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Promover Desarrollo de Manera Distinta

Redacción República
12 de febrero, 2018

El idealismo y la esperanza compartida han propiciado la causa noble de derramar dinero en los países subdesarrollados para que estos puedan salir de la pobreza. La hambruna, la sequía, las inundaciones, las enfermedades tropicales, la lejanía, el conflicto, los gobiernos ineficientes y la corrupción vuelven la vida difícil en muchas partes del mundo, incluyendo Guatemala.

La mayoría de nosotros hemos querido acabar con la pobreza a través de un pensamiento colectivo mágico traducido a teorías ilusorias. Hemos apoyado el modelo de desarrollo económico basado en la ayuda caritativa (aid) que brindan tanto las grandes corporaciones nacionales como los gobiernos extranjeros en función de su política exterior. Este idealismo ha sido apoyado por iniciativas de atención global, incluyendo el Proyecto de Pueblos del Milenio desarrollado por el economista Jeffrey Sachs, con el ideal de demostrar que un enfoque integrado de desarrollo rural puede utilizarse para levantar a las personas de la pobreza. A pesar que la página web de este proyecto aún existe, el estatus del mismo no es claro y las noticias citadas “más recientes” datan de enero, 2016. Nos ha costado entender que existe una gran brecha entre la teoría del desarrollo y las realidades sobre el terreno.

El modelo de desarrollo económico basado en la ayuda es inevitablemente defectuoso. La ayuda como estrategia para el desarrollo puede brindar alivio durante una crisis, pero no alivia la pobreza sistémica. Por lo general, la ayuda caritativa viene con una serie de restricciones sobre la ubicación geográfica, el enfoque, las personas, y el tiempo en que se debe ejecutar el proyecto. El proyecto es dirigido por parte de personas que no entienden el lenguaje, la cultura, los antecedentes o los preconceptos de las personas que viven en las localidades. Usualmente va acompañado de un tinte de arrogancia que cuenta con la “experticia técnica” que pretende resolver los problemas económicos de las otras personas y resulta en inversiones masivas en nuevos cultivos para los cuales no hay mercados, centros de comercio para los que no hay comerciantes, y nuevos empleos que no pueden ser sostenidos salvo entre más ayuda caritativa. Esta arrogancia envía el mensaje implícito que la localidad no tiene la capacidad de resolver sus problemas y que alguien más debe hacerlo por ellas. ¡Que desincentivo más enorme! El problema se agrava cuando la acción humanitaria se mezcla con objetivos militares y de política exterior de los gobiernos donantes. El resultado es una localidad dependiente en la ayuda, con problemas de inestabilidad y gobernabilidad, una independencia amputada y una falta de responsabilidad por el futuro. Y, como la ayuda caritativa no dura para toda la vida, el ciclo vicioso de la pobreza se perpetúa.

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Una reciente investigación apoyada por parte del Atlas Network1 demuestra el impacto que tiene la facilidad de hacer negocios sobre la pobreza. Esta demuestra que por cada cinco puntos que incrementa la escala de hacer negocios en un país, se reduce la pobreza en un punto porcentual. (El ejercicio toma la definición de pobreza en menos de $1.9 por día o menos). Anualmente, el Banco Mundial genera el reporte de Doing Business2. Este se compone de indicadores cuantitativos sobre las regulaciones empresariales y la protección de los derechos de propiedad privada que son comparables en 190 economías. Diez de estas áreas se incluyen en la clasificación sobre la facilidad para hacer negocios de este año: apertura de una empresa, manejo de permisos de construcción, obtención de electricidad, registro de propiedades, obtención de crédito, protección de los inversionistas minoritarios, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y resolución de insolvencia. Doing Business también mide la regulación del mercado laboral, que no está incluida en la clasificación de este año. Para el 2018, Guatemala clasifica en número 97 de 190 países y su puntuación en la distancia a la frontera es de 61.18 de 1003 (En la distancia a la frontera, 100 se considera el mejor desempeño observado en cada uno de los indicadores de todas las economías). Su puntaje redujo mínimamente del 2017. La reducción fue causada por el indicador de obtención de permisos de construcción. Guatemala pasó una ley dificultando y encareciendo la obtención de los permisos de construcción al expandir la clasificación de los proyectos que requieren una Evaluación de Impacto Ambiental.

Resultados de Guatemala, 20183:

La clasificación promedio de las economías de Latinoamérica y el Caribe es de 110 sobre 190 países en la facilidad para hacer negocios. La clasificación promedio de economías de altos ingresos de OECD, que se podría considerar como “best in class”, es de 27. La media de Latinoamérica y el caribe sobre la distancia a la frontera es de 58.66. Para comparar, la media de los países OECD de altos ingresos es de 77.46.

Según el Banco Mundial, en Guatemala, el 9,5% de la población vive con $1,90 por día o menos4. La naturaleza del desarrollo económico requiere de soluciones de raíz. Las soluciones que nacen de la localidad y transforman el ambiente a favor de un crecimiento de mercado, primordialmente a través de asegurar los derechos económicos de las personas que viven en áreas de pobreza, el imperio de la ley, la facilidad y libertad de mercados, representan una mejor oportunidad para acelerar el paso hacia la reducción de pobreza y contribuyen al éxito. Las reformas gubernamentales eficientes y justas permiten más confianza empresarial, igualdad de oportunidades para todos, innovación y crecimiento inclusivo. ¿Qué reformas debemos hacer en Guatemala para incrementar el puntaje del Doing Business y así levantar a nuestros conciudadanos de la pobreza? Podemos empezar por los puntos que tienen los indicadores más bajos que son: cumplimiento de contratos, resolución de insolvencias y protección de los inversionistas minoritarios.

Para ejemplificar uno de ellos, el cumplimiento de contratos tiene un ranking de 176 de 190 y la distancia a la frontera es de 34.55 de 100. Este indicador mide el tiempo y costo de resolver una disputa comercial a través de una corte local, la calidad del proceso judicial, y la eficiencia de las cortes. El costo de un reclamo promedia los GTQ 58,279 y pasa por la Corte de Primera Instancia de la Ciudad de Guatemala. El tiempo para archivar y servir el caso es de 1402 días (el más tardado de Centroamérica y Colombia). El costo requerido para hacer cumplir un contrato a través de las cortes (% del valor del reclamo) es de 26,5%. Este costo toma en consideración honorarios de abogados, honorarios de las cortes y de ejecución.  La calidad del proceso judicial es de 6 de 18 puntos. Algunas de las carencias que se recalcan del proceso judicial son: no existe una corte dedicada solamente a escuchar casos comerciales; a pesar que existe una corte de casos pequeños y un procedimiento rápido, la auto-representación no es permitida; no existe manejo de casos de manera electrónica, lo cual impide la agilidad en el manejo de los casos. Si nos enfocamos en agilizar los puntos mencionados, podríamos contribuir al mejoramiento de este indicador crítico.

Tomando en consideración los hallazgos del Atlas Network, los invito a recapacitar sobre las acciones que promovemos para lograr el desarrollo económico de nuestro país. Escapémonos de las falencias que trae el modelo de desarrollo económico basado en la ayuda y enfoquémonos en lo que verdaderamente cambia el juego. Analicemos cómo podemos desarrollar los mercados que van a lograr mejorar la calidad de vida de las personas y cómo podemos mejorar los derechos de propiedad privada para así lograr un mejor puntaje en el Doing Business Report del Banco Mundial. Finalmente, reflexionemos sobre estas preguntas:

  • ¿Qué tan fácil es iniciar, crecer y cerrar un negocio?
  • ¿Qué tan fácil es obtener recompensas del comportamiento productivo? (Estado de derecho, libertad de contratos, derechos de propiedad, impuestos simples)
  • ¿Qué tan es fácil darse cuenta de las recompensas que se obtienen a través de comportamientos improductivos (fraude, robo, búsqueda de rentas)
  • ¿Es difícil detener a los competidores, excepto compitiendo? (barreras al comercio e inversión)

Como dice el experto en desarrollo Lant Prichett (Harvard), no hay personas pobres, hay personas viviendo en lugares pobres. ¡Hagamos de Guatemala un lugar que propicie el éxito!

Fuentes:

  1. https://www.atlasnetwork.org/poverty/note
  2. doingbusiness.org
  3. http://www.doingbusiness.org/data/exploreeconomies/guatemala
  4. https://datos.bancomundial.org/indicator/SI.POV.DDAY?locations=GT

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Promover Desarrollo de Manera Distinta

Redacción República
12 de febrero, 2018

El idealismo y la esperanza compartida han propiciado la causa noble de derramar dinero en los países subdesarrollados para que estos puedan salir de la pobreza. La hambruna, la sequía, las inundaciones, las enfermedades tropicales, la lejanía, el conflicto, los gobiernos ineficientes y la corrupción vuelven la vida difícil en muchas partes del mundo, incluyendo Guatemala.

La mayoría de nosotros hemos querido acabar con la pobreza a través de un pensamiento colectivo mágico traducido a teorías ilusorias. Hemos apoyado el modelo de desarrollo económico basado en la ayuda caritativa (aid) que brindan tanto las grandes corporaciones nacionales como los gobiernos extranjeros en función de su política exterior. Este idealismo ha sido apoyado por iniciativas de atención global, incluyendo el Proyecto de Pueblos del Milenio desarrollado por el economista Jeffrey Sachs, con el ideal de demostrar que un enfoque integrado de desarrollo rural puede utilizarse para levantar a las personas de la pobreza. A pesar que la página web de este proyecto aún existe, el estatus del mismo no es claro y las noticias citadas “más recientes” datan de enero, 2016. Nos ha costado entender que existe una gran brecha entre la teoría del desarrollo y las realidades sobre el terreno.

El modelo de desarrollo económico basado en la ayuda es inevitablemente defectuoso. La ayuda como estrategia para el desarrollo puede brindar alivio durante una crisis, pero no alivia la pobreza sistémica. Por lo general, la ayuda caritativa viene con una serie de restricciones sobre la ubicación geográfica, el enfoque, las personas, y el tiempo en que se debe ejecutar el proyecto. El proyecto es dirigido por parte de personas que no entienden el lenguaje, la cultura, los antecedentes o los preconceptos de las personas que viven en las localidades. Usualmente va acompañado de un tinte de arrogancia que cuenta con la “experticia técnica” que pretende resolver los problemas económicos de las otras personas y resulta en inversiones masivas en nuevos cultivos para los cuales no hay mercados, centros de comercio para los que no hay comerciantes, y nuevos empleos que no pueden ser sostenidos salvo entre más ayuda caritativa. Esta arrogancia envía el mensaje implícito que la localidad no tiene la capacidad de resolver sus problemas y que alguien más debe hacerlo por ellas. ¡Que desincentivo más enorme! El problema se agrava cuando la acción humanitaria se mezcla con objetivos militares y de política exterior de los gobiernos donantes. El resultado es una localidad dependiente en la ayuda, con problemas de inestabilidad y gobernabilidad, una independencia amputada y una falta de responsabilidad por el futuro. Y, como la ayuda caritativa no dura para toda la vida, el ciclo vicioso de la pobreza se perpetúa.

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Una reciente investigación apoyada por parte del Atlas Network1 demuestra el impacto que tiene la facilidad de hacer negocios sobre la pobreza. Esta demuestra que por cada cinco puntos que incrementa la escala de hacer negocios en un país, se reduce la pobreza en un punto porcentual. (El ejercicio toma la definición de pobreza en menos de $1.9 por día o menos). Anualmente, el Banco Mundial genera el reporte de Doing Business2. Este se compone de indicadores cuantitativos sobre las regulaciones empresariales y la protección de los derechos de propiedad privada que son comparables en 190 economías. Diez de estas áreas se incluyen en la clasificación sobre la facilidad para hacer negocios de este año: apertura de una empresa, manejo de permisos de construcción, obtención de electricidad, registro de propiedades, obtención de crédito, protección de los inversionistas minoritarios, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y resolución de insolvencia. Doing Business también mide la regulación del mercado laboral, que no está incluida en la clasificación de este año. Para el 2018, Guatemala clasifica en número 97 de 190 países y su puntuación en la distancia a la frontera es de 61.18 de 1003 (En la distancia a la frontera, 100 se considera el mejor desempeño observado en cada uno de los indicadores de todas las economías). Su puntaje redujo mínimamente del 2017. La reducción fue causada por el indicador de obtención de permisos de construcción. Guatemala pasó una ley dificultando y encareciendo la obtención de los permisos de construcción al expandir la clasificación de los proyectos que requieren una Evaluación de Impacto Ambiental.

Resultados de Guatemala, 20183:

La clasificación promedio de las economías de Latinoamérica y el Caribe es de 110 sobre 190 países en la facilidad para hacer negocios. La clasificación promedio de economías de altos ingresos de OECD, que se podría considerar como “best in class”, es de 27. La media de Latinoamérica y el caribe sobre la distancia a la frontera es de 58.66. Para comparar, la media de los países OECD de altos ingresos es de 77.46.

Según el Banco Mundial, en Guatemala, el 9,5% de la población vive con $1,90 por día o menos4. La naturaleza del desarrollo económico requiere de soluciones de raíz. Las soluciones que nacen de la localidad y transforman el ambiente a favor de un crecimiento de mercado, primordialmente a través de asegurar los derechos económicos de las personas que viven en áreas de pobreza, el imperio de la ley, la facilidad y libertad de mercados, representan una mejor oportunidad para acelerar el paso hacia la reducción de pobreza y contribuyen al éxito. Las reformas gubernamentales eficientes y justas permiten más confianza empresarial, igualdad de oportunidades para todos, innovación y crecimiento inclusivo. ¿Qué reformas debemos hacer en Guatemala para incrementar el puntaje del Doing Business y así levantar a nuestros conciudadanos de la pobreza? Podemos empezar por los puntos que tienen los indicadores más bajos que son: cumplimiento de contratos, resolución de insolvencias y protección de los inversionistas minoritarios.

Para ejemplificar uno de ellos, el cumplimiento de contratos tiene un ranking de 176 de 190 y la distancia a la frontera es de 34.55 de 100. Este indicador mide el tiempo y costo de resolver una disputa comercial a través de una corte local, la calidad del proceso judicial, y la eficiencia de las cortes. El costo de un reclamo promedia los GTQ 58,279 y pasa por la Corte de Primera Instancia de la Ciudad de Guatemala. El tiempo para archivar y servir el caso es de 1402 días (el más tardado de Centroamérica y Colombia). El costo requerido para hacer cumplir un contrato a través de las cortes (% del valor del reclamo) es de 26,5%. Este costo toma en consideración honorarios de abogados, honorarios de las cortes y de ejecución.  La calidad del proceso judicial es de 6 de 18 puntos. Algunas de las carencias que se recalcan del proceso judicial son: no existe una corte dedicada solamente a escuchar casos comerciales; a pesar que existe una corte de casos pequeños y un procedimiento rápido, la auto-representación no es permitida; no existe manejo de casos de manera electrónica, lo cual impide la agilidad en el manejo de los casos. Si nos enfocamos en agilizar los puntos mencionados, podríamos contribuir al mejoramiento de este indicador crítico.

Tomando en consideración los hallazgos del Atlas Network, los invito a recapacitar sobre las acciones que promovemos para lograr el desarrollo económico de nuestro país. Escapémonos de las falencias que trae el modelo de desarrollo económico basado en la ayuda y enfoquémonos en lo que verdaderamente cambia el juego. Analicemos cómo podemos desarrollar los mercados que van a lograr mejorar la calidad de vida de las personas y cómo podemos mejorar los derechos de propiedad privada para así lograr un mejor puntaje en el Doing Business Report del Banco Mundial. Finalmente, reflexionemos sobre estas preguntas:

  • ¿Qué tan fácil es iniciar, crecer y cerrar un negocio?
  • ¿Qué tan fácil es obtener recompensas del comportamiento productivo? (Estado de derecho, libertad de contratos, derechos de propiedad, impuestos simples)
  • ¿Qué tan es fácil darse cuenta de las recompensas que se obtienen a través de comportamientos improductivos (fraude, robo, búsqueda de rentas)
  • ¿Es difícil detener a los competidores, excepto compitiendo? (barreras al comercio e inversión)

Como dice el experto en desarrollo Lant Prichett (Harvard), no hay personas pobres, hay personas viviendo en lugares pobres. ¡Hagamos de Guatemala un lugar que propicie el éxito!

Fuentes:

  1. https://www.atlasnetwork.org/poverty/note
  2. doingbusiness.org
  3. http://www.doingbusiness.org/data/exploreeconomies/guatemala
  4. https://datos.bancomundial.org/indicator/SI.POV.DDAY?locations=GT

República es ajena a la opinión expresada en este artículo