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Errores políticos

Redacción
05 de febrero, 2018

Los errores son frecuentes. Suceden siempre. Sin embargo su corrección es mucho más frecuente en la ciencia que en la política porque sobre la misma pesan intereses y porque legítimamente a los diputados de nuestro Congreso y gobierno ejecutivo debe preocuparles mucho más los resultados que la certeza de la acción.

En Guatemala, la prensa ha señalado crímenes que han violado promesas electorales y derecho internacional el cual permite que la diplomacia extranjera interfiera en los asuntos de Estado. Sin embargo, todo Estado, auto determinado debe sabes defenderse y mucho más de la manipulación pública como lo hace la Corte de Constitucionalidad, legislando e inmiscuyendo sus narices en temas totalmente alejados de su alcance.

El último monumento a la estupidez fue ordenar que se repitieran las elecciones de la Junta Directiva del Congreso de la República cometiendo ellos inconstitucionalidad al validar una ley totalmente inconstitucional.

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La figura del diputado, como ente individual, es representativa, representativa de un grupo de ciudadanos. No puede ser representativa de un partido político pues la ideología del partido permite generara opinión pública sin embargo se extingue con la elección. El señor diputado como dignatario de la nación no representa los intereses de un partido, ni es anarquista o destructivo con respecto a intereses partidarios. La crítica, como la ejercida por el partido Encuentro por Guatemala destruye, y lo que cuenta es lo que se construye.

El fraude, la corrupción y el militarismo político no pertenecen a la integración de un cuerpo integral que es el Congreso de la República de Guatemala, unicameral que representa la unidad del pueblo y no la unicidad de partido político.

Celebro el aplomo de Álvaro Arzú Escobar que respetando una decisión de la Corte de Constitucionalidad recurre a la eficiencia y eficacia política para lograr la Unidad del Congreso de la República de Guatemala. Los votos disidentes son propios del ejercicio de la democracia y de tal forma confirman la calidad política que muchos critican.

No puedo utilizar el prefijo de santo a ningún individuo. Es debido a esa naturaleza humana que no somos ni animales ni dioses.

Los organismos internacionales deben ser plenamente reconocidos en Guatemala como tales pero no como Mesías cuyas acciones en la historia son inapelables. Celebro mucho que la estabilidad lograda a fuerza de unidad, permita que la desaceleración económica que afecto a los hogares guatemaltecos en 2017 permita que lleguemos al bicentenario de la independencia con instituciones y gobernabilidad renovada y libre de los vicios que constituye la injerencia de la Corte de Constitucionalidad que con sus vicios ha intentado al igual que el Procurador de los Derechos Humanos destruir la democracia, la libre empresa y la fe que los guatemaltecos tienen en su esfuerzo y trabajo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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05 de febrero, 2018

Los errores son frecuentes. Suceden siempre. Sin embargo su corrección es mucho más frecuente en la ciencia que en la política porque sobre la misma pesan intereses y porque legítimamente a los diputados de nuestro Congreso y gobierno ejecutivo debe preocuparles mucho más los resultados que la certeza de la acción.

En Guatemala, la prensa ha señalado crímenes que han violado promesas electorales y derecho internacional el cual permite que la diplomacia extranjera interfiera en los asuntos de Estado. Sin embargo, todo Estado, auto determinado debe sabes defenderse y mucho más de la manipulación pública como lo hace la Corte de Constitucionalidad, legislando e inmiscuyendo sus narices en temas totalmente alejados de su alcance.

El último monumento a la estupidez fue ordenar que se repitieran las elecciones de la Junta Directiva del Congreso de la República cometiendo ellos inconstitucionalidad al validar una ley totalmente inconstitucional.

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La figura del diputado, como ente individual, es representativa, representativa de un grupo de ciudadanos. No puede ser representativa de un partido político pues la ideología del partido permite generara opinión pública sin embargo se extingue con la elección. El señor diputado como dignatario de la nación no representa los intereses de un partido, ni es anarquista o destructivo con respecto a intereses partidarios. La crítica, como la ejercida por el partido Encuentro por Guatemala destruye, y lo que cuenta es lo que se construye.

El fraude, la corrupción y el militarismo político no pertenecen a la integración de un cuerpo integral que es el Congreso de la República de Guatemala, unicameral que representa la unidad del pueblo y no la unicidad de partido político.

Celebro el aplomo de Álvaro Arzú Escobar que respetando una decisión de la Corte de Constitucionalidad recurre a la eficiencia y eficacia política para lograr la Unidad del Congreso de la República de Guatemala. Los votos disidentes son propios del ejercicio de la democracia y de tal forma confirman la calidad política que muchos critican.

No puedo utilizar el prefijo de santo a ningún individuo. Es debido a esa naturaleza humana que no somos ni animales ni dioses.

Los organismos internacionales deben ser plenamente reconocidos en Guatemala como tales pero no como Mesías cuyas acciones en la historia son inapelables. Celebro mucho que la estabilidad lograda a fuerza de unidad, permita que la desaceleración económica que afecto a los hogares guatemaltecos en 2017 permita que lleguemos al bicentenario de la independencia con instituciones y gobernabilidad renovada y libre de los vicios que constituye la injerencia de la Corte de Constitucionalidad que con sus vicios ha intentado al igual que el Procurador de los Derechos Humanos destruir la democracia, la libre empresa y la fe que los guatemaltecos tienen en su esfuerzo y trabajo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo