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Cinismo suizo en el caso Sperisen

Betty Marroquin
27 de marzo, 2018

Mal de muchos consuelo de tontos, pero toca reconocer que en todos lados se cuecen habas. Esta vez me refiero al caso Sperisen en la mal llamada auto proclamada tierra de la neutralidad, la Federación de Cantones que conocemos como Suiza. El Tribunal Federal, que es la máxima autoridad en ese país emitió su fallo el 29 de junio del 2017, tardándose, estilo Corte de Constitucionalidad de Guate, más del doble del tiempo para emitir su decisión. Al aceptar el documento de casación se anuló la sentencia de cadena perpetua con base a la violación del Artículo 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos por parte de la corte que lo juzgó en Ginebra, Suiza. Obvio, luego de dos procesos completamente violatorios del debido proceso en el que a la defensa no se le permitió ni presentar testigos (violando el Artículo 6, párrafo 3D de la misma Convención), ni presentar pruebas, y por ende, le negaron a Erwin Sperisen su derecho a manifestarse.

Entre otros elementos que demuestran la clara violación al debido proceso se agregan a los mencionados que admitieran que la CICIG opinara sin dar a conocer los testigos anónimos supuestamente entrevistados por sus investigadores. Las evidencias fueron manoseadas ya que las pruebas testimoniales contra Sperisen fueron arbitrarias, y por ende insostenibles plagadas de contradicciones y la corte no explicó como tomó las contradicciones. Entre las múltiples falsedades se encuentra el testimonio falso de un supuesto testigo ocular, francés convicto por asesinato, que fuera contratado por la ONG Trial para acusar a Sperisen de dar un tiro en la cabeza a una de las víctimas a las 4 de la tarde. La autopsia comprobó que la supuesta víctima no presentaba ni una sola herida de bala en la cabeza y que murió en la madrugada. Fue tal la falsedad del testigo clave que la Corte tuvo que rechazarlo.

Si en Guatemala vemos que el principio de presunción de inocencia está siendo violado, en Suiza fue exactamente lo mismo contra Sperisen. En el segundo juicio basaron la condena de culpabilidad en la condena de Javier Figueroa, subalterno de Sperisen, aduciendo que ambos pertenecían a una red criminal. Figueroa fue declarado inocente en Austria el 10 de octubre del 2013, pero los jueces de Sperisen deciden que aunque Figueroa fue declarado inocente, para ellos es considerado culpable y por ende, Sperisen era culpable.

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Entre los más de 10 testigos convocados por la defensa se encuentran el ex Presidente de la República Oscar Berger, ex Vicepresidente Eduardo Stein, ex Director de Presidios, Alejandro Giammattei, Frank La Rue, Presidente de Copredeh, pero los jueces no quisieron escucharlos. No sólo la orden vino de ellos para que se retomara la Cárcel de Pavón, sino que Frank La Rue estuvo presente durante el operativo.

Entre las ilegalidades de la CICIG se encuentra el supuesto testimonio de una querellante adhesiva, madre de un reo fallecido durante el operativo, aquien le prometieron una indemnización por firmar un documento en francés que resultó ser el nombramiento de abogados en Ginebra que la representasen, y la señora luego en una entrevista declara que no tenía ni idea de todo esto. Cómo de película. La entrevista de la señora se puede ver en Youtube.comhttps://www.youtube.com/watch?v=XUjsCgOVI6o El video fue presentado pero el tribunal denegó la solicitud de interrogar al periodista o a la señora para verificar la validez de su declaración. Si todo esto no es carente de ética, ¿cómo se puede definir ética suiza en este caso?

La CICIG pagó a todos los testigos “protegidos” y de los “colaboradores eficaces” en Suiza. Violando la ley suiza que establece que se deben dar a conocer quienes son los testigos, que beneficios recibirán por su testimonio y que sustenta su testimonio. La parte acusadora se negó a hacer esto y la Corte se lo permitió, aunque si hace referencia en su dictamen a testimonios contradictorios.

En los juicios en Suiza no se quizo admitir el video dónde se ve claramente que los reos disparan contra la policía. Ese video y otros análisis forenses y peritajes de expertos austríacos que investigaron el caso fueron admitidos en Austria pero negados en Suiza.

Erwin Sperisen pasó 5 años en prisión preventiva viviendo en aislamiento. Luego de que la condena fuera anulada por el Tribunal Federal, en Ginebra, la jueza que lo condenó a cadena perpetua sigue siendo irónica y descaradamente, además de faltante a toda ética, la persona que decide si puede ser liberado o no. Es una clara violación del Articulo 5 párrafo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos sobre el derecho de la libertad, en el que establece que toda persona privada en libertad deberá ser juzgada en un plazo razonable o a ser puesta en libertad durante el procedimiento.

Llegan a tal descaro, los sacrosantos hipócritas de los juristas suizos, que le propusieron a Sperisen que si se declara culpable le darían únicamente 5 años más de prisión, todo por salvar la imagen de su podrido sistema judicial. Sperisen rechazó la propuesta y por ello debe enfrentar otro juicio mientras lo mantienen en prisión. Finalmente, el Tribunal Federal decidió que las autoridades ginebrinas violaron el Articulo 6, párrafo 3d de la Convención Europea de Derechos Humanos donde se establece el derecho a interrogar o hacer interrogar a los testigos que declaren en su contra y a obtener la citación e interrogatorio de los testigos que declaren en su favor en las mismas condiciones que los testigos que lo hagan en su contra, ya que muchos testigos no fueron interrogados por la defensa durante las comisiones interrogatorias pero fueron utilizados como elementos importantes para la condena. Y así, Sperisen enfrentará un nuevo proceso en abril ante los mismos jueces que ya lo condenaron previamente, y que obvio no querrán pasar por el embarazo de admitir que cometieron un error al condenar a un inocente.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Cinismo suizo en el caso Sperisen

Betty Marroquin
27 de marzo, 2018

Mal de muchos consuelo de tontos, pero toca reconocer que en todos lados se cuecen habas. Esta vez me refiero al caso Sperisen en la mal llamada auto proclamada tierra de la neutralidad, la Federación de Cantones que conocemos como Suiza. El Tribunal Federal, que es la máxima autoridad en ese país emitió su fallo el 29 de junio del 2017, tardándose, estilo Corte de Constitucionalidad de Guate, más del doble del tiempo para emitir su decisión. Al aceptar el documento de casación se anuló la sentencia de cadena perpetua con base a la violación del Artículo 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos por parte de la corte que lo juzgó en Ginebra, Suiza. Obvio, luego de dos procesos completamente violatorios del debido proceso en el que a la defensa no se le permitió ni presentar testigos (violando el Artículo 6, párrafo 3D de la misma Convención), ni presentar pruebas, y por ende, le negaron a Erwin Sperisen su derecho a manifestarse.

Entre otros elementos que demuestran la clara violación al debido proceso se agregan a los mencionados que admitieran que la CICIG opinara sin dar a conocer los testigos anónimos supuestamente entrevistados por sus investigadores. Las evidencias fueron manoseadas ya que las pruebas testimoniales contra Sperisen fueron arbitrarias, y por ende insostenibles plagadas de contradicciones y la corte no explicó como tomó las contradicciones. Entre las múltiples falsedades se encuentra el testimonio falso de un supuesto testigo ocular, francés convicto por asesinato, que fuera contratado por la ONG Trial para acusar a Sperisen de dar un tiro en la cabeza a una de las víctimas a las 4 de la tarde. La autopsia comprobó que la supuesta víctima no presentaba ni una sola herida de bala en la cabeza y que murió en la madrugada. Fue tal la falsedad del testigo clave que la Corte tuvo que rechazarlo.

Si en Guatemala vemos que el principio de presunción de inocencia está siendo violado, en Suiza fue exactamente lo mismo contra Sperisen. En el segundo juicio basaron la condena de culpabilidad en la condena de Javier Figueroa, subalterno de Sperisen, aduciendo que ambos pertenecían a una red criminal. Figueroa fue declarado inocente en Austria el 10 de octubre del 2013, pero los jueces de Sperisen deciden que aunque Figueroa fue declarado inocente, para ellos es considerado culpable y por ende, Sperisen era culpable.

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Entre los más de 10 testigos convocados por la defensa se encuentran el ex Presidente de la República Oscar Berger, ex Vicepresidente Eduardo Stein, ex Director de Presidios, Alejandro Giammattei, Frank La Rue, Presidente de Copredeh, pero los jueces no quisieron escucharlos. No sólo la orden vino de ellos para que se retomara la Cárcel de Pavón, sino que Frank La Rue estuvo presente durante el operativo.

Entre las ilegalidades de la CICIG se encuentra el supuesto testimonio de una querellante adhesiva, madre de un reo fallecido durante el operativo, aquien le prometieron una indemnización por firmar un documento en francés que resultó ser el nombramiento de abogados en Ginebra que la representasen, y la señora luego en una entrevista declara que no tenía ni idea de todo esto. Cómo de película. La entrevista de la señora se puede ver en Youtube.comhttps://www.youtube.com/watch?v=XUjsCgOVI6o El video fue presentado pero el tribunal denegó la solicitud de interrogar al periodista o a la señora para verificar la validez de su declaración. Si todo esto no es carente de ética, ¿cómo se puede definir ética suiza en este caso?

La CICIG pagó a todos los testigos “protegidos” y de los “colaboradores eficaces” en Suiza. Violando la ley suiza que establece que se deben dar a conocer quienes son los testigos, que beneficios recibirán por su testimonio y que sustenta su testimonio. La parte acusadora se negó a hacer esto y la Corte se lo permitió, aunque si hace referencia en su dictamen a testimonios contradictorios.

En los juicios en Suiza no se quizo admitir el video dónde se ve claramente que los reos disparan contra la policía. Ese video y otros análisis forenses y peritajes de expertos austríacos que investigaron el caso fueron admitidos en Austria pero negados en Suiza.

Erwin Sperisen pasó 5 años en prisión preventiva viviendo en aislamiento. Luego de que la condena fuera anulada por el Tribunal Federal, en Ginebra, la jueza que lo condenó a cadena perpetua sigue siendo irónica y descaradamente, además de faltante a toda ética, la persona que decide si puede ser liberado o no. Es una clara violación del Articulo 5 párrafo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos sobre el derecho de la libertad, en el que establece que toda persona privada en libertad deberá ser juzgada en un plazo razonable o a ser puesta en libertad durante el procedimiento.

Llegan a tal descaro, los sacrosantos hipócritas de los juristas suizos, que le propusieron a Sperisen que si se declara culpable le darían únicamente 5 años más de prisión, todo por salvar la imagen de su podrido sistema judicial. Sperisen rechazó la propuesta y por ello debe enfrentar otro juicio mientras lo mantienen en prisión. Finalmente, el Tribunal Federal decidió que las autoridades ginebrinas violaron el Articulo 6, párrafo 3d de la Convención Europea de Derechos Humanos donde se establece el derecho a interrogar o hacer interrogar a los testigos que declaren en su contra y a obtener la citación e interrogatorio de los testigos que declaren en su favor en las mismas condiciones que los testigos que lo hagan en su contra, ya que muchos testigos no fueron interrogados por la defensa durante las comisiones interrogatorias pero fueron utilizados como elementos importantes para la condena. Y así, Sperisen enfrentará un nuevo proceso en abril ante los mismos jueces que ya lo condenaron previamente, y que obvio no querrán pasar por el embarazo de admitir que cometieron un error al condenar a un inocente.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo