Estamos en vías a elegir nueva Fiscal General, y se ven cosas que sólo en Guatemala se pueden ver. Risible que vengan extranjeros, super jóvenes para rematarla, o sea, carentes de experiencia, a decirle como pensar y actuar a los juristas prestigiosos que representan los entes que eligen a la terna de la cual saldrá el nuevo fiscal. Juristas con décadas de ejercicio de la profesión. Ya quisiera ver yo a un chapin que vaya a Washington, a Bogotá o a Costa Rica, por dar tres ejemplos, a decirles como hacer las cosas. Lo sacarían de patitas a la calle en calidad de maratón. Y sin embargo, eso es lo que la ONU impulsa, con sus secuaces de Guatemala, para imponernos a quien se les pegue la gana.

Luego tenemos una carta que le manda el Ministerio Público al Ministerio de Salud diciéndole que ya no sería renovado un supuesto convenio para luchar contra la corrupción administrativa porque la Contraloría y la CICIG tampoco quieren hacerlo. Es decir, sin acuerdo entre la entidad y el MP, la Contraloría y la CICIG ¿no hay investigaciones que valgan? Me pregunto si esa actitud no deniega la naturaleza misma de su existencia, ya que el MP es, le guste o no, el ente designado para investigar y la Contraloría para fiscalizar también lo actuado en todo ente del Estado. Si no quieren hacer su trabajo, ¿entonces para que los queremos? Es ridículo leer que Thelma Aldana se atreve a decirle al Ministro que siempre no investigará un cuerno. ¿Qué es eso? Deja mucho que pensar. Pareciera que no les gustó la denuncia que puso el actual Ministro por los millones que se esfumaron durante la administración anterior (de la Doctora Hernández Mack), o por las muchas plazas fantasmas que han sido denunciadas.

Lo que nos lleva al tema de las denuncias. Si alguien denuncia a Thelma Aldana es ella quien recibe la denuncia, quien decide si se auto investiga, y que creen, sería ella la que solicitaría su propia orden de captura. De nuevo, el poder absoluto corrompe absolutamente. Pero en esta nueva Guatemala de los progres, se interponen amparos ante la Corte de Constitucionalidad para proteger a la Corte de Constitucionalidad, no para proteger la Constitución. Amparos para que el Congreso no legisle, amparos para que el Ejecutivo no ejerza sus funciones, amparos hasta por voltear a ver.

Sólo en Guatemala se trata de hacer que los funcionarios ejerzan sus funciones, pero se ponen amparos para que no lo hagan. Queremos seguridad pero que los policías no ejerzan ningún tipo de fuerza. Queremos electricidad sin hidroeléctricas, queremos celulares sin plata ni oro, queremos alimentos sin producirlos, queremos ríos limpios pero tiramos la basura en ellos y los usamos como sanitario, queremos carreteras sin recursos para hacerlas, queremos obra del Estado sin leyes que les permitan hacerlas.

Si todo esto les parece normal a un puñado de chapines, me pregunto ¿qué opinará la mayoría?

República es ajena a la opinión expresada en este artículo