de su vida? O dicho de otra manera, ¿es una persona responsable de sus acciones si no ha tenido la libertad de escoger la persona en que se ha convertido?

Wilson Fisk ha sido condicionado a un mundo de violencia por los abusos de su padre, aguantándose  hasta que revienta. ¿Se lo puede culpar si es víctima de abuso infantil? Elektra, interpretada por Elodie Yung, es presentada como una máquina emocional de asesinar que no puede evitar matar debido a su naturaleza como “Black Sky” (Cielo Negro). ¿Se la puede culpar si su destino literalmente la predispone a ser mala? ¿Puede ella ejercer su voluntad en contra de su destino? Frank Castle, interpretado por Jon Bernthal, ha experimentado los horrores de la guerra y encima de eso, al regresar como héroe, ve como masacran a su familia (su esposa y sus dos hijos) frente a sus ojos. ¿Se lo puede culpar por buscar venganza? Karen Page, interpretada por Deborah Ann Woll, se ve en la situación de que Wesley, la mano derecha de Kingpin, la amenaza y promete matar primero a sus amigos si no cede a su extorsión. ¿Podemos culparla por asesinar a este gánster?

Filosóficamente, la idea de que todas nuestras acciones están determinadas por causas antecedentes se llama determinismo. Los deterministas no creen en la autodeterminación o libre albedrío. Según ellos toda acción es consecuencia de acciones anteriores. Toda elección que una persona hace está determinada por eventos previos de su vida. Así que el problema de la  justicia criminal es, ¿cómo se puede responsabilizar a alguien por sus actos si estos están determinados por fuerzas o circunstancias ajenas a su control? Para Karen resulta esencial establecer que alguien como Frank no es del todo malo y por tanto, no es un monstruo, que no se define por sus actos, que en el fondo es una buena persona que no pudo actuar diferente, porque eso confirmaría que ella tampoco es un monstruo.

Matt Murdock representa la idea contraria de justicia criminal, propia del libertarianismo, que  sostiene que uno elige su conducta y que ésta no está determinada por otra cosa sino por la propia voluntad. Uno no es bueno o malo por naturaleza, sino que es según decide actuar. Matt representa una opción donde la gente puede elevarse por encima de sus determinadas circunstancias o medio ambiente.  Como el evangelista, busca la redención de Frank y Elektra, a quienes busca rescatar de su convicción de no poder actuar diferente a como, según ellos, están determinados. Matt insiste en que no están condenadas a ser malos y  pueden elegir ser otras personas.

Otro aspecto que toca la serie es que la distinción entre el que es malo y el que no lo es no es claro. La línea divisoria es borrosa en personajes como Fisk, Stick, Elektra y Frank. Ninguno de ellos se propone hacer el mal. Sus actos responden a la decisión de hacer un bien mayor. Para Fisk es hacer una mejor ciudad. Para Stick y Elektra es derrotar a “The Hand” (La Mano) y salvar al mundo, para Frank es hacer justicia.

Esto nos lleva a que Wilson Fisk es quizás el mejor villano del universo cinematográfico de Marvel, llevado a la vida por la excelente interpretación de Vincent D’Onofrio. Es tan bueno y el más creíble porque retrata a hombres que existen en la realidad y son como él, que no se consideran a sí mismos malos y que muchos en la sociedad tampoco los consideran malos, sino todo lo contrario. Y este hecho expone que hay una maldad legitimada por cierta estructura moral. Es la versión estilizada de un burócrata real con poder que en nombre del bien de la mayoría daña a muchos individuos.

Un ejemplo es Robert Moses quien no era ni arquitecto ni ingeniero y que por más de cuarenta años destruyó y reconstruyó grandes sectores de la ciudad de Nueva York para realizar su gran visión, sin importar cuanta gente perdiera sus hogares y vecindarios en el proceso. Construyó el Lincoln Center, Shea Stadium, el Zoologico del Parque Central, más de seiscientas áreas de juego, carreteras, trece puentes, y Madison Square Garden para el que destruyó la antigua y hermosa Pennsylvania Railroad Station. Y el punto es que cada edificio, puente o carretera que hizo, lo hizo sobre propiedad que era el hogar de otras personas. Robert Caro, su biógrafo y quien lo califica de negociante del poder, estima que expulsó de sus casas a 170,000 personas, expropiándoselas por medio de la ley “Eminent Domain” sólo para hacer sus carreteras. Y eso no toma en cuenta los demás desarrollos para los que no hay registros de cuantas personas perdieron sus propiedades. Moses se reusó a contar los individuos desplazados por sus proyectos. Así que el número es considerablemente mayor. Su verdadero talento fue la manipulación del sistema político. Usando su poder político en el gobierno forzó a pobres y grupos minoritarios a abandonar sus hogares para demolerlos y construir con sus amigos, sus proyectos. Y naturalmente, Moses fue considerado durante buena parte de su vida, como un héroe de los activistas políticos progresistas y planificadores urbanos de Estados Unidos. Moses defendió sus acciones diciendo que si el fin no justifica los medios, entonces, ¿qué lo hace? La misma justificación hace Fisk.

Aquí, en Guatemala, vemos la misma mentalidad operando detrás de las grandes visiones de algunos. El caso del centro de la ciudad es emblemático. Para satisfacer el anhelo de unos pocos que desean que sirva de museo para futuras generaciones, lo declararon “Centro Histórico”,  arrebatándoles el derecho de propiedad a sus legítimos propietarios.

Matt representa la postura de que los medios para modificar una sociedad empiezan y terminan con el respeto a los derechos individuales. Respeto a la propiedad de las personas, a sus hogares, a su elección voluntaria de vecindarios y a vivir su vida como les dicte su mejor juicio. Por eso defiende a la señora Cardenas.  La diferencia entre Fisk y Matt no está en el fin, ambos quieren una mejor ciudad. La diferencia está en los medios que están dispuestos a usar. Fisk actúa como un poderoso planificador central sin importarle la vida de los miles de individuos que liquida en servicio de construir su visión de la ciudad que sueña. Matt o Daredevil considera que el futuro mejor para Hell’s Kitchen viene de sus amigos y vecinos, cada uno jugando un papel en la transformación de su comunidad basado en sus propias decisiones y valores individuales y en su interrelaciones unos con otros. Es una visión pluralista que valora a cada persona y les concede la libertad de definir su propio futuro.

El momento culminante es cuando Wilson Fisk se da cuenta de que el monstruo de esta historia es él.

Por eso que he compartido me parece una gran serie y se las recomiendo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo