El senador Robert Menéndez (demócrata, New Jersey) ha sido acusado por presuntamente haber recibido sobornos de parte de empresarios vinculados con el Gobierno egipcio. El FBI allanó su casa en julio de 2022 y encontró US$480K en efectivo y US$100K en lingotes de oro escondidos en abrigos y armarios.

Panorama general. El número de serie de los lingotes coincide con unos adquiridos por el empresario de origen egipcio Wael Hana, cuyas huellas se hallaron en los billetes. Menéndez también habría recibido un automóvil Mercedes convertible.

• Según la Fiscalía, Menéndez se valió de su escaño para facilitar la venta de armas a El Cairo y proteger los intereses comerciales de sus asociados. Se le acusa, además, de combatir la retención de US$300M en fondos para Egipto.
   
• Como exige el reglamento, Menéndez ha renunciado a la presidencia de la poderosísima Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense. Se rehúsa a dimitir y dice que se le calumnia por ser latino.

Perfil. El acusado es un político de larga data. Obtuvo a su primer cargo público a los 20 años; ha sido alcalde, legislador estatal y congresista. Empezó su carrera enfrentándose a la Mafia y a la corrupción municipal, pero lo cierto es que su trayectoria está plagada de escándalos de los que milagrosamente se ha librado.

• En 2015, fue juzgado por corrupción, pero el jurado no logró llegar a un veredicto y el Departamento de Justicia levantó los cargos en su contra. En 2018, la Comisión de Ética del Senado emitió una reprimenda pública.
   
• A Menéndez le disgusta el símil, pero se le puede equiparar con los bosses que tradicionalmente regían la maquinaria política demócrata. Su feudo es Union City, donde el 84.71% de la población es hispana.
   
• Hace unos años, la revista Foreign Policy lo denominó el “último halcón de la izquierda”. Es relativamente belicista, pero sus demás posturas —en cuanto al aborto y el Cuerpo de Paz, por ejemplo—no difieren de las de su partido.

Ecos regionales. El senador aduce que su ascendencia cubana justifica el efectivo que le incautó el FBI. Sostiene que su familia, temerosa de las expropiaciones comunistas, le inculcó el hábito de guardar efectivo en casa, pero lo cierto es que Menéndez nació en Nueva York en 1954, cinco años antes de la entrada de Fidel Castro en La Habana.

• Menéndez está muy entrelazado con Hispanoamérica. Este año, dinamitó un plan de la Casa Blanca para pagar a Guatemala por deportar migrantes venezolanos sin permitirles llegar a México.
   
• Cuando el expresidente Morales no renovó el mandato de la CICIG en 2018, Menéndez lo criticó fuertemente, insinuando que la decisión podría resultar en la retención de la mitad de los fondos destinados al país.
   
• En marzo de este año, la comisión presidida por Menéndez se declaró “profundamente preocupada” por el actuar del Gobierno guatemalteco e incluso propuso sanciones de carácter personal.

En conclusión. EE. UU. asiste a otra coyuntura engorrosa. Cuenta, a saber, con un expresidente imputado y un diputado, George Santos, acusado de fraude. A estos ahora se les suma Menéndez, quien aún cuenta con aliados en su partido.

• Menéndez ha contratado como su abogado a Abbe Lowell, socio del prestigioso despacho Winston & Strawn. Lowell dirigió la defensa de Hunter Biden, el controvertido hijo del presidente estadounidense.
   
• Llama, sobre todo, la atención, que Menéndez sea reiteradamente acusado por actos de corrupción, mientras que su discurso hacia afuera sea anticorrupción. Incoherencia manifiesta.
   
• La imputación de Menéndez supone una humillación para la política exterior estadounidense, que acostumbra a identificar y penar la corrupción en otros países. Supone, además, un problema de seguridad nacional.
   
• De ser encontrado culpable, Menéndez, uno de los artífices de la política exterior estadounidense, habría sido sobornado por un Estado extranjero.