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La onceava evaluación

Diana Brown
09 de abril, 2018

“La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida misma.”                         John Dewey

Hay aproximadamente 5000 centros educativos privados en Guatemala, que atienden a cerca de un millón de estudiantes de todos los niveles, desde preprimaria a diversificado; los 148,842 alumnos de diversificado que optaron al examen de graduandos en el año 2017 asisten a bachilleratos en ciencias y letras, bachilleratos con distintas orientaciones, y peritos en variadas disciplinas. Desde el año 2006 todos los alumnos que egresan del sistema educativo deben optar al examen de graduandos, el cual es requisito obligatorio para la graduación, aunque aprobarlo no lo es, ni es vinculante su resultado para la graduación.

La prueba de graduandos en sus once años de aplicación evalúa las destrezas de matemática y lenguaje, y se ha definido como un instrumento diagnóstico del aprendizaje adquirido durante la vida escolar. Como indican las gráficas de MINEDUC; han habido momentos de mejora, pero a través de once años, no se ha observado un cambio significativo dentro de los resultados, a nivel general, de país.

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Después de haber optado a esta prueba, y luego su ponderación, como se ha observado, cada centro educativo recibe un documento oficial que describe la población examinada, y los resultados, con gráficas comparativas de años anteriores, así pudiendo observar idealmente la mejora y los espacios de carencia que deben ser fortalecidos. Lastimosamente, la retroalimentación llega tardía para poder aplicar las mejoras necesarias para el ciclo siguiente. Esta observación se ha hecho al Ministerio de Educación, pero existen circunstancias extraordinarias que limitan poder alcanzar la fecha de entrega de resultados en el momento deseado. Otra sugerencia que se ha hecho es la aplicación de la prueba en cuarto grado de bachillerato para así reforzar los puntos débiles para asegurar una mejor adquisición del aprendizaje.

¿Qué sucede en muchos de los centros educativos privados? Preparan a los alumnos para la toma del examen. Desde el inicio del año escolar hay momentos puntuales de preparación, no lejos de las actividades preparatorias de toma de la prueba SAT, TOEFL, etc.  Este no debe ser la dinámica de aplicación, porque se ha tornado un evento de ranking cuando su misión inicial no es así. Los padres de familia toman este dato como una calificación del centro educativo per se y entonces la dinámica de preparación se vuelve una actividad complementaria.

El espíritu de los mismos es hacer constar, arrojar evidencia, de la interiorización y de la adquisición, del aprendizaje a lo largo de la vida escolar; su comprensión de tal manera que pueda resolver problemas con procedimientos lógicos, basada en un pensamiento crítico. Los resultados de las pruebas de matemáticas no han demostrado esta competencia, el aumento en las tasas de aprobación ha sido lento, y mínimo. En cuanto a las destrezas lectoras, se ha percibido más adelanto, aunque ambos resultados no son satisfactorios.

En cada centro educativo, los resultados varían por año, de acuerdo a los grupos que opten al examen. Se debe tomar en consideración también los estudios previos que llevan al último nivel de diversificado, no todos los alumnos han cursado en el centro educativo donde sustentan el examen, y su preparación previa puedo no ser homogénea, y el hecho de la no vinculación, le resta importancia para el alumno, pues en casos extremos se ha escuchado que únicamente colocan su nombre sin completar el cuestionario, o hacer el examen sin mayor aplicación. La vinculación a un resultado significativo que podrá modificar esta actitud.

Pero, en el fondo, esta prueba hace constar que el sistema educativo tiene fallas. Idealmente la prueba debe demostrar que los jóvenes son competentes para o continuar sus estudios o ingresar a la fuerza laboral.

Las metodologías educativas merecen ser evaluados de la misma manera que los alumnos; los centros educativos privados gozan de libertad de cátedra, y el currículo nacional base es el contenido mínimo que deben cubrir los docentes en el aula. Lo que es necesario es un cambio en la entrega del conocimiento. La población que se ha ido evaluando son de la generación millenial; responden al momento y al ambiente en que nacieron, adaptados a la tecnología, sea en dispositivos estilo tableta o computadora portátil, o smartphones. Su característica sobresaliente es la habilidad de hacer varias cosas a la vez, pueden cambiar de quehacer con facilidad, y al salir a la fuerza laboral, son colaboradores que se mueven con frecuencia de sus lugares de trabajo.  En seguido esta la Generación Z o centennials, quienes manejan la tecnología con aún más expertise; utilizan tutoriales YouTube para la aclaración de puntos desconocidos o actividades que deben desarrollar y su aprendizaje es hibrida, combinando las diferentes fuentes de ingreso del conocimiento.

Estos son los alumnos que se evalúan ahora, y por estas características particulares, y muchos más que se pudieran detallar; no aprenden de la manera tradicional que se aplica, y por ende su aprendizaje no necesariamente se puede comprobar con una metodología tradicional como es un examen estandarizado. Cada vez más, los centros educativos privados utilizan metodologías no tradicionales para guiar el aprendizaje, como por ejemplo el aprendizaje basado en proyectos que promueve el aprendizaje de manera vivencial, integral, combinando varias disciplinas en una aplicación práctica del conocimiento y su aprehensión.

La prueba de graduados nos demuestra que los alumnos no están aprendiendo como se quisiera. Los departamentos de admisión de las universidades comentan que hay brechas en el aprendizaje de sus futuros estudiantes, y para el ingreso a las aulas universitarias se fortalecen los conocimientos con cursos propedéuticos.  El trasfondo de los resultados arrojados es que el sistema educativo no ha evolucionado con el cambio de las generaciones.

¿Después de once años de resultados poco alentadores, no sería pertinente examinar el modelo de entrega de la educación?  Los empleadores necesitan colaboradores que dominen las destrezas suaves; ser expertos en tecnología, gozar de una comunicación efectiva y poder trabajar en equipo, y sobre todo, aprender de los errores. Estos son los alumnos que están en nuestras aulas, y su estilo de aprendizaje no es el tradicional.

Cambiar un sistema educativo no es fácil ni es rápido. La formación inicial docente debe modificarse   y abarcar estas nuevas metodologías pedagógicas, que tienen sus raíces con los educadores de los años mil novecientos cincuenta del siglo pasado, específicamente con John Dewey. Y es necesaria tomar la decisión de incluir a la tecnología como herramienta didáctica, no como un fin ni una asignatura en particular, sino que como parte de la ruta de aprendizaje. Se está consciente de la fuerte inversión de recursos financieros que implica, que sí proveerán oportunidades y alcances necesarias para los alumnos.

Los resultados nos demuestran que hay enormes retos en la educación. La implementación de nuevas metodologías debe aplicarse en toda la nación, y la misión de guiar la formación integral de los futuros ciudadanos; debe llevar a la visión de un país de habitantes competentes y preparados para el siglo veintiuno.  Los resultados de las pruebas indican que no se está listo para las exigencias del siglo veintiuno, y le compete al sistema educativo en su totalidad un cambio de enfoque en enseñanza.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

La onceava evaluación

Diana Brown
09 de abril, 2018

“La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida misma.”                         John Dewey

Hay aproximadamente 5000 centros educativos privados en Guatemala, que atienden a cerca de un millón de estudiantes de todos los niveles, desde preprimaria a diversificado; los 148,842 alumnos de diversificado que optaron al examen de graduandos en el año 2017 asisten a bachilleratos en ciencias y letras, bachilleratos con distintas orientaciones, y peritos en variadas disciplinas. Desde el año 2006 todos los alumnos que egresan del sistema educativo deben optar al examen de graduandos, el cual es requisito obligatorio para la graduación, aunque aprobarlo no lo es, ni es vinculante su resultado para la graduación.

La prueba de graduandos en sus once años de aplicación evalúa las destrezas de matemática y lenguaje, y se ha definido como un instrumento diagnóstico del aprendizaje adquirido durante la vida escolar. Como indican las gráficas de MINEDUC; han habido momentos de mejora, pero a través de once años, no se ha observado un cambio significativo dentro de los resultados, a nivel general, de país.

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Después de haber optado a esta prueba, y luego su ponderación, como se ha observado, cada centro educativo recibe un documento oficial que describe la población examinada, y los resultados, con gráficas comparativas de años anteriores, así pudiendo observar idealmente la mejora y los espacios de carencia que deben ser fortalecidos. Lastimosamente, la retroalimentación llega tardía para poder aplicar las mejoras necesarias para el ciclo siguiente. Esta observación se ha hecho al Ministerio de Educación, pero existen circunstancias extraordinarias que limitan poder alcanzar la fecha de entrega de resultados en el momento deseado. Otra sugerencia que se ha hecho es la aplicación de la prueba en cuarto grado de bachillerato para así reforzar los puntos débiles para asegurar una mejor adquisición del aprendizaje.

¿Qué sucede en muchos de los centros educativos privados? Preparan a los alumnos para la toma del examen. Desde el inicio del año escolar hay momentos puntuales de preparación, no lejos de las actividades preparatorias de toma de la prueba SAT, TOEFL, etc.  Este no debe ser la dinámica de aplicación, porque se ha tornado un evento de ranking cuando su misión inicial no es así. Los padres de familia toman este dato como una calificación del centro educativo per se y entonces la dinámica de preparación se vuelve una actividad complementaria.

El espíritu de los mismos es hacer constar, arrojar evidencia, de la interiorización y de la adquisición, del aprendizaje a lo largo de la vida escolar; su comprensión de tal manera que pueda resolver problemas con procedimientos lógicos, basada en un pensamiento crítico. Los resultados de las pruebas de matemáticas no han demostrado esta competencia, el aumento en las tasas de aprobación ha sido lento, y mínimo. En cuanto a las destrezas lectoras, se ha percibido más adelanto, aunque ambos resultados no son satisfactorios.

En cada centro educativo, los resultados varían por año, de acuerdo a los grupos que opten al examen. Se debe tomar en consideración también los estudios previos que llevan al último nivel de diversificado, no todos los alumnos han cursado en el centro educativo donde sustentan el examen, y su preparación previa puedo no ser homogénea, y el hecho de la no vinculación, le resta importancia para el alumno, pues en casos extremos se ha escuchado que únicamente colocan su nombre sin completar el cuestionario, o hacer el examen sin mayor aplicación. La vinculación a un resultado significativo que podrá modificar esta actitud.

Pero, en el fondo, esta prueba hace constar que el sistema educativo tiene fallas. Idealmente la prueba debe demostrar que los jóvenes son competentes para o continuar sus estudios o ingresar a la fuerza laboral.

Las metodologías educativas merecen ser evaluados de la misma manera que los alumnos; los centros educativos privados gozan de libertad de cátedra, y el currículo nacional base es el contenido mínimo que deben cubrir los docentes en el aula. Lo que es necesario es un cambio en la entrega del conocimiento. La población que se ha ido evaluando son de la generación millenial; responden al momento y al ambiente en que nacieron, adaptados a la tecnología, sea en dispositivos estilo tableta o computadora portátil, o smartphones. Su característica sobresaliente es la habilidad de hacer varias cosas a la vez, pueden cambiar de quehacer con facilidad, y al salir a la fuerza laboral, son colaboradores que se mueven con frecuencia de sus lugares de trabajo.  En seguido esta la Generación Z o centennials, quienes manejan la tecnología con aún más expertise; utilizan tutoriales YouTube para la aclaración de puntos desconocidos o actividades que deben desarrollar y su aprendizaje es hibrida, combinando las diferentes fuentes de ingreso del conocimiento.

Estos son los alumnos que se evalúan ahora, y por estas características particulares, y muchos más que se pudieran detallar; no aprenden de la manera tradicional que se aplica, y por ende su aprendizaje no necesariamente se puede comprobar con una metodología tradicional como es un examen estandarizado. Cada vez más, los centros educativos privados utilizan metodologías no tradicionales para guiar el aprendizaje, como por ejemplo el aprendizaje basado en proyectos que promueve el aprendizaje de manera vivencial, integral, combinando varias disciplinas en una aplicación práctica del conocimiento y su aprehensión.

La prueba de graduados nos demuestra que los alumnos no están aprendiendo como se quisiera. Los departamentos de admisión de las universidades comentan que hay brechas en el aprendizaje de sus futuros estudiantes, y para el ingreso a las aulas universitarias se fortalecen los conocimientos con cursos propedéuticos.  El trasfondo de los resultados arrojados es que el sistema educativo no ha evolucionado con el cambio de las generaciones.

¿Después de once años de resultados poco alentadores, no sería pertinente examinar el modelo de entrega de la educación?  Los empleadores necesitan colaboradores que dominen las destrezas suaves; ser expertos en tecnología, gozar de una comunicación efectiva y poder trabajar en equipo, y sobre todo, aprender de los errores. Estos son los alumnos que están en nuestras aulas, y su estilo de aprendizaje no es el tradicional.

Cambiar un sistema educativo no es fácil ni es rápido. La formación inicial docente debe modificarse   y abarcar estas nuevas metodologías pedagógicas, que tienen sus raíces con los educadores de los años mil novecientos cincuenta del siglo pasado, específicamente con John Dewey. Y es necesaria tomar la decisión de incluir a la tecnología como herramienta didáctica, no como un fin ni una asignatura en particular, sino que como parte de la ruta de aprendizaje. Se está consciente de la fuerte inversión de recursos financieros que implica, que sí proveerán oportunidades y alcances necesarias para los alumnos.

Los resultados nos demuestran que hay enormes retos en la educación. La implementación de nuevas metodologías debe aplicarse en toda la nación, y la misión de guiar la formación integral de los futuros ciudadanos; debe llevar a la visión de un país de habitantes competentes y preparados para el siglo veintiuno.  Los resultados de las pruebas indican que no se está listo para las exigencias del siglo veintiuno, y le compete al sistema educativo en su totalidad un cambio de enfoque en enseñanza.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo