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Cuál era el drama

María Dolores Arias
06 de febrero, 2018

A finales del año pasado, para ser más precisos, el primero de diciembre muchos politiqueros se lamentaban que el presupuesto de “mal gasto” para el 2018 no había sido aprobado. Según ellos, no habría suficiente dinero para atender los programas del gobierno y las áreas más perjudicadas serían seguridad, justicia, salud y educación.

Para estos politiqueros  los “míseros” Q77 millardos aprobados en el presupuesto de 2017 y que ahora también se ejecutaran este año no son suficientes. Según ellos, las necesidades son muchas y el gobierno haría un gran esfuerzo para cumplir con sus objetivos.

Ahora bien, después de todo este drama, resulta que Joviel Acevedo, líder del  Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala, STEG,  logra que el gobierno de Jimmy Morales se comprometa a incrementar el sueldo y dar bonos a los maestros.

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Parte de las “conquistas” sindicales que el gobierno de Morales se comprometió a cumplir son: un incremento anual del 5% durante los siguientes tres años, es decir, entre Q300 y Q600 acorde a su escalafón.  La productividad, el buen desempeño, los resultados de las evaluaciones de los estudiantes o, por lo menos, el cumplir con los días de clases establecidos, son irrelevantes para este aumento, lo único que tienen que hacer es permanecer en su puesto ya que el único criterio es la antigüedad.

Y por si lo anterior no fuera suficiente, también se negoció un bono anual por Q2,500 para todos, no importa si es un buen profesor o un profesor mediocre, lo único que importa es que se mantenga en su puesto.

Según Óscar Hugo López, ministro de educación, para cumplir con los “compromisos” negociados se necesitan Q500 millones anuales. ¿Y entonces? ¿Cuál era el drama con el presupuesto que no se aprobó?

La anterior negociación nos hace dudar de muchas cosas: de la priorización del gasto y por ende de la calidad del mismo, de la voluntad para mejorar la educación y en especial del “drama” por falta de recursos del presupuesto.

Considero que el único drama válido en este caso es la precaria educación que reciben los niños, la condena a la que se les somete de recibir una educación mediocre y costosa.  El drama es que se les enseña a repetir y no a pensar. El drama es que en lugar de buscar modelos diferentes de educación se le sigue apostando más dinero al mismo modelo ineficiente.

Así que, cuando le hablen del presupuesto de “mal gasto” no se deje engañar pensando que no tendrán dinero y que el gobierno se paralizará. Cuando le hablen de que no hay dinero porque no se aprobó el presupuesto, recuerde los bonos y los aumentos magisteriales, los lentes de marca reconocida, el salmón y demás gastos inútiles.

Entonces cuando le digan que no alcanza el dinero, cuando vea como malgastan el dinero del tributario, pregúntese ¿cuál es el drama con el presupuesto?

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Cuál era el drama

María Dolores Arias
06 de febrero, 2018

A finales del año pasado, para ser más precisos, el primero de diciembre muchos politiqueros se lamentaban que el presupuesto de “mal gasto” para el 2018 no había sido aprobado. Según ellos, no habría suficiente dinero para atender los programas del gobierno y las áreas más perjudicadas serían seguridad, justicia, salud y educación.

Para estos politiqueros  los “míseros” Q77 millardos aprobados en el presupuesto de 2017 y que ahora también se ejecutaran este año no son suficientes. Según ellos, las necesidades son muchas y el gobierno haría un gran esfuerzo para cumplir con sus objetivos.

Ahora bien, después de todo este drama, resulta que Joviel Acevedo, líder del  Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala, STEG,  logra que el gobierno de Jimmy Morales se comprometa a incrementar el sueldo y dar bonos a los maestros.

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Parte de las “conquistas” sindicales que el gobierno de Morales se comprometió a cumplir son: un incremento anual del 5% durante los siguientes tres años, es decir, entre Q300 y Q600 acorde a su escalafón.  La productividad, el buen desempeño, los resultados de las evaluaciones de los estudiantes o, por lo menos, el cumplir con los días de clases establecidos, son irrelevantes para este aumento, lo único que tienen que hacer es permanecer en su puesto ya que el único criterio es la antigüedad.

Y por si lo anterior no fuera suficiente, también se negoció un bono anual por Q2,500 para todos, no importa si es un buen profesor o un profesor mediocre, lo único que importa es que se mantenga en su puesto.

Según Óscar Hugo López, ministro de educación, para cumplir con los “compromisos” negociados se necesitan Q500 millones anuales. ¿Y entonces? ¿Cuál era el drama con el presupuesto que no se aprobó?

La anterior negociación nos hace dudar de muchas cosas: de la priorización del gasto y por ende de la calidad del mismo, de la voluntad para mejorar la educación y en especial del “drama” por falta de recursos del presupuesto.

Considero que el único drama válido en este caso es la precaria educación que reciben los niños, la condena a la que se les somete de recibir una educación mediocre y costosa.  El drama es que se les enseña a repetir y no a pensar. El drama es que en lugar de buscar modelos diferentes de educación se le sigue apostando más dinero al mismo modelo ineficiente.

Así que, cuando le hablen del presupuesto de “mal gasto” no se deje engañar pensando que no tendrán dinero y que el gobierno se paralizará. Cuando le hablen de que no hay dinero porque no se aprobó el presupuesto, recuerde los bonos y los aumentos magisteriales, los lentes de marca reconocida, el salmón y demás gastos inútiles.

Entonces cuando le digan que no alcanza el dinero, cuando vea como malgastan el dinero del tributario, pregúntese ¿cuál es el drama con el presupuesto?

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo