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Pederastia: la mentira del Papa Francisco

Gabriel Arana Fuentes
07 de febrero, 2018

“La imagen pública del papa Francisco pinta cada vez peor.

A finales de enero, el pontífice se atrincheró en su defensa del obispo chileno Juan Barros al indicar que nunca había recibido queja alguna de que ese clérigo habría estado al tanto del sacerdote pederasta más infame del país sudamericano.

Pero un reportaje de The Associated Press sugiere que el papa recibió personalmente una carta de ocho páginas en el 2015 de una de las víctimas de ese sacerdote, Fernando Karadima.

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En la misiva se detallaría de manera explícita que los abusos fueron vistos o conocidos por otros clérigos, incluido Barros. Este fue nombrado obispo de Osorno el mismo año en que Francisco habría recibido la carta.

El Papa de la vista gorda

La información de que uno de los asesores personales del pontífice le habría entregado esta de manera personal ha dado un nuevo revuelo a las denuncias de víctimas de abuso sexual eclesiástico de que el papa, de 81 años de edad, no puede o no quiere comprender un problema que ha asediado por mucho tiempo a la Iglesia católica romana.

“Hay una cierta ceguera deliberada”, dijo Peter Saunders,

exintegrante de la Comisión para la Protección de los Menores del Vaticano y cuyo mandato terminó en diciembre.

“Es como una indisposición iracunda a aceptar lo que tiene frente porque reconocerlo sería reconocer que la Iglesia todavía tiene que atender el asunto. Se comporta como un cónyuge al que le dicen que su pareja abusa de sus hijos y aún así no puede creerlo”.

La carta

The New York Times obtuvo una copia de la carta de manos de su autor, Juan Carlos Cruz, quien ha acusado a Karadima de abuso. El Vaticano halló a Karadima —alguna vez uno de los sacerdotes católicos de mayor prominencia en Chile— culpable de abuso de menores entre 1980 y 1995 y lo sancionó en 2011.

En la carta, Cruz escribió que Barros, quien era clérigo y considerado cercano a Karadima, llegó a atestiguar el abuso.

Lee la nota: El papa Francisco ‘es como todos los demás’: sobreviviente de abuso eclesiástico en Chile

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Gabriel Arana Fuentes
07 de febrero, 2018

“La imagen pública del papa Francisco pinta cada vez peor.

A finales de enero, el pontífice se atrincheró en su defensa del obispo chileno Juan Barros al indicar que nunca había recibido queja alguna de que ese clérigo habría estado al tanto del sacerdote pederasta más infame del país sudamericano.

Pero un reportaje de The Associated Press sugiere que el papa recibió personalmente una carta de ocho páginas en el 2015 de una de las víctimas de ese sacerdote, Fernando Karadima.

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En la misiva se detallaría de manera explícita que los abusos fueron vistos o conocidos por otros clérigos, incluido Barros. Este fue nombrado obispo de Osorno el mismo año en que Francisco habría recibido la carta.

El Papa de la vista gorda

La información de que uno de los asesores personales del pontífice le habría entregado esta de manera personal ha dado un nuevo revuelo a las denuncias de víctimas de abuso sexual eclesiástico de que el papa, de 81 años de edad, no puede o no quiere comprender un problema que ha asediado por mucho tiempo a la Iglesia católica romana.

“Hay una cierta ceguera deliberada”, dijo Peter Saunders,

exintegrante de la Comisión para la Protección de los Menores del Vaticano y cuyo mandato terminó en diciembre.

“Es como una indisposición iracunda a aceptar lo que tiene frente porque reconocerlo sería reconocer que la Iglesia todavía tiene que atender el asunto. Se comporta como un cónyuge al que le dicen que su pareja abusa de sus hijos y aún así no puede creerlo”.

La carta

The New York Times obtuvo una copia de la carta de manos de su autor, Juan Carlos Cruz, quien ha acusado a Karadima de abuso. El Vaticano halló a Karadima —alguna vez uno de los sacerdotes católicos de mayor prominencia en Chile— culpable de abuso de menores entre 1980 y 1995 y lo sancionó en 2011.

En la carta, Cruz escribió que Barros, quien era clérigo y considerado cercano a Karadima, llegó a atestiguar el abuso.

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