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Heritage: Cómo los Estados Unidos ha financiado las causas de migración hacia aquel país

En general, el reporte hace un recuento de cómo los dólares de los contribuyentes estadounidenses han financiado, muchas veces de manera directa, las causas -y agentes- que provocan conflictividad en Guatemala y falta de oportunidades de empleo digno, precisamente lo que la ayuda para atacar las “causas raíz” pretende mitigar.  

Fundación Heritage, quien publica el reporte
Alejandro Palmieri
21 de abril, 2023

Los Estados Unidos de América ha mandado millones de dólares en ayuda al “triángulo norte” para detener la migración irregular, logrando absolutamente nada.  Es más, esa ayuda ha sido asignada con criterios ideológicos y, por lo tanto, sin efecto positivo alguno.

Según un reporte recientemente publicado por la Fundación Heritage, la ayuda que ese país ha venido dando desde hace algún tiempo al llamado “triángulo norte” pero en especial a Guatemala, no ha servido para los fines esperados.  Aún más, la ayuda ha sido en gran medida direccionada obedeciendo a una agenda “woke”.  

El reporte fue elaborado por Max Primorac y Mateo Haydar, director e investigador asistente del centro Allison para estudios de política exterior de la fundación Heritage, respectivamente; ambos expertos en la materia.  Por su parte.  La fundación Heritage es el tanque de pensamiento conservador más influyente en Washington, D.C. Difunde, a través de sus distintas actividades, los principios de libertad individual, libre empresa y gobierno limitado.  

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Primorac y Haydar hacen un repaso de las políticas de ayuda exterior que los E.E U.U. ha proveído a Guatemala desde hace unas décadas, pero en particular las políticas y parámetros bajo los cuales la administración Biden pretende revertir el flujo de migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador que solo en diciembre del año 2022 alcanzó la cifra más alta en la historia (251,487 “encuentros” en la frontera suroccidente)

Desde el año 2021, la política de aquel país ha obedecido a la estrategia de “causas raíz” lo que ha aumentado la ayuda, pero implementando fallidas políticas en su frontera sur, lo que ha aumentado la migración, tráfico de drogas y de personas, efectos contrarios a los esperados.

El reporte hace énfasis en Guatemala, debido a la frontera que comparte con México y que de facto la convierte en una “segunda frontera sur” de Estados Unidos. Adicionalmente, Guatemala tiene la economía más grande y recibe la mayor cantidad de remesas (15 mil millones de dólares, estima el reporte) lo que hace palidecer a lo que Estados Unidos y otros donantes dan en ayuda económica a Guatemala.

Guatemala, continúa describiendo el reporte, es el único país del “triángulo norte” que ha sido consistentemente aliado de Estados Unidos en temas de política exterior, tal como el traslado de su embajada en Israel a Jerusalén (realizada por Trump, pero mantenida por Biden) y el apoyo a China Taiwán, mientras que El Salvador (2018) y Honduras (marzo de 2023) han roto relaciones con Taiwán y entablado con China comunista

La vicepresidente Harris anunció en febrero de 2022 un compromiso de parte del sector privado por 4.2 mil millones de dólares como muestra de que la estrategia de “causas raíz” estaba funcionando; los resultados han resultado mucho más modestos que los anunciados por la administración Biden. 

La idea de creación de 300 a 350 mil empleos en una década en cada país -como lo propone la administración Biden- es bastante inferior a la demanda de plazas de trabajo, adicionalmente a que los 4.2 mil millones de inversión “nueva” realmente contempla inversiones ya planificadas por la iniciativa privada en estos países y no obedecen necesariamente a la iniciativa de la administración Biden.  Los autores van más allá y dicen que “esas inversiones poco tienen que ver con las políticas de la administración [Biden]”

Finalmente, la administración Biden dijo que utilizaría la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (DFC) -un banco de desarrollo lanzado por la Administración Trump para competir con China- para financiar proyectos liderados por el sector privado. Después de ralentizar el Programa América Crece (Crecimiento en las Américas) de la Administración Trump, una iniciativa hemisférica para atraer inversiones a gran escala del sector privado en proyectos de energía e infraestructura, incluidos $1 mil millones en préstamos de DFC solo para Guatemala, solo $ 200 millones de los fondos se han liberado desde entonces.

Más allá de todo lo anterior, Primorac y Haydar profundizan en el direccionamiento de la ayuda de Estados Unidos a Guatemala, apuntando que desde 2021, la Administración Biden ha desembolsado más de $ 1 mil millones en ayuda extranjera combinada a los países del Triángulo Norte. Si bien se etiquetan como parte de su nueva estrategia, estos programas de ayuda recuerdan a la Alianza para la Prosperidad (A4P) de la era Obama, lanzada en 2014 para "atender las causas estructurales de la migración irregular" a través de una mezcla heterogénea de programas de ayuda para la gobernanza, los derechos humanos, la seguridad, la ayuda económica y los esfuerzos contra la corrupción. A4P se lanzó en medio de la crisis de menores no acompañados en la frontera sur de los Estados Unidos ese año, en gran parte de los tres países. Tampoco logró frenar la inmigración ilegal, que no disminuiría hasta que las políticas fronterizas de la Administración Trump entraran en vigor.

A4P también tuvo un historial preocupante de financiación de organizaciones izquierdistas que crearon desconfianza local en la ayuda exterior de Estados Unidos que todavía resuena agudamente hoy. Entre 2010 y 2014, por ejemplo, la Fundación Interamericana, financiada por Estados Unidos, proporcionó US$395.000 al Comité para el Desarrollo Campesino (CODECA), un grupo activista radical de izquierda dirigido anteriormente por la candidata presidencial socialista Thelma Cabrera. CODECA busca "nacionalizar todos los bienes y servicios privatizados en el país", un principio comunista y un enfoque inconsistente con el crecimiento económico. CODECA ha sido implicado en actividades criminales, incluido el robo de electricidad en zonas rurales de Guatemala. La A4P invirtió millones en programas impulsados por la ideología relacionados con el activismo de género, el clima y la "salud reproductiva" que alienaron a los guatemaltecos, profundamente religiosos.

Desde 2021, Estados Unidos ha desembolsado 476 millones de dólares en ayuda extranjera a Guatemala. Estos fondos se desembolsan a través de múltiples agencias federales, principalmente el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), pero se implementan a través de contratistas con fines de lucro, organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales y agencias de las Naciones Unidas. Hay muchas similitudes entre A4P y la estrategia actual. A pesar de años de asistencia estadounidense, más de la mitad de los niños en Guatemala todavía sufren de desnutrición crónica, una de las tasas más altas del mundo.  Guatemala está rezagada en libertad económica, particularmente en derechos de propiedad, estado de derecho y trabajo.  En particular, existe una relación directa entre el bajo rendimiento económico y la migración en estos países. Los esfuerzos actuales de ayuda no han catalizado reformas económicas que pongan al país en un camino hacia el crecimiento, mientras que millones se gastan en iniciativas impulsadas por la ideología. 

Por ejemplo, el Consorcio para el Fortalecimiento de Elecciones y Procesos Políticos recibe fondos para proyectos de reforma electoral en Guatemala mientras el país se prepara para las elecciones nacionales que se celebrarán en junio. Si bien es importante apoyar la transparencia electoral en Guatemala en medio de las recientes noticias de interferencia electoral de China y Rusia en otros países del hemisferio, el Administrador Adjunto de USAID se jacta públicamente de que el proyecto promueve reformas legales LGBTQI + e "intersex" y se asocia con activistas de género.

Otro gran receptor de ayuda exterior de Estados Unidos, CARE International, está construyendo un centro regional de 50 millones de dólares en la región para promover la "equidad de género".  Las encuestas e investigaciones generalizadas muestran que los guatemaltecos emigran principalmente por razones económicas o de seguridad, no por identidad de género o discriminación.

Otros temas con alta carga ideológica -de izquierda, por supuesto- han recibido financiamiento de Estados Unidos; en enero de 2021, USAID encabezó un evento para discutir una "asamblea constituyente plurinacional", en línea con la agenda "indigenista" de los grupos radicales de izquierda. El plurinacionalismo ha sido manipulado por los gobiernos de izquierda en Chile y Bolivia para socavar las constituciones democráticas.  Si bien la Administración afirma abordar las causas raíz de la migración, apoyar a las ONG y activistas de izquierda socava a los aliados pro-estadounidenses en Guatemala y sostiene ideologías que son anatema para el crecimiento económico basado en el mercado. 

Si bien el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos emitió recientemente sanciones individuales contra dos ciudadanos rusos y bielorrusos vinculados a las principales operaciones mineras de Rusia en Guatemala, su actividad comercial continúa.  Del mismo modo, la dictadura cubana ha mantenido cientos de médicos contratados, infiltrados por agentes de inteligencia cubanos, en toda Guatemala desde 1998, por los cuales el gobierno guatemalteco paga a La Habana $ 4.6 millones al año.  En todos estos casos, la Administración Biden no está aprovechando cientos de millones de dólares en ayuda para promover sus intereses estratégicos a medida que los adversarios de Estados Unidos expanden su huella.

En general, el reporte hace un recuento de cómo los dólares de los contribuyentes estadounidenses han financiado, muchas veces de manera directa, las causas -y agentes- que provocan conflictividad en Guatemala y falta de oportunidades de empleo digno, precisamente lo que la ayuda para atacar las “causas raíz” pretende mitigar.  Al final, emite una serie de recomendaciones en la línea de desvincular la ayuda exterior de la seguridad fronteriza, llevar a cabo la supervisión del clima, el género, la salud reproductiva y otros programas de ayuda impulsados por la ideología "woke", responsabilizar a la Administración Biden por la lentitud de los desembolsos de DFC a Guatemala, exigir al Departamento de Estado que informe sobre las actividades de China y otros actores malignos y prevenir la interferencia electoral en las elecciones de Guatemala de 2023.

El reporte completo y en el inglés original puede ser leído en el vínculo al final de esta nota.  Se recomienda su lectura. 

https://www.heritage.org/americas/report/foreign-aid-cant-stem-illegal-immigration-the-case-guatemala

 

 

 

 

Heritage: Cómo los Estados Unidos ha financiado las causas de migración hacia aquel país

En general, el reporte hace un recuento de cómo los dólares de los contribuyentes estadounidenses han financiado, muchas veces de manera directa, las causas -y agentes- que provocan conflictividad en Guatemala y falta de oportunidades de empleo digno, precisamente lo que la ayuda para atacar las “causas raíz” pretende mitigar.  

Fundación Heritage, quien publica el reporte
Alejandro Palmieri
21 de abril, 2023

Los Estados Unidos de América ha mandado millones de dólares en ayuda al “triángulo norte” para detener la migración irregular, logrando absolutamente nada.  Es más, esa ayuda ha sido asignada con criterios ideológicos y, por lo tanto, sin efecto positivo alguno.

Según un reporte recientemente publicado por la Fundación Heritage, la ayuda que ese país ha venido dando desde hace algún tiempo al llamado “triángulo norte” pero en especial a Guatemala, no ha servido para los fines esperados.  Aún más, la ayuda ha sido en gran medida direccionada obedeciendo a una agenda “woke”.  

El reporte fue elaborado por Max Primorac y Mateo Haydar, director e investigador asistente del centro Allison para estudios de política exterior de la fundación Heritage, respectivamente; ambos expertos en la materia.  Por su parte.  La fundación Heritage es el tanque de pensamiento conservador más influyente en Washington, D.C. Difunde, a través de sus distintas actividades, los principios de libertad individual, libre empresa y gobierno limitado.  

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Primorac y Haydar hacen un repaso de las políticas de ayuda exterior que los E.E U.U. ha proveído a Guatemala desde hace unas décadas, pero en particular las políticas y parámetros bajo los cuales la administración Biden pretende revertir el flujo de migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador que solo en diciembre del año 2022 alcanzó la cifra más alta en la historia (251,487 “encuentros” en la frontera suroccidente)

Desde el año 2021, la política de aquel país ha obedecido a la estrategia de “causas raíz” lo que ha aumentado la ayuda, pero implementando fallidas políticas en su frontera sur, lo que ha aumentado la migración, tráfico de drogas y de personas, efectos contrarios a los esperados.

El reporte hace énfasis en Guatemala, debido a la frontera que comparte con México y que de facto la convierte en una “segunda frontera sur” de Estados Unidos. Adicionalmente, Guatemala tiene la economía más grande y recibe la mayor cantidad de remesas (15 mil millones de dólares, estima el reporte) lo que hace palidecer a lo que Estados Unidos y otros donantes dan en ayuda económica a Guatemala.

Guatemala, continúa describiendo el reporte, es el único país del “triángulo norte” que ha sido consistentemente aliado de Estados Unidos en temas de política exterior, tal como el traslado de su embajada en Israel a Jerusalén (realizada por Trump, pero mantenida por Biden) y el apoyo a China Taiwán, mientras que El Salvador (2018) y Honduras (marzo de 2023) han roto relaciones con Taiwán y entablado con China comunista

La vicepresidente Harris anunció en febrero de 2022 un compromiso de parte del sector privado por 4.2 mil millones de dólares como muestra de que la estrategia de “causas raíz” estaba funcionando; los resultados han resultado mucho más modestos que los anunciados por la administración Biden. 

La idea de creación de 300 a 350 mil empleos en una década en cada país -como lo propone la administración Biden- es bastante inferior a la demanda de plazas de trabajo, adicionalmente a que los 4.2 mil millones de inversión “nueva” realmente contempla inversiones ya planificadas por la iniciativa privada en estos países y no obedecen necesariamente a la iniciativa de la administración Biden.  Los autores van más allá y dicen que “esas inversiones poco tienen que ver con las políticas de la administración [Biden]”

Finalmente, la administración Biden dijo que utilizaría la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (DFC) -un banco de desarrollo lanzado por la Administración Trump para competir con China- para financiar proyectos liderados por el sector privado. Después de ralentizar el Programa América Crece (Crecimiento en las Américas) de la Administración Trump, una iniciativa hemisférica para atraer inversiones a gran escala del sector privado en proyectos de energía e infraestructura, incluidos $1 mil millones en préstamos de DFC solo para Guatemala, solo $ 200 millones de los fondos se han liberado desde entonces.

Más allá de todo lo anterior, Primorac y Haydar profundizan en el direccionamiento de la ayuda de Estados Unidos a Guatemala, apuntando que desde 2021, la Administración Biden ha desembolsado más de $ 1 mil millones en ayuda extranjera combinada a los países del Triángulo Norte. Si bien se etiquetan como parte de su nueva estrategia, estos programas de ayuda recuerdan a la Alianza para la Prosperidad (A4P) de la era Obama, lanzada en 2014 para "atender las causas estructurales de la migración irregular" a través de una mezcla heterogénea de programas de ayuda para la gobernanza, los derechos humanos, la seguridad, la ayuda económica y los esfuerzos contra la corrupción. A4P se lanzó en medio de la crisis de menores no acompañados en la frontera sur de los Estados Unidos ese año, en gran parte de los tres países. Tampoco logró frenar la inmigración ilegal, que no disminuiría hasta que las políticas fronterizas de la Administración Trump entraran en vigor.

A4P también tuvo un historial preocupante de financiación de organizaciones izquierdistas que crearon desconfianza local en la ayuda exterior de Estados Unidos que todavía resuena agudamente hoy. Entre 2010 y 2014, por ejemplo, la Fundación Interamericana, financiada por Estados Unidos, proporcionó US$395.000 al Comité para el Desarrollo Campesino (CODECA), un grupo activista radical de izquierda dirigido anteriormente por la candidata presidencial socialista Thelma Cabrera. CODECA busca "nacionalizar todos los bienes y servicios privatizados en el país", un principio comunista y un enfoque inconsistente con el crecimiento económico. CODECA ha sido implicado en actividades criminales, incluido el robo de electricidad en zonas rurales de Guatemala. La A4P invirtió millones en programas impulsados por la ideología relacionados con el activismo de género, el clima y la "salud reproductiva" que alienaron a los guatemaltecos, profundamente religiosos.

Desde 2021, Estados Unidos ha desembolsado 476 millones de dólares en ayuda extranjera a Guatemala. Estos fondos se desembolsan a través de múltiples agencias federales, principalmente el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), pero se implementan a través de contratistas con fines de lucro, organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales y agencias de las Naciones Unidas. Hay muchas similitudes entre A4P y la estrategia actual. A pesar de años de asistencia estadounidense, más de la mitad de los niños en Guatemala todavía sufren de desnutrición crónica, una de las tasas más altas del mundo.  Guatemala está rezagada en libertad económica, particularmente en derechos de propiedad, estado de derecho y trabajo.  En particular, existe una relación directa entre el bajo rendimiento económico y la migración en estos países. Los esfuerzos actuales de ayuda no han catalizado reformas económicas que pongan al país en un camino hacia el crecimiento, mientras que millones se gastan en iniciativas impulsadas por la ideología. 

Por ejemplo, el Consorcio para el Fortalecimiento de Elecciones y Procesos Políticos recibe fondos para proyectos de reforma electoral en Guatemala mientras el país se prepara para las elecciones nacionales que se celebrarán en junio. Si bien es importante apoyar la transparencia electoral en Guatemala en medio de las recientes noticias de interferencia electoral de China y Rusia en otros países del hemisferio, el Administrador Adjunto de USAID se jacta públicamente de que el proyecto promueve reformas legales LGBTQI + e "intersex" y se asocia con activistas de género.

Otro gran receptor de ayuda exterior de Estados Unidos, CARE International, está construyendo un centro regional de 50 millones de dólares en la región para promover la "equidad de género".  Las encuestas e investigaciones generalizadas muestran que los guatemaltecos emigran principalmente por razones económicas o de seguridad, no por identidad de género o discriminación.

Otros temas con alta carga ideológica -de izquierda, por supuesto- han recibido financiamiento de Estados Unidos; en enero de 2021, USAID encabezó un evento para discutir una "asamblea constituyente plurinacional", en línea con la agenda "indigenista" de los grupos radicales de izquierda. El plurinacionalismo ha sido manipulado por los gobiernos de izquierda en Chile y Bolivia para socavar las constituciones democráticas.  Si bien la Administración afirma abordar las causas raíz de la migración, apoyar a las ONG y activistas de izquierda socava a los aliados pro-estadounidenses en Guatemala y sostiene ideologías que son anatema para el crecimiento económico basado en el mercado. 

Si bien el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos emitió recientemente sanciones individuales contra dos ciudadanos rusos y bielorrusos vinculados a las principales operaciones mineras de Rusia en Guatemala, su actividad comercial continúa.  Del mismo modo, la dictadura cubana ha mantenido cientos de médicos contratados, infiltrados por agentes de inteligencia cubanos, en toda Guatemala desde 1998, por los cuales el gobierno guatemalteco paga a La Habana $ 4.6 millones al año.  En todos estos casos, la Administración Biden no está aprovechando cientos de millones de dólares en ayuda para promover sus intereses estratégicos a medida que los adversarios de Estados Unidos expanden su huella.

En general, el reporte hace un recuento de cómo los dólares de los contribuyentes estadounidenses han financiado, muchas veces de manera directa, las causas -y agentes- que provocan conflictividad en Guatemala y falta de oportunidades de empleo digno, precisamente lo que la ayuda para atacar las “causas raíz” pretende mitigar.  Al final, emite una serie de recomendaciones en la línea de desvincular la ayuda exterior de la seguridad fronteriza, llevar a cabo la supervisión del clima, el género, la salud reproductiva y otros programas de ayuda impulsados por la ideología "woke", responsabilizar a la Administración Biden por la lentitud de los desembolsos de DFC a Guatemala, exigir al Departamento de Estado que informe sobre las actividades de China y otros actores malignos y prevenir la interferencia electoral en las elecciones de Guatemala de 2023.

El reporte completo y en el inglés original puede ser leído en el vínculo al final de esta nota.  Se recomienda su lectura. 

https://www.heritage.org/americas/report/foreign-aid-cant-stem-illegal-immigration-the-case-guatemala