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La unión hace la fuerza

Redacción
13 de octubre, 2014

Con ciertas calenturas de moda, según yo relanzadas con las
de los ‘Indignados’ en España que nada lograron pero engolosinaron a
los jóvenes de media Europa, sobre todo los Ni-Ni y luego con la
‘Primavera Árabe’, de los teléfonos móviles, que botaron a unas
cuantas dictaduras y que al final de cuentas sólo ha causado, como
diría Winston Churchill: ‘Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor’, pero no
han logrado democracia ni gobiernos
estables en noráfrica. Teniendo lo dicho como preámbulo se dio el referéndum
para la independencia de Escocia. Fue el
18 de septiembre pasado en que los escoceses
rechazaron el ser cabeza de ratón. Con
la participación del 84.59% de los inscritos para votar ganó el ‘No’.
El referéndum fue convocado a raíz de un acuerdo entre los gobiernos escocés y el
del Reino Unido. La decisión fue aprobada por el Parlamento de Escocia en
noviembre de 2013. La agrupación
política Yes Scotland (Si Escocia)
fue la principal campaña por el ‘Si’ y la agrupación Better Together (Mejor Juntos) fue la
contrapartida por el ‘No’. El inteligente pueblo escocés prefirió el
‘No’ y entendió que es mejor juntos que separados, sobre todo de un
país poderosísimo, el Reino Unido que es una potencia atómica, económica y miembro del
‘G8’, que ser cabeza de ratón y empezar con problemas económicos y
administrativos que los retrasaría al nivel de un paisito de segunda. Con
pragmatismo, muy anglo sajón, y sentido común se mantuvieron unidos a la libra
esterlina como moneda, el manejo de la defensa de las islas Británicas,
incluyendo las armas nucleares y la filiación con organizaciones internacionales
como la Unión Europea, la OTAN y la Mancomunidad de Naciones. Además se
mantiene la monarquía al modo de otros miembros de la Commonwealthconstituida por Canadá, Australia, Nueva Zelanda,
etc.). Moraleja: La unión hace la
fuerza.

En otro escenario europeo que pretende y busca
un referéndum separatista pero con antecedentes y circunstancias diferentes se
da el de Cataluña. Esta Comunidad autónoma de España, que se
divide en cuatro provincias Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona, es una
comunidad industrializada que aparenta más de lo que es, porque respecto al PIB per
cápita, se sitúa en cuarta posición, tras el País Vasco, la Comunidad de Madrid
y Navarra. Podría decirse que desde hace
diez siglos los catalanes han tenido cierto orgullo de ser catalanes más que españoles. Desde el siglo XIX ha habido un
movimiento de recuperación del catalán como lengua de cultura. Y desde entonces
en las siguientes décadas se fue dando el catalanismo político que se fue agrupando
en partidos políticos como la Liga Regionalista y, más recientemente, la
Esquerra Republicana. En la primera mitad del siglo XX y luego en la
restauración de la Generalidad de Cataluña y aprobación del Estatuto de
autonomía de Cataluña en 1932 todo durante la Segunda República. Durante la
Guerra Civil y el período franquista supusieron, tanto en Cataluña como en el resto
de España la anulación de las libertades políticas además de la prohibición del
catalán. Al amparo de la constitución se aprobó un nuevo Estatuto de Autonomía
en 1979. Con ese telón de fondo se pretende por el gobierno catalán hacer una
consulta sobre el futuro político de Cataluña. Se preguntaría si se quiere que
sea un Estado y si debe ser
independiente. Pretenden hacer la consulta el 9 de noviembre. El gobierno español
se opone y no se permitirá la consulta.
Si se diera, creo que el pueblo catalán, a pesar de los pesares, preferirá
seguir siendo parte del reino de España que una republiquita más pequeña que El Petén.

La unión hace la fuerza

Redacción
13 de octubre, 2014

Con ciertas calenturas de moda, según yo relanzadas con las
de los ‘Indignados’ en España que nada lograron pero engolosinaron a
los jóvenes de media Europa, sobre todo los Ni-Ni y luego con la
‘Primavera Árabe’, de los teléfonos móviles, que botaron a unas
cuantas dictaduras y que al final de cuentas sólo ha causado, como
diría Winston Churchill: ‘Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor’, pero no
han logrado democracia ni gobiernos
estables en noráfrica. Teniendo lo dicho como preámbulo se dio el referéndum
para la independencia de Escocia. Fue el
18 de septiembre pasado en que los escoceses
rechazaron el ser cabeza de ratón. Con
la participación del 84.59% de los inscritos para votar ganó el ‘No’.
El referéndum fue convocado a raíz de un acuerdo entre los gobiernos escocés y el
del Reino Unido. La decisión fue aprobada por el Parlamento de Escocia en
noviembre de 2013. La agrupación
política Yes Scotland (Si Escocia)
fue la principal campaña por el ‘Si’ y la agrupación Better Together (Mejor Juntos) fue la
contrapartida por el ‘No’. El inteligente pueblo escocés prefirió el
‘No’ y entendió que es mejor juntos que separados, sobre todo de un
país poderosísimo, el Reino Unido que es una potencia atómica, económica y miembro del
‘G8’, que ser cabeza de ratón y empezar con problemas económicos y
administrativos que los retrasaría al nivel de un paisito de segunda. Con
pragmatismo, muy anglo sajón, y sentido común se mantuvieron unidos a la libra
esterlina como moneda, el manejo de la defensa de las islas Británicas,
incluyendo las armas nucleares y la filiación con organizaciones internacionales
como la Unión Europea, la OTAN y la Mancomunidad de Naciones. Además se
mantiene la monarquía al modo de otros miembros de la Commonwealthconstituida por Canadá, Australia, Nueva Zelanda,
etc.). Moraleja: La unión hace la
fuerza.

En otro escenario europeo que pretende y busca
un referéndum separatista pero con antecedentes y circunstancias diferentes se
da el de Cataluña. Esta Comunidad autónoma de España, que se
divide en cuatro provincias Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona, es una
comunidad industrializada que aparenta más de lo que es, porque respecto al PIB per
cápita, se sitúa en cuarta posición, tras el País Vasco, la Comunidad de Madrid
y Navarra. Podría decirse que desde hace
diez siglos los catalanes han tenido cierto orgullo de ser catalanes más que españoles. Desde el siglo XIX ha habido un
movimiento de recuperación del catalán como lengua de cultura. Y desde entonces
en las siguientes décadas se fue dando el catalanismo político que se fue agrupando
en partidos políticos como la Liga Regionalista y, más recientemente, la
Esquerra Republicana. En la primera mitad del siglo XX y luego en la
restauración de la Generalidad de Cataluña y aprobación del Estatuto de
autonomía de Cataluña en 1932 todo durante la Segunda República. Durante la
Guerra Civil y el período franquista supusieron, tanto en Cataluña como en el resto
de España la anulación de las libertades políticas además de la prohibición del
catalán. Al amparo de la constitución se aprobó un nuevo Estatuto de Autonomía
en 1979. Con ese telón de fondo se pretende por el gobierno catalán hacer una
consulta sobre el futuro político de Cataluña. Se preguntaría si se quiere que
sea un Estado y si debe ser
independiente. Pretenden hacer la consulta el 9 de noviembre. El gobierno español
se opone y no se permitirá la consulta.
Si se diera, creo que el pueblo catalán, a pesar de los pesares, preferirá
seguir siendo parte del reino de España que una republiquita más pequeña que El Petén.