Lo único positivo de la renuncia de la
magistrada Claudia Escobar ha sido llamar la atención sobre el proceso de selección
de magistrados a Corte Suprema de Justicia y Corte de Apelaciones. ¿Se cometieron injusticias, errores y
elecciones equivocadas? Por lo visto sí
pero no se cometieron ilegalidades y esto se debe a que las reglas del juego
están determinadas de antemano para que el resultado obtenido no sea otro.

El resultado obtenido era el esperado. No sé por qué ahora muchos se rasgan las
vestiduras pidiendo que se repita la elección.
No es esa la solución. Si se
repite la elección volverán a escoger a los mismos magistrados o similares y
volverá a haber inconformidad. La
solución pasa por cambiar las reglas del juego pero esto es lo que desde hace
años hemos venido pidiendo quienes ya identificamos el verdadero problema.

Con las reglas actuales, que además son rígidas por estar
metidas en la constitución con todo detalle, el sistema de selección siempre se
politizará. Y eso es precisamente lo que
se desea evitar. Ya en Proreforma habíamos
propuesto un sistema menos politizado pero justamente los que hoy critican el
resultado de este proceso son los que se oponían a este gran proyecto de cambio
constitucional. Hagámonos algunos
cuestionamientos:

¿Cómo se puede lograr un sistema especializado de justicia
si cada cinco años se cambian jueces y magistrados? Esto es puro cortoplacismo y la justicia
necesita gente que adquiera buena experiencia, se sienta segura de su trabajo
en el largo plazo y no busque ganancias “extraordinarias” en su corto período,
gane bien, se sienta segura así como sus familias, y pueda dedicarse a su
carrera como una vocación de vida.

¿Cómo no politizar el sistema si cada 5 años, cada gobierno
tiene la oportunidad de escoger a los magistrados afines a sus
funcionarios? Esto se logra eliminar a
través de puestos vitalicios con sustitución únicamente cuando el juez o
magistrado se retira, se muere, o renuncia.
También puede ser despedido después de causas bien demostradas de
incumplimiento de sus labores o comportamientos indebidos.

¿Cómo esperar otro resultado si el sistema legal de acuerdo
a la constitución establece que de la lista de candidatos, los diputados tienen
que votar para hacer la escogencia? Esto
se elimina si en vez de tener que escoger por medio de votación se escoge por
sorteo de una lista con todos los candidatos que ya fueron seleccionados
objetivamente.

¿Cómo evitar que se politicen las universidades y otras
entidades que participan en las comisiones de postulación de candidatos? Pues la universidad y sus decanos no deberían
estar involucrados. Simple y sencillamente
sería mucho mejor que los candidatos
pasen por un proceso de verificación de datos y selección que compañías
privadas independientes de recursos humanos lleven a cabo. Se pueden contratar varias compañías y que
hagan el listado, cada una de ellas, de los candidatos que si cumplen los
requisitos y calificaciones exigidas para el puesto. Luego, el grupo de donde se ha de efectuar el
sorteo será conformado por los candidatos que si fueron seleccionados por todas
las firmas de recursos humanos.

Un sistema así en el que se eligen magistrados y jueces
vitaliciamente y por sorteo de los que han sido previamente seleccionados por
calificaciones objetivas es apolítico, de largo plazo y favorecerá la justicia
en forma imparcial que es como debe ser.
Esto implica modificar las Constitución y no simplemente repetir una
elección bajo las reglas que nos han llevado a cuestionar el sistema de
postulación actual.