Ante el fracaso de la reforma electoral y la reforma constitucional al sector justicia; ante las declaraciones del colaborador eficaz Juan Carlos Monzón que dejó al desnudo un sistema electoral putrefacto; ante el fracaso de una consulta popular sobre el diferendo de Belice que dejómanifiesto solamente un 24% de participación y un 41% de abstencionismo de jóvenes de 18 a 35 años es evidente que hay que dejar de fragmentar al país. Hay que dejar de lado los discursos polarizados de izquierdas o de derechas; de ricos y de pobres, para empezar a hablar de Nación. No se trata de hacer una defensa oficiosa o apología de ningún sector. No se trata de adoptar posturas radicales y beligerantes. Se trata de ser coherente, racional y, sobre todo, claro.
En los sistemas políticos existen varias combinaciones de cómo se gobierna un país. Una combinación es que gobiernen sector privado, Gobierno y la sociedad civil aislada como funcionaba el sistema en Guatemala hasta el pasado 19 de abril. Otra combinación es que gobiernen sociedad civil y el Gobierno con el sector privado aislado. Claro, la combinación ideal sería que gobiernen el sector privado, la sociedad civil y el gobierno, aspecto un tanto utópico e idealista.
En Guatemala, por tradición el gobierno cogobierna con el sector privado. Sin embargo, a raíz de las últimas investigaciones presentadas el pasado jueves 19 de abril de 2018 por el MP y la CICIG, sobre un nuevo señalamiento de financiamiento electoral ilícito, han puesto en jaque de nuevo al presidente Jimmy Morales quien deberá jugar muy bien todas sus cartas para intentar salir de su propio laberinto.
En esa investigación, el MP y la CICIG plantearon que el partido de gobierno FCN-Nación pudo recibir al menos Q15 millones de financiamiento electoral ilícito por parte de reconocidos empresarios, quienes inmediatamente después de la conferencia de prensa de estas dos instancias de investigación, convocaron a una conferencia de prensa sin precedentes históricos en nuestro país.
Si analizamos las acciones de comunicación de los empresarios, podemos decir que fue exitosa por las siguientes razones: como primer punto actuaron con rapidez e inteligencia; segundo convocaron a una conferencia de prensa; tercero aceptaron y reconocieron un error de haber financiado a Morales; cuarto pidieron disculpas a la población. esto es algo que no puede pasar desapercibido porque es todo un hito histórico para el país.
Para solucionar problemas, lo primero que hay que hacer, es aceptar y reconocer que hay uno. Los empresarios son gran parte de este problema, pero han adoptado una actitud de liderazgo al asumir su responsabilidad, en dar la cara y no esconderse. Se han puesto a disposición de las autoridades, aunque, aun así, eso no los exime de la culpa que dejó en claro que ese no es el punto, porque nos enfocamos en su comunicación.
La crisis de comunicación estuvo bien manejada, aunque eso no significa que no haya dañado su imagen. Por el contrario,sí hay un daño, pero fue oportunamente gestionado porque ver a esos pesos pesados ahí sentados se debe interpretar que existe una actitud de liderazgo al asumir la responsabilidad y no huir de ella. Por el contrario, enfrentaron con carácter y con muchos “cojones” para decir: sí nos equivocamos y aquí estamos. Esto, tiene que ver con la actitud, el cambio de comportamiento y de conducta que con entereza saben que el mejor camino es comunicar, pues de no hacerlo caen en una espiral de caída libre en donde le damos el mando a terceros para que hablen por nosotros. Así, es como se crean los rumores y se profundizan las crisis.
Pero, lo más importante es que los empresarios lograron desmarcarse del presidente Morales, pues aunque no les quedara de otra, hacerlo públicamente tiene un valor que hay que saber observar y reconocer. Estoy seguro que si viéramos una actitud similar en el presidente todos reconoceríamos ante su incompetencia un aire honesto e incluso nos sentiríamos agradecidos. Esto no significa que a los empresarios hay que aplaudirles. No se trata de eso. Aquí hay que ver que fueron bien asesorados y que su implicación y grado de responsabilidad se dilucidará ante las autoridades competentes. Pero, dejaron en el ambiente un mensaje de unidad y de vergüenza; de arrepentimiento. Pues, hay que reconocer que vivimos en un sistema perverso y, ese, sí es el punto. Por eso, hay que cambiar el sistema. ¿Cómo? Por medio de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, así como con la Constitución de la República.
Lo interesante de esto, es que el presidente Morales parece que se ha quedado solo. Pues, lejos de gestionar sus crisis,las profundiza con discursos explosivos porque además, de arremeter contra el MP y la CICIG, también lo hace contra los empresarios. Esto deja en evidencia que aparte de no tener una estrategia de comunicación definida tampoco tiene una agenda de gobierno, ni política, más que batallar contra el MP y la CICIG. Ante el dilema de elegir a un nuevo Fiscal General independiente, que dicho sea de paso será la mayor prueba de institucionalidad de este gobierno, ya que una mala decisión podría hacer colapsar hasta la institucionalidad del país.
Entre los escenarios que se podrían dar hay cosas interesantes. Por ejemplo, hay que tener bien claro que en el Congreso de la República lo que importa es la matemática. Es decir, se tienen o no se tienen los votos para aprobar o improbar algo. Sin embargo, ante una eventual solicitud de antejuicio en contra del presidente Jimmy Morales por financiamiento electoral ilícito, en este momento la matemática nos diría que sería casi imposible que fuera aprobada por el Congreso, a no ser, que antes de esa solicitud, el TSE cancele el partido oficial FCN-Nación por las investigaciones pendientes. Esto, tendría efectos devastadores para el presidente Morales, primero quedarse sin la bancada del partido oficial, fragmentaria la capacidad de negociación, convertiría a los diputados oficialistas en independientes, lo que les impediría ya negociar cualquier cosa y muy poco margen de maniobra.
Otro de los escenarios seria que ante una eventual crisis en el partido FCN-Nación y su cancelación, el mandatario estaría a las puertas de no concluir su mandato. Por ahora, parece haber esfuerzos por llevarlo cargado porque su vehículo ya no camina, ya no lo maneja ni lo controla. La idea sería para que logre terminar su periodo, pero condicionado.
Un tercer escenario podría ser ante una moral electoral por los suelos, se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente o a una Reforma Constitucional vía el Congreso y respaldada ante una consulta popular, después de las elecciones de 2019. Esto, parecería poco probable, pero el mensaje que han enviado los empresarios tiene un alcance más grande de lo que se puede ver a simple vista.
Ante la crisis estructural, podría surgir un grupo de notables multisectorial que de una forma conciliadora se una dejando detrás sus propios intereses para asumir el control del país que se encuentra a la deriva. Que aparezca en las elecciones con la idea de no ser solo una persona sino un equipo que hará los cambios necesarios para retomar las riendas del país.
Definitivamente, nos encontramos ante días difíciles. En lo que ya no cabrían más colaboradores eficaces como Sinibaldi, Baldizón o Archila porque sus testimonios harían colapsar el sistema de justicia y el sistema político. Nos encontramos ante rumores de nuevos intentos del presidente e expulsar a Velásquez o de que el Congreso intente una amnistía de financiamiento electoral ilícito que sería la tapa al pomo. El presidente se encuentra en el dilema de elegir la batalla personal o la institucional.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Ante el fracaso de la reforma electoral y la reforma constitucional al sector justicia; ante las declaraciones del colaborador eficaz Juan Carlos Monzón que dejó al desnudo un sistema electoral putrefacto; ante el fracaso de una consulta popular sobre el diferendo de Belice que dejómanifiesto solamente un 24% de participación y un 41% de abstencionismo de jóvenes de 18 a 35 años es evidente que hay que dejar de fragmentar al país. Hay que dejar de lado los discursos polarizados de izquierdas o de derechas; de ricos y de pobres, para empezar a hablar de Nación. No se trata de hacer una defensa oficiosa o apología de ningún sector. No se trata de adoptar posturas radicales y beligerantes. Se trata de ser coherente, racional y, sobre todo, claro.
En los sistemas políticos existen varias combinaciones de cómo se gobierna un país. Una combinación es que gobiernen sector privado, Gobierno y la sociedad civil aislada como funcionaba el sistema en Guatemala hasta el pasado 19 de abril. Otra combinación es que gobiernen sociedad civil y el Gobierno con el sector privado aislado. Claro, la combinación ideal sería que gobiernen el sector privado, la sociedad civil y el gobierno, aspecto un tanto utópico e idealista.
En Guatemala, por tradición el gobierno cogobierna con el sector privado. Sin embargo, a raíz de las últimas investigaciones presentadas el pasado jueves 19 de abril de 2018 por el MP y la CICIG, sobre un nuevo señalamiento de financiamiento electoral ilícito, han puesto en jaque de nuevo al presidente Jimmy Morales quien deberá jugar muy bien todas sus cartas para intentar salir de su propio laberinto.
En esa investigación, el MP y la CICIG plantearon que el partido de gobierno FCN-Nación pudo recibir al menos Q15 millones de financiamiento electoral ilícito por parte de reconocidos empresarios, quienes inmediatamente después de la conferencia de prensa de estas dos instancias de investigación, convocaron a una conferencia de prensa sin precedentes históricos en nuestro país.
Si analizamos las acciones de comunicación de los empresarios, podemos decir que fue exitosa por las siguientes razones: como primer punto actuaron con rapidez e inteligencia; segundo convocaron a una conferencia de prensa; tercero aceptaron y reconocieron un error de haber financiado a Morales; cuarto pidieron disculpas a la población. esto es algo que no puede pasar desapercibido porque es todo un hito histórico para el país.
Para solucionar problemas, lo primero que hay que hacer, es aceptar y reconocer que hay uno. Los empresarios son gran parte de este problema, pero han adoptado una actitud de liderazgo al asumir su responsabilidad, en dar la cara y no esconderse. Se han puesto a disposición de las autoridades, aunque, aun así, eso no los exime de la culpa que dejó en claro que ese no es el punto, porque nos enfocamos en su comunicación.
La crisis de comunicación estuvo bien manejada, aunque eso no significa que no haya dañado su imagen. Por el contrario,sí hay un daño, pero fue oportunamente gestionado porque ver a esos pesos pesados ahí sentados se debe interpretar que existe una actitud de liderazgo al asumir la responsabilidad y no huir de ella. Por el contrario, enfrentaron con carácter y con muchos “cojones” para decir: sí nos equivocamos y aquí estamos. Esto, tiene que ver con la actitud, el cambio de comportamiento y de conducta que con entereza saben que el mejor camino es comunicar, pues de no hacerlo caen en una espiral de caída libre en donde le damos el mando a terceros para que hablen por nosotros. Así, es como se crean los rumores y se profundizan las crisis.
Pero, lo más importante es que los empresarios lograron desmarcarse del presidente Morales, pues aunque no les quedara de otra, hacerlo públicamente tiene un valor que hay que saber observar y reconocer. Estoy seguro que si viéramos una actitud similar en el presidente todos reconoceríamos ante su incompetencia un aire honesto e incluso nos sentiríamos agradecidos. Esto no significa que a los empresarios hay que aplaudirles. No se trata de eso. Aquí hay que ver que fueron bien asesorados y que su implicación y grado de responsabilidad se dilucidará ante las autoridades competentes. Pero, dejaron en el ambiente un mensaje de unidad y de vergüenza; de arrepentimiento. Pues, hay que reconocer que vivimos en un sistema perverso y, ese, sí es el punto. Por eso, hay que cambiar el sistema. ¿Cómo? Por medio de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, así como con la Constitución de la República.
Lo interesante de esto, es que el presidente Morales parece que se ha quedado solo. Pues, lejos de gestionar sus crisis,las profundiza con discursos explosivos porque además, de arremeter contra el MP y la CICIG, también lo hace contra los empresarios. Esto deja en evidencia que aparte de no tener una estrategia de comunicación definida tampoco tiene una agenda de gobierno, ni política, más que batallar contra el MP y la CICIG. Ante el dilema de elegir a un nuevo Fiscal General independiente, que dicho sea de paso será la mayor prueba de institucionalidad de este gobierno, ya que una mala decisión podría hacer colapsar hasta la institucionalidad del país.
Entre los escenarios que se podrían dar hay cosas interesantes. Por ejemplo, hay que tener bien claro que en el Congreso de la República lo que importa es la matemática. Es decir, se tienen o no se tienen los votos para aprobar o improbar algo. Sin embargo, ante una eventual solicitud de antejuicio en contra del presidente Jimmy Morales por financiamiento electoral ilícito, en este momento la matemática nos diría que sería casi imposible que fuera aprobada por el Congreso, a no ser, que antes de esa solicitud, el TSE cancele el partido oficial FCN-Nación por las investigaciones pendientes. Esto, tendría efectos devastadores para el presidente Morales, primero quedarse sin la bancada del partido oficial, fragmentaria la capacidad de negociación, convertiría a los diputados oficialistas en independientes, lo que les impediría ya negociar cualquier cosa y muy poco margen de maniobra.
Otro de los escenarios seria que ante una eventual crisis en el partido FCN-Nación y su cancelación, el mandatario estaría a las puertas de no concluir su mandato. Por ahora, parece haber esfuerzos por llevarlo cargado porque su vehículo ya no camina, ya no lo maneja ni lo controla. La idea sería para que logre terminar su periodo, pero condicionado.
Un tercer escenario podría ser ante una moral electoral por los suelos, se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente o a una Reforma Constitucional vía el Congreso y respaldada ante una consulta popular, después de las elecciones de 2019. Esto, parecería poco probable, pero el mensaje que han enviado los empresarios tiene un alcance más grande de lo que se puede ver a simple vista.
Ante la crisis estructural, podría surgir un grupo de notables multisectorial que de una forma conciliadora se una dejando detrás sus propios intereses para asumir el control del país que se encuentra a la deriva. Que aparezca en las elecciones con la idea de no ser solo una persona sino un equipo que hará los cambios necesarios para retomar las riendas del país.
Definitivamente, nos encontramos ante días difíciles. En lo que ya no cabrían más colaboradores eficaces como Sinibaldi, Baldizón o Archila porque sus testimonios harían colapsar el sistema de justicia y el sistema político. Nos encontramos ante rumores de nuevos intentos del presidente e expulsar a Velásquez o de que el Congreso intente una amnistía de financiamiento electoral ilícito que sería la tapa al pomo. El presidente se encuentra en el dilema de elegir la batalla personal o la institucional.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo