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Corea del Sur o perder el norte

Redacción República
08 de abril, 2018

Tras la firma del TLC regional del resto de países de la región Centroamericana, en la que Honduras, el Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá van a tener un acceso privilegiado de sus productos a dicho mercado, uno se pregunta que estamos haciendo para que las cosas sigan estancadas, y qué debe ocurrir, para que no sigamos perdiendo oportunidades.

Podemos enfocarnos en las cifras que ya muchos expertos reconocidos han subrayado sobre lo que esta en juego: Desde que Corea del Sur es el principal mercado de exportación a Asia para Guatemala. O que Guatemala y Costa Rica representan el 75% de las exportaciones a dicho país. O que nuestra competencia más directa ya está buscando oportunidades en sectores donde Guatemala tiene fortalezas o potencial como café, frutas, aceite de palma, productos del mar, equipos médicos, o carne porcina (y que por tanto van a ser oportunidades perdidas para Guatemala). O que Guatemala exportó US$ 123.3 millones en 2017 (cifra hasta noviembre) a Corea del Sur. O hasta que el 88 % de las exportaciones totales de Guatemala se da a través de 12 acuerdos de libre comercio vigentes que refleja la importancia de buscar, cuanto antes, adherirse al TLC con el país asiático.

Pero debemos de ir más allá de las cifras y entender por qué entonces, no se ha podido firmar un acuerdo, que al que más interesa de la región firmar es a Guatemala. Y ahí entran palabras que están más allá de la racionalidad, para entrar en el mundo del subconsciente como son la desconfianza, el miedo, y la animadversión a que los productos asiáticos más económicos y de calidades iguales o superiores invadan el territorio guatemalteco, haciendo quebrar la industria local.

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Y sobre estas dudas e incertidumbre, pondría mi primer argumento, es esto lo que pasó cuando se firmó el TLC con Taiwán? Todo lo contrario, ha habido muchos sectores beneficiados, sobre todo en temas como el agrícola (liderado por el café), pesca, azúcar, alimentos y bebidas procesadas, sectores claves para el sector exportador y Guatemala. Y no ha habido esa invasión de productos de Taiwán que se habló.

Es cierto que hay sectores que si pueden sufrir en el camino con la llegada de productos coreanos. En particular se siguen negociando incisos en ese sentido en los sectores de cemento, plásticos, papel y cartón, calzado y metalurgia. Pero siempre se pueden negociar tiempos prudenciales para que dichos sectores fortalezcan su competitividad con el tiempo adecuado, pues lo que estamos claros todos es que si queremos que Guatemala se desarrolle como se merece, necesitamos tener la competitividad adecuada.

Es más, mucho del riesgo que algunos sectores adivinan es parcialmente erróneo. Hay grandes oportunidades de importación de productos y sectores en los que Guatemala no compite, como son el sector de autos, electrodomésticos o de comercio electrónico. Donde tener acceso a productos más económicos y de buena calidad, representan una oportunidad y ventaja competitiva para el país y sus empresarios y ciudadanos. Sin contar la oportunidad de inversión que podemos perder al perder una posición de privilegio como “hub” de entrada a la región frente a Panamá o Costa Rica.

Es más, incluso tenemos una fortaleza relativa en la logística como región, pues los contenedores de la región vienen de Asia llenos (y por tanto a mayor costo dada la lógica de la demanda y oferta), y van a Asia a media carga (y por tanto a menor costo dada la misma lógica). Una ventaja competitiva que hay que aprovechar.

Guatemala está perdiendo oportunidades de mercado ya existentes en productos que ya exporta como plomo, café, bebidas, líquidos alcohólicos, vinagres, bananos y zinc. Pero no solo eso, pierde al no firmar el acuerdo, posibles nuevos negocios en sector de potencial como cosméticos, productos orgánicos, salud, higiene y cuidado personal, alimentos y bebidas, medio ambiente y servicios para el segmento de turismo con valor agregado.

Yo pediría que nos enfocáramos en lo realmente importante, que se mire para adelante y no tanto para atrás (solo lo debido). Que se deje la desconfianza. Y que nos acordemos por la experiencia histórica de los países y estados que han regido el mundo en los últimos años, décadas, siglos y milenos, que los países que prosperan son aquellos que miran más allá de sus fronteras. Me pongo a pensar en los fenicios, los griegos, los venecianos, españoles, holandeses, británicos o estadounidenses. Y en la actualidad países como Japón, China, Corea del Sur, Vietnam en Asia; Alemania, Reino Unido o España en Europa; Chile, Perú, Colombia o México en Latinoamérica; o Canadá y Estados Unidos (aunque ahora con ciertas dudas), en Norteamérica.

Pero sobre todo recordar lecciones de la historia, como la de Roma, que cuando decidió frenar su crecimiento exterior, y puso murallas a su expansión como la muralla de Adriano, ese día, sin saberlo, y muy lentamente, comenzó a morir.

Menos murallas o muros, y más apertura al comercio, la historia como prueba.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Corea del Sur o perder el norte

Redacción República
08 de abril, 2018

Tras la firma del TLC regional del resto de países de la región Centroamericana, en la que Honduras, el Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá van a tener un acceso privilegiado de sus productos a dicho mercado, uno se pregunta que estamos haciendo para que las cosas sigan estancadas, y qué debe ocurrir, para que no sigamos perdiendo oportunidades.

Podemos enfocarnos en las cifras que ya muchos expertos reconocidos han subrayado sobre lo que esta en juego: Desde que Corea del Sur es el principal mercado de exportación a Asia para Guatemala. O que Guatemala y Costa Rica representan el 75% de las exportaciones a dicho país. O que nuestra competencia más directa ya está buscando oportunidades en sectores donde Guatemala tiene fortalezas o potencial como café, frutas, aceite de palma, productos del mar, equipos médicos, o carne porcina (y que por tanto van a ser oportunidades perdidas para Guatemala). O que Guatemala exportó US$ 123.3 millones en 2017 (cifra hasta noviembre) a Corea del Sur. O hasta que el 88 % de las exportaciones totales de Guatemala se da a través de 12 acuerdos de libre comercio vigentes que refleja la importancia de buscar, cuanto antes, adherirse al TLC con el país asiático.

Pero debemos de ir más allá de las cifras y entender por qué entonces, no se ha podido firmar un acuerdo, que al que más interesa de la región firmar es a Guatemala. Y ahí entran palabras que están más allá de la racionalidad, para entrar en el mundo del subconsciente como son la desconfianza, el miedo, y la animadversión a que los productos asiáticos más económicos y de calidades iguales o superiores invadan el territorio guatemalteco, haciendo quebrar la industria local.

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Y sobre estas dudas e incertidumbre, pondría mi primer argumento, es esto lo que pasó cuando se firmó el TLC con Taiwán? Todo lo contrario, ha habido muchos sectores beneficiados, sobre todo en temas como el agrícola (liderado por el café), pesca, azúcar, alimentos y bebidas procesadas, sectores claves para el sector exportador y Guatemala. Y no ha habido esa invasión de productos de Taiwán que se habló.

Es cierto que hay sectores que si pueden sufrir en el camino con la llegada de productos coreanos. En particular se siguen negociando incisos en ese sentido en los sectores de cemento, plásticos, papel y cartón, calzado y metalurgia. Pero siempre se pueden negociar tiempos prudenciales para que dichos sectores fortalezcan su competitividad con el tiempo adecuado, pues lo que estamos claros todos es que si queremos que Guatemala se desarrolle como se merece, necesitamos tener la competitividad adecuada.

Es más, mucho del riesgo que algunos sectores adivinan es parcialmente erróneo. Hay grandes oportunidades de importación de productos y sectores en los que Guatemala no compite, como son el sector de autos, electrodomésticos o de comercio electrónico. Donde tener acceso a productos más económicos y de buena calidad, representan una oportunidad y ventaja competitiva para el país y sus empresarios y ciudadanos. Sin contar la oportunidad de inversión que podemos perder al perder una posición de privilegio como “hub” de entrada a la región frente a Panamá o Costa Rica.

Es más, incluso tenemos una fortaleza relativa en la logística como región, pues los contenedores de la región vienen de Asia llenos (y por tanto a mayor costo dada la lógica de la demanda y oferta), y van a Asia a media carga (y por tanto a menor costo dada la misma lógica). Una ventaja competitiva que hay que aprovechar.

Guatemala está perdiendo oportunidades de mercado ya existentes en productos que ya exporta como plomo, café, bebidas, líquidos alcohólicos, vinagres, bananos y zinc. Pero no solo eso, pierde al no firmar el acuerdo, posibles nuevos negocios en sector de potencial como cosméticos, productos orgánicos, salud, higiene y cuidado personal, alimentos y bebidas, medio ambiente y servicios para el segmento de turismo con valor agregado.

Yo pediría que nos enfocáramos en lo realmente importante, que se mire para adelante y no tanto para atrás (solo lo debido). Que se deje la desconfianza. Y que nos acordemos por la experiencia histórica de los países y estados que han regido el mundo en los últimos años, décadas, siglos y milenos, que los países que prosperan son aquellos que miran más allá de sus fronteras. Me pongo a pensar en los fenicios, los griegos, los venecianos, españoles, holandeses, británicos o estadounidenses. Y en la actualidad países como Japón, China, Corea del Sur, Vietnam en Asia; Alemania, Reino Unido o España en Europa; Chile, Perú, Colombia o México en Latinoamérica; o Canadá y Estados Unidos (aunque ahora con ciertas dudas), en Norteamérica.

Pero sobre todo recordar lecciones de la historia, como la de Roma, que cuando decidió frenar su crecimiento exterior, y puso murallas a su expansión como la muralla de Adriano, ese día, sin saberlo, y muy lentamente, comenzó a morir.

Menos murallas o muros, y más apertura al comercio, la historia como prueba.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo