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“Testigos de la verdad”

Claudia Galán
30 de enero, 2018

Al finalizar el primer mes del 2018, vemos como las piezas siguen sin encajar y el panorama político sigue pintándose gris en el país. Nos enfrentamos a un sistema político desacreditado por la población, situación que ya impacta en la esfera económica del país.

El pasado domingo durante la misa ordinaria, me llamó poderosamente la atención el valioso aporte de la Conferencia Episcopal de Guatemala quien expresó a los fieles a través del misal distribuido en las iglesias católicas, su preocupación ante el acontecer político turbulento.

El comunicado se tituló “queremos ser testigos de la verdad”, haciendo énfasis en la falta de rumbo de los organismos del Estado que hoy se encuentran bajo “la dictadura de la corrupción”.

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Estas líneas no solo alarman, sino también motivan a que los guatemaltecos dejen de ser un medio y se conviertan en el fin. Muchos hoy siguen sin caer en cuenta que esta situación no solamente es preocupante sino pone en riesgo la estabilidad del país, por consiguiente, la estabilidad de los guatemaltecos.

Unir esfuerzos parece una frase gastada hasta incluso romántica, pero es el único camino para perseguir un nuevo rumbo para Guatemala. Las manifestaciones en 2015 fueron una voz unificada en contra de la corrupción que se apagó motivada por otro grupo con incentivos perversos sembrando nuevamente polarización.

Los tres poderes del Estado actúan bajo incentivos perversos dejando de lado los intereses del pueblo y su bienestar. Por consiguiente, el pueblo guatemalteco se ha convertido en espectador más no en actor.

Este llamado va más allá de las religiones, creencias e inclusive culturas, si queremos un país mejor debemos trabajar por ello. Dejar el activismo y buscar realmente propuestas que coadyuven a ser verdaderamente testigos de una nueva Guatemala, próspera y productiva.

En la medida en que no nos involucremos con acciones concretas más que críticas que incentivan la polarización, seguimos siendo simples espectadores a quienes se nos niega la verdad y la oportunidad de tener un país con oportunidades y por el que podemos sentirnos orgullosos de pertenecer.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

“Testigos de la verdad”

Claudia Galán
30 de enero, 2018

Al finalizar el primer mes del 2018, vemos como las piezas siguen sin encajar y el panorama político sigue pintándose gris en el país. Nos enfrentamos a un sistema político desacreditado por la población, situación que ya impacta en la esfera económica del país.

El pasado domingo durante la misa ordinaria, me llamó poderosamente la atención el valioso aporte de la Conferencia Episcopal de Guatemala quien expresó a los fieles a través del misal distribuido en las iglesias católicas, su preocupación ante el acontecer político turbulento.

El comunicado se tituló “queremos ser testigos de la verdad”, haciendo énfasis en la falta de rumbo de los organismos del Estado que hoy se encuentran bajo “la dictadura de la corrupción”.

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Unir esfuerzos parece una frase gastada hasta incluso romántica, pero es el único camino para perseguir un nuevo rumbo para Guatemala. Las manifestaciones en 2015 fueron una voz unificada en contra de la corrupción que se apagó motivada por otro grupo con incentivos perversos sembrando nuevamente polarización.

Los tres poderes del Estado actúan bajo incentivos perversos dejando de lado los intereses del pueblo y su bienestar. Por consiguiente, el pueblo guatemalteco se ha convertido en espectador más no en actor.

Este llamado va más allá de las religiones, creencias e inclusive culturas, si queremos un país mejor debemos trabajar por ello. Dejar el activismo y buscar realmente propuestas que coadyuven a ser verdaderamente testigos de una nueva Guatemala, próspera y productiva.

En la medida en que no nos involucremos con acciones concretas más que críticas que incentivan la polarización, seguimos siendo simples espectadores a quienes se nos niega la verdad y la oportunidad de tener un país con oportunidades y por el que podemos sentirnos orgullosos de pertenecer.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo